De los jabalíes no se acuerda naide

Encuentran un jabalí muerto en pleno centro de Madrid
PESA MÁS DE 100 KILOS
ELMUNDO.ES 17 de diciembre de 2002
MADRID.- Insólito hallazgo en el centro de Madrid. Un jabalí de más de 100 kilos ha sido encontrado muerto en la calle de Mejía Lequerica, según fuentes de la Policía Municipal.
Sobre las 22.10 horas del domingo, un vecino encontró a la bestia en la acera de esta calle, a la altura del número 6, y se puso en contacto con la policía. Al no estar disponible el servicio de recogida de animales, los mismos agentes, con ayuda de los técnicos del Servicio de Limpieza Urgente del Ayuntamiento (SELUR), envolvieron al jabalí y lo llevaron a la Casa de Campo.
La incógnita ahora es saber cómo llegó el animal a pleno centro de Madrid. Posiblemente, fue trasladado hasta la céntrica calle madrileña en un coche. El jabalí no presentaba impacto de bala, aunque sí sangraba por la boca, por lo que no se descarta que haya sufrido un atropello.


Tan increíble suceso apenas tuvo la trascendencia del día, en medios digitales pasó casi de puntillas. Sin embargo, encontrar un animal de esas características en pleno centro de Madrid, un domingo, es algo que va más allá de lo curioso. Si se trata de una broma – la única explicación plausible – no es tan solo de mal gusto, sino elaborada y peligrosa para su autor. Trasportar un cadáver, sea de lo que sea, por las estrechas y ajetreadas calles del centro es más que arriesgado. Las más que evidentes manchas que hubo de dejar en el coche podrían costarle alguna noche en prisión a su poseedor.
La explicación de que alguien atropelló al animal y decidió traerlo a la capital es aún más extraña. Más allá de bizarras argumentaciones, se me ocurre la siguiente:
Las personas, pues tuvieron que ser al menos dos para poder cargar el animal en el coche, atropellaron al jabalí. No lo mataron, pues si lo hubieran hecho seguramente el coche habría quedado destrozado. Tampoco lo dejaron en muy buen estado: primero porque apareció muerto y en segundo lugar porque en tal caso nadie se atrevería a coger a tan peligroso animal.
Así, lo cargaron en el coche, y el hecho de que lo llevaran a Madrid sólo me lleva a pensar que, lejos de querer deshacerse del animal, trataron de llevarlo a un veterinario. Siendo domingo, tendrían problemas para encontrar alguno dispuesto a atenderlos. Tras muchas vueltas por el centro, un tanto aturdidos y frustrados, tal vez encontraron que el animal ya estaba muerto. Cansados del periplo dieron término a tan inusual fin de semana dejando al animal en el primer sitio que pillaron.
Caso resuelto.
No deja de sorprender el lugar del hallazgo. Haciendo un recorrido virtual por la calle donde fue encontrado(en el nº6):
nº1 Patrimonio Comunal Olivarero, especialidades exquisitas de aceites de oliva, tiene su tienda exposición.
Esquina con Barceló: Hespen Y Suárez. Empresa de catering de alto standing.
nº18 Calidalia.Web sobre la alimentación de calidad/lujo.
La calle Mejía Lequerica es bien pequeña: sólo tiene 11 números. Sin embargo, no parece casual que el animal acabara en un rincón tan sibarita de Madrid.

Un comentario en «De los jabalíes no se acuerda naide»

  1. Hace unos años un profesor de instituo me habló de unos alumnos gitanos cuyos padres cazaban jabalíes. Vivían en un asentamiento cercano a El Pardo. Recuerdo que me puso como ejemplo esta noticia como de una negociación con un restaurante que les debió salir mal.

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