Dios me lo dio, Dios me lo quitó

Aparte de las innumerables ventajas por todos conocidas de Internet, como permitir un acceso a mayor cantidad de información de baja calidad o facilitar las tareas a criminales de salón con los bancos on-line, hay notables colectivos que han resultado beneficiados con el invento.
Personas tímidas en el cara a cara, con dificultad de socialización han encontrado en los chats y numerosas variantes una forma de conseguir pareja y amigos que el mundo real hasta entonces no podía aportarles. De tener que bailar con la más fea, con no pocos remilgos, a poder elegir entre muchas que no lo eran. Personas de brillantes mentes y opacos cuerpos han hallado que algunas de sus virtudes podían ser suficientes para conseguir pareja o ser aceptados por la sociedad. Que el físico y lo de siempre no servían de nada en el ciberespacio. Han logrado un inesperado éxito.
En este club hay gente de todos los tipos y colores. Los inmigrantes que se veían marginados por ser de distinta raza, los mudos, sordos y sordomudos. Los que están en silla de ruedas. Madres solteras y jóvenes viudas con niños. Feos de nacimiento y por accidente, enanos y adolescentes alopécicos. Todos los marginados por la sociedad de los Beckham han encontrado su espacio en Internet. Muchos que se preparaban para ser unos desgraciados han tornado su suerte gracias a este extraño medio. Ahora tienen cientos de amigos, frecuentes parejas, autoconfianza que les hace ser más atractivos. Han salido adelante.


Sin embargo, la tecnología, que en cierto modo debe parecerles un aliado, se vuelve en su contra. Ahora chatear sin Webcam empieza a ser como antes hacerlo sin los consabidos emoticonos y en un futuro la mayoría no querrá hacerlo con gente que no pueda ver. Con Messenger mantener conversaciones en tiempo real es lo más trivial del mundo. Y el software es gratuito(por ahora) así que nadie puede rehuir su uso.
El parecido con el mundo real es cada vez mayor. Y así, cada vez son más, dentro de ese grupo humano antes descrito, los que empiezan a tener problemas con su medio amigo. El mudo no podrá ocultar su minusvalía cuando le pregunten por qué no usa la conversación. El feo podrá arreglarse todo lo que pueda, pero no podrá mentir diciendo que se parece a Brad Pit. La madre soltera sorprenderá a su interlocutor con el paso fugaz de un niño detrás de la cámara.
Y la tecnología, que trata de arrasar a su paso, nos dará más y mejores medios, que mejorarán la resolución de imagen y sonido, que nos darán mayor campo visual. Es cuestión de tiempo que Internet vuelva a poner a todos en su sitio. Lamentablemente, el ciberespacio no aspira a ser mejor que el mundo real, simplemente trata de copiarlo.

Un comentario en «Dios me lo dio, Dios me lo quitó»

  1. Interesante vision de internet. Pero creo que no llegaremos a tanto. De momento la webcam se usa un rato y luego uno se aburre y vuelve a las teclas.
    Por que no han triunfado los telefonos con videoconferencia (disponibles desde hace 2 años minimo)? Por que a la gente no le gusta que le vean mientras habla por telefono. Pues con internet igual. Bueno, solo es mi opinion

Los comentarios están cerrados.