Los planetas

Una de las piezas musicales más conocidas del siglo XX es la composición del inglés Gustav Holst, titulada Los Planetas.
Los Planetas, compuesta en 1916 es una suite orquestal, formada por distintas piezas que se refieren a cada uno de los planetas del Sistema Solar. Algunas de estas composiciones son increíblemente conocidas, como Marte o Júpiter y han sido utilizadas en cientos de anuncios y películas.
En la página de la Wikipedia puedes echarles un repaso y reconocer tan famosas melodías.
Musicalmente, Los Planetas es una obra intrascendente. No tiene el menor interés artístico. Sin embargo, adquiere una relevancia que la convierte en una pieza fundamental dentro de la creación humana.
El Jardín de las Delicias es una de las obras de arte más importantes del mundo, y en mi opinión el cuadro más valioso que existe en el Museo del Prado de Madrid y por ende en España ( bueno, quizás después de Las Meninas de Velázquez), al margen de su belleza intrínseca, se trata de un pilar en la historia humana, por cuanto El Bosco, además de pintar un cuadro hizo algo que muchos siglos de ciencia jamás conseguirán: inventó el Infierno. Es decir, la idea que tenemos hoy en día de cómo sería el infierno fue plasmada por primera vez en forma de imagen por este extraño pintor. Y si lo pensamos, tantas y tantas imágenes del cine y la televisión que ilustran el terror y lo más horrible que existe no hacen sino basarse o adaptar lo que por primera vez este pintor nos mostró.
Hay cientos de libros que hablan sobre la influencia de este cuadro en el mundo occidental. Algunos libros son realmente buenos y de lectura muy amena; un excelente regalo para personas con inquietudes intelectuales.
Un referente similar al de El Bosco es el de Holst con su Los Planetas. Holst inventó la música del espacio tal y como ahora la conocemos. Basta oír Marte para darnos cuenta de hasta que punto John Williams con su música de Star Wars se ha basado en el autor inglés. Y como él, todos los autores de música para historias de ciencia ficción. Lamentablemente, el tiempo desplazará a Gustav Holst y quizás en algunos siglos sea el compositor de bandas sonoras el recordado como una suerte de El Bosco, como el hombre que inventó la música espacial.

Plutón

Como tantas cosas compuestas demasiado pronto, Los Planetas se terminó de componer unos quince años antes de que fuera descubierto Plutón. Tras el surgimiento de un nuevo planeta, la obra parece que quedaba un poco incompleta. Holst moriría cuatro años después del descubrimiento, y tuvo oportunidad de crear un nuevo movimiento para terminar el ciclo. Sin embargo, afirmó no tener mucho interés por la tarea.
Muerto Holst en 1934, el mundo fue fijándose cada vez más en las estrellas. Años después surgiría el boom de la Ciencia Ficción, el hombre llegaría a la Luna y se lanzarían sondas hasta los confines del Universo. Las famosísimas películas sobre las naves espaciales reventarían las taquillas. Pero Holst, seguía habiendo compuesto una pieza incompleta.
En el año 2000, sin embargo, se le encargó al compositor inglés Colin Matthews la creación de la obra Plutón, como broche final a la inconclusa obra de Holst.
En Mayo de ese año se tocó la obra de Holst junto con la adición de Matthews. El autor incluyó a Plutón no tanto como una pieza independiente, susceptible de ser tocada de forma separada, sino como una transición desde la parte de Neptuno.
Las perspectivas eran estupendas: si la obra caía en gracia pasaría a engrosar las partituras de las futuras versiones que se editaran de la famosísima obra de Holst. Las perspectivas económicas para el compositor eran estupendas, puesto que Holst había dejado de cobrar por derechos de autor, todo el dinero iría a su bolsillo.
Al principio las cosas marcharon estupendamente. Se editaron algunos discos que incluían la obra de Matthews. Eso, para un compositor de música clásica contemporánea, significa mucho más dinero del que se suele ganar con sus composiciones.
Sin embargo, con la retirada del estatus de Plutón como planeta, el incipiente éxito de Matthews se esfumó. Es más que evidente que los futuros discos que se editen no tendrán ningún interés en incluir un planeta que no es un planeta. Es más, las últimas tiradas editadas de los discos de la obra conjunta de Holst y Matthews van a coger mucho polvo en las estanterías de los comercios. La gente preferirá una versión de peor calidad de los siete planetas de Holst, que la más moderna con un planeta añadido.
Así, me resulta simplemente fascinante pensar que aunque las sondas enviadas a finales de los años setenta aún no han sido capaces de llegar hasta Plutón ya había un tipo viviendo de ese planeta.
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♦ Pluto


2 comentarios en «Los planetas»

  1. Me he pasado horas observando El Jardín de las Delicias, y siempre que me paso por el Prado descubro algún detalle nuevo que anteriormente había pasado por alto. Es, efectivamente, un cuadro fascinante.
    Cuando ya me lo conozca de memoria haré lo mismo que un amigo: volver a visitarlo tras haberme fumado un porro de maría. Y vuelta a empezar con las interpretaciones.

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