Los ocho muebles que no quieres ver en un piso de alquiler

Los piso en alquiler suelen estar llenos de carencias. Muchos caseros ni por asomo se ponen en la situación del potencial inquilino, no se dan cuenta de que algunas cosas, como tener los electrodomésticos de la cocina, o la luz dada de alta, resultan prácticamente básicas. Pero son muchas las ocasiones en que los pisos de alquiler son pésimos no tanto por lo que falta sino por lo que sobra.

Son pisos que tienen una historia de inquilinos que han ido dejando a su paso desconchones, arañazos y azulejos rotos. Pero también mesas camilla, sillas dispares, cajoneras, sartenes y cubiertos que acaban acumulándose en el piso, dejándolos en ocasiones inhabitables para posteriores ocupantes.

1.Sofás

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Una constante entre las personas de mentalidad arcaica, con sus virtudes y defectos, es la idea de que un sofá es un bien preciado. Antes se tenían sofás con intención de que duraran toda la vida. Hoy hay algunos realmente baratos y resultones. Pero los caseros de rancio abolengo suelen tener apego por los sofás, que dejan acumularse en el piso de alquiler. Un piso con dos sofás diferentes es un adefesio que ningún decorador sabría arreglar. Sin embargo todos hemos visto pisos con tres y hasta cuatro sofás, dejando salones que más parecen una sala de cine. Esta exuberancia de sofás suele tener algunas constantes dramáticas: manchas de dudoso y preocupante origen, ser grandes pero incómodos, colores chillones.

2.Mesas Lack

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La mesa Lack es uno de los estandartes de la revolución Ikea. Una mesa más allá de lo barato – no llega a 7 euros – se utiliza para todo: mesita de noche, mesa de centro, esquinera. Es una mesa que no importa donde la pongas, siempre queda mal y da un aspecto de cutrez total. Cuando la levantas y ves que pesa menos que un dominical, te entran unos deseos irreprimibles de probar si se podría destruir de una buena patada. Lo peor es cuando se la usa en forma adosada: tres mesas lack en lugar de una mesa un poco más larga.
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3.Mesas camilla

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La mesa camilla es otro reducto del pasado, que sobrevive gracias a los pisos de alquiler. Es un tipo de mesa que, por su estructura, es muy resistente al paso del tiempo. Una mesa camilla es casi indestructible y cuando miras fotografías de pisos te las encuentras repartidas al azar por las habitaciones, como si tuvieran vida propia o hubieran empezado una lenta huida del salón. Un salón con más de una mesa camilla es repugnante y causa de que tus visitas no vuelvan a poner un pie en tu casa.
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4.Televisores de tubo

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O televisores de pantalla nada plana. Como si de un sumidero se tratara, poco a poco se han ido desplazando todas la televisores antiguas hacia pisos de alquiler. Cuando decides comprarte una televisión en condiciones, en lugar de tirar la vieja y enorme al mar, haces un repaso mental de qué personas conoces que tengan pisos de alquiler. Y se la das a ese casero agraciado. Igual que con los sofás, nadie ha pensado que a las personas que viven de alquiler también les puede gustar las televisiones de buena resolución y estética. Los pisos con televisiones grandes están anticuados inevitablemente. Lo peor de ese tipo de armatostes es que los caseros no suelen dar la opción de llevársela. Es decir, que si tienes una televisión moderna, te toca encontrar un hueco donde alojar el trasto.

5.Sillones Pello de Ikea


Vas a la página de Ikea, buscas sillones, ordenas por precio y compras el primero que salga. Si bien los sofás suelen superpoblarse, en los contados casos en que el dueño no tiene abundancia de ellos, decide cubrir las carencias con los sillones más baratos del Ikea. Sillones que no parecen sillones, sino más bien sillas retrepadas. Son sucios y te hacen sentir que vives una etapa de tu vida provisional.

6.Camas

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La idea de tener pisos alquilados para estudiantes, que solo suponen una cuota pequeña del total de personas que viven de alquiler, ha ido generando toda esta maraña de pisos cutremente amueblados. Un concepto es el de tener un piso lo más lleno de habitaciones posible, y las habitaciones con tantas camas como se pueda, para que así pueda entrar el ciento y la madre y compartir por cuatro duros. Los pisos de alquiler suelen tener una cama de matrimonio en alguna parte y luego tantas camas como quepan en el resto de habitaciones, lo que las convierte en completamente inútiles, habitaciones en que sólo se puede dormir, no hay sitio ni para un triste escritorio.

7.Cuadros y cerámicas

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En muchos casos se va dejando una retahíla de cuadros, a cual más feo, que no se pueden quitar porque dejarían unos agujeros tremendos en la pared. Peor aún son los souvenirs y basura que descartan los que rebuscan en contenedores: vasijas, fruteros, ceniceros, porrones, botijos. Lo peor de todo es que en muchos casos esos trastos son de anteriores inquilinos, pero no te dejan la opción de tirar por la ventana toda esa porquería.

8.Ropa de cama

Las toallas, almohadas, sábanas y colchas viejas dan mucho asco. Por favor caseros, tírenlas pasados unos pocos años.

Fuentes: Todas las fotos han sido tomadas de Idealista. No ha sido una búsqueda exhaustiva, sólo se han buscado algunas imágenes representativas.

Cambio madmaxista

Hay anuncios que pueden verse como una metáfora del tiempo que estamos viviendo:

CAMBIO PORTATIL POR ESCOPETA DE PLOMOS

cambio portatil modelo acer aspire one d250. el portatil es de 10. 1 pulgadas. dentro de los ordenadores pequeños es de los mas altos de gama. las fotos son reales. el portatil tiene 250gb de disco duro, 1gb de ram, window 7, webcam, bluetooth. funciona perfectamente. se entrega con su cargador, bateria, funda, raton, lector de cd-dvd. cambio por escopeta de plomos ( whisper x vampir, maxima, cometa, norica. . . ) no escopetas malas . contexto todos los correos. EL PORTATIL SE PUEDE PROBAR CUANDO QUIERA.

Curiosidades sobre las Olimpiadas

Me encanta escribir sobre temas totalmente fuera de temporada. La inmensa mayoría de estas curiosidades son del libro How to Watch the Olympics: Scores and laws, heroes and zeros – an instant initiation to every sport. Muchas de ellas nos retrotraen a unos tiempos en que se podían realizar proezas.

La Olimpiada de 1956 en Melbourne fue la única que se celebró en dos países diferentes. Suecia(!) fue el otro país. Allí se desarrollaron, seis meses antes, todas las pruebas de equitación. Dos explicaciones posibles: la primera, que el costo de embarcar los caballos tan lejos resultaba prohibitivo. La otra, la ley australiana de importación de animales imponía unos plazos y costes totalmente inasumibles por los competidores.


El principal objetivo de los Juegos Olímpicos antiguos era la búsqueda de la Inmortalidad. Y esto no fue del todo una ilusión, pues atletas como Leonidas de Rodas, que ganó las tres carreras que se celebraban en la Olimpiada (algo así como los 100 metros, los 400 y los 1.500), durante cuatro juegos consecutivos (de 164 a.c. a 152 a.c.) son recordados hoy en día.


En el 2011 todos los récords del mundo vigentes, para pruebas de carreras que se celebran en las Olimpiadas, los han establecido deportistas de origen africano y afroamericano. Negros.


