El libro más caro del mundo

Hace unos días se supo que habían robado el Codex Calixtinus, un libro del siglo XII muy relacionado con el Camino de Santiago.

Qué duda cabe que es una pérdida de valor incalculable, pero los periódicos españoles, azuzados por los responsables de no haberlo cuidado, han llegado a enunciar que se trataba del libro más valioso del mundo.

Matemáticamente, tiene lógica. Un libro de valor incalculable, vale infinito. Y no hay nada más grande que infinito. Pero cierto es que, dentro de esas infinitudes, las hay mucho mayores y el dato que frívolamente se publica en la prensa es una exageración intolerable.

Si uno se atiene a transacciones, uno de los manucritos más valiosos que existen es el códice comprado por Bill Gates. El Codex Leicester, obra de Leonardo Da Vinci, que se compró en una subasta por 30.8 millones de dólares.

Ahora bien, si uno se limita al sentido común, ¿Cuál es el libro más valioso del mundo? De entre tanto libro de valor incalculable, ¿Cuál es el más incalculable de todos?

En mi opinión, ha de ser uno de los manuscritos más antiguos de la Biblia, el Codex Sinaiticus. Es un libro tan valioso, que se conserva en cuatro trozos, repartidos entre la British Library de Londres, el monasterio St. Catherine’s de Sinai, La biblioteca de la Universidad de Leipzig, y la Biblioteca Nacional Rusa.

Ahora bien, estamos hablando de los libros conocidos y que aún se conservan. Si tratamos de encontrar al libro más valioso que jamás ha existido, una mención de honor ha de hacerse a la obra del dramaturgo griego Esquilo.

A su muerte, aproximadamente en el año 456 antes de Cristo, la República de Atenas ordenó que se editara un volumen con su obra completa.

Dos siglos después, Ptolomeo III (282 – 222 a. C) rey de Egipto, encargó la mejora de la Biblioteca de Alejandría. Al catalogar los contenidos, los bibliotecarios se dieron cuenta de que había una notable laguna: Esquilo. Por una coincidencia inexplicable, no había ni una sola obra de tan importante autor.

Ptolomeo III mandó embajadores a Grecia, que descubrieron que sólo había una copia de la obra completa de Esquilo, copia guardada con celo en Atenas. Los embajadores negociaron que Atenas entregara en préstamo la obra única, para que se pudiera realizar una copia, que sería depositada en Alejandría.

Los griegos aceptaron el acuerdo, tras solicitar una fianza de quince talentos de plata, una cantidad indeterminable de dinero. Para estimarla, se ha de saber que el impuesto anual que tenía que pagar el Reino de Judea a Egipto era de veinte talentos y que esta cantidad les pareció tan excesiva que provocó el desafío de Onias II, que se negó a pagarlo, arriesgándose a la declaración de guerra.

Atenas era entonces una República de tamaño insignificante comparada con el reino de Egipto y aceptó el préstamo con fianza. Pero una vez el libro llegó a territorio egipcio, se ordenó que no sería devuelto jamás, quedando la única copia en la biblioteca de Alejandría. Además, el rey exigió que estuviera terminantemente prohibida su copia.

La pérdida del libro fue tan dolorosa para Atenas, que incluso estuvo pensando en declarar la guerra a Egipto – hubiera resultado en un suicidio peor que el de los 300. Al final, la fuerza se impuso a la razón y el libro permaneció durante siglos en Alejandría, con la prohibición siempre vigente. Personalidades de todo el mundo tuvieron que desplazarse a dicha ciudad sólo para poder leer la obra de Esquilo.

El libro pereció con la Biblioteca, en el siglo VII después de Cristo. Aunque con la calculadora, costaba 15 talentos de plata, que a 26 kilos el talento, son menos de 500.000 euros, ese era un libro de valor incalculable de verdad.

Fuente: Esquilo, perdido para siempre.
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Un comentario en «El libro más caro del mundo»

  1. Recuerdo que mencionaban esa historia de la biblioteca de alejandria en Cosmos de Carl Sagan. y que increiblemente Sagan se ponía de parte de los egipcios

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