Ricart

Esta noche muchos de vosotros saldréis a tomar algo, algunos no tendréis pareja y fantasearéis con una gordita que os haga felices. Pero la triste realidad es que volveréis a casa solos y con algo menos de felicidad.

Sólo quiero que penséis que mientras lamentáis vuestra situación, Miguel Ricart, uno de los asesinos de Alcasser, condenado en 1997 a 170 años de cárcel por violar y asesinar a 3 niñas, acaba de salir de la cárcel. Y a diferencia de vuestra situación, ha tenido, en su estancia en prisión, comunicación con decenas de mujeres que, simplemente, están esperando a que salga de prisión, para intentar una vida en común con él.

Mientras tú, una persona normal con una vida normal, luchas por conseguir a alguien, uno de los peores asesinos de España en los últimos 20 años, tiene donde elegir. Ese es el mundo en el que vives.

Relacionados:

Inmates for you.

EBE 2014

El EBE, inicialmente Evento Blog España, es un congreso sobre Internet en español que se viene celebrando durante al menos cinco años en Sevilla. Se dice que es el evento de Internet con más asistentes de todo el Internet en español.

Así contado, suena muy bien. En un fin de semana largo se realizan diversas presentaciones y grupos de trabajo sobre todo tipo de asuntos relacionados con Internet. Se abarcan los móviles, juegos, programación, Twitter, activismo social, marketing, seguridad y un largo etcétera.

Aunque siempre me he mantenido al margen de todo tipo de reuniones sociales, en mi afán de publicar contenidos de calidad, no dejaba de tener la duda de cómo sería algo así. ¿Me estaría perdiendo algo que podría relanzar mis visitas a los 100 usuarios únicos diarios?

Así, decidí hacer un esfuerzo y ahorrar para pagar la cuota de inscripción de 20 euros. A poco para que comenzara el EBE, el programa no estaba cerrado. Cuando digo que no estaba cerrado me refiero a que diez días antes de empezar no se sabía más que de 4-6 conferencias. Y lo que se sabía era sólo el título y quién la daba. El programa completo no lo supe hasta un par de días antes de que comenzara.

Teniendo en cuenta que en los días de vino y rosas, cuando la B de EBE significaba blogs, habían acudido los pesos pesados de Internet en España (Microsiervos, Escolar, Dans, Torbe) entiendo que con la crisis y la pérdida de patrocinios, se han tenido que reorientar hacia ponencias menos “pata negra”. Y es muy posible que hasta el último momento hayan estado esperando que alguno de los grandes quisiera participar a un “precio de amigo”. No sé las causas reales. Sólo indicar que presentar el programa con tan poca antelación es muy poco serio.

Me fui para Sevilla con mucha ilusión, porque me gusta lo totalmente desconocido. La ubicación del congreso era en el Palacio de Congresos de Sevilla. No me gustó “porque estaba donde Cristo perdió el mechero”. Pero vamos, eso es como quejarse de que Madrid no tiene playa. Un congreso grande tiene que hacerse así, y los organizadores no tienen culpa alguna de que la ciudad esté mal hecha.

Total, que fui a por mi acreditación y ahí estaban un par de niñas que colocaban las pulseras y te daban una bolsa de bienvenida, que bien podría llamarse bolsa de basura, si no fuera porque las bolsas de basura, desde que las cobran en el supermercado, son de un material superior.

A mi las pulseras me gustan cuando vas a un hotel de “todo incluido” y puedes estar peligrosamente borracho a cualquier hora del día. Pero para un evento donde luego tienes que hacer vida normal, me parecía innecesario. Aparte te daban una de esas acreditaciones al cuello que se pone uno para que se note que se es uno más, pero que en este caso no servía para nada. Además estaba en blanco, con lo que podías escribir lo que quisieras. ¿Para eso querían todos mis datos? La acreditación no sirve de nada, pero hace que retrasados como yo nos sintamos especiales. La sensación cuando ves tu nombre escrito en el papel es positiva, como haciéndote pensar que te estaban esperando.

Luego me di cuenta de que para entrar en todas las charlas no hacía falta acreditación, no había control de ningún tipo y haber pagado los 20 euros, o no, no marcaba diferencia. Eso lo hacen en conciertos y partidos de fútbol: cuando el aforo es bajo se deja entrar a todo el mundo, pero sin que quede muy claro que hay quien ha pagado y quien no.

Lo que sí es de criticar era la fanfarria absurda relacionada con la pulsera. Asociabas tu número con una cuenta de Twitter/Facebook y cuando ibas a entrar en una sala, podías pasar la pulsera por un lector (de códigos de barra o QR, igual es) y eso hacía que se publicara un mensaje en tu cuenta indicando que estabas asistiendo a la charla.

A mi esa sobre tecnificación me pareció forzada, innecesaria y un gasto que podía haberse empleado en cualquier otra cosa.

Luego llegamos a las charlas. Los salones de exposición eran impecables. La realización, sin un sólo fallo de audio, iluminación o powerpoints.

La inauguración la daba un peso pesado de GreenPeace. El leitmotiv del Congreso era “Disrupción Global” y Juan López de Uralde iba a dar una charla titulada “Romper para avanzar”.

Al poco rato la gente abandonaba en desbandada la charla, sin ningún tipo de delicadeza. Lo cierto es que era un peñazo y dado que había una presentación alternativa en otra sala, lo lógico era abandonarla y pasar a la otra.

Y ahora vuelvo al asunto del programa que no se desveló hasta el último momento. Con una visual, sin haber podido consultar los perfiles de los conferenciantes, sólo veía un puñado de presentaciones de título pretencioso y contenido incierto. Teóricamente había cinco espacios diferentes, pero en la práctica se reducían a tres, pues el Hackaton, una sala donde se juntaba gente para programar, no tenía interés más que para los que allí estaban, y la Sala Verde proyectaba películas y cortometrajes que, obvia decirse, cualquiera puede descargarse gratuitamente desde la nube.

La temática “Disrupción Global” para el congreso era una tomadura de pelo. Cada charla era de su padre y de su madre y ninguna tenía que ver con eso. Para mi que usaron el nombre rimbombante que más usa algún blogger conocido, como cuando hablaban de la web social, Big Data, la revolución de los blogs. Términos de moda, pero vacíos de contenido.

Había en todo momento tres sesiones entre las que elegir. Hay que reconocer que se abarcaba temática muy diferente. Por un lado, charlas de temas que conozco, como una dada por el Country Manager de AirBnb y otras de asuntos que me son totalmente nuevos, como la programación de juegos para móviles. Pero en ambos casos ocurría lo mismo: la charla comenzaba con generalidades del tipo “para que se entere todo el mundo”. Luego el ponente “hablaba de su libro” indicando las bondades de su empresa/servicio y dando un tutorial sobre algo en lo que son expertos, pero no es el objetivo de la charla. Y luego, y este es el problema, nada más.

El principal problema de todas las charlas era que, o bien eran complejísimas para un neófito – pensando en gente como mi padre – o para cualquiera que supiera algo no aportaban prácticamente nada. Esa ambigüedad en el uso de la divulgación es quizás la bandera roja más importante y el aviso a navegantes que quiero dar. Lo más probable es que la charlas no te aporten nada. Porque cualquiera de vosotros sabe que en 25 minutos se pueden aprender muchas cosas.

A medida que el congreso se iba desarrollando fui perdiendo el interés por asistir a las charlas. Al mismo tiempo me parece delirante el uso de Twitter que se dio en las mismas. La gente se dedicaba a twittear “la frase molona” de los 25 minutos de charla. Y como había cientos de personas twitteando lo mismo, porque la gente se aburría y se ponía a escribir, se conseguía un trending tropic, que se anunciaba como el descubrimiento de un nuevo signo zodiacal. No importaba si la charlaba gustaba o no, si era profunda, novedosa. Trendi topi habemus.

Mucha red social, pero de Facebook no se hablaba, porque eso es para amas de casa. Pero Twitter es para hipsters con contrato de autónomo y Iphone a plazos. El abuso de Twitter llegaba al punto de que se usaba para formular preguntas, aún cuando había voluntarios (gente que trabaja sin cobrar) que tenían micrófonos. Se daba prioridad a las preguntas via Twitter que a las pronunciadas “al estilo antiguo”. También había un panel donde se iban mostrando los twitts de la gente sobre la charla en concreto. Casi todo eran obviedades y repeticiones de “frases molonas” del tipo “tu problema no son los clientes sino las facturas sin pagar” o “El que no está en Twitter no existe” o “Conseguir el primer millón es fácil, lo difícil es conciliar la vida familiar”.

Entre charla y charla se hacía networking, que es la forma moderna de decir “hablar con otros”. Pero el ambiente no daba pie a ningún tipo de interacción espontánea. La gente se agolpaba en largas colas para conseguir un café patrocinado. Se iba en grupitos a los que no tenía ningún sentido abordar. Nadie lo hacía, porque era más frío y hostil que intentar vender enciclopedias a domicilio. Realmente la motivación era mínima, esos asaltos tiene más sentido hacerlos a grupos de chicas en los bares.

Sin embargo muchos dirán que hacer networking es hablar con gente que ya conoces de otros eventos o que te siguen en Twitter. Puede ser, lo cierto es que tengo tan pocos seguidores en Twitter que es más probable que me encuentre antes con un liberado de la Doctrina Parot que con uno de mis seguidores.

En resumen, el ambiente era realmente poco propicio para compartir experiencias. Había unos cuantos puestos de productos de patrocinio que aportaban poco o nada. Todo se limitaba a las charlas y estas eran demasiado genéricas para aportar algo. Y ojo, no quiero quitar ningún mérito a los ponentes, que casi todos me parecieron personas interesantes con mucho que decir. Pero precisamente cuando llegaba ese momento, se acababa la charla.

Pero si el congreso me pareció una perdida de tiempo – que no de dinero – lo más abochornante, de largo, fue la fiesta.

En el mismo espíritu sorpresivo – improvisador – se anunció con pocas horas de antelación. Se iba a celebrar en cuatro pubs que estaban casi contiguos. Prometían que, al igual que otros años, ardería Troya. Descarté desplazarme a un garito donde podría haberme zumbado de una gorda cincuentona, para probar suerte en la fiesta del EBE.

