La serie de atentados de noviembre del 2008 en Bombay, que causaron 155 muertos y casi el doble de heridos, han causado una de las bajas más sorprendentes que puedan pensarse: el propio nombre de la ciudad.
Y es que Bombay es una de esas ciudades que tiene un nombre diferente en su idioma original (Mumbai) y en otros países (Bombay), como a los españoles nos ocurre con Londres (London) o Nueva York (New York).
Ante el aluvión de noticias sobre los atentados, que se referían a la ciudad de Bombay, el Times londinense tomó una medida excepcional: decidió dejar de llamar a la ciudad Bombay y pasar a llamarla Mumbai.
La explicación es excelente: el sentido común debe primar sobre las tradiciones o el inmovilismo. The Times tiene gracias a Internet y la globalización un público mucho más amplio y las fuentes de información también lo son. Ahora uno lee unas noticias que hablan de Bombay (en periódicos británicos, americanos o españoles) pero otras que hablan de Mumbai (en fuentes asiáticas) y para los periodistas británicos que tratan de vender periódicos en Asia, el término Bombay no ayuda.
El criterio para nombrar las ciudades en The Times es: usar el término que la mayoría de los lectores puedan reconocer; A veces es bueno no tener una Academia que requiera de reuniones y sesiones plenarias para decidir mínimos cambios.
En este caso, al cambiar los lectores, y aumentar la cultura de los mismos, Mumbai es tan válido o más que Bombay. Así que repentinamente, en cuestión de horas, hemos visto cómo una de las ciudades más importantes del mundo cambiaba de nombre. Y muchos no se han enterado.
El artículo de la Wikipedia inglesa (que además es uno marcado como especialmente bueno) también cambió la prevalencia de Mumbai sobre Bombay algo así como el 25 de noviembre del 2008 (el 28 de noviembre se presentó el editorial de The Times).
Sobre el cambio de nombre siempre hay extraños damnificados. Normalmente uno no piensa que el cambio de una palabra pueda traer consecuencias económicas. Pero indudablemente las trae en este caso para la famosísima marca de ginebra Bombay. Que para colmo de males, eligió su nombre tras una exclusiva competición entre agencias de publicidad, siendo Bombay Shappire el elegido por crear reminiscencias de los tiempos del Protectorado Británico, en que la ginebra era muy popular en la India.
En España aún pasarán años antes de que existan Mumbai, Beijing o New York. Ya este verano sentíamos la extraña sensación de hablar de Olimpiadas de Pekín cuando todos los carteles del mundo hablaban de Beijing.
Fuente: Times Archive Blog.
El editorial del Times Online, edición de Asia.
Vida extra: Para los que no lo supieran, Mumbai y Bombay son islas, al más puro estilo de Manhattan.
5 comentarios en «El atentado que destruyó Bombay»
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Lo de llamar Bombay a una ciudad pasto de bombas y ataques terroristas también tendrá algo que ver.
Por otra parte Myanmar es cierto que para mí sigue siendo Birmania.
Y otro gran grupo de damnificados son los especuladores de dominios de internet. Es lo que se me ha venido a la cabeza leyendo esto porque yo tengo registrados un montón de dominios sobre ciudades chinas que, como me las cambien de nombre, me han jodido :-)
pues si la rae acepta mumbay, se hará lo que la academia dicte
Álvaro, la experiencia me ha demostrado que no siempre es correcto obedecer ciegamente a la RAE, pues normalmente tardan mucho en incorporar palabras de uso común, y no precisamente nuevas ya que, por ejemplo, Internet aún no está aceptada en el diccionario vigente.
Una cosa es respetar el léxico “de toda la vida” tal y como lo acepta la RAE, y otra muy diferente es no usar palabras que no estén en el diccionario (que hay gente que lo hace).
comprendo y acepto totalmente tu comentario en el ámbito coloquial o de la literatura, pero en cuanto a materias profesionales o de gente que trabaja con el lenguaje (historiadores, periodistas, sociólogos, profesores) prefiero que se guíen con la horrenda Academia para tener en caso de consulta un lugar a quien recurrir