Irónica publicidad

El anuncio por radio del ADSL de Jazztel es de una ironía que roza el delito. Un niño increpa la lentitud de la conexión mientras el padre compra unas entradas de cine por Internet. Le dice “con lo lento que va, vas a tener que comprar las entradas para la segunda parte de la película”. Y entonces te dicen que compres ADSL 1 mega de Jazztel.
Lo que venden es a un padre bajándose una película de Internet, con un P2P. Y la familia, esperando para verla en el DVD y televisión con pantalla plana y Home cinema que todo el mundo empieza a tener en casa. Venden beneficiarse de lo único que da sentido a tener un ADSL. La forma de maquillar lo que todos sabemos, para no caer en la ilegalidad, y aún para que no nos demos cuenta de su intención directa, serían dignas de alabo por Hitchcock.

Centenario sin sentido

El año que viene va a ser, entre muchas otras cosas, el año del Quijote. Nos lo meterán hasta en la sopa, todo lo que pueda relacionarse con la novela, se relacionará. Veremos repuestos los dibujos animados, las adaptaciones al cine. Habrán debates, concursos de Quijotes. Todo lo imaginable con tal de hacer aborrecible la más brillante novela de todos los tiempos.
Sin embargo, el centenario es falso. El Quijote se editó en dos partes, siendo la primera impresa en 1605. Sin embargo la segunda apareció en 1615 motivada por la publicación de una segunda parte apócrifa – o sea, pirata, hecha por un autor que no era Cervantes. Y es que tal fue el éxito que la gente quería más aventuras, aunque fueran de mucha menor calidad.
Haciendo honor a la verdad, todos los críticos y lectores sostienen que la segunda parte es mucho mejor que la primera. Yo iría más lejos diciendo que, sin la segunda parte, el Quijote no tendría hoy en día la fama que tiene. Sería un excelente relato, uno de los mejores de la lengua castellana. Pero nada más. La profundización de personajes, la sutileza y originalidad en el argumento, la referencia brillante a la primera parte y aún a la segunda apócrifa, hacen que sea este el libro por antonomasia.
Así, es aventurado celebrar el centenario 10 años antes de tiempo. Lo que pasa es que los alcaldes y políticos siempre se comportan así, se llevan todo lo que pueden cuando ellos están allí, sabiendo que en 10 años quién sabe quién estará ahí. Así, inauguran edificios que aún no están terminados, ponen primeras piedras donde aún no hay solares y celebran centenarios antes de tiempo.

Publicidad ADSL

Otro al que le ha tocado la lotería de Navidad es al que haya dirigido la campaña de Navidad de publicidad del ADSL de Telefónica. Porque las ventas van a ser muy por encima de las más optimistas previsiones. Y digo que ha tenido suerte porque no se deberá a la eficiencia de los anuncios, sino al boom mediático en nuevos sectores de población de que el gordo de Navidad haya sido vendido por Internet. Los revanchistas perdedores, que se abalanzan sobre las administraciones para comprar nuevos décimos del Niño, se tirarán a intentar comprar lotería de esa que dan en Internet, que es la que toca, no la que se vende en las calles. Y como ahora el que dice que tiene Internet es Telefónica, pues a vender.

El imán de Fuengirola

Me preocupa que hayan liberado al imán de Fuengirola así como así. A fin de cuentas, escribió en un libro unas líneas en que indicaba cómo se debe pegar a las mujeres. Como si el que quisiera pegarles necesitara que le enseñasen cómo.
Lo que realmente me parece preocupante es el juicio paralelo de los medios de comunicación. Han estado colocando a esta persona a la par que los más peligrosos criminales de los tiempos modernos. Mientras, todos los días sueltan a cientos de pequeños criminales aún después de probada su culpabilidad, por la benevolencia del sistema en algunos casos, por la masificación de las cárceles en otros.
Si te cruzas en la calle con un ladrón que te pone un cuchillo en el cuello para quitarte la cartera no te preocupes, porque en el improbable caso de que la policía lo detuviera, posiblemente no pasaría ni una noche en la cárcel. ¿Cómo si no se entienden esos casos en que, tras un grave crimen, nos dicen que el culpable había sido detenido 30 ó 40 veces? Si pasara un mes por cada crimen necesitaría más de 3 años de cárcel. Y eso suponiendo que agraventes como la reincidencia no contasen. Pero a veces son bien jóvenes, otras simplemente la lentitud de la justicia hace que, hasta el juicio, campeen a sus anchas.
Si alguien entra en su casa, la destroza, y se lleva lo que puede, aparte del shock de la situación o, a veces, de encontrarse al ladrón, puede tener la seguridad de que ese delincuente volverá a la calle pronto, tal vez ni siquiera la dejará.
Mientras, nos venden a imanes peligrosos, para mantenernos un poco más engañados.