Un deporte que ya no figura en las Olimpiadas son las carreras de cross. Esto es debido a que la organizada en París 1924 fue un auténtico desastre. Aunque la distancia era de 10.000 metros, el día de la competición coincidió con uno de los más calurosos del año en Francia, con temperaturas de 40ºC. Unido a esto, el extraño detalle de que los corredores tenían que cruzar al lado de una central térmica que emitía gases venenosos, el resultado fue nefasto. Los corredores que llegaron, lo hicieron mareados y desorientados. El ganador, tardó dos minutos en cruzar los últimos 30 metros. Y eso porque el público le insistió para que volviera a la pista, pues parecía no entender lo que estaba sucediendo. Sólo terminaron la carrera 15 de los 38 participantes. La Cruz Roja tardó horas en recoger a todos los corredores tirados por el camino.


Lanzamiento de disco es el único deporte en que las mujeres tienen mejores marcas que los hombres. El récord femenino está en 76.80 m, el masculino en 74.08 m. La causa es que el disco que lanzan los hombres pesa dos kilos, el de las mujeres sólo uno.


El lanzamiento de martillo es una de las competiciones más peligrosas del atletismo. Si el deportista lanza el martillo antes de tiempo, puede chocar con violencia contra la estructura de protección y hasta echarla abajo. Si le da a una persona, puede matarla.


Las mujeres tuvieron prohibido el participar en carreras de más de 200 metros durante 32 años. La razón argumentada era que, al finalizar la carrera, daban un espectáculo lamentable, con muestras de agotamiento físico. Es lo menos que puede esperarse de un deportista que se está esforzando, aunque por aquel entonces no se pensaba así.
Las mujeres no pudieron participar en el maratón hasta 1984. Por aquel entonces, el récord de maratón femenino ya era superior al mejor tiempo masculino de antes de la II Guerra Mundial.


Tras ganar el oro en los 5.000 y 10.000 metros de Helsinki 1952, Emil Zatopek decidió correr en la maratón, una distancia que no había corrido nunca en su vida. Ganó con una ventaja de dos minutos y medio sobre el segundo.


Alfred Adolf “Al” Oerter, Jr es uno de los desconocidos deportistas que deberían ser más recordados que Phelps. Ganó el oro en lanzamiento de disco en Melbourne 1956 y Roma 1960. Llegó a Tokio 1964 en condiciones penosas. Con un brazo desagarrado y vendado, y una lesión de espalda que le obligaba a llevar un collar ortopédico.

Los médicos le recomiendan que no compita, pero él no hace caso. Con el collar ortopédico y el brazo vendado, calma sus dolores metido en una especie de féretro, enterrado en hielo. Ante el asombro general, consigue récord olímpico en la calificación (60,54). En la final manda el checo Ludvik Danek, mientras Oerter, que no se tiene en pie, decide jugarse el todo por el todo en el quinto ensayo, se quita el aparato ortopédico y con dolores inmensos lanza el disco a 61,00, nuevo récord olímpico, y nueva medalla de oro, ganada en unas condiciones en que sólo un superhombre puede hacerlo.

Luego ganó una cuarta medalla de oro consecutiva en México 1968, algo que nadie volvería a conseguir jamás en atletismo, pero eso ya queda en casi una anécdota.


Paavo Nurmi ganó en París 1924 las medalla de oro en los 1.500, marcando un nuevo récord mundial. Descansó durante 26 minutos y participó en los 5.000, donde volvió a ganar.


El juego de la soga fue olímpico de 1900 a 1920. Su retirada fue debida, principalmente, a las enormes polémicas en los enfrentamientos entre ingleses y americanos, por usar zapatos ilegales, con más agarre al suelo.
Aunque este deporte suena a “no es un deporte” o pachanga para dirimir una disputa de un bar, era quizás la competición más luchada de todas las olimpiadas iniciales.

Grotesco el nombre en español de la Federación Internacional de este deporte: Federación Internacional de Tira y Afloja.


Londres organizó los Juegos de 1908, siendo estos juegos los primeros que se organizaron con algo de seriedad. El Estadio Olímpico se construyó desde cero, recogiendo fondos. Por apenas 220.000 libras se construyó un estadio con aforo para 68.000 espectadores. Hoy en día, por ese mismo dinero no se puede comprar un estudio en una zona céntrica de Londres.


El Barón de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos, insistió en que se celebraran, junto a las competiciones deportivas, pruebas artísticas. Esta bizarra inclusión sólo sería retirada en 1952, y por considerar a los artistas como profesionales. El propio Barón de Coubertin ganó una medalla de oro en poesía por un poema suyo – Oda al deporte- que presentó bajo seudónimo.


El polo es uno de los grandes deportes ausentes en las Olimpiadas. En este caso la culpa la tiene Argentina, que apenas si permite competencia. El polo fue deporte olímpico hasta Berlín 1936, donde 75.000 personas vieron la final, Argentina-Gran Bretaña, que acabó con un apabullante 11-0.


La repesca en deportes de lucha tiene uno de los sistemas más justos para obtener el bronce. Se realiza un cuadro de eliminatorias, hasta obtener los dos finalistas, que consiguen oro y plata. El bronce se disputa entre los que han perdido contra los dos finalistas, entendiendo que el que perdió contra el ganador en semifinales no ha demostrado ser mejor que el que lo hizo en octavos de final. Estos luchadores se dividen en dos grupos “los perdedores contra el oro” se van enfrentando en eliminatorias sucesivas (el que lo hizo en 32avos de final se enfrenta al que lo hizo en 16avos, y el ganador lucha contra el eliminado en octavos, hasta llegar al semifinalista. Se reparten dos medallas de bronce.


Lejos de los interminables torneos de fútbol, cada campeonato de lucha de un determinado peso tiene lugar en un solo día. El ganador tiene que competir sin apenas descansos, por lo que se entiende que los encuentros más emocionantes e intensos no tienen por qué reservarse a la final.


En los años 30 y 40, las mayores potencias mundiales de halterofilia eran Egipto y Estados Unidos.


El ganador del primer Ironman (triatlón extremo) fue Gordon Haller, en un tiempo de 11 horas 47 minutos. Tras la prueba de natación fue a un hotel a ducharse, antes de continuar con la prueba de ciclismo.


Las Olimpiadas de Saint Louis, en 1904, fueron quizás las peores de la historia. Y ante todo, las menos internacionales, pocos deportistas europeos se desplazaron para participar. No obstante Alemania fue capaz de presentar un equipo de waterpolo, que se encontró con que las reglas y el material con que participaban los americanos era muy diferente – y peor. Al final decidieron no competir con esas condiciones.

La prueba se celebró en un lago infectado de bacterias. Cuatro de los jugadores del equipo ganador de Estados Unidos murieron en el trascurso de un año de tifus.


El tercer set del dobles mixto de la Olimpiada se decide al tie-break, pero un “super tie-break” de 10 puntos en lugar de los habituales 7.


China es una abusadora potencia en ping-pong mundial, en una de las ascensiones deportivas más sorprendentes que se conocen. En 1953 se inscribió en la Asociación Internacional de ping-pong (ITTF) para conseguir el primer campeonato del mundo ya en 1959, seis años después. Desde entonces han ganado casi todos los mundiales y olimpiadas.


Fred Perry, el mejor jugador de tenis de los años 30, fue Campeón del Mundo de ping-pong en 1929.


