El voto útil de la izquierda(I)

La relación de amor y odio existente entre IU y el PSOE es interesante. En cierto modo, atienden a las mismas ideas sociales, pero con opiniones más o menos drásticas. Tras una resaca postelectoral, son los primeros en sentirse como potenciales aliados, y arreglan sus desavenencias con una admirable facilidad. Pero tras esta cordialidad a posteriori establecen una lucha singular antes de cualquier votación.
Al igual que en su momento el Partido Popular hiciera, los socialistas tratan de vender una imagen de “centro”, porque saben que es lo que gusta al españolito medio, que quiere a los pobres mantenidos en su miseria, pero también desea bajos impuestos. Que aspira a mantener la libertad de reunión pero quiere que el criminal se pudra en la cárcel. Porque vemos en la derecha a Paquito y en la izquierda a los bárbaros y comunistas. Porque en España somos exagerados y magnificamos nuestros juicios.
Para dar la imagen de centro, Izquierda Unida no va bien. Es como ir a pedir un crédito con la camisa arrugada y unos desastrados vaqueros. Pierdes solvencia antes de haber abierto la boca. Además, facilitas la tarea a los otros partidos, porque una cadena es tan débil como el más débil de sus eslabones, y si no sólo has de medir tus palabras, sino también las de tus socios, entonces la situación se te empieza a escapar de las manos. Algo así ocurrió en las elecciones de Madrid. La mayoría de los votos fue conseguida por el PP, mientras que el PSOE junto a IU conseguían la mayoría necesaria para gobernar. Tras el incidente de la disidencia, se volvió a la situación inicial, pues hubo que votar de nuevo, pero ahora la gente sabía que PSOE e IU estaban compinchados. Y aquel que se define como votante de centro, evitó a los bárbaros de la izquierda, permitiendo que los populares, en la nueva votación ganaran por mayoría.
Por lo tanto, los socialistas evitan hablar de cualquier tipo de pacto antes de que la gente meta un papel en una caja de metracrilato con una ranura. Aunque teniendo dos dedos de frente o alguna estadística a mano, es de cajón saber que Zapatero jamás obtendrá mayoría absoluta. Y que en caso de buscar una coalición, el pariente pobre será el primero al que recurrir.
Entonces es cuando surge la petición del PSOE, del voto útil. El voto útil de la izquierda es votar al PSOE. ¿Qué es eso del voto útil?

El voto útil de la izquierda(II)

La primera impresión que se tiene es la de que se contarán todos los votos y se realizará el reparto de escaños. Pero no es así. En primer lugar, se reparten los escaños, entre las distintas provincias, y luego se realiza el reparto acorde a las votaciones. Esto tiene unas consecuencias en las que a lo mejor no reparamos.
Utilicemos comor ejemplo, al apagado CDS. Es un partido al que aquel que esté cansado de los habituales puede votar. Uno aqui, otro allí y podrían, digamos, juntar unos 150.000 votos. Son una barbaridad de votos. Y sin embargo, no tienen la menor perspectiva de obtener un escaño. Porque suman muchas pequeñas cantidades a lo largo de toda la geografía española. Pero también en el sistema electoral es mejor ser cabeza de ratón que cola de león. Y resulta más ventajoso obtener muchos votos en un sitio que muchos pocos por todas partes. Es por eso que, para un partido no regionalista, las perspectivas de acceder al gobierno nacional son casi nulas.
El PSOE llama cola de león a Izquierda Unida. Porque sabe que muchos de esos votos que vayan a ellos no servirán para obtener el escaño provincial correspondiente. Y será como si se hubieran tirado a la basura. Te quedas tranquilo, haz ejercido tu derecho, pero el que viene detrás se encarga de tirar de la cadena.
El reparto de escaños sigue la llamada ley D’Hont. La idea de encontrar una forma de repartir el gobierno, una vez realizada la votación, que sea lo más parecida posible a lo que el electorado a dicho es tan necesaria como poco simple. Los picos dan quebraderos de cabeza.

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