Cuando se piensa en historias de superación personal, el ejemplo que primero viene a la cabeza es el de Lance Armstrong, el ciclista que superó un cáncer que podía haber resultado mortal para, poco después, ganar todos los Tours de Francia que se le pusieron a tiro.
Pero vamos a ver una historia de superación de verdad. Porque la de Armstrong, aunque épica, no deja de ser la historia de alguien que estaba bastante arriba en el momento en que algo se cruzó en su camino y luego, cuando esto desapareció, siguió en su línea ascendente.
I
Su madre murió de cáncer cuando ella tenía dos años de edad.
Con dieciséis años la violaron cuatro chicos tras un partido de fútbol. Ese mismo año la violaría también el tío del que era entonces su novio.
Con dieciocho años ingresó en una clínica para recuperarse de la anorexia y la adicción a la heroína. Entonces pesaba menos de 40 kilos.
En plena explosión de la burbuja tecnológica en el año 2000, fundó su empresa en Internet. Tres semanas después de su salida online la empresa ya estaba dando beneficios.
Supongo que con Google es fácil saber de quién hablo. Esto sí que es un ejemplo de superación personal.