Los ocho muebles que no quieres ver en un piso de alquiler

Los piso en alquiler suelen estar llenos de carencias. Muchos caseros ni por asomo se ponen en la situación del potencial inquilino, no se dan cuenta de que algunas cosas, como tener los electrodomésticos de la cocina, o la luz dada de alta, resultan prácticamente básicas. Pero son muchas las ocasiones en que los pisos de alquiler son pésimos no tanto por lo que falta sino por lo que sobra.

Son pisos que tienen una historia de inquilinos que han ido dejando a su paso desconchones, arañazos y azulejos rotos. Pero también mesas camilla, sillas dispares, cajoneras, sartenes y cubiertos que acaban acumulándose en el piso, dejándolos en ocasiones inhabitables para posteriores ocupantes.

1.Sofás

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Una constante entre las personas de mentalidad arcaica, con sus virtudes y defectos, es la idea de que un sofá es un bien preciado. Antes se tenían sofás con intención de que duraran toda la vida. Hoy hay algunos realmente baratos y resultones. Pero los caseros de rancio abolengo suelen tener apego por los sofás, que dejan acumularse en el piso de alquiler. Un piso con dos sofás diferentes es un adefesio que ningún decorador sabría arreglar. Sin embargo todos hemos visto pisos con tres y hasta cuatro sofás, dejando salones que más parecen una sala de cine. Esta exuberancia de sofás suele tener algunas constantes dramáticas: manchas de dudoso y preocupante origen, ser grandes pero incómodos, colores chillones.

2.Mesas Lack

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La mesa Lack es uno de los estandartes de la revolución Ikea. Una mesa más allá de lo barato – no llega a 7 euros – se utiliza para todo: mesita de noche, mesa de centro, esquinera. Es una mesa que no importa donde la pongas, siempre queda mal y da un aspecto de cutrez total. Cuando la levantas y ves que pesa menos que un dominical, te entran unos deseos irreprimibles de probar si se podría destruir de una buena patada. Lo peor es cuando se la usa en forma adosada: tres mesas lack en lugar de una mesa un poco más larga.
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3.Mesas camilla

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La mesa camilla es otro reducto del pasado, que sobrevive gracias a los pisos de alquiler. Es un tipo de mesa que, por su estructura, es muy resistente al paso del tiempo. Una mesa camilla es casi indestructible y cuando miras fotografías de pisos te las encuentras repartidas al azar por las habitaciones, como si tuvieran vida propia o hubieran empezado una lenta huida del salón. Un salón con más de una mesa camilla es repugnante y causa de que tus visitas no vuelvan a poner un pie en tu casa.
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4.Televisores de tubo

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O televisores de pantalla nada plana. Como si de un sumidero se tratara, poco a poco se han ido desplazando todas la televisores antiguas hacia pisos de alquiler. Cuando decides comprarte una televisión en condiciones, en lugar de tirar la vieja y enorme al mar, haces un repaso mental de qué personas conoces que tengan pisos de alquiler. Y se la das a ese casero agraciado. Igual que con los sofás, nadie ha pensado que a las personas que viven de alquiler también les puede gustar las televisiones de buena resolución y estética. Los pisos con televisiones grandes están anticuados inevitablemente. Lo peor de ese tipo de armatostes es que los caseros no suelen dar la opción de llevársela. Es decir, que si tienes una televisión moderna, te toca encontrar un hueco donde alojar el trasto.

5.Sillones Pello de Ikea


Vas a la página de Ikea, buscas sillones, ordenas por precio y compras el primero que salga. Si bien los sofás suelen superpoblarse, en los contados casos en que el dueño no tiene abundancia de ellos, decide cubrir las carencias con los sillones más baratos del Ikea. Sillones que no parecen sillones, sino más bien sillas retrepadas. Son sucios y te hacen sentir que vives una etapa de tu vida provisional.

6.Camas

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La idea de tener pisos alquilados para estudiantes, que solo suponen una cuota pequeña del total de personas que viven de alquiler, ha ido generando toda esta maraña de pisos cutremente amueblados. Un concepto es el de tener un piso lo más lleno de habitaciones posible, y las habitaciones con tantas camas como se pueda, para que así pueda entrar el ciento y la madre y compartir por cuatro duros. Los pisos de alquiler suelen tener una cama de matrimonio en alguna parte y luego tantas camas como quepan en el resto de habitaciones, lo que las convierte en completamente inútiles, habitaciones en que sólo se puede dormir, no hay sitio ni para un triste escritorio.

7.Cuadros y cerámicas

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En muchos casos se va dejando una retahíla de cuadros, a cual más feo, que no se pueden quitar porque dejarían unos agujeros tremendos en la pared. Peor aún son los souvenirs y basura que descartan los que rebuscan en contenedores: vasijas, fruteros, ceniceros, porrones, botijos. Lo peor de todo es que en muchos casos esos trastos son de anteriores inquilinos, pero no te dejan la opción de tirar por la ventana toda esa porquería.

8.Ropa de cama

Las toallas, almohadas, sábanas y colchas viejas dan mucho asco. Por favor caseros, tírenlas pasados unos pocos años.

Fuentes: Todas las fotos han sido tomadas de Idealista. No ha sido una búsqueda exhaustiva, sólo se han buscado algunas imágenes representativas.