Si lo de las pulseras me pareció forzado, lo de la fiesta necesita de palabras que no existen en el diccionario. Había una oferta de dos copas por seis euros pero para conseguirla tenías que comprar las copas online (sí, por Internet) y luego descargarte un código QR que mostrabas en recepción, donde te daban un ticket para canjear esa noche en los bares. Sí, tal y como te lo estoy contando, todo eso había que hacer para conseguir el descuento. Pero vamos, que es absurdo porque tenías que comprar las copas antes de siquiera pisar el pub, luego no tenías opción de comprarlas. Es decir, usar internet para una acción puramente offline. ¿Compro 2 o compro 4? Y todo eso de comprar online + código QR es como para reabrir Auschwitz para quien tuvo dicha idea.

La fiesta en sí misma, si tuviera que definirla en 140 caracteres, diría “Patética”. Lo peor era que podías leer por Twitter “lo bien que estaba la fiesta”, estando dentro de ella, tan aburrido como para mirar tu Twitter. Fue el típico bareto con cuatro gatos, donde no baila nadie, nadie está borracho, no hay mujeres, no hay buena música. Una buena fiesta es como las que reflejan “Resacón en las Vegas” y películas similares. Ya en el hotel, tan solo como mi gordita cincuentañera, pude leer por Twitter que la fiesta estaba en su apogeo, una pena que me perdiera lo mejor.

El domingo me levanté y nada más pude, de vuelta a casa. Es una pena porque Enrique Dans daba la charla de despedida. Seguramente me perdí lo mejor, como en la fiesta.

En resumen, esta es mi opinión sobre el EBE y un aviso para los posibles asistentes del año que viene. Criticar es fácil. ¿Cómo haría yo el EBE mejor?

1) Fomentaría el networking. Fomentar no es ponerlo en el programa. Obliga a la gente a que hablen con otros para un juego o cualquier tontería. En los hoteles lo consiguen hasta con jubilados de diferentes países. Dejad de mirar ejemplos por “networking” y ved lo que hacen en otros ámbitos. Es fácil.
2) Extender todas las ponencias. A mi me hubiera gustado que los ponentes tuvieran la opción de quedarse media hora más con parte del público, entrando en detalle en asuntos más interesantes, aunque no fueran tan genéricos y políticamente correctos. Eso se puede hacer en un cuarto pequeño y de pie.
3) Ponencias que de verdad sean para aficionados. Explicar claramente en el título que eso es para gente con poco o ningún nivel. Eso fomenta que venga gente.
4) Simplificar. Usar la tecnología cuando es necesaria. El abuso de Twitter me pareció patológico.
5) Ponentes con menos nombre. Cuanto menos conocido era el ponente, mejor me parecía la charla. Algunos estaban muy nerviosos, por la falta de práctica, pero lo que decían estaba más preparado que lo que contaban los expertos que soltaban un chorro vacío de contenido.
6) Hacer una sección para niños. Aunque sea sólo ponerle películas, pero eso atrae televisiones y aumenta las cifras de público.
7) Hacer una fiesta en condiciones. Premiar al que se beba más copas. Traer mujeres de fuera, aunque sean putas.
8) No ir a lo último. Los blogs siguen siendo interesantes. Se puede profundizar sobre tecnologías que ya todos conocen. ¿Hacia dónde van? Evitar el esnobismo de “internet para guays” e “internet para amas de casa”.
9) La foto de familia, y perder casi una hora en organizar eso, es algo totalmente prescindible. Aparte que se nota que no había tanto público como luego se anuncia.
10) Prohibir Twitter durante la fiesta, salvo que no se esté en ella.

Apología de Halloween

9177477999_e69aac32a0

Halloween es una de las fiestas que más gustan. Y no porque sea un fanático del cine de terror o los disfraces.

Por un lado es una fiesta muy breve: apenas si dura una noche, aunque en LIDL estén vendiendo disfraces, caramelos y decoración varias semanas antes. No llega a ser algo tan agotador como la Navidad española. La Navidad es tan brutal que se empiezan a vender los dulces en octubre y es casi imposible encontrar existencias a finales de diciembre. Llegado reyes, no hay quien tenga estómago de tomarse otro mantecado y aunque nadie quiere volver al trabajo o a la escuela, la sensación es de asco y saturación.

Halloween es una fiesta muy libre. Realmente no está claro lo que uno debe hacer. ¿Disfrazarse? ¿Dar caramelos a los niños? Lo mejor de todo es que puedes ignorarla con toda tranquilidad. Intenta comportarte como si no pasara nada el día de Fin de Año.

No gira en torno a nada. Al contrario que la cansina Semana Santa. Halloween es una idea abstracta y sobre todo lo que cuenta es pasárselo bien. No es necesario quedar con la familia por obligación, o una cena opípara. Ni siquiera arreglarse para salir.

Es una tradición que los hijos inculcan en los padres. Al revés que todas las demás. Los niños se disfrazan en el colegio, hacen cosas y obligan a los padres a participar en el circo, por presión del grupo. Los padres odian Halloween porque implica gastarse dinero en un horrendo disfraz de único uso, pero pasan por el aro viendo que los niños se sienten a gusto con la idea.

La base de Halloween es el miedo. Reírse del miedo. Reírse de la muerte. La mayoría de las tradiciones son super aburridas en su esencia. Lo único que las salva es el comer y beber mucho, pero Halloween no pone trabas ante esto.

La mayoría de los que critican Halloween lo hacen argumentando que es una tradición importada que no tiene arraigo en España. ¿Acaso eso importa? La bizarra costumbre de las uvas en Fin de Año tiene mucho menos años de los que imaginas, ¡Posiblemente menos que tú! Las más asentadas tradiciones han ido evolucionando y cambiando. La Semana Santa es una evolución de una festividad romana. Y la Semana Santa del siglo XXI es totalmente diferente a la del siglo XIX.

Un dato curioso de Halloween es que es una fiesta anglosajona, pero el día 1 de noviembre no es festivo en ninguno de estos países, mientras que en España sí que lo es. ¡Hasta nos viene bien por fechas!

Ejercicio físico

Ejercicio (físico) es una actividad realizada a propósito que estimula el cuerpo de forma que provoca una adaptación positiva de los niveles de salud y condición física.

Cualquier actividad física no puede ser considerada ejercicio físico, puesto que algunas de estas actividades pueden ocasionar un perjuicio para la salud. Así, correr o practicar jogging no pueden considerarse ejercicio físico. Esto puede molestar a muchos, especialmente aquellos que corren, pero la cruda realidad para aquellos que deciden correr como forma de ejercicio es que están corriendo un grave riesgo. Estudios científicos han documentado que cada año un 60 por ciento de los corredores se lesionan, con una media de una lesión por cada cien horas de práctica.

El daño causado por correr se manifestará a menudo tras un periodo de 15 ó 20 años de práctica de dicha actividad, así, cuando un corredor que haya empezado su práctica digamos con 20 años, cuando alcance la edad de 40 ó 50 años no podrá subir un largo tramo de escaleras sin dolor de rodillas; o experimentará dificultades para levantar sus brazos por encima de la cabeza a causa de los osteofitos (espolón oseo) que se habrán formado en la articulación del hombro; o no podrán girar o tumbarse adecuadamente por el dolor crónico de lumbago.

Traducido casi literalmente del libro Body by Science.

El libro también alerta de otro deporte, el tenis, causante de numerosas lesiones crónicas. No deja de ser llamativo que el ejercicio físico con más seguidores entre los aficionados, es al mismo tiempo, el peor.

Crisis alternativas

En los años que nos está tocando vivir en España, los dramas humanos son el plato habitual de los telediarios: familias expulsadas de sus casas, embargadas, sin ingresos. Gente viviendo de la beneficencia, de los abuelos, subsistiendo sin electricidad o agua corriente. Estudiantes que no pueden terminar la carrera, por no tener dinero para pagar la matrícula. O estudiantes que carecen de todo futuro, que han vivido en el paro todos los años posteriores a su licenciatura y ahora, cuando todo remonte, serán arrasados por las nuevas promociones. Todos estos dramas son terribles, pues en muchos casos suponen la muerte financiera, moral o emocional de los implicados.

Eclipsados entre tanta miseria, hay sin embargo otros problemas, menores, pero quizás más interesantes. El drama de los que no viven una situación tan terrible y, que por lo tanto, no tienen siquiera derecho moral a quejarse.

En los años de bonanza, la superficialidad llevaba a muchos a ir abandonando trabajos “para tener más tiempo para uno mismo”. Pasar a trabajar media jornada, que la mujer extendiera la baja de maternidad y luego decidiera que no le gustaba trabajar. Un año sabático viajando por aquí y por allí. Muchos planes que suenan estupendamente pero que están empapados en irresponsabilidad. Muchos se encontraron atrapados en ellos: tras el año de viaje, no te dejaron volver, quedando en un ambiguo estatus de excedencia. La mujer que se quedó de ama de casa ya es casi irrecuperable para el mercado laboral. La media jornada se transforma en un despido sin apenas indemnización o subsidio de desempleo.

Ahora sin embargo, las cuatro hormigas – o cigarras con suerte, que muchas hormigas también se han visto arrasadas y desahuciadas – se encuentran con que no hay forma de rechazar el trabajo. Parejas que han hecho las cosas bien, asegurando su futuro financiero, sienten que no pueden extender esa baja maternal, porque los tiempos actuales no aceptan rechazar un trabajo. Alguno llevaría media vida ahorrando para ese año sabático y ahora se dan cuenta de que eso nunca ocurrirá, sintiendo que su vida y sacrificios, han sido para nada.

Algunas personas se ven abocadas a trabajar más de lo que necesitan o desearían, porque ahora no se puede decir no a un empleo. No estoy hablando el caso de alguien que se tenga que buscar la vida, sino alguien al que le vaya bien y le lleguen ofertas de trabajos extra. Habrá albañiles que terminarán su jornada el viernes y seguirán todo el fin de semana haciendo chapuzas a domicilio, porque no se puede decir que no. Una persona así se enfrenta a situaciones mentales muy complejas; de un lado no necesita ese trabajo, por otro, nadie tiene estabilidad para garantizar que una renuncia voluntaria a uno no venga seguida de un inesperado despido en el otro puesto. Sí, es cierto que trabajar más para cobrar menos es muy jodido. Pero tal vez sea peor cuando te encuentras en una situación sin culpables, sin sueños y sin opción a quejarte.

Hay quienes se encuentran en situaciones delirantes: el exceso de trabajo en jornadas laborales interminables provoca por fuerza el empobrecimiento de la vida social y familiar. Más de uno se habrá encontrado con un kafkiano divorcio “porque no pasaba apenas tiempo con los hijos”, debido a que la mujer se miraba en el espejo de sus dos mejores amigas, cuyos esposos estaban desempleados.