Por qué el Quijote es un buen libro.

Estamos hartos de escuchar que el Quijote es un grandísimo libro y sin embargo pocos de nosotros lo leemos, si no es obligados por los profesores. Dos son las cosas que más nos echan atrás. La primera, que el libro es muy grueso. Pueden ser 600/700 páginas como poco. La segunda, que acentúa la primera, es que el lenguaje no se corresponde con el actual y eso siempre puede ser una traba. Finalmente puede hablarse de un tercer impedimiento: la historia, tratada en películas y dibujos animados, es por casi todos conocida.

Sin embargo, pienso que estos inconvenientes son menores y daré mi opinión sobre las grandezas que encierra este libro. Sé que decir algo nuevo al respecto es como pretender inventar la rueda, y hacerlo mejor que otros tampoco será posible. Porque todo el mundo ha opinado al respecto, algunos muy doctos. Pero en mi blog, ninguno.

Ante todo la gloria del Quijote está en lo que supone: El Metalibro. Lo que hace que los escritores se deshagan en halagos ante el libro es el hecho de que sea uno de los primeros y más intricados casos de metanovela. Una metanovela es una novela que trata sobre novelas. En este caso, el Quijote lo es de una forma tan plural que sobrecoge al que lo piensa.

a)La base de la locura del Quijote son los libros de caballería. Así, en todo momento se citan otras novelas, sus virtudes, su aceptación, su propia temática. La novela parte de lo que otras causaron.

b)La autoría es anidada. Según afirma el propio Cervantes en la introducción, él encontró un texto en árabe, el cual tradujo, siendo el resultado de su traducción el Quijote. A su vez, el autor árabe indica que tomó la historia de otra fuente y en todo momento indican que la historia es real. Esta forma de darle la vuelta a las cosas permite múltiples juegos literarios, porque tenemos tres textos simultáneos. Por un lado, el del escritor original – desconocido – por otro, algunas acotaciones que aborda el autor árabe, como indicando que tal o cual capítulo le parece verídico o no. Finalmente, Cervantes hace referencia a lo que el traductor árabe dijo o dejó de decir. Así, con una original artimaña, consigue un libro con 3 autores, siendo uno de ellos anónimo, que le permite una forma de escribir totalmente original en la época.

c)La novela habla de sí misma. Esto es algo que logra el sueño de todo artista. El sueño de todo creador es realizar una obra que se haga a sí misma. El cuadro más famoso de España es “Las Meninas” que a su vez es un metacuadro, por cuanto en él podemos ver al autor mientras pintaba otro cuadro distinto – posiblemente inexistente – .Al margen de su cualidad artística, indudable, lo que le ha hecho llegar tan lejos en su fama es su faceta de metacuadro. Más allá de la pintura final hay enormes complejidades, está el cuadro dentro del cuadro, cuadros colgados de las paredes, la gente que se ve y la que no se ve. El juego del espejo, la intriga de las figuras. Velazquez realizó en pintura lo que antes Cervantes, tal vez por primera vez en las artes, había logrado en la literatura.

En otras artes se ha seguido la estela iniciada por Cervantes. En cine, una de las obras más famosas de la historia es Ocho y medio, de Fellini, que a su vez habla sobre el proceso creador de la película. Bailando bajo la lluvia es otro brillante ejemplo en el que la historia es la narración sobre cómo se prepara otra película. De vivir, Velazquez hubiera exigido derechos de autor.

Volviendo al genial alcalaíno, el Quijote habla sobre sí mismo porque es una novela en dos partes. La primera tuvo un éxito increíble, su libro se vendía como churros y en pocos años tuvo traducciones en muchos idiomas, hasta en chino. Todo esto lo cuenta el propio autor en la introducción a la segunda parte. Lo que pasó es que, dado el éxito, la gente quería la continuación de la historia. Cervantes, como excelente escritor, no quería rebajar su creación a la de autor de sagas – como el ahora tan alabado Tolkien – sino que pretendía abordar nuevas historias en diferentes formatos y estilos. Ante su falta de oportunidad, otro llegó y sacó la segunda parte del libro. Según Cervantes afirma, esta segunda parte era bochornosa, digna de vergüenza. Para defender su autoría, y evitar futuros plagios, Cervantes, obligado por las circunstancias, escribió la segunda parte, con la idea de matar al personaje al final de la misma y evitar nuevos aprovechamientos ajenos.

