Caballos de carreras

I
Dándole un margen de confianza a la Iglesia, todos los hombres descendemos de uno mismo: Adán.
La historia de la Biblia es bastante oscura. En ella sólo se menciona que Adán y Eva tuvieran tres hijos: Caín, Abel y Seth. Si esto fuera cierto, la pobre de Eva cayó en un incesto de dimensiones colosales, que deja el pecado de la manzana en casi venial.
Una hipótesis afirma que no se mencionen las hijas de Adán porque la Biblia se limita a narrar lo absolutamente necesario. Lo fantástico de la Biblia es que lo que está escrito admite interpretaciones tanto literales como figuradas, y lo que no está escrito admite infinitas interpretaciones absolutamente libres.
La versión libre es la que más me gusta. Cuando Dios creó a Adán no creó a un hombre concreto, sino “al hombre”, como especie en el Jardín del Edén. Del mismo modo ocurrió con las mujeres. Así, aunque la Biblia luego se centre en la vida de unas pocas personas, se refiere a unos elegidos de entre todos los que había, no a los únicos hombres de la Tierra.
En el segundo siglo después de Cristo, apareció el Libro de los Jubileos. También llamado “pequeño Génesis”, parece que es una extensión a ciertos textos, de aproximadamente cuatro siglos antes, de los míticos manuscritos del Mar Muerto.
El libro tiene como principal objetivo establecer una cronología diferente a la que se indica en el Antiguo Testamento. Para lo que nos interesa, también se centra en algún detalle más sobre la vida de los hijos de Adán y Eva. En ese libro – que no reconoce la Iglesia Católica pero sí la judía – aparecen dos chicas estupendas; Azura, que se casó con Seth (no había mucho donde elegir) y Auán, que no tuvo más opción que hacerlo con Caín.
Aún cuestionando la existencia de Azura y Auán, y dado que el pobre Abel duró demasiado para disfrutarlo, de lo que no cabe duda es de que todos los hombres descendemos de Caín, de Adán y de Seth.


