Tengo una corazonada

Hay que ser flexible, y no confundirlo con tener poca personalidad o ninguna opinión. Igual que criticaba y rezaba porque no saliera la elección de Madrid para las Olimpiadas de 2012, ahora me gustaría que Madrid saliera elegida para las elecciones de 2016.

Eso sí, sus posibilidades de ganar frente al resto de rivales son insignificantes. Así que no tengo una corazonada ni voy a ir a un concierto de Bisbal, aunque sea gratis y repartan cartulinas de colores.

Sobre lo que es conveniente y lo que no, se suele hablar de forma categórica, olvidando siempre el factor tiempo. Pensemos en la faraónica obra de la remodelación de la carretera de circunvalación M30. Todo el mundo decía si era bueno o no hacerla. Ahora es el momento de pensar. Con la situación económica actual, si el Ayuntamiento de Madrid no tuviera la deuda que tiene, el iniciar la obra de la M30 sería un revulsivo genial, y económicamente una jugada perfecta: se podría hacer lo mismo que se hizo en su momento, pero pagando menos intereses, menos por la mano de obra, sin molestar tanto al resto de ciudadanos y tirando un salvavidas a los parados de la construcción y sectores relacionados.

Hacer la M30 en la cúspide de la bonanza económica del ciclo era una decisión de descerebrados. La idea, muy buena, el momento, muy malo. Lo terrible es que para un político el único momento bueno es aquel en el que hay próximas elecciones. No se actúa por lógica ni por interés de las personas, sólo por pasar el máximo tiempo posible calentando el sillón.

A falta de una M30, lo mejor que puede hacer Madrid es tener unas Olimpiadas, y salvar al menos a la región de la crisis que nos espera (no la actual, que ya tiene tela de por sí).

El hecho de que la elección sea en Copenhague es una gran noticia. Como los políticos suelen ser personas que viajan poco, por lo menos que lo hagan a ciudades modélicas como esta. Ahí puede tomar nota el alcalde de la ciudad de los sistemas de bicicletas, masivos. Y no empleado por pobretones o linuxeros, sino que lo habitual es ver a personas con traje, hombres y mujeres, que van en bicicleta. Ahora que se pondrán de moda las tonterías ecológicas, nada más verde que una bicicleta. En Madrid ahora mismo el que va en bicicleta es que es un suicida, ya yendo en coche te juegas la vida, no te digo nada sin carrocería.

Lo increíble de la elección de la ciudad es ver los factores tan “importantes” a la hora de elegirla. Obama va a Dinamarca y de repente la candidatura de Chicago se vuelve una de las favoritas. Es decir, que el hecho de que el presidente se persone en la votación ya convierte a la ciudad en “mejor preparada” para vencer. La votación es un sistema arbitrario y del que creo que he dicho, o sino lo digo ahora, que es el sistema de elección más injusto que existe.

Desde las preliminares hasta la última votación un delegado de los Juegos puede cobrar comisiones de decenas de candidaturas, sin fallar a ninguna. Por ejemplo, cobra de Móstoles, como ciudad candidata, y aunque un delegado vote a tan insigne ciudad, queda descartada de la ronda preliminar. Pero que le quiten lo cobrado. Segunda ronda de votaciones, ahora cobramos de Sevilla. La vuelven a eliminar, pero con el voto positivo del delegado. Tercera ronda, ahora toca cobrar de Barcelona. Y así sucesivamente, hasta la última elección en que sólo hay dos candidaturas a las que votar. Es de risa.

Según los importantísimos trabajos de Jane Jacobs, que no he leído pero cuyos resultados he visto en Toronto, una ciudad tiene que reinventarse a sí misma continuamente, tener un dinamismo que resulta necesario no ya para triunfar sino sólo para sobrevivir. Ejemplos de ciudades que se durmieron en los laureles son Detroit, Berlín o la misma Barcelona. Que tuvieron un buen empujón y no supieron progresar, entrando en una suerte de deterioro que se puede convertir en irreversible.

Lo triste es que en España no se nos ocurra otra forma de dar dinamismo a una ciudad que organizando unas Olimpiadas o una Exposición Universal. Si no hay otro camino, habrá que pasar por el aro.

7 comentarios en «Tengo una corazonada»

  1. Oye, que muchos vamos en bici por Madrid y tampoco es para tanto. Una cosa es que sea incómodo o haya ciertos problemillas y otra que sea un suicidio. Depende de por donde te metas. Mira este post y este.

    Por cierto, que muchos ciclistas urbanos estamos con Tokio.