El colmo de su genialidad es cómo hizo esta segunda parte. Pues en ella, los personajes son conscientes de la existencia de la primera parte. Así, se encuentran a personas que han leído la primera parte del libro, y eso mediatiza la historia. Además, el Quijote, cuando conoce de la existencia de una segunda parte apócrifa, monta en cólera y trata de cambiar la historia que se cuenta. De este modo, tenemos a un libro que habla sobre sí mismo, sobre la copia que de él se hizo, en el que los personajes son conscientes de su existencia literaria. Cum Laude.

Dios me lo dio, Dios me lo quitó

Aparte de las innumerables ventajas por todos conocidas de Internet, como permitir un acceso a mayor cantidad de información de baja calidad o facilitar las tareas a criminales de salón con los bancos on-line, hay notables colectivos que han resultado beneficiados con el invento.
Personas tímidas en el cara a cara, con dificultad de socialización han encontrado en los chats y numerosas variantes una forma de conseguir pareja y amigos que el mundo real hasta entonces no podía aportarles. De tener que bailar con la más fea, con no pocos remilgos, a poder elegir entre muchas que no lo eran. Personas de brillantes mentes y opacos cuerpos han hallado que algunas de sus virtudes podían ser suficientes para conseguir pareja o ser aceptados por la sociedad. Que el físico y lo de siempre no servían de nada en el ciberespacio. Han logrado un inesperado éxito.
En este club hay gente de todos los tipos y colores. Los inmigrantes que se veían marginados por ser de distinta raza, los mudos, sordos y sordomudos. Los que están en silla de ruedas. Madres solteras y jóvenes viudas con niños. Feos de nacimiento y por accidente, enanos y adolescentes alopécicos. Todos los marginados por la sociedad de los Beckham han encontrado su espacio en Internet. Muchos que se preparaban para ser unos desgraciados han tornado su suerte gracias a este extraño medio. Ahora tienen cientos de amigos, frecuentes parejas, autoconfianza que les hace ser más atractivos. Han salido adelante.

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El Bambino

Cuando hacen la encuesta sobre el deportista más importante de la historia, suele ganar Michael Jordan. De cerca le siguen Michael Schumacher y Maradona o Pelé. Sin embargo, posiblemente el deportista más importante de todos los tiempos sea un desconocido para los españoles, por cuanto se dedicaba a un deporte minoritario en España, el beisbol. Ese deportista era Babe Ruth.
Sin entrar en aspectos técnicos del beisbol – principalmente por mi desconocimiento del juego – si por algo destacó fue por su capacidad de ser decisivo. Técnicamente, sin embargo, logró unos records inimaginables y que hasta muchos años después no han sido igualados, aunque en modo alguno han causado la sensación de la época. Sirva como ejemplo el de home runs. Hasta que Babe entrase en los estadios el récord estaba en 25 home runs por una temporada. Babe lo superó hasta llegar a los 29. No hace falta entender qué es un home run para darse cuenta de que cuando, algunas temporadas después, pulverizó su record hasta los 54 home runs la cosa se salió de madre. Haciendo el paralelismo con el deporte rey, si el récord de goles en la liga estuviera en 40 goles, que alguien marcara 70. Destrozó el juego, llevándolo hasta niveles hasta entonces desconocidos.
Pero si hay algo que resulte interesante de su vida es cómo marcó el destino de los equipos en los que jugó. Comenzó su andadura profesional en los Boston Red Sox, un buen equipo al que la presencia de tan carismático y talentoso jugador llevaría al triunfo en las series mundiales(algo así como la actual Champions League)en 1918. No era la primera vez que ganaban – lo habían hecho ya 3 veces antes – pero sí se presagiaba el comienzo de una era para dicho equipo. Sin embargo, un cambio de presidente en el club propició que el entrante vendiera a Babe Ruth por una cantidad desorbitada para la época pero ridícula para el auténtico valor del jugador. Lo hicieron a los Yankees de Nueva York, a la sazón un muy mediocre equipo segundón que tenía que compartir estadio con los New York Giants – sirva como muestra de su poca importancia. Poco a poco sus brillantes actuaciones relanzaron a este equipo hasta convertirlo en un aspirante al título. Llegaron a dos finales. Las entradas se vendían solas y el club ingresaba mucho dinero, tanto que pudo permitirse construir su propio estadio en 1923. Fue entonces cuando este equipo pequeño ganaría su primera Serie Mundial. Con Babe en el equipo ganarían otras dos series y pasarían a ser el equipo que más campeonatos ganase durante el siglo XX con una amplia diferencia.

