Pluto

Mucho se está hablando ahora sobre Plutón. Y es que este planeta puede dejar de serlo en breve. Más probablemente, provocará que nuevos miembros ingresen en la lista de planetas, llevando a que recordarlos todos resulte más confuso que el mapa de los Balcanes.
La historia del nombre de Plutón es fascinante. Gran parte del mérito de su descubrimiento se debe a Percival Lowell, un astrónomo que se pasó su vida tratando de localizarlo y que marcó las directrices del trabajo a seguir. No en vano sería un miembro del Observatorio Lowell, de Arizona, el que lo descubriría finalmente. Clyde Tombaugh fue su descubridor, el 18 de febrero de 1930. La confirmación a su observación la obtuvo el 13 de Marzo de 1930. El niño había nacido y había que bautizarlo.
A partir de ahora, traduzco literalmente de la Wikipedia:

El privilegio para darle un nombre a Plutón quedaba en manos del Observatorio Lowell y en su director, Vesto Melvin Slipher. En palabras del descubridor, Tombaugh, Slipher se vio forzado a sugerir un nombre para el nuevo planeta, antes de que algún otro lo hiciera. Pronto empezaron a llover propuestas de todas partes del mundo. Constance Lowell, la viuda de Percival Lowell, propuso Zeus, posteriormente Lowell para terminar sugiriendo su propio nombre. Ninguno de los cuales fue acogido con entusiasmo. Una joven pareja escribió solicitando que el planeta tomara el nombre de su hijo recién nacido. Muchos nombres mitológicos se sugirieron: Cronos y Minerva(propuesto por el New York Times, sin saber que ese mismo nombre había sido propuesto para Urano 150 años antes) ocupaban los primeros puestos de la lista. También en ella figuraban Artemisa, Atenas, Atlas, Cosmos, Hera, Hércules, Ícaro, Idana, Odín, Pax, Perséfone, Perseo, Prometeo, Tántalo, Vulcano y muchos otros. Un problema resultaba el que muchos de estos nombres mitológicos ya habían sido asignados a algunos de los numerosos asteroides.

El nombre que perduró para el planeta fue el del dios romano Plutón, que también intentaba evocar las iniciales del astrónomo Pervival Lowell, quien predijera que debía haber un planeta más allá de Neptuno. El nombre fue sugerido por primera vez por Venetia Phair (Burney, de soltera) que entonces contaba con once años de edad y vivía en Oxford, Inglaterra. Desayunando una mañana, con su familia, el abuelo – que trabajaba en una biblioteca universitaria de Oxford, leyó la noticia del descubrimiento del nuevo planeta en el Times. El abuelo le pidió a la nieta que sugiriera un posible nombre para él. Venetia, que por entonces estaba muy interesada en la mitología griega y romana, sugirió el nombre del dios romano de los infiernos. El abuelo se lo contó al profesor Herbert Hall Turner y este mandó un telegrama a sus compañeros en América con la sugerencia, y tras una favorable acogida, de forma casi unánime, el nombre de Plutón fue oficialmente adoptado y anunciado por el director del observatorio, Slipher, el 1 de mayo de 1930.

Nunca una inocente sugerencia llegó tan lejos. En honor a Venetia Burney, la joven estudiante de Oxford, se bautizó al asteroide 6235 Burney. Uno de los instrumentos de la nave New Horizons, que navega rumbo a Plutón para explorarlo junto con sus satélites, recibe también su nombre en honor a ella.
En una de esas vueltas de tuerca del destino, al casarse Venetia perdió su apellido – en Inglaterra no existía la posibilidad de elección – con lo que le resultó más fácil dar su apellido a un asteroide que mantener el suyo propio en el planeta Tierra.

Un comentario en «Pluto»

  1. La predicción de Lowell fue errónea. Predijo la existencia en base a una hipótesis errónea (perturbaciones en la órbita de neptuno o de saturno).
    Cuando se descubrió Plutón, no tenía la masa esperada, así que no podía ser ese planeta.
    Luego las diferentes sondas comprobaron que había un error en las masas estimadas de los planetas exteriores, de forma que no existía ninguna perturbación.
    Lo leí en la Wikipedia también hace algún tiempo, pero he sido vago para buscar el link!

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