El que trabaja de sol a sol no tiene tiempo para ver series, para tomar el sol en la playa, para hacer deporte, para ver “La Voz”. Se puede encontrar con que es “poco interesante”, “una persona aburrida”, “descuidado”. Tener mucho trabajo, o aunque sea alguno, en la época de crisis puede afectar a las relaciones sociales de esas personas.

En resumen, mal de muchos, consuelo de tontos. Pero cuando un tiene un mal que no comparte con casi nadie, o que incluso muchos no son capaces de percibir, se puede vivir una situación muy complicada, y la mente humana está más preparada para luchar contra problemas graves pero sencillos, que ante complejas situaciones que apenas si tienen trascendencia.

Homofobia

Una aversión del lenguaje es el uso que se hace de la palabra “homófobo” (parecido ocurre con “racista” o “xenófobo”), tratando de establecer una dualidad: eres homófobo si no aceptas, mentalmente o en tu comportamiento, la igualdad absoluta entre personas que tienen una determinada tendencia sexual.

El diccionario no es tan radical, o más bien exige que para ser homófobo uno debe tener una postura radical, definiendo homofobia como:

Aversión obsesiva hacia las personas homosexuales.

Con ese significado, uno puede odiar a todos los homosexuales y casi no ser homófobo, basta con que ese odio apenas ocupe un espacio de tiempo en la mente de esa persona.

No me gusta ni un extremo ni el otro en las definiciones. Pero creo que en los medios se abusa del término con el significado de aceptar la igualdad absoluta, tratando de hacer sentir mal a los que han cometido el error de tener un comportamiento homófobo.

En derechos y deberes, la igualdad es innegociable, de ahí que las bodas de homosexuales sean incuestionables – los homosexuales tienen derecho a cometer los mismos errores que los demás. Pero en mi opinión, es perfectamente aceptable y sano que haya personas que no acepten esa igualdad en su interior, sin causar mal a nadie por ello. Resulta que todas las tendencias sexuales son válidas, pero las opiniones o sentimientos no pueden serlo.

Todos tenemos sentimientos y opiniones totalmente equivocados, no hay más que ver los patéticos patinazos que se cometen en nombre del amor. Peor persona es quien se enamora de quién está claro que es una mala persona, que aquel que no abraza la absoluta igualdad entre condiciones sexuales. Porque ese rechazo se suele vender siempre como una muestra de odio, cuando en muchas ocasiones – quizás no la mayoría – es algo instintivo y sin ningún tipo de maldad, no es más que una conclusión a la educación que uno ha recibido toda su vida.

Siempre he pensado que en la homofobia se pueden establecer niveles y siempre se llegaría a un punto en que uno se baja del burro y no es totalmente igualitario. Posibles niveles, sin pensarlo mucho:
1) Desear que no exista persona homosexual alguna y en caso de que las haya, desear su muerte, incluso a ser posible causarla uno mismo.
2) Desear que no existan, sin mancharse las manos.
3) Desear que no existan, pero que no mueran los que ya hay, pero mostrar ese rechazo siempre que se pueda, incluso de forma activa.
3) Desear que no existan, pero no hacer nada al respecto.
4) Pensar que son peores personas, desear que se les trate peor y tratarlos peor.
5) Pensar que son peores personas, desear que se les trate peor, pero no hacer nada malo al respecto.
6) Pensar que son peores personas, pero no desearles mal.
7) Pensar que son iguales para casi todo, pero que una persona (jefe, vecino, amigo), mejor si es heterosexual. Mostrar esta opinión en público.
8) Pensar que son iguales para casi todo, pero no atreverse a reconocer en público que mejor si es heterosexual. Mentalmente preferirías un vecino heterosexual, pero nunca lo dirás tal cual a otros.
9) Pensar que son iguales en todo, pero preferir que tus hijos nazcan heterosexuales.
10) Pensar que son iguales en todo, no tener ningún tipo de preferencia sobre tus hijos.

El punto 10) demuestra una actitud guay – que no gay – que muchos se atreven a decir, pero que con un poco de honestidad uno debe darse cuenta de que tal vez tenga alguna preferencia.

Gracias al Couchsurfing uno se enfrenta ante ese tipo de debates. Si tuvieras que alojar a una persona de la que a priori no conoces casi nada, ¿Qué preferirías?

a) Que sea un chico homosexual.
b) Que sea un chico heterosexual.
c) Que sea una chica lesbiana.
d) Que sea una chica heterosexual.

Es increíble la cantidad de gente que responde “cualquiera por igual” pero luego se atreve a decir “pero yo nunca alojaría a nadie desconocido”. Ese ejercicio mental demuestra que no somos honestos con nosotros mismos, en gran parte porque la sociedad nos bombardea con mensajes del tipo “tienes que evitar ser homófobo”. Para mi, es peor una persona que no es honesta consigo misma, antes que alguien que no es capaz de aceptar plenamente a un subconjunto de los demás.

Del mismo modo, uno puede pensar en elegir alojar:

a) Una persona de raza negra.
b) Una persona de raza asiática.
c) Una persona de raza blanca.

O también:

a) Una persona de Estados Unidos.
b) Una persona de Rusia.
c) Una persona de Alemania.
d) Una persona de Turquía.

Todo el mundo suele fingir con eso del “me da igual”. Y digo fingir porque a mi sí que me da igual lo que cada uno opine de los demás, siempre que no tenga posturas extremas. Igual que respeto a los homosexuales, respeto a los homófobos moderados.

En mi opinión, una persona madura tiene que tener posicionamientos y preferencias, ser capaz de decidir entre A ó B, igual que en el menú de un restaurante. Porque cuando digo elegir una cosa, no significa que se rechace la otra.

Otro ejemplo chocante: imagina que vas a hacer un viaje en avión bastante largo. ¿A quién preferías de compañero de asiento?

a) Que sea un chico homosexual.
b) Que sea un chico heterosexual.
c) Que sea una chica lesbiana.
d) Que sea una chica heterosexual.

Ahora para mi, que soy un hombre, la peor opción de todas es el chico heterosexual.

¿Cómo te gustaría que fuera el taxista que recoge a tu novia borracha a las 4 de la mañana?

a) Que sea un chico homosexual.
b) Que sea un chico heterosexual.
c) Que sea una chica lesbiana.
d) Que sea una chica heterosexual.

Hay que ser muy deshonesto con uno mismo, o muy simple, para no tener preferencias.

Como este artículo no habla a favor de los homosexuales, ni es neutral, no queda otra que sea calificado de homófobo. Seguramente cause inexplicables molestias. Así que quiero tratar de buscar un motivo.

Recientemente nos hemos encontrado con dos noticias importantes sobre homofobia: por un lado Rusia, que aplicó unas nuevas leyes que no son igualitarias con los homosexuales, por otro, el presidente de una compañía de alimentación, dijo que no saldrían parejas homosexuales en los anuncios de su empresa.

En ambos casos se ha manipulado exageradamente la información. Las leyes aplicadas por Rusia son:

Prohibir la “propaganda homosexual”
Prohibir la adopción de niños rusos por homosexuales extranjeros

Pero en las noticias que se han dado al respecto, se ha malmetido, mezclando actos de grupos neonazis con la postura del gobierno. Es como si en España mezclamos información sobre la Ley Wert con estudiantes agredidos por los Latin King. Está relacionado en parte, pero una cosa no tiene que ver con la otra.

El caso del anuncio de Barilla se ha cogido totalmente por los pelos, exagerando hasta niveles delirantes. Se ha pedido un boicot, aún cuando lo único que dijo el presidente fue lo del anuncio, y aún se disculpó por ello. La misma gente que no mueve una ceja por la corrupción manifiesta de su gobierno, se lleva las manos a la cabeza y dedica valiosos minutos de su vida a tratar de hundir a Barilla.

Lo mejor de todo es que el foco de atención ha salido de Rusia en cuanto se ha podido, buscando un rival mucho menos culpable, pero también más débil. Porque todos sabemos que si vas a Rusia a protestar, las cosas pueden salir muy mal.

En resumen, no creo que haya dicho nada malo, ni tan siquiera polémico. Lo triste con la homofobia es que no se acepta ninguna opinión que no sea anti homófoba. Y digo yo que alguien tendrá que contar algo de la realidad. Personalmente soy muy tolerante con las personas homosexuales. Pero si tuviera un hijo, a priori preferiría que fuera heterosexual.

Creatividad y trabajo

Sé que es patético pegar un texto tal cual sin siquiera traducirlo. Por eso pido disculpas. Pero está en Quora, que no es enlazable sin estar registrado – o puede que no permanentemente – y me ha parecido de mucho interés, es una pena que se pierda pasado un tiempo. Coincido con lo que dice el autor al 100%. La creatividad no está en el trabajo que haces (ser músico vs ser fontanero) sino en cómo lo haces. Un músico que siempre toque las Cuatro Estaciones tiene menos creatividad que la señora de la limpieza del Metro.

Why is it difficult for creative people to find satisfying jobs?

Creativity is widely regarded as a valuable skill in the workplace. But in my observations, most self-described “creative” people (artists, designers, writers, musicians, actors, etc.) have trouble finding jobs that satisfy their creative needs and also pay a living wage.

It’s simple. Because people with ‘creativity’ or at least, who think themselves creative, have this idea subconsciously drilled into them from a young age that only a select number of professions are ‘creative’ – actors, writers, fashion designers, artists, musicians, writers, designers etc. This leads them to join the above-mentioned professions in droves. It also convinces people who join the ‘drone’ professions believe that they aren’t/don’t need to be creative.

I am no exception. I am one of these ‘self-described’ creative people. In the past I have been an artist, musician, graphic designer and even acted in a couple of plays. These days I write a lot, love playing the guitar, my design skills are rusty but I try to take some time out to sketch, and I despise acting and theatre now. There’s nothing wrong with having any of these skills or pursuing them passionately- however, this superficial conception that areas like these are the ‘only’ way to be creative is devastatingly misleading.

All professions benefit from creativity- but all of them are not equally ‘easy’ to be creative in. I’m working hard on improving my technical skills right now- and it’s going to take a lot of study and learning from others before I’m at a stage I can do something original on a regular basis.

(Now I’m going to get flamed and downvoted by people I don’t give a shit about- for what I say next- too bad: keep living in your little bubble)

Firstly- the professions people typically associate with creativity are saturated. Too many people trying to prove that they are the most creative individuals out there in the world. A lot of it is from hedonism, really.

