¡Ha dicho papá!

Un tanto inspirado en el relato “La biblioteca de Babel” de Borges, se me ocurrió crear un programa de ordenador que generara palabras aleatorias. Tan simple concepto requiere explicación, pues no es del todo claro qué son las palabras aleatorias.
Un número aleatorio es, digamos, un número elegido al azar. También para elegir al azar los ordenadores siguen un método, que hace que dicho número sea casual. El ordenador es tan tonto que no es capaz de responder al ruego “dime una palabra al azar”, pero sí que lo es ante el número. Así, una forma de escoger una palabra aleatoria sería asignar a cada palabra un número. Le preguntamos al ordenador por dicho número y nosotros miramos qué palabra se esconde tras ese número.
De ese modo, son tan probables palabras como “a” o “Electrocardioencefalograma”. Pero la inspiración borgiana hablaba de un libro, en el que los caracteres se sucedieran de forma aleatoria, para, a veces, generar palabras, así, siguiendo dicha lógica, es más probable que se forme la palabra “al” antes que la palabra “aaronico”. Por eso, las palabras más probables son las monosilábicas.
Dándole unos empujoncitos, se hacía un programa que se encargaba de decir palabras, me pareció una tarea interesante por diversos motivos:
a) Principalmente, quería saber qué era una palabra probable. No nos hacemos una idea de qué es eso. En realidad, el mestizaje entre matemáticas y lenguaje está muy poco desarrollado.
b) Por otro lado, quería ver si el azar, con la ayuda del ordenador, era capaz de decir algo. A la vista de los resultados, es más simple pensar que no somos capaces – o al menos yo no lo soy – de entender el mensaje oculto.
c) Me gustaba la tarea por lo inútil de la misma. Las cosas inútiles son las más necesarias.
La primera palabra que el engendro me dijo fue oca(descarté las de menos de dos letras, ante una inevitable sucesión de vocales sueltas). El comienzo no resulta muy prometedor.
Los primeros mensajes parecían un tanto trascendentes, Oca reo ese. ¿Algo así como ese prisionero juega a la oca? Demasiado sutil.


Luego le obligué a que dijera palabras más largas, de 4, de 5 letras, a ver si así me ayudaba. Coser favor aluda. ¿Aludió al hecho de haber pedido un favor? ¿Algo que ver con la oca?
Finalmente me sacó los colores, me empezó a hablar con unos términos que desconocía, tuve que recurrir al diccionario. Blues batel sepia. Un batel es un barco pequeño. Resulta casi poético, un blues en un barco, del color de un pez, parece que hasta el azar tiene alguna inteligencia. Cuando le provoqué a que fuera más locuaz sacó un Geoda virar ancha. La rebuscada forma de apelar a una especie de esfera, lo artificial de indicar un giro, hacen que me comience a preocupar. Aburrido de las palabras aleatorias, comienza a generar pensamientos complejos, y su palabrería es ampulosa. Me temo que si lo dejo trabajando llegará a descubrir por sí solo la existencia de Internet. Tiempo de parar el experimento.

Un comentario en «¡Ha dicho papá!»

  1. Me encantò tu nota. La encontrè buscando, un programa que generara 70 palabras(sustantivos)al azar.
    Si algùn dìa tenès tiempo, podrìas enviarme los 70 sustantivos generados por tu programa.
    Gracias
    Moni

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