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Derechos por sorteo

Navegando por Internet encontré publicidad que me llevó a una página de lo más sospechoso: anunciaban un sorteo para obtener un permiso de trabajo en los EEUU. Me pareció el colmo de la desfachatez: para trabajar lo más importante ha dejado de ser las motivaciones y cualidades de los trabajadores, ahora un derecho constitucional en España es un privilegio para algunos extranjeros con intención de emigrar a los Estados Unidos. Por supuesto, para participar en dicho concurso tienes que pagar. Dicen que son gastos administrativos o de tramitación, para quitarle fuego al asunto, pero luego no es más que dinero que uno mismo debe valorar si es razonable o no.
En España, cuando se realiza una convocatoria de vivienda protegida por parte del gobierno, el número de candidatos supera con creces al de plazas. Para unos 800 pisos pueden haber unas 80.000 solicitudes. Las personas con mayores cargas familiares, minusvalías y problemas se los llevan sin grandes dificultades. Luego queda la masa de personas medias, digamos 50.000 que se pelea por las sobras, unos 100 pisos. En este caso, son personas que no ganan ni mucho ni poco, que no tienen niños – porque todavía no tienen donde meterlos – y que no tienen un cuñado en el Ayuntamiento. Estos pobres diablos acceden a las plazas por sorteo. Porque una vivienda protegida cuesta menos de la mitad que una de libre mercado, además de las múltiples facilidades que te ofrece el gobierno, mucha gente se tira a por ellas, aun cuando no la necesite. De esas 80.000 personas, al menos 1.000 van a probar suerte en esa combola pensando en vender el piso, en alquilarlo a inmigrantes a precios desorbitados, en especular con la vivienda.
Enfrente de casa tengo un colegio. Hay que caminar 10 segundos para llegar a él. Sin embargo, eso no es garantía de que mi vecina pueda apuntar a los niños en él. En realidad, tienen prioridad los chicos de familias marginales, de familias con más hermanos y de gente que gane más dinero. Al final, quedan unas pocas plazas, que también se sortean. Ella tuvo mala suerte y para llevar los niños al colegio tiene que coger el coche. Sin embargo, si un día tiene vacaciones los gritos de los niños en el colegio además de despertarla le recordarán que no tuvo suerte con sus derechos.

Gracias

Cuando alguien nos beneficia en alguna forma, lo normal es responder dando las gracias. La expresión “gracias” tiene la doble función de hacer entender al benefactor que hemos entendido el suyo como un gesto amable y la de recompensar a esa persona, aun cuando no sea más que con palabras.
Con el tiempo y las convenciones sociales, dar las gracias se ha convertido en parte de la rutina de todo diálogo cotidiano entre personas. – ¿Me pasas la sal? – Gracias. – Me pasas el pan – Gracias. En una simple comida de trabajo pueden darse las gracias 20 veces sin problemas.
En su novela “Los asesinos”, Hemingway indica que existen tres niveles de agradecimiento: “gracias”, “muchas gracias” y “mil gracias”. Esto permite precisiones, así, cuando, por convencionalismos nos vemos obligados a agradecer algo, usamos la primera, la más simple. Cuando realmente alguien nos está aportando algo, podemos utilizar, a libre disposición, cualquiera de las otras dos.
Un problema que surge es el de las personas que no dan las gracias. En casos como el de pasar el pan puede tratarse de mala educación o desprecio por manidos convencionalismos. Sin embargo, en otras muchas ocasiones es toda una grosería. Si le cedo mi asiento a una anciana y no me da las gracias me sentiré ofendido. No olvidemos que el agradecimiento forma parte de un quid pro quo, espero mi parte tras la buena acción, quiero las palabras mágicas. Algo tan simple como una reiterada negación por los demás a soltar la frasecita tiene consecuencias realmente negativas pues redunda en que la gente disminuya el número de favores que hace. Así, si frecuentemente no escucho respuesta ante insistentes cesiones de asientos acabaré optando por no dejarlo más. Pensaré que si la gente no entiende que le estoy haciendo un favor en realidad no lo estoy realizando y, puestos así, no haciendo nada, mi sitación personal mejora. Me quedo en el asiento.
Otras personas, peores si cabe, son las que apenas aciertan a agradecer del todo. Por un lado saben que tienen que decirlo pero por otro no querrían hacerlo. Ahora encuentran la salida del inglés. Vengo observando que en un amplísimo porcentaje la gente opta por decir Thank you o similares cuando en realidad querrían no decir nada. Es una vergüenza como se ha llegado, desde la época de Hemingway de las mil gracias a media o, las más de las veces, a ninguna.