They are the easiest way to be creative.

The barrier to entry is low- you don’t need much of an education to get into any of these fields. This makes people think that education and creativity are anti-thetical.

They are not analytical or mathematical. Once again, it leads to this ridiculous notion that scientific or mathematical skill is somehow detrimental to creativity- leading to such individuals to reject careers in say- Engineering, Science or Business.

Now, there’s a hint of truth to these stereotypes- a Scientist/Engineer/Manager works under a lot of constraints laid upon him by the laws of nature or economics. You can get by in some of the ‘normal’ professions by not doing anything creative at all.

People in the ‘superficially creative’ professions seem to have fewer barriers to work with, or this seems to be true. Not only this: people from these professions- actors, musicians etc, seem to get a lot more attention and lionization from society in general.

The creativity of people from other fields is ignored. The outcomes of their creativity can potentially have far, far greater reach and ramifications than even the greatest of the ‘artists’ and ‘musicians’- and the world needs more creative people making an impact in professions deemed ‘uncreative’ than they need artists. Beethoven was amazing, but if I were to measure his impact on the world it would be negligible compared to some unknown Indian pharma CEO pumping out cheap drugs for Africa. The latter’s ‘creativity’ was in exploiting a situation and setting up efficient supply chains.

The kind of creativity these professions demand is not easy (more flame material here). It requires a tremendous amount of knowledge and understanding of often extremely complex material before it can translate to creativity.

Look at your computer. Unless you have advanced degrees in electrical engineering and computer science: you have no freaking idea how it works.

Some guy built it though. Lots of guys- in fact. They visualized everything from the flow of electrons to the storage of information microscopically to the way in which you interact with the machine. That level of creativity: that is fucking incredible, and exceptionally rare.

Every time I hear Picasso or Monet or Jackson Pollock mentioned as some kind of paragon of creative thought process across all fields- I feel like socking someone in the jaw right there.

Every single component of your computer- from the rechargeable battery to the LCD display, signal modulation that lets you use wifi and communicate wirelessly, the millions of tiny transistors, the processing unit that computers and displays graphics- is a greater achievement of human creative spirit than anything Monet and Pollock did- and it’s about damn time that we start understanding that creativity is not about drawing or singing.

It’s a way of looking at things with a fresh perspective. Anything. Even business, or medicine or engineering which are seen to be for ‘geeks/nerds/preps’.
These professions can often become quite mechanical, yes, but that’s why they need creative thinkers who are willing to take on the challenge.

It’s easy to be creative if you’re an actor or musician. Anyone with a mediocre skillset can claim to be superficially ‘creative’ in this sense and be acknowledged as such by society. Art and music and writing give me a lot of peace of mind, and keep me mentally stimulated and receptive to new ideas. I have created some great art, I have composed songs that I am in love with.

But I would have to be a masturbatory fool to think that this was somehow ‘more creative’ than the people who created Quora, Google, Microsoft or Amazon- or any of the hundreds of startups trying to solve problems in ways that I could never have even thought of.

It’s hard to be creative if you’re an engineer or businessman or mathematician or a system builder of any sort- you have deadlines and constraints to meet. You won’t get any respect, your creativity will neither be understood nor appreciated by the general public. Your creativity needs to survive and then thrive even after 2 or 3 decades of social conditioning that tries to turn you into a drone- of having people trying to convince you that that what you’re doing is menial, mechanical, mediocre, generic, or just generally incomprehensible.

That is rare, and that is why it is valuable.

El casero

Cuando se busca el piso perfecto que alquilar(o comprar), hay cuatro factores fundamentales:

  • Localización
  • El piso
  • Precio
  • Casero (o vendedor)

Si ignoras alguno de los cuatro, o te obcecas en un único punto, el riesgo de que vivas una historia de terror es elevado.

Lo más frecuente es ignorar al casero, no darle la importancia que se merece, total, no vamos a vivir con él. Muchos, además, han tenido buenos caseros, y no son conscientes de lo mal que pueden ir las cosas cuando se tiene uno malo.

Los malos caseros no son excepcionales. La buena noticia es que se les reconoce a la milla. Ignora esas señales a la hora de firmar el contrato, tarde o temprano reaparecerán.

Un mal casero suele ser una persona que apura mucho el precio de su vivienda. No se preocupa tanto de tener buenos inquilinos – para malo ya está él – sino de que paguen lo estipulado. Gustosamente cambiaría un médico por un chatarrero si el segundo se compromete a pagar 10 euros más.

Los malos caseros suelen apurar los días de ocupación del anterior inquilino: publican anuncios antes de que éste se marche e incluso enseñan el piso mientras ves las cajas de mudanza. Como se realiza prácticamente un traspaso de llaves de un inquilino al siguiente, ni se plantea limpiar la vivienda, pintar paredes o realizar básicas reparaciones.

Esas pequeñas miserias se magnificarán cuando entres a vivir. Si se rompe algo, peleará hasta el último momento con tal de no pagar nada. Cuando digas de marcharte, serás tú el que tenga que convivir con visitantes anónimos. Y al final, si el nuevo inquilino se queja, quizás te toque pagar la pintura o la limpieza a ti.

He visto tantos pisos de alquiler a lo largo de mi existencia, que siento que de alguna forma he tenido que fracasar en mi modo de vida. Para mi una vivienda es como una película de las 15:30, sólo necesito ver dos o tres minutos para saber todo y entender el tipo de final que me espera. Algunas banderas rojas de alerta ante las que debes asustarte:

Acumulación de muebles viejos. No podrás tirarlos. Una conversación en que se discute el destino de un sofá con más de 20 años acorta tu vida en más de dos meses.

Acumulación de suciedad. Un piso sucio es un piso descuidado; seguramente haya infinidad de pequeñas cosas rotas o a punto de hacerlo: tuberías, azulejos, juntas, electrodomésticos, picaportes, ventanas.

Caseros con problemas de dinero. Si tu casero anda de dinero peor que tú, mala señal. A mi me preocupa que una persona necesite mi dinero para llegar a final de mes.

Caseros que no dan concesiones. Entrar un par de días antes de lo fijado, que calculan la fianza apurando al céntimo, que no te dejan ni una escoba en el piso. Todo eso habla de personas inflexibles.

Caseros difíciles de contactar. Si tuviste problemas para ver el piso, o para telefonear preguntando una duda sobre el contrato, si el casero sólo está localizable a determinadas horas del día, cuando necesites de él para algo que le va a costar dinero a él, lo más normal es que serás ignorado.

Mediadores. Cuando aparece una inmobiliaria de por medio, o el piso lo enseña el cuñado pero no el propietario, estamos ante un caso extremo de casero difícil de contactar. Problemas a la vista.

Voy a mi caso particular para que veáis qué actitudes tan diferentes puede tener un casero ante un problema casi idéntico.

Se rompe el calentador del agua. Llamo al casero y me dice que no es problema suyo. Se lo digo a mi compañero de piso y me dice que sí, pero él no vuelve a llamar al casero. Llevamos una semana sin agua, llamamos de nuevo, se vuelve a negar. Pedimos un presupuesto que resulta bastante caro. Nos plantamos pero el casero no hace nada. Los que no tenemos agua somos los inquilinos que entramos en una patética lucha: nos negamos a arreglarlo pero el casero ni se entera y los que no tienen agua caliente somos nosotros. Durante semanas me afeito en las duchas del gimnasio, como un mendigo. Hemos estado casi seis meses, se concierta una reunión. Negociamos durante más de una hora. En un gesto de enorme generosidad, el casero decide pagar una tercera parte de la reparación. Al final, aceptamos (mi compañero de piso tampoco era muy colaborador). El casero llama a un técnico amigo suyo y nos sale la reparación más barata que el presupuesto inicial. Conseguimos tener agua caliente, la resistencia pacífica ha demostrado su eficacia.

Otro casero, otro calentador, otra avería. Mejor casero, que decide pasarse por casa para ver si él puede arreglarlo. Ve que no puede, llama al técnico. Avería solucionada en tres días.

Mejor casero, nuevo calentador. Este casero pagaba un seguro de mantenimiento del calentador. Si algo le pasaba, estaba cubierto por ese seguro. Se rompe la lavadora. Le llamo. Llega al día siguiente con una lavadora que había comprado en el Corte Inglés (la más barata). Me dice que “sin lavadora no se puede estar”.

En realidad en todos los casos fueron gastos de pacotilla. Pero el primer casero ocasionó un desgaste psicológico innecesario. Debates sobre la justicia de las reparaciones, amenazas de denuncia, horas perdidas navegando en páginas de afectados por caseros. Todo eso se debía haber evitado antes de empezar. Elegir mejor el casero.

Gracias a internet, la zona, el precio y la calidad de la vivienda se saben por adelantado. Cuando voy a ver un piso, lo único que realmente me interesa es conocer al casero. Haz lo mismo y te irá bien en la vida.

Couchsurfing en España

5430091140_ca643d0983_z

(Artículo largo) Estuve en Estados Unidos casi un mes, me encantó el país y me quedé con ganas de más. Pero en todo ese tiempo no conocí más que a otros turistas que viajaban conmigo. No hice nada que se pareciera a un amigo (ni amigo bajo la definición de Facebook) que fuera estadounidense.

La constante se repite en muchos de mis viajes. Salvo esporádicas conversaciones con gente del país, principalmente guías de viajes, no se llega a conocer a nadie de allí.

Si me pides que elija entre ver el Golden Gate o conocer a un pardillo que vive en San Francisco y trabaja para Google, me quedo con el Golden Gate. Siempre preferiría ver el país a la gente del país, porque al final, las personas son todas diferentes pero bastante iguales. Pero tomar un café con ese empleado de Google, hubiera resultado interesante.

España, potencia mundial del turismo, se convierte en un destino muy visitado por extranjeros con intenciones más allá del turismo. Su buena fama, experiencias positivas de vacaciones, lleva a que la gente decida jubilarse y quedarse a vivir, o que sea uno de los destinos más deseados por los estudiantes de Erasmus.

La mayoría de esas personas volverán a sus países con una gran alegría y un montón de experiencias que recordar. Algunos sin embargo se quedarán con la sensación de que algo se les ha escapado entre los dedos, y ha sido la dificultad para conseguir conectar con la gente del país. Una belga que estudie Erasmus en España posiblemente se vuelva con una nueva mejor amiga austríaca, o un par de amigos especiales, también belgas. Las circunstancias personales alejan a esos extranjeros de conocer a personas del país, en la mayoría de los casos porque los locales pasan de ellos.