Una de las deportistas más versátiles de la historia fue la americana Mildred Ella “Babe” Didrikson Zaharias, ganadora de Medallas Olímpicas en Los Angeles 1932, en lanzamiento de jabalina, salto de altura y 80 metros vallas. Pero lo sorprendente es que pasaría a la historia como la mejor jugadora de golf de todos los tiempos.


Mientras que en las primeras olimpiadas se abrieron debates sobre la distancia más exacta para recordar la hazaña de Maratón, que si es la distancia de Atenas a Maratón, que si un metro más o menos, la que acabaría convirtiéndose en distancia “oficial” acabó siendo la elegida para la Olimpiada de 1908 de Londres: La distancia del castillo de Windsor al estadio olímpico.


La primera olimpiada de los tiempos modernos (Atenas, 1896) tuvo entre sus participantes a muchos turistas. Si hubieran participado los mejores deportistas de la época, Inglaterra habría arrasado, obteniendo tal vez el 90% de las medallas. A muchos de sus mejores deportistas no se les aviso o no se les permitió tomar parte en las competiciones. John P. Boland, un profesor universitario de visita en Atenas fue convencido para que participara en las pruebas de tenis, obteniendo el oro en la prueba individual y la de dobles (siendo su pareja un deportista alemán).


Otro de los grandes ausentes de las Olimpiadas es el béisbol. Aunque ha tenido una aparición fugaz, sin la participación de Estados Unidos, la competición sería una pantomima. Pero al mismo tiempo, Estados Unidos no sigue las estrictas normas anti-doping que exige el comité olímpico. Esa desavenencia es el principal obstáculo para este deporte.


El tenis es quizás el deporte olímpico con menos ganadores ilustres. Uno de sus más sorprendentes laureados fue Jay Gould II, nieto del acaudalado empresario ferroviario americano. Es como si la hija de Amancio Ortega consiguiera una medalla de oro.
El casi desconocido jugador chileno Nicolás Massú (nunca pasó de ser el 9º jugador del mundo) venció en la prueba individual de 2004. La medalla de bronce de ese año fue para otro tenista chileno, Fernando González, que junto a Massú ganó el dobles masculino. Dos tenistas desconocidos, que no ganaron nunca ningún otro torneo importante, tienen el mejor palmarés olímpico masculino de los últimos años.


Medallas con mérito: Ivar Johansson, un luchador sueco, venció en la prueba de peso medio de la olimpiada de 1932. Tras terminar la competición se metió en la sauna para perder 5 kilos de peso y poder participar en la prueba de pesos welter al día siguiente, competición que también ganó.


Los combates de lucha olímpica se deciden a los puntos, en un periodo determinado. Pero en la antigüedad estos combates eran hasta el final. Llegando al punto de que la semifinal de los pesos medios de 1932, entre Martin Klein y Alfred Asikainen fue un combate brutal, al aire libre, de más de once horas y media. Maritn Klein, el vencedor, totalmente agotado, se retiró de la competición, permitiendo a su rival ganar una medalla de oro por incomparecencia rival, otro caso único en la historia olímpica.


En las competiciones de lucha hay un protocolo estricto con el pelo de la cara. Sólo está permitido un afeitado perfecto o tener una barba de varios meses. Nada de las malas pintas habituales de los jugadores de baloncesto, con barbas de tres y cuatro días. Otra regla curiosa de ese deporte es que no está permitido nada con la intención de torturar al adversario. Cuando un deporte tiene este tipo de reglas, te das cuenta de que no es una mariconada como el ajedrez.


El pentatlón moderno es un deporte inventado para las olimpiadas y al principio gestionado por el COI. El General Patton hizo un quinto puesto en 1912, y su peor resultado fue, paradójicamente, en la parte de tiro. El general alegó que una de sus balas atravesó justo un agujero de otra bala anterior, por lo que no se contabilizó como acierto. Le echó mucha cara.

Lo rayante de este deporte, entre muchas cosas, está en que la prueba de equitación se hace con un caballo que se sortea entre los participantes. Te toca realizar una prueba con un animal que no conoces, ni te conoce a ti, y que puede ser mejor o peor. Un año a un finlandés le tocó un caballo cojo, se lo sortearon de nuevo y coincidió que le tocó el mejor caballo de doma del país. La parte de equitación es tan azarosa, que se dan enormes vuelcos en la clasificación.

El ganador de Londres 2012, David Svoboda, era ya el favorito en las olimpiadas de 2008, donde sin embargo acabó el 29º, debido a un pésimo resultado en equitación.

Los primeros dopings reconocidos se dieron en pentatlón, la gente tomaba tranquilizantes (valium) para la prueba de tiro. El método antidoping fue auténticamente low cost: colocar la prueba de tiro minutos detrás de la carrera, para que lo bueno contra los nervios fuera negativo para el correr.


Uno de los pocos casos de trampas tecnológicas en la historia del deporte se dieron en la prueba de esgrima del pentatlón por parte de Boris Onishchenko. Este deportista que ya había conseguido varias medallas olímpicas, se las ingenió para crear un dispositivo que “hacía pitar” el aparato que detecta el contacto de la espada con el cuerpo del deportista, consiguiendo puntos inmerecidamente. Fue descubierto en las pruebas de 1976, tras numerosas reclamaciones por parte de sus rivales de que algo no estaba bien con su equipamiento. La manipulación de la espada era tan sutil que toda la delegación rusa quedaba en tela de juicio. El deportista pudo seguir compitiendo con otra espada hasta que se decidió su descalificación. Sus resultados seguían siendo excelentes, no dejaba de ser un tres veces campeón del mundo y triple medallista olímpico.

Su descalificación final le llevó a un acelerado descenso a los infiernos que convierten la reciente historia de Lance Armstrong en un cuento para niños. Tuvo que ser sacado de la villa olímpica porque los miembros del equipo de voleibol ruso amenazaron con matarlo si se lo encontraban. Tuvo que presentarse ante el presidente ruso para dar explicaciones en persona, sufrió una severísima multa, perdió todas sus medallas y reconocimientos, para acabar trabajando de taxista en Kiev. Quizás el taxi no fue el último de sus castigos, aunque sí el último que se conoce.

Fuentes:
How to Watch the Olympics: Scores and laws, heroes and zeros – an instant initiation to every sport

The Little-Known History of How the Modern Olympics Got Their Start

Athletes spill details on dirty secrets in the Olympic Village

Unfollowers en Twitter

SayonaraApp es una nueva aplicación para Iphone que permite conocer quién ha dejado de seguirte en Twitter.

Personalmente no uso apenas Twitter y mi teléfono no es Iphone, pero aún así os recomiendo que los que podáis os la instaléis en vuestro teléfono.

Antes se hablaba del hambre en el tercer mundo, de los negritos con los estómagos hinchados. Ahora se piensa más en desahucios de familias múltiples que viven de la ayuda al hijo que tiene una enfermedad incurable. Cada vez resulta más fácil conocer casos de primera mano de gente con problemas enormes. Pero eso no cambia las vidas de aquellos, entre los que me incluyo, a los que no les va del todo mal. Siguen saliendo a cenar, siguen viajando en los puentes, siguen comprando en las rebajas.

Cuando no te va tan mal del todo, sigues pensando que tienes problemas. La mente se adapta al tamaño de nuestro infortunio. No salen en las noticias los suicidios de personas con trabajo, con hipotecas pagadas, con viajes de envidia que, sin embargo, se sienten tremendamente infelices.