II
La historia del caballo Seabiscuit, llevada al cine recientemente, parece una muestra de la dificultad que encuentra el destino para doblegar a los llamados al éxito. El purasangre era nieto de Man O’ War, uno de los más famosos caballos de todos los tiempos y fue educado por uno de los mejores entrenadores de la Historia.
Con un currículo tan prometedor, heredó sin embargo la pereza y falta de garra de su padre, por lo que sus resultados en las carreras fueron decepcionantes. Sus cuidadores lo dejaron por imposible y fue malvendido. Finalmente, encontró al típico entrenador con métodos poco ortodoxos pero que funcionaban con el caballo. Poco a poco comenzó a ganar carreras importantes. Cuando terminaba la temporada, en su cuarto año de vida, era el caballo que más dinero había ganado en todos los Estados Unidos. Aún así, ese año – 1937 – el título al caballo del año se lo llevó War Admiral, que a la sazón era su tío. War Admiral había ganado la Triple Corona, al conseguir vencer en el Kentucky Derby, el Preakness Stakes y el Belmont Stakes.
Dos caballos increíblemente buenos en un mismo año. Los aficionados a las carreras estaban ansiosos por verlos correr juntos. Sin embargo, los Estados Unidos son muy grandes y había suficientes carreras a lo largo y ancho del país como para que pudieran evitar encontrarse. Eran muchos los que trataban de provocar que coindicieran en una gran carrera. Al final, tuvo que suceder.
“The Hundred Grander” era la carrera con el premio en metálico más cuantioso: 100.000 dólares. En plena Gran Depresión era mucho dinero para que los caballos siguieran jugando a eludirse. Esa carrera, celebrada en 1938, está considerada la mejor carrera de caballos de la Historia. El desenlace de la misma fue lo suficientemente dramático, así como el resto de la vida de Seabiscuit y su jockey, como para dar argumento a una película entretenida.
Sólo añadir que tiempo después Seabiscuit sufrió una grave lesión, y cuando ya lo querían dejar para carne de albóndigas, consiguió recuperarse. Y no sólo eso, sino que volvió a la competición, algo realmente infrecuente.
III
La vida de los caballos de carreras es quizás la más envidiable en el reino animal. Al igual que los toros de lidia, los realmente buenos se aseguran un harén casi infinito. Pero a diferencia de estos, su vida no corre peligro. Desde que son muy pequeños reciben unos cuidados y atenciones superiores. Sus cuidadores pueden pasar hambre o comer mal, pero el caballo tendrá abundantes alimentos y de gran calidad.
Puede pensarse que un caballo de carreras es un caballo con ciertas habilidades especiales para correr. En cierto modo es así, pero esto se debe a que se trata de una raza diferente. Un caballo de carreras es siempre hijo de otro caballo de carreras.
Para un profano, distinguir un caballo de carreras de uno que no lo es puede resultar complicado. Sin embargo, por encima de todo, un purasangre es un caballo más equilibrado, más deportivo, más guapo. Los mejores caballos de carreras son muy musculosos pero con poca masa ósea. Suelen ser caballos grandes, pero no necesariamente. Tienen grandes corazones. Una regla curiosa para descartar a los que no lo son es el color del pelo. Nunca verás un purasangre blanco. Y es bien extraño que tengan pelos blancos en el cuerpo.
La cría de purasangres es muy similar al negocio del vino. Mueve millones de euros y produce cientos de miles de trabajos, directos o indirectos. Veterinarios especializados, cuidadores, entrenadores, managers, cuadras, personal de soporte, en los hipódromos.
También la cría de caballos es un negocio con glamour suficiente para hacerlo sin ánimo de lucro. A los famosos les gusta tener bodegas y cuadras. En ambos casos, se estudia casi genéticamente a los individuos, para tratar de mejorar la raza año tras año. Nada se deja al azar, hay controles casi diarios para ver la evolución de los animales y las cepas.
IV
Man O’ War fue un caballo impresionante. No sólo vencía a sus rivales, sino que lo hacía con una ventaja increíble sobre sus perseguidores. En toda su vida, competió en 21 carreras, de las que sólo perdió una.
Esa fatídica carrera perdida se debió a la falta de infraestructuras en los hipódromos. Antes los caballos salían de una misma línea, y no estaban separados como ahora. Los caballos iban moviéndose en torno a esa línea hasta que se daba la salida. En el momento de ésta, Man O’ War tuvo la mala suerte de estar justo de espaldas (de culo, hablando con propiedad) a la dirección que había que tomar. Así, en una carrera corta, apenas tuvo tiempo de recuperarse. Pero peleó hasta el final y quedó segundo a medio cuerpo del vencedor.
Resultados como los de Man O’War no se dan hoy en día en un mundo cada vez más competitivo. Al igual que en el fútbol no hay un equipo que gane todos los partidos, lo mismo sucede con los purasangres.
Remontándonos al pasado tropezamos con el caballo que, sin lugar a dudas, más ventaja ha tenido sobre sus contemporáneos. Era un Fórmula1 en la época en que sólo había bicicletas. Ya sorprendió desde el día en que nació, pues se produjo un eclipse de Sol, el del 1 de abril de 1764. De ahí tomó su nombre: Eclipse.
Era otra época. Las apuestas las establecían los propios dueños de los caballos. En este caso, el capitán Denis O’Kelly hizo una apuesta contra el dueño de Eclipse. Propia de un borracho, se atrevió a decir que “Eclipse acabará primero y el resto en ninguna parte“(“Eclipse first and the rest nowhere”). La expresión, en ninguna parte se refiere a un caballo que quede a más de 240 yardas del ganador. Algo así como el fuera de control del ciclismo. La distancia de 240 yardas es simplemente inimaginable hoy en día en que es raro que un caballo gane por más de un cuerpo (tres yardas). El dueño le sostuvo la apuesta y acabó cumpliéndose lo que Denis O’Kelly afirmó, ganando este medio caballo como premio.
Eclipse no tenía rivales. Tuvo 18 carreras en su corta vida profesional. Las ganó todas. Dicen que corría sin que hubiera que darle con la fusta y que sólo su jockey era capaz de controlar a un caballo que era puro temperamento. Al final, tuvo que retirarse porque nadie quería correr contra él.
En el lenguaje inglés ha perdurado la expresión “Eclipse first and the rest nowhere” para referirse a una victoria dominante en cualquier deporte.
V
Byerly Turk era un caballo turco, Darley Arabian procedía de Siria y Godolphin Arabian de Marruecos. Estos tres caballos, nacidos a comienzos del siglo XVIII, son los padres de todos los caballos de carreras actuales. En especial, Goldophin Arabian ha sido el que más descendientes selectos ha tenido. Todos los caballos antes citados, y algunos miles más son nietos de nietos de nietos de Goldophin Arabian.
El árbol genealógico de los caballos está trazado al milímetro. En una ciencia que es, en gran parte, genética, saber la progenie de un caballo es fundamental. Así, sin ánimo de duda, un experto en caballos podría recitarte los nombres de todos los caballos, desde el primigenio Godolphin Arabian hasta el más reciente Seabiscuit.
La historia de Godolphin Arabian es también curiosa. Traído como regalo a Luis XV de Francia, acabó en una cuadra de Suffolk, Inglaterra. En aquella época, los caballos de carreras eran todos caballos europeos. La yegua de la cuadra tenía por tanto que aparearse con un caballo europeo, pero mostraba un acusado rechazo por su pretendiente, mientras que hacía muy buenas migas con Godolphin.
La decisión de Lady Roxana, de dejar que el amor triunfara sobre el reforzamiento de la especie – Godolphin era un caballo pequeño para ser un buen corredor – provocó la creación de la actual raza de purasangres. Su primer descendiente, Lath, fue ya un soberbio caballo que ganaba todas las carreras que corría. Su segundo hijo también fue un brillante corredor de carreras, mientras que el tercero fue Regulus, el brillante antepasado de todos los caballos antes citados.