Con esta aburrida pero necesaria presentación, se puede ahora mencionar qué es el Couchsurfing sin que quede tan de manifiesto que es algo para imbéciles. Se trata de una red de personas que ofrecen un lugar en su casa a otras, a priori totalmente desconocidas, de forma desinteresada. La idea es un intercambio: un ruso se aloja en casa de una española que se alojará en casa de un griego que se alojará en casa de un chino que se alojará en casa de un ruso.

En lugar de cerrar inverosímiles intercambios (cambio apartamento en primera linea de playa en Barcelona en pleno agosto por antro en un pueblo de interior de Rumanía, donde no hay ni autobuses) se deja abierta la reciprocidad. En la mayoría de los casos se establecerá una relación desigual: muchos viajarán gratis siempre, otros tantos alojarán gratis y no viajarán casi nunca.

En España nos gusta ganar con todo tipo de tratos, así que la idea de alojar a alguien y luego no viajar, por lo menos en la misma medida, nos parece una locura. Hay que entender que España tiene una industria que da la risa, pero nuestro turismo es de primer nivel y reconocido por todo el mundo. Siempre habrá más gente que quiera visitar España que casi cualquier otro país. Irás a Turquía o Polonia una vez en tu vida. Un polaco puede acabar visitando España tres o cuatro veces. Así que si vives en alguna zona turística española, siempre “saldrás perdiendo” en los intercambios.

¿Y si voy a salir perdiendo, para qué hacer Couchsurfing? Una vez aceptas la idea de que más gente puede pasar por tu casa que tú por la de ellos tienes que plantearte qué puede tener de bueno alojar a dos afganos en tu casa. En la mayoría de los casos, nada. La idea romántica de la hospitalidad aleatoria se suele mencionar mucho entre la gente que hace Couchsurfing, pero en mi página me gusta ser lo más pragmático y realista posible. El mundo no funciona así y todos lo sabemos.

Cuando te apuntas a Couchsurfing tienes que dar un montón de información personal, que incluso debes rellenar con datos reales, como tu nombre y dirección física auténtica. La idea es que si alguien que se alojó en tu casa aparece muerto a los pocos días, puedas figurar entre los principales sospechosos. Eso da alguna seguridad a los usuarios del sistema, viajeros inocentes a los que acechan todo tipo de emboscadas.

El sistema de Couchsurfing, compartición de alojamiento de forma gratuita, está basado en un sistema de valoraciones como Ebay, Tripadvisor o Amazon. Alojas o te alojan y luego debes rellenar una opinión sobre esa otra persona. He de reconocer que la idea de dar valoraciones de seres humanos me cautivó desde el principio, pues no existe en ninguna otra parte. Todo hijo de vecino ha escrito su opinión sobre el iphone 5, pero a mi lo que me apetece es dar una valoración de un egipcio de 26 años que estuvo en mi casa hace dos semanas.

Teóricamente el sistema se refiere a valorar la experiencia dentro de la casa de la otra persona, pero está claro que no vas a dar una buena opinión de alguien que vive en uno de los edificios de la Plaza Mayor de Madrid, con bañera de hidromasaje y jacuzzi si luego encontraste que tenía una caja llena de muestras de sangre oculta en el aire acondicionado. Juzgarás siempre a la persona que te alojó, la forma en que te trató y lo que pillaste de su personalidad.

Como todo sistema basado en opiniones, la posibilidad de tener una mala experiencia cuando alojas o te aloja una persona con muchas y buenas opiniones, es insignificante. Los que vivimos de Internet sabemos que los sistemas de votos son manipulables, pero al mismo tiempo muy fiables. No se da una valoración a nivel de estrellas, sino que se rellena un texto explicando todo lo que sucedió, con enlaces al perfil de la persona que lo escribió. Muchas valoraciones recibidas de usuarios que han escrito otras valoraciones son casi imposibles que sean falsas.

Los usuarios del sistema muy antiguos y activos pueden llegar a tener más de 100 valoraciones, todas positivas. No deberías fiarte de ellos más que de tu hermano, pero probablemente sí más que de tu mujer. La mayoría de la gente tiene serias dudas a la hora de realizar algo así, no seré yo el que trate de convenceros de que hagáis Couchsurfing, me limitaré a contaros cómo funciona sin palabrería New Age.

Al ser un sistema basado en opiniones, necesitas algunas para tener opciones de que la gente confíe en ti. Para tus amigos será chocante explicarles que estás dispuesto a alojar a personas desconocidas en tu casa, sin cobrarles nada, pero que esas personas desconfían de ti y acaban eligiendo un hostal. Tus amigos te conocen y saben que tienes un pisazo y que eres “buena gente”. Pero esa turista canadiense entra en pánico al pensar que hay un 1% de probabilidad de que seas un pervertido sexual.

Si lo que quieres es viajar gratis, sin tener ninguna valoración, tus opciones son nulas. Sólo podrán salvarte dos cosas: un buen par de tetas, o una descripción de tu perfil que sea prácticamente idéntica al tipo de persona que podría alojarte. Es decir, si eres un tatuador profesional que vive en Plasencia y pretendes viajar a México DF y justo hay un anfitrión que es un fanático de los tatuajes, tus opciones son buenas con él.

¿Cómo funciona?

Una vez has rellenado tu perfil contando todo sobre ti y has subido tus mejores fotografías, puedes empezar a usar el sistema. Si quieres viajar a México DF hay un buscador de ciudades donde podrás indicar tus preferencias y el sistema te mostrará un listado de posibles anfitriones, ordenados por criterios de popularidad y disponibilidad. Puedes ver sus perfiles, valorar la probabilidad de que hayan estado en prisión y enviarles un mensaje personal, lo más personalizado posible, explicándoles por qué quieres visitar su ciudad y por qué precisamente los has elegido a ellos.

Hola: Mi nombre es Santiago del Valle y tengo 45 años. Me considero una persona muy sana a la que le gusta hacer deportes de aventura, tatuarse todo el cuerpo y hablar de filosofía sin haber leído jamás un libro. Mi intención es ir a México DF del 4 del julio al 7 de julio. ¿Podría quedarme en tu casa? He visto en tu perfil que te gusta la taxidermia, lo que me ha parecido un punto diferenciador importante. Veo que eres buena gente, aparte de tener dos hijas pequeñas muy simpáticas.

La realidad es que, como en los sistemas de relaciones en Internet, uno escribe mensajes genéricos para hacerlos llegar a la máxima gente posible.

Hola: Mi nombre es Santiago del Valle y tengo 45 años. Me considero una persona muy sana a la que le gusta hacer deportes de aventura, tatuarse todo el cuerpo y hablar de filosofía sin haber leído jamás un libro. Mi intención es ir a México DF del 4 del julio al 7 de julio. ¿Podría quedarme en tu casa? He visto que eres buena gente y pareces saber mucho de México DF, tenemos muchas cosas en común.

No basta con enviar una solicitud y esperar a que te respondan. En la mayoría de los casos, nadie te dirá nada. Otros responderán pasados muchos días. Y la mayoría te dirá que no. La principal razón para que te digan que no es que tienes pinta de no ser trigo limpio. Otras muchas razones importantes para que te rechacen:

  • Has escrito a un perfil muy popular que tiene otras diez personas entre las que elegir.
  • Ese perfil ya eligió a otros que estarán en las fechas en que tú solicitaste.
  • Esa persona no aloja a nadie los sábados, porque es el día en que monta un circo sexual en casa con su pareja.
  • Tuvo malas experiencias con gente de Plasencia y ha decidido no alojar a nadie de allí.
  • Tuvo a alguien de Plasencia en su casa hace dos semanas, le apetece conocer a alguien diferente.
  • Nunca ha alojado a nadie de Plasencia. Y tampoco tiene intención de hacerlo.
  • Sois un grupo enorme de personas. Hay mucha gente que viaja sola, pero también parejas y grupos grandes. He llegado a ver peticiones de grupos de seis personas. ¿Quién alojaría a seis desconocidos a la vez? Aún en el hipotético caso de que quisieras, ¿Quién tiene espacio para seis personas en su casa?

No obstante si envías tu petición a un montón de personas, acabarás recibiendo alguna respuesta positiva. También hay un sistema de propuestas abiertas, que es menos efectivo pero puede llegar a más personas. Escribes tus planes de viaje, las fechas y cuánta gente viaja y esperas recibir propuestas por parte de anfitriones. Esto, sin embargo, tiene el defecto de que no sabes si alguien estará leyendo tu propuesta. Igual todo el mundo la ha leído y a todos les pareciste escoria humana. O casi nadie la ha leído. No es como el sistema directo, en que escribiste a obama_blanco de México DF y él recibió un email con tu propuesta de visita.

Digamos que de una forma o de otra, recibiste una aceptación por parte del otro usuario. ¡Enhorabuena! Ya estás participando en el sistema. Ahora tendrás que ponerte de acuerdo con tu anfitrión para ver cómo llegas a su casa. A muchos les molesta que no puedas llegar a un hotel antes de las 12:00, pero si usas Couchsurfing, la situación es mucho más dura. A lo mejor tu anfitrión trabaja de camarero en una discoteca y sale de casa a las 20:00. Si tu vuelo llega a las 20:00 te encuentras con que tienes que desplazarte a la discoteca y esperar a que termine su turno para ir con él. O dejar en consigna tu equipaje y dar tumbos por la desconocida ciudad hasta que la otra persona esté disponible. Obviamente ese caso es extremo, y siempre se llega a algún tipo de acuerdo con molestias mínimas para ambas partes. Pero no hay que obviar los problemas de horarios entre personas que trabajan y vuelos poco flexibles, muy raramente te recogerán en el aeropuerto o la estación.

Otra casuística problemática es el medio de contacto. Los viajeros que llegan a la ciudad de destino tienen un teléfono extranjero y ningún acceso a internet. Si hay algún tipo de problema, puede ser complicado comunicarlo. Tenías pensado recogerle en el aeropuerto pero resulta que tienes el coche en el taller. Le mandas un whatsup que el otro no lee porque está ya en el aeropuerto de salida. Y tú asumes que ha leído tu mensaje y por eso lo esperas en casa mientras tanto.