Nos cuesta encontrar ese equilibrio, relativizar nuestros problemas viendo los de nuestro vecino. Y aunque esto no deja de ser publicidad gratuita, os recomiendo realizar el proceso. Pagar dos dólares por la aplicación y empezar a preocuparos de aquellas personas que han perdido el interés en lo que escribís en Twitter. ¿Por qué lo habrán hecho? ¿Qué hice mal? ¿Cómo puedo enmendar mi comportamiento? Cada vez que una persona deje de seguirte en Twitter, y lo sepas, sentirás una pequeña punzada en el corazón. Pero al mismo tiempo te acordarás de esta entrada. No te embargan pasado mañana. Puedes comer algo más que pasta hervida. No serás pobre toda tu vida. No tendrás que dejar el país. Cada vez que alguien te haga unfollow, serás un poco más feliz con tu vida.

Lance Armstrong

Impresiona la caída en desgracia de Armstrong – todo el mundo sabía que se dopaba pero los que deciden no habían tomado medidas nunca. Una persona en su situación económica, cuando seca completamente su entrada de ingresos y de repente se ve obligado a afrontar una serie de gastos inesperados y caros (devolver el dinero de sus victorias en el Tour, por ejemplo) puede acabar en una situación desesperada, incluso arruinada.

Lo más delirante y paradójico de su caso es que su caída en desgracia se debe única y exclusivamente a haber regresado al ciclismo. Sus dopajes eran casos cerrados y prescritos por el tiempo pasado y tratarse de un deportista retirado.

Si se hubiera quedado en casa, o participando en los triatlones, nada de esto habría podido ocurrir. Su pesadilla es verse desposeido de siete tours por haber participado en los dos en que no pintaba ya nada y que reiniciaron el contador para las investigaciones por dopaje.

Y el colmo de males es que se le haya sancionado entre deportes, su sanción del ciclismo se ha hecho extensiva al triatlón, algo totalmente inaudito en la historia del deporte (las sanciones son de las federaciones deportivas correspondientes y limitadas a la práctica de ese deporte).

Como en todo lo relacionado con la crisis, el gran problema de todo esto es que aquellos que le denunciaron hace años resultaron muy dañados personal y económicamente, daño del que nadie les resarcirá. Sin embargo los que siguieron con él hasta el final, se han visto colmados de prebendas, la mayoría de las cuales no tendrán que devolver o perder. Todo esto cuestiona mucho la utilidad económica de obrar correctamente.

Finalmente indicar lo grotesca que quedan las páginas de la wikipedia sobre Armstrong una vez se le quitan sus títulos. Tiene secciones especiales, propias de grandes deportistas, pero al mismo tiempo están vacías, una vez se han debido borrar sus victorias. Tiene ahora un palmarés de profesional mediocre, pero una página más larga que presidentes de gobierno.

La avaricia rompe el saco, nunca vi un caso más claro que este.

Sinpa

No sé si se pueden patentar los juegos de palabras -las esquinas redondeadas sí – pero igual que The Economist jugó con el paralelismo Spain-pain (España-dolor) me atrevo a apuntar que Spain es un anagrama de Sinpa (una palabra con las mismas letras, pero escritas en otro orden).

Sinpa no significa nada, pero Simpa sí, coloquialmente significa irse de un sitio sin pagar (de ahí el nombre) la cuenta.

La clave de un buen simpa está en que no puedes volver al sitio donde no quisiste pagar. Y claro está, si lo haces de un bar no hay problema, porque “será por bares”. Pero imagina que haces un simpa en la Seguridad Social. O de la empresa de aguas. O de Azucarera Española. No tienes alternativas y son servicios casi imprescindibles.

A nivel mundial, cuando un país deja de pagar, se tiene que buscar nuevos socios. Es lo que hiciera Islandia en su crisis bancaria. Y claro está, son amistades extrañas, países que estaban ahí desde siempre y con los que nunca hubo verdadero contacto comercial.

Para un país como España, los posibles nuevos aliados serían China, Rusia (el amigo que se buscó Islandia). Hay mucho riesgo en elegir semejantes amistades.

Cuando comenzó la crisis griega, se oyeron comentarios del tipo “que vendan las islas”. Según la Wikipedia, Grecia tiene unas 6.000 islas. Está claro que perder unas pocas no tiene por qué ser un problema mayor al que ahora tienen. Lo que sí que es un problema es perderlas para capear el temporal durante unos meses, seguir con una deuda atroz. La venta de las islas sería una acción brutal, aunque perfectamente posible. No deja de ser una medida realizada ocasionalmente, desde que el mundo es mundo.

En realidad sería algo similar a las ocupaciones militares. Alemania se deja ocupar el Ruhr porque es un perdedor de la I Guerra Mundial, lo asume y se resigna. Pero cuando pasan unos años, cuando se deja de sentir así, quiere recuperarla y toma las medidas que considera pertinentes. Seguramente esa pérdida de las islas sería algo temporal.

Cuando se habla de vender islas siempre se piensa en hacerlo a los acreedores. Pero esa actitud es tan equivocada como dejarse embargar un piso. El acreedor es el peor pagador que puedas encontrar. Alemania no estaría nada interesada en comprar una isla griega. Ahora bien, no puede decirse lo mismo de otros países. China estaría encantadísima y seguramente pagaría sin muchos regateos. ¿Os imagináis una colonia china en medio del Mediterráneo? A principios del siglo XV China realizó ambiciosos viajes de exploración por todo el mundo. No eran el cutrerío de los Reyes Católicos, tres barcos raquíticos, sino que se embarcaron en misiones masivas, con cientos de barcos a la conquista del mundo. Luego se aburrieron del mundo exterior, olvidaron su flota y se encerraron en sí mismos. Sólo a finales del siglo XX comenzaron a enmendar ese error.

Pero una forma mucho más constructiva de hundirse es intentar vender las islas a compradores particulares. Nada de gobiernos, personas físicas que no comprarían una isla, sino un nuevo país. Petalas es tuya, pero no quiere decir que puedes edificar un rascacielos, tras pagar los impuestos correspondientes, quiere decir que en esa isla, no respondes ante nadie. Te vendo la soberanía de Petalas.

Ante una opción así, no serían muchos los particulares capacitados para semejante compra, pero desde luego, se despertaría un enorme interés. No es lo mismo que tener tu propio avión privado. Ni que tener un rancho de dimensiones obscenas. Es ser rey, es dar el nombre a un trozo del mapa de la tierra, es poder participar en las competiciones de todos los deportes. Tener sillón en la ONU. Lady Gaga o Tom Cruise pedirían autógrafos al dueño de un sitio así.

Vender territorio es una buena forma de desestabilizar un mundo que se tambalea bajo tus pies. Puede conseguirse mucho dinero, tal vez el suficiente, si se organiza con mucha mano izquierda. Además, dejarías a los socios con bastante mal cuerpo. Podrías negociar con amenazas de venta a países hostiles. Podrías dejar una Europa con 200 nuevos países. Las opciones son inquietantes pero no causan ese dolor de cabeza del no saber qué hacer para resolver el problema.

Si España se viera en una situación similar, y quisiera vender territorio, Ceuta y Melilla aparecen como las candidatas perfectas. Perfectas para deshacerse de ellas, no para encontrar un buen comprador. Igual que no sería nada realista intentar vender una región con pretensiones independentistas. Reino Unido mataría por ampliar el territorio que rodea Gibraltar. Podría venderse una de las regiones más pobres de España con el metro cuadrado a precio de Moraleja. Estados Unidos estaría encantado de comprar alguna islita buena en el Mediterráneo. China, quizás también. O Rusia. Paradójicamente, Alemania no ganaría tanto con un buen pedazo de Mallorca.