11 comentarios en «Caballos de carreras»

  1. este pequeño documental a cerca de los caballos de carreras y sus descendientes me parecio algo muy interesante y creo que deberia haber mas informacion sobre este tema que es algo maravilloso.

  2. Soy amante de los spc aunque no tengo caballos . Tengo 41 años y quede sorprendido cuando vi la pelicula Almas de Heroes y enamorado de este caballo Seabiscuit, ya que es una historia maravillosa.

  3. me encanta leer información acerca del orígen de los caballos de sangre pura de carrera. Es más, cuando era chico todo el tiempo estaba preparándome para ser jockey a los 14 años… muy duros fueron aquellos años, cuando poco a poco iba comprobando mi estiramiento hasta llegar a los 1.75 a los 13 años… y adiós a mis sueños.-Está muy bueno el comentario anterior. Es una pena que no haya continuado.-

  4. quiero nombres de caballos y informacion de este caballo…..MATH LLERS un caballo de 4 años

  5. muy bueno el informe acerca de los caballos, de lo más interesante!
    me encantaria seguir leyendo acerca de eso..

  6. quiero saber el arbol genealogico de un caballo pura sangre llamado IMPACIENTE DON, por favor necesitaria una respuesta a la brevedad. Muchas gracias

  7. necesito informacion de TOWN CARPER y CONNIRA, todo lo que se pueda clasicos ganados, etc,etc. desde ya muchas gracias.

  8. Tengo un caballo desendiente del caballo “Peregrino” y quisiera tener mas informacion sobre el peregrino, segun corrio en kentuky

  9. muy buena informacion,pero creo debe ser mas completa, recabar maS DATOS DE CABALLOS FAMOSOS DE CARRERAS de estados unidos

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