Un riesgo que no hay que dejar de mencionar son las cancelaciones de última hora. Puedes decidir alojar a esa simpática pareja de Ecuador, pero si dos días antes de que lleguen decides que en vez de tener a dos desconocidos en tu casa durante el fin de semana, prefieres irte a una matanza en el pueblo de tus padres, puedes dejar colgados a los ecuatorianos. Y este es uno de los aspectos más brutales de un sistema basado en el altruismo: no tienes ningún tipo de garantías. Según la Constitución Española, tienes derecho a ir a una matanza siempre que quieras, pero ahora ellos tienen que encontrar alojamiento en tu ciudad, dos días antes de llegar. En el mejor de los casos, encontrarán algo caro en un hotel. En muchos otros, se quedarán colgados y pendientes de un milagro que no ocurrirá. Las cancelaciones son frecuentes. Ten siempre un plan B a mano.

Ahora llegas a casa de ese desconocido, que normalmente te ofrece su sofá (de ahí el nombre de Couch-Surfing). Es un sofá donde hace pocos días ha dormido un sueco. Puede que incluso hace pocas horas. No esperes sábanas de algodón egipcio. Tal vez, ni almohada. Las condiciones higiénicas dependerán principalmente de ti.

Hasta ahora todo han sido penurias, sufrimiento y la sensación de estar a merced de desconocidos. Pero es entonces cuando llega la parte fascinante del Couchsurfing. Podrías estar en un céntrico hotel en vez de este deprimente apartamento del extrarradio. Pero estás hablando con una persona que vive en la ciudad y que te explica que el Museo de Robots, a pesar de su fama, es caro y no gusta tanto, que es mejor ir al Museo de Música. Que hay un sitio nada turístico debajo de casa donde puedes desayunar muy barato y muy bien. Que te llevará a tomar cervezas con sus amigos en la despedida de uno de sus colegas que se va a Soto del Real. Que te organizará los horarios para que puedas ver más en menos tiempo. Que te mencionará un sitio que hay en la ciudad de al lado que no conocías y es imprescindible.

Por encima de todo eso, a la gente que viaja, la idea de conocer a alguien de la ciudad, le suele gustar mucho, pues se hacen la idea de que son viajeros y no turistas. Está científicamente demostrado que por encima de todo lo que las personas más gratamente recuerdan son las experiencias. Con el paso del tiempo, los museos que he visitado en mi vida se han ido difuminando en mi memoria. Mucho de lo que permanece son algunas experiencias negativas o que no salieron como esperaba, y sitios inesperados: el tren que perdí en Berlín, el hotel que encontré a última hora de la noche en Oslo, mi visita a una librería en Nueva York. Para muchos de los viajeros que hagan Couchsurfing la experiencia más interesante de su viaje puede ser una cena que hicisteis en común, una visita improvisada a un lugar que no estaba en los planes. Lo más inesperado es lo más recordado.

Al terminar la experiencia con uno de los visitantes, se establece una especie de relación fuerte que dura horas. Tienes un nuevo buen amigo que, pasado pocos días, se desvanecerá de tu vida. Olvidarás su nombre y se quedará en “el ruso que era mecánico”. Nunca lo visitarás en Rusia ni le llamarás por su cumpleaños.

Entre la gente que realiza este tipo de prácticas de viaje, se suele mencionar mucho “El espíritu de Couchsurfing”. Parece que hay una idea de fondo ante la que todos se deben adaptar. El espíritu, según tengo entendido, es que tu alojas a otros desinteresadamente para hacer un mundo mejor y compartir culturas y experiencias. Afortunadamente, el mundo está lleno de muchos más matices.

Por encima de todo, Couchsurfing es una forma de viajar de bajo coste extremo. Gran parte de la gente que usa este sistema considera como plan B, si se quedan sin alojamiento o nadie les acepta, el dormir en la playa. Muchos se desplazan mediante autostop o blablacar (que es otro servicio muy interesante). Es fascinante que alguien pueda recorrer un país completo sin gastar apenas 100 euros.

Personalmente no me gustan este tipo de personas, simplemente por mi forma de vida aburguesada. Recibir a alguien que puede estar desaseado, por haber dormido en la playa de otra ciudad, con más hambre que Carpanta y menos dinero que el que se está bañando, apunta a experiencias que he querido dejar atrás. Si les enseñas la ciudad, no te puedes tomar una cerveza en el bar de moda porque no puede pagársela. No hablo ya de comer en un sitio aceptable. Comerá bocadillos de pan con mantequilla que hayan preparado en tu casa. Le llevarás a un museo estupendo al que no entrará porque no es gratis.

Hay gente que viene de países más pobres y para los que ese sistema es la única forma que tienen de conocer tu país. Hay que entender que su presupuesto sea modesto, a veces sonrojante. Lo que no me gustan son aquellos que ahorran por ahorrar, pues viven una experiencia que roza lo patético.

Otro tipo de usuario habitual de este sistema es el viajero en serie. Hay gente que viaja durante varios meses por todo el mundo. Se recorren decenas de países, a lo mejor en un viaje especial para el que acaban de dejar su trabajo. Son personas con una historia detrás interesante, pero para las que tu ciudad será la nº3 en el país nº7. Tendrás una sensación de que no puedes aportar nada a ese viajero, que llega agotado mentalmente.

Un volumen considerable de personas tiene un perfil muy hippie. Ves historias personales que suenan muy bien cuando eres muy joven, pero para los que no lo somos tanto, suenan a huida hacia delante. Estudiantes que terminan en la Universidad, empiezan un trabajo y se dan cuenta de que trabajar no es agradable. A los pocos años deciden volver a la vida estudiantil, llena de ventajas. Viajar, conocer el mundo, tal vez encontrar un trabajo sirviendo copas en un chiringuito junto a la playa, aprender surf, componer canciones por la noche, escribir una novela. La mayoría se quedarán en la parte donde se fuman porros y uno se levanta tan tarde como quiere. Soy alumno de Séneca, la vida es dura y no me gusta nada la gente que evita enfrentarse a los problemas cotidianos.

¿Qué sentido tiene alojar a alguien en tu casa? Hay tantos motivos posibles como personas. El principal que os daré, es que no te ocurrirá nada malo. No te robarán, no usarán el roll-on de tu desodorante, no abrirán la botella de Oporto que guardas para dentro de 20 años. Lo peor que puede pasar es que te dejen pelos en la ducha, mal olor en el baño por la mañana, algo más de desorden. El sistema de valoraciones es una cobertura muy buena, simplemente evita perfiles recién creados, sin foto, sin valoraciones. En un sistema con varios millones de usuarios, hay casos claros de personas con perfil criminal, tanto visitantes como anfitriones. Es de sentido común evitarlos.

Algunos motivos para aceptar alojar a desconocidos en tu casa:

Posibilidad de conocer a una persona de un país muy extraño. Todos conocemos a argentinos, ingleses e italianos. Pero ¿Con cuántos uzbekos o butaneses has coincidido en tu vida? La posibilidad de conocer a alguien de un país realmente exótico, sin pagar un céntimo y sin tener que desplazarte a su desolada ciudad es muy atractiva.

Posibilidad de conocer a una persona interesante. Puedes alojar a estudiantes de todo tipo de carreras, en algunos casos personas que están a un nivel cultural muy superior al tuyo. A mi me gustan las personas que suponen un desafío y que sacan lo mejor de mi mismo para intentar estar a su altura.

Hay gente que está en un momento mágico de sus vidas. Cuando has pasado cierta barrera de edad las únicas sorpresas posibles son fallecimientos, embarazos indeseados, despidos y la lejana jubilación. Conocer a alguien que está a punto de empezar a trabajar, que tiene una ilusión que has perdido, o al que hace su primer viaje al extranjero, que acaba de conocer a su novia, viven momentos que trasmiten una energía contagiosa. Para mi una responsabilidad que me encanta es que la primera impresión que tenga una persona de España sea la que se haga de mi. Me fascinan las manipulaciones de la realidad. Imagina lo que pensaría de las mexicanas alguien que tuviera la inmensa fortuna de ser alojado por Salma Hayek.

salma-hayek

Ayudar a otros. A mi nunca me ha gustado la idea de dar dinero para pobres de África, apadrinar niños en otro continente. He salido del pozo gracias a subsidios y ayudas del gobierno y me considero en deuda perpetua con el mundo. Eso sí, me gusta ayudar a gente que creo que se lo merece y a mi manera. Mucha gente que viaja con poco dinero merece disfrutar su estancia muy por encima de sus expectativas.

Aprender idiomas. Es ridículo pagar clases de idiomas con un profesor de alemán cuando puedes secuestrar a una pareja que hablarán contigo totalmente gratis. Puedes practicar con autríacos, suizos, alemanes del norte y del sur, del este y el oeste. No es sólo una forma de ahorro, sino de perfeccionamiento. Si practicas algún idioma marginal, como el chino o el danés, puede ser la única forma que tengas de progresar.

Y si todo es tan perfecto, ¿A que estoy esperando para viajar con Couchsurfing?

El sistema tiene un espíritu, pero la realidad tiene personas particulares con intereses y expectativas. Por cada loco que está dispuesto a alojar desconocidos, hay diez desconocidos en busca de su loco. Si pretendes viajar con este método lo vas a tener muy complicado, sobre todo si no dispones de referencias. El espíritu habla de igualdad de oportunidades, democracia y ayuda desinteresada. La realidad es que toda persona que acoge a otra, dispone de, aparte de la opción universal de rechazar al visitante, una elección de posibles huéspedes. Y aunque todo el mundo sea políticamente muy correcto, la realidad es que todos tenemos preferencias a la hora de elegir, y eso mediatiza las opciones de muchas personas.

A mi me inspiran mucha confianza personas de determinados países: Dinamarca, Japón, Noruega, Corea del Sur, Canadá. Hay países que me desagradan a priori: Israel, Pakistán, Francia, Nigeria. No tengo que pedir disculpas a nadie por tener preferencias sesgadas. Me inspira más confianza la gente entre 23 y 30 años que en otros rangos de edad. Mucha más las mujeres que los hombres. Las parejas de novios que los “solo” amigos de distinto sexo. Creo que nunca alojaré a una pareja de lesbianas y no tengo nada contra ellas. Omnívoros sobre vegetarianos. A la hora de aceptar a una persona en tu casa tienes que ser exigente al máximo y si eres honesto contigo mismo reconocerás los filtros más elementales.

