El voto útil de la izquierda(II)

La primera impresión que se tiene es la de que se contarán todos los votos y se realizará el reparto de escaños. Pero no es así. En primer lugar, se reparten los escaños, entre las distintas provincias, y luego se realiza el reparto acorde a las votaciones. Esto tiene unas consecuencias en las que a lo mejor no reparamos.
Utilicemos comor ejemplo, al apagado CDS. Es un partido al que aquel que esté cansado de los habituales puede votar. Uno aqui, otro allí y podrían, digamos, juntar unos 150.000 votos. Son una barbaridad de votos. Y sin embargo, no tienen la menor perspectiva de obtener un escaño. Porque suman muchas pequeñas cantidades a lo largo de toda la geografía española. Pero también en el sistema electoral es mejor ser cabeza de ratón que cola de león. Y resulta más ventajoso obtener muchos votos en un sitio que muchos pocos por todas partes. Es por eso que, para un partido no regionalista, las perspectivas de acceder al gobierno nacional son casi nulas.
El PSOE llama cola de león a Izquierda Unida. Porque sabe que muchos de esos votos que vayan a ellos no servirán para obtener el escaño provincial correspondiente. Y será como si se hubieran tirado a la basura. Te quedas tranquilo, haz ejercido tu derecho, pero el que viene detrás se encarga de tirar de la cadena.
El reparto de escaños sigue la llamada ley D’Hont. La idea de encontrar una forma de repartir el gobierno, una vez realizada la votación, que sea lo más parecida posible a lo que el electorado a dicho es tan necesaria como poco simple. Los picos dan quebraderos de cabeza.


Supongamos que en mi pueblo hay 100.000 personas, y que se reparten 10 escaños. La votación acaba tal que así:
Partido A: 40.000 personas
Partido B: 30.000 personas
Partido C: 20.000 personas
Partido D: 7.000 personas
Partido E: 3.000 personas
Lo idílico sería dar 4 escaños al A, 3 al B, 2 al C, pero queda uno con el que no sabemos que hacer. Es absurdo concederlo ex-aequo a D y E. Dárselo a D, resulta bastante parcial. La ley de Hont tiene un correcto trasfondo matemático que admite una sencilla explicación del método. Lo malo es que dicha explicación hace parecer al sistema un tanto arbitrario. Pero está considerado como uno de los más correctos – de entre los métodos simples.
Lo que se hace es establecer en columnas adyacentes las fracciones de los votos que cada partido ha obtenido, esto es, dividimos los resultados por 2, 3 , 4 sucesivamente.
Partido Total Div 2 Div 3 Div 4 Div 5
Partido A 40000 20000 13333 10000 8000
Partido B: 30000 15000 10000 7500 6000
Partido C: 20000 10000 6666 5000 4000
Partido E: 7000 3500 2333 1750 1400
Partido E: 3000 1500 1000 750 600
Y ahora, simplemente cogemos los 10 mayores números. Estos son: 40.000(Partido A); 30.000(Partido B); 20.000(Partido A); 20.000(Partido C); 15.000(Partido B); 13.333(Partido A); 10.000(Partido A); 10.000(Partido B); 10.000(Partido C); 8.000(PartidoA).
Luego el reparto de poder queda así:
Partido A: 5 escaños. Partido B: 3 escaños. Partido C: 2 escaños.
Por ello, se suele decir que tanto la abstención como el voto no realizado favorecen al partido ganador. Porque el sistema hace que el partido que obtenga más votos suela llevarse los picos, lo que a priori era una victoria pírrrica casi se ha convertido en una mayoría absoluta.
La situación que defiende el PSOE es la de evitar que Izquierda Unida, aún con sus muy buenas intenciones, sea un partido E, convidado de piedra que, en cierto modo, con su insuficiencia, ha regalado su escaño al A.
Supongamos que la gente hace caso a la propuesta socialista. Y que casi la mitad decide cambiar su voto. Supongamos que IU es el partido E, que sólo recibe 4.000 votos, pasando los otros 3.000 votos al B, que es el socialista.
Partido Total Div 2 Div 3 Div 4 Div 5
Partido A 40000 20000 13333 10000 8000
Partido B: 33000 16500 11000 8250 6600
Partido C: 20000 10000 6666 5000 4000
Partido E: 4000 2000 1333 1000 800
Partido E: 3000 1500 1000 750 600
Una minucia de 3 votos y la situación se ha vuelto por completo. Ahora la diferencia entre el 8250 y el 8000 hace que tanto A como B tengan 4 escaños, manteniendo C sus dos escaños. Es a eso a lo que se refieren los socialistas en su petición.
Lejos de hallanarle el camino a Zapatero, quería explicar algo que nunca dirán los telediarios, especialmente el de RTVE. Para que la gente sea libre y entienda un poco más qué puede pasar.
Compensemos a IU de la injuria anterior. Supongamos ahora que mi pueblo ha quedado con el reparto anterior, 4, 4 y 2 escaños para los partidos A, B y C. Cualquiera diría que “han empatado A y B”. Lo que ocurre, en cierto modo, es que ha ganado C. Pues a pesar de estar en una total minoría, tiene tantas opciones de gobierno como pudieran tener A y B. Porque quien quiera algo tendrá que aliarse con ellos, en plenas condiciones de igualdad. La existencia de un tercer partido fuerte elimina el cáncer de la mayoría general. Da mucho poder a opciones políticas con ideas distintas. Y como en la variedad está el gusto, mejores cosas pueden esperarse de una situación consensuada que de una autoritaria.

2 comentarios en «El voto útil de la izquierda(II)»

  1. Hizo las cuentas de las elecciones de 14 de Marzo y he notado que trés millones y medio de votos han sido inutiles, no han elegido un solo diputado.
    Eso es el 14% de lo total, o sea, uno en siete españoles ha votado para nada.
    Además, la IU ha sido la tercera fuerza en votación pero es solamente la sexta en el Congreso. Como es posible que, con trés vezes más votos que el PNV, la IU tenga dos escaños menos?
    En mi blog he simulado um sistema electoral alternativo, basado en una circunscripcion nacional y 52 provinciales. Estos han sido los resultados:
    PSOE – 155 escaños (-9); PP – 148 (=); IU – 15 (+10); CiU – 10 (=); ERC – 8 (=); PNV – 7 (=); CC – 2 (-1); BNG – 2 (=); PA – 2 (+2); CHA – 1 (=); EA – 0 (-1); Na-Bai – 0 (-1).

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