Se habla mucho de “el ejemplo de Islandia”, cuando en realidad se trata de un país de casa de muñecas. Para ellos las deudas eran una parte inasumible de su capacidad económica, pero para los acreedores no significaba su ruina, caso de no cobrarla. Islandia quedó un poco mal con algunos países, nada más. Los problemas para el país vendrían a la hora de realizar importaciones de productos extranjeros. Su moneda pasó a valer mucho menos de lo que solía valer.

En España nos costaría mucho ese brutal cambio de precio. Todavía son muchos los que no se han recuperado de la entrada del euro, del café que pasó de las 100 pesetas a un euro (166 pesetas). Y de eso hace ya una década. Pensar que el iphone libre costaría 1.000 euros, o tal vez 2.000, daría escalofríos a más de uno. Y con él, un montón de cosas en las que no piensas. Las máquinas de café, todas importadas, también multiplicarían su precio, y con él, el de tus cafés. El azúcar, afortunadamente, no cambiaría de precio.

No tengo ni idea de si sería bueno o no para España realizar un simpa. Lo que sí que tengo claro es que el juego de palabras lo habrá inventado otro antes que yo.

Olimpiadas españolas

Retiro todo lo dicho.

Tengo aquí una cosa que no puedo… no sé. No sé ni cómo me siento. Es muy difícil explicarlo, la verdad”, explicó. “Los primeros 400 metros no iba fácil. Iba con reserva pero he dicho: ‘Ésta es la mía, tengo que ir fuerte’. He intentado no ponerme muy tensa, relajarme un poco y no subir mucho la frecuencia”, pormenorizó.

“Se trataba de no perder más de medio cuerpo porque si no luego era muy difícil recuperar. Y en la segunda parte de la prueba he ido adelantando a Adlington, a Lotte Friis y he dicho: ‘Esto no me puede estar pasando. Pero qué pasa aquí. O yo me encuentro muy bien o las otras muy mal’. Luego he intentado coger a la americana pero ya estaba muy lejos”, explicó la doble medallista en Londres.

Ver la épica prueba de 800 metros libres femenino de Londres 2012.

Crisis = Oportunidad

Una de las cosas más repetidas hasta la naúsea es que los chinos usan el mismo sinograma para Crisis que para Oportunidad. Pues bien, eso es una mentira como la copa de un pino. La Wikipedia ya habla de Oportunidad y Peligro, que poco sinónimos son Crisis y Peligro.

Por lo visto el causante de este desaguisado fue J.F. Kennedy, quien por primera vez lo pronunció en un discurso en Indianápolis, el 12 de abril de 1959:

La palabra “crisis” en chino está compuesta de dos caracteres. Uno representa peligro, y el otro representa oportunidad.

Pero Kennedy usó este recurso, que acabaría manido, muchas veces. Y luego le copiaron muchos otros, como el tétrico Al Gore. Incluso en su época, muy anterior a Internet o el desarrollo de la cultura china, su expresión es más correcta que la que ha llegado a la actualidad. Que de una palabra formada por dos signos (crisis), uno puede significar peligro y el otro, muy forzadamente, oportunidad. Y es que ese otro signo significa más bien máquina, avión.

En resumen, un delirante malentendido que no ha quedado lo suficientemente explicado como muchas otras leyendas urbanas pero que no tiene ni pies ni cabeza:
a) En todo caso sería “crisis” significa peligro + oportunidad.
b) Y oportunidad, con una laxitud propia de conferenciante sobre Cloud Computing.
c) Que todo esto viene de Kennedy, pero fue potenciado por los Simpsons, que en una broma (no confundir con documento) ponían en boca de Lisa Simpson:
“Los chinos usan la misma palabra para crisis que para oportunidad.”
d) Que está muy bien explicado en la Wikipedia.

La crisis


La tienda FNAC de Madrid vende tantos libros sobre la crisis, que ya superan en cantidad a muchas secciones consolidadas, como economía o ciencia. La crisis se ha convertido en un nuevo género narrativo.

Los libros sobre la crisis se dividen en tres categorías principales. Están los que la explican, a toro pasado. Y los que se atreven a vaticinar sobre el futuro u otras formas de futuro posibles. El tercer grupo son los libros de economía de guerrilla, de ahorro de pobres, cultura lonchafinista.

Entre los libros que explican la crisis, casi todo lo que superficialmente hojeo lo veo sesgado, engañoso. Y es que exponer por qué algo sucede es muy fácil. Lo complicado es prever lo que puede ocurrir de acuerdo a lo que ahora está pasando. Pero estos libros de la crisisología ni siquiera aciertan en lo fácil. Porque la verdadera historia de la crisis avergüenza a todas las clases sociales, a hombres y a mujeres, a pobres y ricos.

Y nadie paga por leer una historia en la que él es uno de los culpables. Explicar la crisis, para poder vender libros, se ha convertido en una caza de brujas. Intentar descubrir a los culpables de la crisis. Llegándose a una simplificación tras otra, hasta empezar a caer en dislates como que la crisis es culpa de una única persona. O de un partido político.

La crisis simplemente se debe a que vivimos en el pasado con dinero del futuro. Casi todos. Y ahora, es el futuro.

Si tú viviste con dinero del futuro porque todo el mundo lo hacía, porque la televisión te lo decía, porque nadie te dio una formación económica, da igual. Tú cometiste el mismo error que el banco que dio los préstamos, que el empresario que aceptaba encargos que cobraría muchos meses después.

Y ahora empiezo a ver que se forman dos grupos, vencedores y vencidos. El vencido es al que le embargan la casa. El vencedor el que te explica la crisis o te cuenta un mundo mejor basado en la economía del trueque. Los vencedores se ríen de los que vivieron por encima de sus posibilidades, y aconsejan un modo de vida tan espartano como incoherente.

Muchos de los que en su momento se libraron de la burbuja inmobiliaria ahora abogan por el madmaxismo. Una visión de un futuro apocalíptico que está a la vuelta de la esquina, una especie de vuelta a la Edad Media, con un drástico retroceso en la calidad de vida.

Y es que veo que a pesar de que hemos sufrido una tremenda crisis por no darnos cuenta de la realidad, inmersos en ella, volvemos a crear una nueva realidad que no tiene apenas sustento. La misma gente que se hipotecaba porque lo hacía su vecino, es la que está cansada de oír, hasta el punto de asimilar como verdad absoluta, que la crisis es culpa de los bancos. Esta es la nueva verdad indiscutible, como en su momento lo era que los pisos nunca bajan de precio.

Igual que un vendedor de pisos debe reconocer y aceptar que éstos han bajado de precio, todos nosotros deberíamos reconocer que tenemos parte de culpa por la crisis. Está claro que mucho más mal hacen los que tienen más poder. Pero lo triste es que cuando estamos errados hacemos tanto mal como está al alcance de nuestra mano. Si somos de clase media baja, ni queriendo podemos causar una crisis económica. Todo lo más arrastrar a gran parte de nuestra familia a un pozo. Un banquero – que no un pobre empleado de banca – tiene más opciones. O un presidente de Gobierno. Pero eso no quiere decir que sea más malo; tal vez sí más culpable.