    Por otro lado, no tiene mucho sentido eso de NO hacer la obra en vacas gordas y hacerlo en vacas flacas ¿una obra de estas hay que hacerla cuando hay una crisis? “Sí, miren ustedes, es que estoy esperando a una crisis del sistema financiero mundial para hacer una obra…” Claro, esto tiene todo el sentido del mundo si sabes cuando va a ocurrir la crisis y como va a ser. Pero es que si sabes eso, es que ves el futuro. Y entonces habrías podido evitar la crisis y no habrías hecho la obra.

    Muy de acuerdo con lo de Copenhague. Parece que Gallar está paseando por allí entre las bicis. A ver si aprende y se deja de aceras-bici inútiles.

    [Comentario zrubavel: La crisis mundial NO podía preverse pero la española (que es la que perdura, mientras el resto de países remontan) se veía a la milla, porque la construcción siempre ha funcionado de ese modo en todos los países del mundo y en todas las épocas, a rachas con crisis y grandes épocas de bonanza.
    Lo de gastar a manos llenas en épocas tristes y ahorrar en épocas de bonanza es lo que predicaba Keynes, y como precisamente por no hacer eso pasó lo que pasó en la crisis del 29, hoy se da como dogma básico del comportamiento a seguir por los gobiernos antes y después de las crisis.]

  2. Suscribo lo de las bicis que dice Eulez. Mi experiencia me dice que los conductores madrileños dejan más distancia al adelantarte que los de Lisboa o los de Berlín. De hecho, en cinco años yendo a currar en bici en Madrid, mis mayores problemas han sido con algún peatón que ha cruzado de oído.

  3. 24rotuladores, el otro día casi me como a una señora con el carro de la compra que quería cruzar en verde (para el tráfico) y sin mirar a la izquierda. Ayer, casi me atropella un perro sin correa que cruzaba junto con el dueño fuera de un paso de peatones!!

    Que ciudad! que ciudad! Miren a la izquierda, por dios!

    Pronóstico: Cuando lleguen los coches eléctricos va a haber muertos a cascoporro.

  4. Ah, no había visto el comentario de zrubavel dentro de mi comentario.

    zrubavel, presupones que todo el mundo creía que había una crisis con el sector inmobiliario en España. Te recuerdo que había una corriente de opinión dominante que decía que el precio de los pisos nunca iba a bajar porque nunca había bajado (los nuncabajistas). Te recuerdo que el gobierno del PSOE (que cuando eran oposición decían esto de la burbuja) se ha dedicado a negar dentro del Gobierno que hubiese un problema con la burbuja y no han hecho reformas estructurales en la economía para paliar los efectos del crash.

    ¿Como va a hacer entonces el Ayuntamiento neoliberal de Madrid una previsión keynesiana acerca de la crisis inmobiliaria?

    Esto no funciona así.

    [Comentario zrubavel: Si cuatro penas que no tenían donde caerse muertos tenían información suficiente sobre la burbuja (los burbujistas), cualquiera que tuviera datos de primera mano estaba más que informado. Otra cosa es lo que se diga de cara al público. Es como cuando Zapatero decía que no había crisis, él sabía lo que venía, como lo sabía cualquiera. Pero estaba aguantando el chaparrón para renovar la silla.

    Realmente me sorprende que seáis tantos los que penséis que muchos no creían en la existencia de una burbuja y posterior reestructuración del mercado. A pie de calle, claro está que sí.]

  5. Yo confieso que pertenecía al rebaño de los “nuncabajistas”.

    Dicho lo cual, confirmo que en los años 94-95 estuve montando en bici intensivamente en Madrid (capital y provincia) y jamás tuve un problema serio. Sólo una caída y por mi culpa. Bien es verdad que era más prudente que el ciclista promedio y que el civismo de los conductores madrileños puede haber empeorado desde entonces.

    Y finalizo con mi oposición a la celebración de unos JJ.OO. en cualquier ciudad con temperatura medias estivales superiores a los treinta grados (lo que incluye a Madrid). Por razones humanitarias.

  6. Leyendo a Javier Marías me he acordado de tu artículo, se ve que él también escribió acerca de la imposibilidad de que Madrid albergase unos Juegos Olímpicos.

    Lo hizo nada menos que en mayo, en su artículo Tengo un razonamiento.

    Por lo visto hizo fama, y en su última columna, Un infierno ahuyentador, dice que:
    El pasado 2 de octubre, día en que se decidía la ciudad que organizaría los Juegos Olímpicos de 2016, una tertuliana de la Cadena SER empezó su intervención más o menos así: “Yo, como todos los españoles salvo Javier Marías, deseo que Madrid sea elegida”.

    Yo personalmente no he estado en Madrid desde que era pequeño –cuando no te das cuenta de este tipo de cosas– y aunque los artículos de Javier Marías sean pataletas en plan Reverte (pero infinitamente más elegante), supongo que tendrá algo de razón.

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