La marca del maestro

Resulta sorprendente lo incautos que somos muchas veces, cuando vamos al supermercado, y nos dejamos guiar por las marcas. En muchos casos, es más que evidente que varios productos son exactamente iguales. Y es que en este mundo de libre mercado aún hay muchos más monopolios de los que pensamos.
Un conocido trabaja en una empresa donde elaboran pan de molde. A veces me daba algunas bolsas. Las marcas, siempre eran distintas. Algunas eran de las famosas, otras genéricas, como Hacendado(Mercadona). Según me comentaba, ellos lo hacían todo, sólo variaba la etiqueta que ponen en el producto.
Esta duplicidad comercial podemos encontrarla también en los yogures, la leche, el arroz, el atún enlatado y otros muchos productos. Pensándolo bien, es lógico, pues para una empresa pequeña, el gasto de comercialización de un nuevo producto apenas puede compensar el beneficio que pudiera obtenerse, caso de que se comercializara con la nueva marca.
Tampoco tiene mucho sentido que empresas como Dia sean capaces de elaborar productos tan dispares como cerillas, leche, congelados, textiles, verdura preparada, desodorantes, patatas fritas…
En realidad, las empresas se limitan a pagar por poner su nombre en la etiqueta. Los mayoristas son otros, totalmente anónimos. Si nos fijamos en los envases muchas veces veremos que ponen “envasado en …” y no dicen nada sobre los fabricantes.