Entre todo este disperso mensaje, la idea que me gustaría trasmitir es que a pesar de todo lo que ha sucedido, la inmensa mayoría de la gente no se ha enterado de casi nada. No va a aprender nada. Y lo peor es que los que sí entendieron lo que pasaba en su momento, ahora están sembrando un mensaje extraño, que pinta un futuro de armas de fuego, y economía autosuficiente. O una postura psicótica que les aleja de cualquier forma de inversión, salvo los bienes tangibles, como la plata.

Mi visión de la situación actual es que no hay terreno firme, pero precisamente ahora es cuando se puede conseguir más por menos. Si llegamos a tiempos de guerra, de vida en el campo, un escenario muy poco probable, de nada serviría estar preparado. Todos estaremos muy mal, de poco sirve tener un puñado de gallinas o poseer un terreno rústico si campea la ley de la selva.

Para el que no tiene dinero, ni trabajo, la pregunta diaria es “¿Qué voy a comer hoy?”. Pero todavía queda mucha gente con una vida medianamente normal, que ha sufrido recortes, que tiene que hacer más por menos, pero que trabaja, que puede ahorrar, que puede consumir. Aún con un 49% de desempleo, la mayoría de la gente tendría trabajo. Y aunque de ese porcentaje, muchos están en una economía de subsistencia, hay muchos millones de personas a las que no les va tan mal. Para estas personas la pregunta es, “¿Qué hago con mi dinero?”.

Porque hay una enorme inestabilidad. El dinero puede emplearse en unas pocas formas: se puede consumir, comprar cosas, normalmente inútiles. Se pueden comprar viviendas (bueno, normalmente sólo una y una parte de ella). Está la opción de dejar el dinero en el banco. O debajo del colchón, que se ha convertido en algo totalmente diferente. Se puede invertir en un negocio, propio o ajeno. Se puede invertir en bolsa, o en bonos, o en preferentes y otros productos financieros. También existe la opción de los bienes tangibles, en la forma física (tener bidones de gasolina en el trastero) o en la virtual, comprando futuros de Brent.

Lo ideal, y que te diría un periodista que quiera salir del paso, es que hay que diversificar. Tener un poco de todo. Pero, claro está, si puedes diversificar de esa forma, es porque te va estupendamente, tienes mucho que invertir. Y sí, en tal caso hay que diversificar necesariamente y puedes permitirte pagar por el consejo de un profesional (¡Pero jamás pagar porque un profesional invierta por ti!).

Ahora bien, supongamos que tenemos 10.000 euros ahorrados, que es todo lo que tenemos. Están en una cuenta de ING que da unos intereses mensuales de 10-15€. Ese dinero poco se puede diversificar. ¿Qué hacemos con 10.000 euros?

Como siempre, hay que empezar excusándose: no soy experto en nada. Esto es lo que le contaría a mis amigos, si los tuviera, no es ninguna recomendación. Es una opinión para empezar a pensar.

¿Qué riesgos nos plantea el futuro? Unos son más probables que otros, nunca olvidemos eso. Hay riesgos individuales (enfermedad, paro, robo, divorcio) y riesgos colectivos (salida del euro, quiebra bancaria).

Empecemos con una visión genérica de cada forma de inversión, hoy en día y en España:

Consumo
Pros: Precios bajos, ofertas atractivas, satisfacción inmediata.
Contra: La mayoría de lo que se consume es innecesario y produce una satisfacción que solo dura en el corto plazo.

Inmobiliaria
Pros: Precios en descenso, favorables condiciones fiscales, todo el mundo necesita vivir en alguna parte. Vivir es caro.
Contras: Dificultad para conseguir una hipoteca, riesgo de deber mucho dinero al banco, riesgo de embargo (ruina personal), inversión no diversificada. Inversión ilíquida (imposible de vender con facilidad). Riesgo elevado para hombres con hijos (el 50% de los matrimonios acaba en divorcio, es mucho más probable que acabes divorciado que en el paro, así que imagina si es probable). Los precios no han tocado fondo. Vivir en una casa te ata a vivir en un lugar concreto.

Dinero en el banco
Pros: A salvo de un posible robo (robo por parte de delincuentes comunes). Es una actitud sencilla, la que se suele aplicar por defecto.
Contras: Riesgo de quiebra bancaria, de corralito (intervención del dinero por parte del Estado), de pesetificación (convertir los euros en otro tipo de moneda interna, que no valdrá para nada).

Dinero debajo del colchón
Pros: Los billetes de euro tienen pinta de que serán aceptados por mucho tiempo y en muchos países. No se convertirán automáticamente en monedas de pacotilla.
Contras: Riesgo de robo. Puede ser ilegal atesorar efectivo o realizar movimientos internacionales con dinero en efectivo.

Negocios
Pros: Inversión sostenible a largo plazo, que crea riqueza y empleo.
Contras: La mayoría de los negocios son una ruina, montar un negocio ahora es una temeridad. Dificultades con los socios, facilidad para ser engañado.

Bolsa (en el sentido amplio)
Pros: Los precios de algunas acciones son muy bajos. Se puede evitar el “riesgo moneda”, el riesgo a que una moneda (el euro, el dólar, la peseta) se vaya al garete y su valor caiga en picado. Condiciones de tributación favorables.
Contras: Riesgo a “quedarse pillado” en una inversión. La bolsa puede subir, bajar y también quedarse sin liquidez. Que tengas unas acciones que valen 1 euro pero que nadie quiere comprar. Una inversión en bolsa se apoya sobre una empresa, o país, que está en condiciones de mucho riesgo.

Bienes tangibles
Pros: Son como los pisos y los sellos, una inversión que puedes tocar y llevarte en el maletero del coche. En tiempos de incertidumbre, se espera que sean valores que suban de precio.
Contras: A ver dónde vendes un lingote de plata. Sablazos en las comisiones de compra y venta. Riesgo a comprar algo que no vale lo que cuesta. Inversión “de flipado”, socialmente mal vista.

Y ahora voy a decir lo que pienso sobre cada forma de inversión, a día de hoy.

Consumo

Si a uno le va bien, ahora es cuando puede consumir más a gusto. Viajes baratos a buenos destinos. La mejor mesa en el mejor restaurante, al mejor precio. Tecnología de calidad a precios de saldo. Cuando a todo el mundo le va bien, consumir es más caro y luce menos. Eso sí, es importante entender qué placer se satisface con cada forma de consumo.

Una experiencia única o soñada es una gran inversión. Si tu ilusión siempre fue ver a Juan y Medio en persona, el hacerlo es dinero bien gastado, no importa lo ridículo que sea tu sueño.

El consumo como huida hacia adelante, como necesidad de satisfacción a corto plazo, solo produce infelicidad.

Inmobiliaria

Tras la debacle inmobiliaria el comprar casa ya está considerado un gravísimo error. Pero precisamente ahora empiezan a surgir muy buenas oportunidades de compra, para el que tenga dinero en el banco. Con 10.000€ no estamos en condiciones de comprar ninguna vivienda, salvo algún saldo (un bajo en un barrio modesto, proveniente de un embargo).

