Retirada a tiempo

Cuando me señalaron a Alexander Riazantsev en la sala de juego, me dijeron que era The next big thing. Muchos peces gordos habían hablado de él como un posible futuro campeón del mundo de ajedrez. Kasparov que no prodiga los halagos, estuvo entre ellos.
En aquella época él no tendría más de quince años, y era el favorito en el campeonato del mundo de menores de dieciocho años – existe un campeonato del mundo para menores de dieciséis años pero Riazantsev no quiso jugarlo porque ya lo había ganado el año anterior, teniendo una edad muy inferior a la máxima aceptada para la categoría.
Riazantsev comenzó bien el torneo, pero cuando empezaron los encuentros duros afloraron las tablas y las derrotas, para al final perderse en las profundidades de la clasificación.
Los campeonatos del mundo de ajedrez para jóvenes son un mundillo ignoto. Un jugador con una puntuación de rating muy elevada puede perder ante un perfecto desconocido de Cuba o de India, que en realidad lleva más de diez años estudiando ajedrez sin parar, alquien que por primera vez tiene la oportunidad de jugar un torneo realmente importante.
Cuenta Riazantsev que, con tan sólo 13 años de edad, se retiró del ajedrez serio. Él habla de que se trató de una decisión meditada, de la que no se arrepiente. Si Alexander Riazantsev hubiera sido campeón del mundo de ajedrez se habría hecho millonario. Pero si se hubiera quedado en el camino, como el otro 99,99% de la gente, apenas habría podido ganar un sueldo superior al de un funcionario modesto y con una vida muy estresante y de difícil conciliación con la creación de una familia o el yugo de una hipoteca.
Cuando veo los campeonatos que se celebran en el mundo, frecuentemente me tropiezo con el nombre de Riazantsev, en la parte media-alta de la clasificación. Porque él nunca dejó de jugar al ajedrez, aunque desde luego poco a poco fue perdiendo el tren. Los que antes perdían con él, ahora son jugadores de la superélite. Alguno incluso ya ha sido campeón del mundo. Su caso es el de alguien que estuvo a punto de ser un Dios, pero no quiso serlo.

II

La historia de Tal Shaked es bastante similar. Nacido en los Estados Unidos, consiguió el dificilísimo título de Campeón del Mundo Juvenil (sub20) en 1997, un año antes de que Riazantsev se retirara del ajedrez serio. Ese campeonato ha sido un bien preciado que muchos campeones del mundo han sido incapaces de conseguir. El listado de campeones está plagado de nombres famosos – como Kasparov o Anand. Algunos nombres resultan menos conocidos. Pero el único que resulta extraño es el de Tal Shaked.
Ganar el campeonato juvenil es como ser Miss Universo, tienes varios premios auxiliares además del principal. Shaked tuvo la oportunidad de clasificarse para el campeonato del mundo, convertirse en Gran Maestro automáticamente y la opción de jugar el supertorneo de Tilburg de 1997, al que sólo van los mejores jugadores del mundo, la mejor jugadora y el campeón juvenil.
Después de examinar algunas de sus partidas, Kasparov, que también participaba, se quejó de que Shaked no daba la talla para tan importante torneo. Kasparov era uno más que no se explicaba la conjunción de astros que se había dado para que Shaked pudiera ganar tan magna competición, pero le parecía que la organización de Tilburg debía hacer una excepción y no invitarlo al torneo.
El resultado de Shaked fue catastrófico, llegando al climax en su partida contra Kasparov, que perdió tras cometer un error de principante, en tan sólo veinte jugadas.
Y luego Shaked desapareció. Dejó el ajedrez por completo. Terminó su tesis y empezó a trabajar en Google. Llegó en el 2004, justo a tiempo para hacerse de oro con las acciones de la empresa. Hace años que no juega al ajedrez, al menos en competiciones oficiales.