Así, hay grupos sociales que lo tienen realmente complicado a la hora de encontrar un alojamiento gratuito. Quizás los peores, en España, sean los hombres asiáticos. A las mujeres no les atraen ni su físico ni su cultura (que nadie conoce). Los árabes pueden tener cierta aceptación superior a la que encontrarían en otros países, pero siempre lo van a tener difícil. Muchas personas que se han dedicado a alojar a decenas de desconocidos se enfrenta a la dura realidad de que, a pesar de sus extraordinarias valoraciones, nadie les acepta cuando deciden “aprovechar” el sistema y ser ellos los viajeros. Este jarro de agua fría les hace replantearse su participación en el futuro, y la vigencia del “espíritu de Couchsurfing”.

Personalmente creo que uno debe alojar sólo si lo ve como algo positivo en sí mismo. Hacerlo en espera del quid pro quo es un error, pues lo normal es que no funcione tan bien como esperabas. Couchsurfing is for women. (es para mujeres).

Algo tan obvio como que todo el mundo, hombres y mujeres, prefiere alojar a mujeres, es un tema casi tabú pues rompe la idea hippie de alojar a un desconocido sin ningún tipo de interés. Además conecta con el otro gran tabú: Couchsurfing is for sex (es para sexo).

Piensa por un instante el siguiente escenario: recibes casi simultáneamente dos propuestas. De un lado una pareja de chicos de 25 años, provenientes de Detroit y con el aspecto típico de una persona media de Detroit. Por otro recibes a dos chicas de 25 años, de Ucrania, con el aspecto típico de una ucraniana de 25 años que aún no se ha casado (y dejado de ir). De acuerdo al espíritu de Couchsurfing deberías acoger a la primera de esas dos peticiones que has recibido, o lanzar una moneda y elegir al azar. De acuerdo al mundo real, eliges Ucrania. Y si luego alguna de las dos chicas es parecida a las fotografías que has visto, puedes tratarla como a una invitada más, pero una parte de tu cerebro, que no es ni mucho menos la menos importante, está ya trabajando para intentar que tengas sexo internacional.

Así, se establece un círculo nada vicioso, pero natural: hay más viajeros que gente dispuesta a acogerlos: se eligen a los mejores potenciales viajeros: se elige a mujeres sobre hombres: rubias sobre morenas: modelos sobre estudiantes de informática: te gustaría acostarte con ellas.

Obviamente al decir todo esto demuestro ser un pervertido y no compartir el espíritu de Couchsurfing. La realidad es que todavía me siento mal porque una vez rechacé acoger a una modelo polaca, que venía con una amiga, y que incluía entre sus aficiones “Pin-up“.

El sexo es un “problema” que siempre estará en el aire cuando decidas acoger o viajar a casa de una persona totalmente desconocida, salvo que tengas problemas con ello y decidas alojar o visitar sólo a personas de tu mismo sexo. Muchos de los que bombardean con la nefasta idea del espíritu son mujeres que sólo quieren viajar gratis por todo el mundo sin ningún tipo de problemas. El gran problema de Couchsurfing no es el sexo, sino que los hombres pueden viajar en condiciones muy inferiores a las mujeres. Partiendo de esta inevitable desigualdad, se llega a otra menos importante: mucha gente busca encuentros sexuales en Couchsurfing.

Creo que este problema no es tan grave. El sentido común dice que una mujer atractiva (y algunas que no lo son) va a gustar a muchos hombres, y que si se queda en casa con un hombre desconocido, una propuesta sexual no es nada rara. Puede parecer que este es el argumento de “la culpa es de ellas que visten como putas”, pero no es más que lo obvio: si eres atractiva, viajas sola y no quieres recibir propuestas sexuales más o menos explícitas, evita alojarte en casa de hombres. Esos hombres pueden ser unos cerdos, pero no juegues con tu vida, evita los riesgos.

Así, el argumento de que una chica guapa debería poder viajar sin ningún tipo de preocupación, es absurdo. En Couchsurfing hay más de tres millones de usuarios, luego hay varias docenas de asesinos y violadores registrados. El problema ante la idea de “el espíritu” es que hay un sesgo natural y muchas personas no pueden usarlo por ser hombres (lo peor), muy mayores (la media de edad de los usuarios rondará los 22 años) o de países con una mala imagen internacional. Muchos recibirán menos ofertas de las esperadas, y muchas recibirán más de las que les conviene. El mundo siempre será así, adáptate a él.

Lo que me enganchó a Couchsurfing fue la idea antes citada de poder valorar a personas, del mismo modo que a un libro u electrodoméstico. Las valoraciones, sin embargo, parecen escritas con un fondo de música de Enya. Todos han sido excelentes anfitriones que han mostrado la vida local de primera mano, personas muy generosas y extrovertidas, que se han convertido en grandes amigos para siempre. La mayoría de la gente las completa con frases tomadas de anuncios de compresas, sin personalizar o facilitar la vida a futuros viajeros. Muchas de esas edulcoradas valoraciones ocultan una violenta situación de rechazo de propuestas abiertas de prácticas sexuales. Y en otros casos, de relaciones aceptadas con gusto por ambas partes. Es delirante definir a alguien por que te enseñó a cocinar paella, cuando la cosa que siempre recordarás no es lo que comiste, sino lo que te comieron.

El sistema de votaciones es tan importante, que todo el mundo mata por evitar una mala opinión. Casi nadie tiene opiniones negativas, ni una sola, y aquellos que las tienen causan mucho recelo. Esto no es Ebay, mejor tener 10 valoraciones positivas, que 99 positivas y una negativa. Como ya indicaba, no basta con valorar a la persona, sino que hay que escribir un texto. En las escasas valoraciones negativas que podrás leer, se dejan entrever situaciones muy violentas. El suavizante disimula la realidad, pero no la oculta del todo.

Un problema enorme de Couchsurfing es que las valoraciones son poco honestas. Hay tanto miedo a un voto negativo, que mucha gente prefiere no votar, o incluso hacerlo en positivo, por miedo a que el causante de una situación incómoda se vengue con otro voto negativo. Esto se podrá mejorar en el futuro con valoraciones a aspectos diferenciados de un visitante o anfitrión. Cinco estrellas a todo menos en seguridad, que sólo tiene cuatro, puede ser una historia no escrita de sutil acoso sexual. Aparte de este problema, hay gente que vive donde Cristo perdió el mechero. Ir a casa de un anfitrión en Madrid y descubrir que Arganda del Rey tiene metro, pero no está cerca del Palacio Real, es una sorpresa desagradable que también ocurre con frecuencia. O que esa persona es muy buena gente pero tiene la casa infectada de hormigas.

Así, siendo tan importante las valoraciones, es triste ver cómo mucha gente que se ha alojado gratis ni tan siquiera se preocupa de dar una valoración positiva después de haber estado muchos días en casa de otro. Normalmente es dejadez y la dificultad de expresar una opinión en un lenguaje políticamente correcto al que no estamos acostumbrados. Los ves sentarse ante el teclado y pensar “y ahora que digo de este”. Otro motivo para no tener valoraciones es que la persona que viajó por tu casa esté en ruta de un largo viaje. Pasados varios días, ya de vuelta en casa, ni se acuerda de ti y por supuesto no va a perder ni un minuto de su tiempo en comentar la experiencia que ya no podrá repetir hasta el año que viene. Sorprende la poca visión de mucha gente, que no se preocupa de valorar hasta que plantea su siguiente viaje y se da cuenta de que votar a otros bien es incluso bueno para su perfil. Y ahí se ponen a comentar, pasados varios meses de la experiencia.

Y si las valoraciones son todas parecidas, las descripciones de los perfiles no suelen serlo menos. Algunas expresiones imprescindibles para definirte son:

Easy going.
Uncompromised.
Open minded.
Outgoing.
Like meeting new people.
Like traveling.
Outdoors.
Love party.

mochileros

Entre los viajeros de Couchsurfing hay mucha desorganización y una peligrosa inocencia. Muchos se equivocan en las fechas de viaje y acaban llegando antes o después de lo previsto. Viajan con autostop y aparecen en horarios totalmente impredecibles. Los que llegan a tu ciudad tras visitar otras lo hacen a veces desorientados, con planes cambiantes a los que te cuesta adaptarte si tienes un horario y una vida normales.

Al estar esa persona en tu casa, se rige bajo tus normas, ya sean estas que no se puede fumar o que tienen que estar en casa sólo cuando tú lo estés. Recibirás a personas que te trasmitirán confianza desde el primer momento y a otras que se la tendrán que ganar. En función de ello puedes decidir dejarles una llave de tu casa o no hacerlo. Tú eliges. Si no se comportan como esperas, puedes llegar a echarlos de la casa. Los estudiantes que viajan suelen ser buenos amigos del alcohol barato y las noches de fiesta. Si acogiste a dos polacos de 20 años no te extrañe que lleguen a las 2 de la mañana bastante perjudicados. Controla esas situaciones antes de que ocurran.

Mis mejores experiencias, hasta la fecha, han sido con asiáticos. Tienen unos valores que en occidente hemos olvidado. Eso sí, algunos viven en países comunistas, luego están equivocados en todo lo que opinen y son peores personas. No diría que he tenido suerte con la gente que he alojado, sino que he seguido un buen criterio a la hora de elegir a quien aceptar y a quién no. He ido exageradamente sobre seguro hasta el punto de rechazar a la pin-up girl.

Cuando todas las propuestas de alojamiento han sido rechazadas, un remedio desesperado es escribir un artículo en el foro de la ciudad solicitando un alojamiento de última hora. Muchas propuestas son de personas que acaban de llegar, no tienen nada reservado ni mucho dinero para dormir. Es entonces cuando aparecen los peligrosos depredadores, ocultos entre contados buenos samaritanos. Aceptar la propuesta de ese marroquí que vive en Granada, sin foto, con el perfil recién creado, es mejor que nada. Hay chicas de menos de 20 años que viajan a otro país, sin conocer el idioma, solas y se van a la casa de cualquiera que decida aceptarlas. Lamentablemente eso no puede acabar bien siempre.

Así, si ofreces alojamiento a alguien y se lleva una excelente experiencia, en parte alimentas que se confíe y crea que todo el mundo es así de bueno, que nada malo puede ocurrir. Normalmente será así, pero si viajas, ten siempre cuidado.

Uno de los riesgos menos mencionados por parte del viajero es que la persona que te acoja sea aburrida. Algunos de los que alojan lo hacen para practicar idiomas. Tienen un inglés macarrónico que necesitan mantener vivo y qué mejor forma que esta. Pero cuando la comunicación es mala, las situaciones son siempre algo incómodas. Otras personas son fanáticas de algo (zumbadas del reiki, frikis que sólo hablan de Juego de Tronos) y que no saben mantener una conversación fuera de su mini mundo. He oído muchas más historias de huéspedes aburridos que de depredadores sexuales.