Estoy totalmente a favor de la idea de comprar una vivienda, a los precios que se pueden conseguir ahora y en la coyuntura económica actual. Pero siempre que se cumpla el siguiente dodecálogo, en su totalidad:

  1. Sólo comprar residencia habitual. Ni casas en la playa, ni casas para alquilar, ni casas de campo. Y si ya tienes casa, no te cambies.
  2. No comprar pensando que en el futuro se podrá pasar a algo mejor. Comprar una vivienda pensando que puede ser para toda la vida. No comprar pensando en vender.
  3. No comprar con gran endeudamiento. Si la única forma de comprar es con avalistas, con meses de carencia, hipotecas a muchos años, aportando hasta el último euro ahorrado, dependiendo de cada euro de nuestro sueldo actual, es porque no estamos en condiciones de comprar. Y entonces, no hacerlo.
  4. No comprar en ciudades con economía del Monopoly. Da igual que te guste mucho tu pueblo o ciudad, si apenas hay trabajo, algún día te puede tocar a ti. No comprar en poblaciones de menos de 100.000 habitantes (por decir un número).
  5. No comprar basura. Evitar los bajos, los malos barrios, las zonas alejadas del centro de las ciudades, los edificios muy viejos, las paredes de papel. No comprar casas que no existen, huir del VPO, las cooperativas, los pisos a medio construir. Ahorros de pobre que pueden salir muy caros.
  6. Olvidarse de la casa de los sueños. Porque además soñamos muy mal. La casa de los sueños tiene terraza (que acabaremos cerrando y creando un habitáculo inútil). O con una piscina que no usaremos, por estar gordos, y que encarecerá la comunidad en 100€ mensuales. Hay que empezar a soñar con casas prácticas, por ejemplo una casa con comunidad baja (lo que nadie sueña).
  7. Una casa que funcione con y sin coche. Y es que en el futuro igual no lo usamos. Pero viviendo en el presente, que si ahora tenemos coche, lo podamos aparcar.
  8. Una casa modesta. Un lugar enorme acaba generando gastos directos (mayores impuestos, pues van por metro cuadrado de vivienda, cuesta más calentarla o enfriarla, tiene más puertas que se pueden romper) e indirectos (tendencia a llenar espacios vacíos con tonterías que no regalan). Una casa muy pequeña provoca tensiones e incomodidades para los que viven en ella.
  9. No comprar lo mejor que puedas. Uno de los errores más comunes de la anterior burbuja. Establece unos mínimos, y dentro de ellos, lo más barato que consigas, no lo mejor que encuentres.
  10. Lucha por el mejor precio. Ahora existen ofertas a la baja, pero con cabeza y olvidando los complejos, uno puede pelear por rebajas muy interesantes. Nos vamos a una gasolinera a 20 kilómetros porque la gasolina es un céntimo más barata, pero en algo que cuesta decenas de miles de euros nos da vergüenza regatear. Si un piso que te gusta cuesta 100.000 y tú no quieres gastar más de 80.000, no dejes de proponer una oferta a 75.000 euros. Te puedes llevar una buena sorpresa.
  11. No escuches a tus amigos. Recuerda que estamos donde estamos porque todo el mundo escuchaba a los que no tenían ni idea. Tu novia puede tener dos carreras, aparte de un señor polvo, pero a lo mejor la economía no es lo suyo. Y los consejos de tu padre, muchas veces se basan en una coyuntura económica diferente, o en un riesgo que salió bien, riesgo que tú no te puedes permitir. Infórmate bien, por ti mismo. Contrasta opiniones.
  12. No pagar en negro.Malos tiempos para pasarse de listo y robarnos a todos. El marco legal es más inestable que nunca. Pagar bajo cuerda tiene muchos más riesgos que nunca.

La coyuntura actual es tan mala, que diversos escenarios apoyan la compra de vivienda (siempre a un buen precio): la salida del euro destroza los ahorros, convirtiendo el dinero en simples papelitos. Se volvería a una economía con elevada inflación donde el tipo de interés de la hipoteca se mantiene bajo (pagar cada vez menos). El riesgo es que las hipotecas “en euros” no se convirtieran en hipotecas “en pesetas”. Pero si esto ocurriera, estaríamos en escenario de desastre. Una escenario de catástrofe no es imposible, pero para esos casos uno nunca puede estar totalmente preparado.

Dinero en el banco

Tener dinero en el banco nunca puede ser una mala idea. Ahora mismo no lo movería pensando en cuberterías, milésimas de mejor interés. Intentar tenerlo en un banco que no pueda quebrar, porque por muy garantizados que estén los depósitos, si hay que recurrir al fondo de garantía, uno puede tardar meses en conseguir su dinero, y vete tú a saber en qué condiciones. Da igual la inflación, lo que puedas conseguir con otras inversiones. Para alguien conservador, perder poco dinero es una actitud recomendable.

Dinero en efectivo.

Pues si eres joven, sin hijos y no eres funcionario, no descartaría tener el suficiente dinero en efectivo para por lo menos poder salir del país. Si el billete de tren Madrid-Burdeos más caro que puedas encontrar cuesta 300€, ten 500€ en efectivo, y tal vez algo más para comprar un vuelo, fuera de España, a donde quieras emigrar. No es mucho dinero en caso de que lo perdieras y te da la tranquilidad de pensar “si el país se va a la mierda, podré al menos salir de él”. Porque el problema para muchos de los que no han emigrado a España ha estado siempre en eso: en no tener ni para dejar su propio país.

Negocios

Aunque ahora se diga mucho que el montar tu propio negocio es la forma a la crisis, todo esto lo veo como consejos irresponsables de gente que gana dinero, o una parte de su dinero, por dar consejos a otros y proyectando la imagen de emprendedor optimista. La señal de que ahora montar un negocio es una mala idea está en que muchos de los que han funcionado siempre, de los que tienen experiencia, han tenido que cerrar. Pero no, vas a llegar tú y lo vas a hacer mejor que nadie. Si cierran bares, es porque sobran bares. No montes un bar. Y no olvides la regla número uno de los negocios: Cualquier negocio relacionado con perros, fracasará siempre.

Ahora bien, si sabes de un amigo que tiene un bar, que ha sido capaz de pasar lo peor, y que necesitaría una inversión de 10.000 euros, seguramente sea una excelente forma de emplear el dinero, una de las mejores. Eso sí, dejándolo todo muy bien atado, ni acuerdos verbales ni repartos de beneficios inciertos. Si es una empresa familiar con la gente comprometida, siempre hay que arrimar el hombro, aunque sea posible que las cosas salgan mal. No es lo mismo avalar el piso de tu hermano (error) que invertir en el negocio de tus suegros (acierto).

La bolsa

La bolsa está en mínimos históricos, precisamente por eso es cuando puede ser más interesante invertir en ella. Y puestos a invertir, los valores estrella serán los más castigados: constructoras y bancos. Estoy pensando en comprar acciones de Bankia, pero es imposible encontrar información racional en Internet. Todo es parodia y ridículo de la empresa caída. A mi el logotipo de Bankia me parece horroroso, igual que Playboy es una empresa que me encanta. Pero lo que cuenta no es lo bonito de la compañía o de su producto, sino cuánto cuesta el kilo de empresa. Y Bankia está casi regalada.

Tal vez sea un mal ejemplo, pero sirve para muestra de qué se puede buscar en la bolsa. Otra forma de inversión mucho menos arriesgada es hacerlo en empresas consolidadas, que coticen fuera de la Bolsa Española. Como por ejemplo Nestlé, Toyota o McDonalds. Estas inversiones alejan nuestros euros de ser meros papelitos o apuntes en una libreta, convirtiéndolos en algo diferente. Volviendo a lo de siempre, si desaparece el euro, ahí está nuestra inversión en 27 ruedas de coche fabricadas por Toyota. Pueden desaparecer las monedas, pero de alguna forma podré recuperar mi dinero, librándome (tal vez) de devaluaciones o conversiones draconinanas.

