El primer accidente de tren

El primer accidente de tren de la historia lo tuvo el que fue también el primer tren de construcción 100% estadounidense. El “Best Friend of Charleston”, que así se llamaba, recibió ese nombre por la gran ayuda que brindó a la región de Charleston, en Carolina del Sur, agilizando los transportes.
El tren comenzó a funcionar en 1830 y un año después empezó su andadura en el trasporte de viajeros. En aquella época las velocidades eran muy modestas – unos 30 kilómetros por hora como mucho – por lo que en caso de descarrilamiento o choque poco podría pasar.
La forma en que se produjo el accidente es de lo más ridícula. Uno de los maquinistas, molesto por el ruido de la válvula de escape de la caldera, decidió taparla con los dedos, para que dejara de sonar.


El aumento sin control en la presión en la caldera provocó que esta explotase, quedando gravemente heridos los dos maquinistas y el ingeniero que estaban en la sala de máquinas.
Me ha sorprendido entrar a Wikipedia a constrastar la información y ver que estaba equivocada. En el artículo sobre el tren indicaban que la tripulación del tren murió en el accidente, cuando esto no era cierto ( lo he corregido). Y es que he estado mirando en otras páginas y también daban el mismo dato erróneo. Quizás para dar mayor trascendencia al accidente, algunos optaron por decir que murieron varias personas( los que dicen que hubo muertes no dicen cuántas fueron). Y es que un accidente sin muertos no tiene trascendencia mediática.
Esto me recuerda a los días posteriores a los atentados en Madrid. Había un inscosciente deseo de superar a los del atentado en Bali, para alcanzar el dudoso éxito de ser el 2º atentado islamista más grave de todos los tiempos. Y es que en diversos medios, en distintos días oí cómo indicaban algo así de “193 muertos, por ahora, podría superarse la cifra de los muertos en el atentado de Bali”. Esta burda forma de tratar de potenciar las noticias, deseando que sean más terribles para que así, resulten más interesantes, es muy española.
Vergüenza de periodismo.