Como anfitrión puedes encontrarte a gente que no encaje para nada con tu forma de vida. También ha personas maleducadas, paradójicamente, cuánto más “avanzado” sea el país de origen, peores formas puedes encontrarte. La gente del primer mundo espera ser tratada bien por la del segundo. En la cabeza de cada uno está el ubicar ese primer y segundo mundos.

Cuando se aloja a más de una persona, y esto es lo ideal pues viajar solo es de perdedores, se suele saber mucho sobre aquella que está registrada en la página, pues es la que tiene fotos e indica sus intereses y objetivos. Pero la mitad de los pelos que encuentres en la ducha pueden ser de su acompañante, así que es importante que te informes también sobre él. Normalmente “el otro” es el eslabón más débil de la cadena. En los matrimonios, se registra la chica y se menciona que viene con su marido. Si vienen dos amigas, la que está registrada siempre es la más guapa de las dos. Puede ocurrir que uno de los dos sea un seguidor de la idea y el otro sea un seguidor de la idea de gastar poco. Pregunta mucho por esa otra persona, porque será la que pueda definir si la experiencia es positiva o no.

Finalmente, un riesgo que se suele pasar por alto es que cuando acoges a alguien así, no dejas de estar aceptando a quien juega con fuego. La ucraniana de 20 años que mide 1.75 y viaja sola pasa por tu casa, pero luego va haciendo autostop a Toledo, y desde ahí a Plasencia (también por autostop) alojándose en casas de desconocidos. Si algo le sucede en su viaje, la investigación policial empezará en tu casa.

Otro punto a resaltar es el aspecto descarnado derivado de la gente que simplemente busca un sitio barato donde dormir. En algunos casos puedes llegar a tener la sensación de que la otra persona ve tu casa como un hostal. Un fugaz buenos días por la mañana y adiós al marcharse pueden ser todas las conversaciones que tengas con tu huésped. Te han usado, como cuando una ucraniana de 20 años decide tener sexo contigo. Si no quieres hacer el pardillo viendo como otros se aprovechan de tu candidez y espíritu Couchsurfing, es momento de que empieces a verlo como una versión offline del Mechanical Turk de Amazon.

Una pareja de China de visita por Zaragoza. ¡Bienvenidos! Ahora bien, ya que os quedáis en mi casa, os pido un favor a cambio:

Que me cocinéis el pato pequinés (el pato lo traéis en el equipaje de mano).
Me cambiéis todas las siliconas del cuarto de baño.
Me planchéis todas las camisas.
Me traduzcáis el blog al chino.

Normalmente los buenos invitados dan algún tipo de souvenir, o hacen una comida típica. Si percibes a quien quiere viajar gratis, tienes todo el derecho del mundo a pedir algo razonable a cambio (o a rechazar a ese viajero sin más).

Incluso, dado el elevado porcentaje de gente que viaja sin un duro, puedes usar el foro de la ciudad para conseguir mano de obra barata. Es decir, que te cambien las siliconas del baño por poco dinero, en lugar de tener que alojar a esa persona. Para alguien que quiere realizar un viaje por España por 100 euros, es una situación win-win.

Porque aunque haya millones de registrados en la página, la inmensa mayoría ni aloja ni se aloja en casa de desconocidos. Muchos viajan siguiendo medios tradicionales pero usan el foro de la ciudad como una excelente forma de enterarse de lo que está pasando en la ciudad. Planes de salida, quedadas, compartir coche con otros. También hay gente que no tiene la opción de alojar, porque vive en casa de sus padres o entiende los riesgos pero no tiene problemas en hacer de guía turístico y enseñar la ciudad a una pareja de eslovacos. O tomarse una copa con un grupo de ingleses que acaba de llegar a la ciudad y está tan perdido como tú. Para el viajero solitario, surgen opciones de conectar con otros en la misma situación.

Un último consejo: cómo elegir al viajero perfecto. Obviamente si sois nuevos en la página, casi nadie querrá alojarse con vosotros, pero el viajero que disfrutaréis más alojando tiene muchas de las siguientes características: Es una mujer. Nunca antes ha estado en tu país. Es de un país más pobre que el tuyo. No ha estado en decenas de países. No va a quedarse ni una noche ni más de tres.

¿Y el peor viajero? Suele ser una persona que conoce la ciudad casi mejor que tú pero se ha quedado colgada. Por ejemplo, alguien que fue au-pair hace un año en tu ciudad y ahora no tiene donde alojarse porque sus amigos son estudiantes. Se queda en tu casa, pero no ves a esa persona ni en pintura. Se lo está intentando montar con un medio rollo que conoció cuando vino hace meses. En el mejor de los casos, no se plantea llevarlo a tu casa para culminar la faena, pero igual pasa que no aparece en toda la noche y vuelve por la mañana. No eres su padre, pero algo sí que puede llegar a preocuparte la situación. Nunca alojes a nadie que ya haya estado en tu ciudad.

En resumen, espero haber dado una visión realista de lo que es Couchsurfing, lo que puedes esperar y lo que no. Si tienes algo que aportar, no dejes de comentar.

Pederasta simpático

lata
No será la primera vez que se escriba aquí sobre los pederastas. Y nunca para defenderlos.

El pederasta
El mito de Lewis Carroll

Cuando uno se imagina a un pederasta, se hace la idea de un tipo gordito, calvo, con cara de pervertido, desaseado, incapaz de relacionarse con la normalidad. Gran parte de esta imagen se debe a lo que vemos en televisión: detenciones de sacerdotes, fotos de recién arrestados, etc. Además que entendemos que alguien con gustos tan depravados tiene por fuerza que ser un desecho de la sociedad. Algo así como que si fuera guapo, se acostaría con mujeres, pero como es un guiñapo humano, ha creado una deplorable filiación sexual.

Así, si eres un responsable padre de familia, harías bien en mantener a tus hijos alejados de tipos con pinta de ingeniero de sistemas, de los que no se conoce pareja, desaliñados. Aunque con eso los alejarás de algunas malas influencias, nada más.

La realidad, que no cuentan en televisión, es que si te gustan las mujeres, tienes a tu disposición una exagerada proporción de la población mundial. Y que si en bar le dices a alguna al oído que quieres metérsela por detrás, te podrías llevar un guantazo, pero compensado de sobra por las risas que te puedes echar con los amigos. Si eres un hombre al que le gustan los hombres tienes que tener más cuidado, tienes que tantear el terreno, sondear al tipo que te atrae. Desde luego, tienes que ser mucho más sutil, moverte mejor en la ambigüedad hasta que quede claro que ese tipo se mueve en la misma onda.

Pero un pederasta, tiene que ser capaz de hacer surf mientras escribe un SMS. Porque al tener una tendencia sexual tan aborrecible, en cuanto alguien se entere de ello, corre el riesgo de ser desplazado por la sociedad entera, ser detenido o incluso linchado. Me imagino que entre los pederastas se habrá ido creando una especie de selección natural. Los que llevan más tiempo siéndolo y más lejos están dispuestos a llevar a cabo sus fechorías son individuos que han hilado tan fino, han sabido disimular sus verdaderas intenciones tan bien, que, lejos de la imagen de marginados, son personas con una habilidad y vida social muy superior a la media. En algunos casos, auténticos líderes.

Porque debe ser tan duro ser un pederasta que los que los son suelen ser personas que, al margen de sus intolerables acciones, figuran entre las mejores del entorno en que se mueven. Y esta es una verdad difícil de digerir.

En España hay un caso bastante famoso, Santiago del Valle, asesino de una niña pequeña en un caso muy mediático. Este es un caso que parece justificar la imagen habitual de la prensa, un tipo con una minusvalía psíquica.

Ahora bien, uno analiza sus acciones, y se da cuenta de que es uno de los retrasados mentales más inteligentes del mundo. En primer lugar, por conseguir una pensión de minusvalía psíquica, pero que al ser juzgado no se encuentre ningún trastorno mental que pueda servir como eximente. Seguramente haya sido capaz de mantener su pensión, a pesar del nuevo análisis. Se casa con una mujer de cierto retraso mental que, le sirve como coartada de persona normal, al tiempo que es capaz de convertirla en su mayor aliada a la hora de conseguir víctimas. Estando en prisión, se le ocurre la idea de apadrinar una niña a través de una ONG, y luego intenta puentear a la organización intermediaria para conseguir acceso directo a ella.
Esta claro que es una persona despreciable, pero no hay que negarle mérito y capacidad.

Porque para ser un buen criminal, hay que tener buenas habilidades, al margen de que estas se empleen para el mal. Por eso nos resultan tan simpáticos los ladrones de películas como Ocean’s Eleven. Porque son buenos, salvo que usan lo que saben, para el mal.

Otro caso famoso en España es el de Torres Baena, el mayor caso de pederastia de la historia del país. Fue capaz de cometer sus delitos a lo largo de más de 20 años, con al menos 61 víctimas conocidas. Si no te dijera el crimen, te resultaría interesante. En el momento que lo sabes, le deseas una muerte lenta y dolorosa. Este criminal había sido Campeón de España de Karate y presidente de la Federación Canaria de Karate, aparte de regentar un importante gimnasio que desarrollaba esta disciplina. Una de las personas más importantes del Karate en España, casi nada.

Torres Baena es horrible, sí, pero también capaz de implicar a su mujer durante años, divorciarse de ella, que ella no diga nada de nada, volverse a casar, volver a implicar a su nueva mujer, y hasta al hermano de esta, también durante muchos años, mientras la mayoría de vosotros no sois capaces de convencer a vuestra esposa de lo que se pone en televisión por la noche.

Ahora nos vamos al famoso pederasta indultado en Marruecos, Daniel Galván Viña. Espía, profesor universitario, hablando múltiples idiomas. Se traslada a Marruecos, porque:

¿Por qué viniste aquí a abusar de niños marroquíes? Porque no cuestan caro y todo se consigue con dinero.

Una habilidad mercantil ausente en numerosos ex-directivos de banco españoles. Este caso horroriza, como tantos otros, pero de nuevo nos muestra que el criminal no es un marginado, suele encontrarse entre las personas mejor situadas socialmente dentro de su entorno.

Fuente: In plain view, Malcom Gladwell. Léete el artículo que es realmente bueno.