Bienes tangibles

El oro está a precios máximos, por eso se habla mucho de la plata. El oro (en forma de cadenón con el símbolo del dólar, para colgar al cuello) es una inversión que da pérdidas garantizadas. Eso sí, siempre tiene algún valor residual y es fácil de transportar, incluso dentro de una cárcel.

La plata física no hay donde venderla, es en sí misma un quebradero de cabeza, como lo son los sellos o los árboles. Sólo por eso no me convence. La plata física tendría valor en escenarios de catástrofe, de desaparición del euro, etc. En tales casos el venderla iba a resultar dificilísimo y sólo se podría hacer con grandes descuentos.

Ahora bien, tener un lingotazo de plata es algo que no puedo desaconsejar, porque tiene cierto encanto retro y macarra.

Lo que me preocupa es que alguna de la gente que se dio cuenta de que los pisos “eran un timo” y los sellos, más, se deja llevar por el canto de sirena de una forma de inversión compleja, insegura y arriesgada.

La otra inversión

De entre todas las inversiones propuestas, hay una que brilla por encima de todas las demás. No se devalúa apenas y es muy fácil de transportar. A prueba de robos. No importa lo que ocurra, tenemos que invertir en nosotros mismos. Citius altius fortius. El que esté en la Universidad, que la termine, porque cada año será más cara y por lo tanto, más valioso el título que se pueda conseguir. Hacer másteres que tengan sentido y salidas. Hay másteres que no valen ni para limpiarse el culo con ellos. No es tiempo de hacer carreras vocacionales, sino de carreras con expectativas de trabajo para cuando las termines.

En los estudios universitarios hay mucha paja, mucho estudio que no sirve para nada. Estudiar oposiciones hoy en día es una quimera, aunque igual pienso que a medio plazo (3-4 años) es una excelente opción para el que se la pueda permitir. Los recortes y despidos de ahora vaticinan años de elevadas necesidades de funcionarios en el futuro.

Uno debe formarse en cosas que le gusten, que le llenen y que sean prácticas. Si tienes poco dinero ahorrado, elige una de las anteriores opciones, pero mientras tanto, no dejes de aprender cosas nuevas. Porque el futuro es muy incierto, y no será de los que tengan un corral con gallinas, sino de los que aún sean capaces de aprender habilidades nuevas. Es triste que uno no esté dispuesto a gastarse ni un céntimo en formación, con el cuento de que todo está en la red, gratis. Aprender a dibujar mejor, a bailar, dar clases de capoeira, aprovechando que están a precios de saldo. Sí, bailar tango no es práctico con un 100% de seguridad, pero con menos de 1.000 euros y pocas semanas de tu tiempo, puedes llegar a no hacer el ridículo. Mientras que una Filología inútil al 90% puede suponer cinco años de tu vida y 10.000 euros largos en gastos.

La formación a gran nivel es muy incierta. Pero los cursos cortos, a precios fijos, suelen ser siempre interesantes y nunca son dinero tirado. Comprar un coche (error), sacarse el carné de conducir (acierto).

Si no sabes inglés, o tienes un nivel burdo, gasta todo lo que sea necesario en aprenderlo.

Eso sí, el inglés no es para emigrar, sino para tener la opción de hacerlo. Por mucho que se vendan vidas de fantasía “en Europa” la realidad es que un extranjero es, para muchas cosas, un ciudadano de segunda categoría, en cualquier país del mundo. Y eso es a veces muy duro. En muy pocos trabajos aceptan a gente que no conoce el idioma. Una delirante realidad simplificada, que algunos asumen como cierta: en Finlandia aceptan españoles para casi cualquier puesto, siempre que sepan inglés. Se cobran 2.000 euros netos en cualquier trabajo y si te quedas embarazada tienes 2-3 años de baja de maternidad. No importa si trabajando en Nokia o en una carnicería, con que sepas inglés, ya puedes trabajar con total normalidad, eres uno más.

En resumen, que si tuviera que invertir 10.000 euros, lo que haría sería:

5.500 euros en el banco.
2.000 euros en efectivo, mejor en billetes pequeños.
1.000/0 euros en 10 lingotes de 100 gramos de plata. Dependiendo de lo macarra que se sea o lo preocupado por el futuro que uno esté.
1.000/2.000 euros en acciones de alto riesgo y peor imagen (bankias).
500 euros en aprender cosas nuevas.

Y mientras tanto, seguir ahorrando.

Lotería de penaltis


Siempre que hay tandas de penaltis para decidir el vencedor de un encuentro de fútbol, se oye a varios de los jugadores que dicen que los penaltis “son una lotería”.

Con esto tratan de decir que el resultado es del todo impredecible. A mi sin embargo me sorprende un poco el ver cómo muchos equipos se dejan llevar a los penaltis con cierta inercia, nos encanta dejar que algo se decida por azar, en lugar de por nuestro esfuerzo (que puede ser vano).

Si a un equipo lo eliminan en los penaltis, no importa que el resultado haya sido prácticamente aleatorio. Los periodistas tienen argumentos suficientes para justificar su derrota y la consiguiente victoria del rival.

Lo más triste de los penaltis es lo injusta de la memoria de los aficionados, que simplifican el resultado de la tanda de penaltis a lo que hiciera el último jugador que falló.

Así, en las Semifinales de la Champions League de 2012, el Bayern Munich venció al Real Madrid en la tanda de penaltis. Del Real Madrid, fallaron tres jugadores su lanzamiento: Cristiano Ronaldo (considerado por algunos como el mejor lanzador de penaltis del mundo), Kaká y Sergio Ramos. Pero todo el peso de la derrota se centra en el último fallo del último lanzador. Hasta el punto de que he tenido que consultar internet para saber quién había fallado el segundo disparo del Real Madrid (Kaká). Mientras que de Sergio Ramos se hicieron todo tipo de bromas y descalificaciones.

Igualmente, el portero nunca es el culpable de la derrota. Pero sí el artífice de la victoria. Es igual de injusto. Si el portero alemán, en el anterior ejemplo, paró tres penaltis, y el español sólo dos. ¿No es la derrota, en gran parte, culpa de tener “peor” portero?

Pero hay una gran verdad detrás de que las tandas de penaltis son una lotería. De hecho, el momento más importante es el que no se suele ver: el del sorteo. Se lanza una moneda antes de empezar, según el equipo que gane, puede elegir entre ser el primero, o el segundo en disparar. Pues bien, está demostrado estadísticamente (PDF del estudio completo) que el que empieza disparando tiene un 60% de probabilidades de ganar, que son muchas más que su rival.

Aún sin saber esto, casi todos los deportistas profesionales prefieren empezar disparando, para presionar a los rivales. Aún sin saber que matemáticamente es una ventaja, psicológicamente ya lo entienden, acertadamente, como ventajoso.

Así, los aficionados del Real Madrid, o de la Selección Española, cuando felicitan a su portero por la actuación en los penaltis, deberían entender que gran parte del mérito de su éxito se debe no tanto a las meritorias paradas. Sino a su habilidad como capitán en el anodino arte del cara o cruz.