La triste verdad sobre Windows Vista

No siendo un gurú, puedo decir lo que me de la gana sin miedo a equivocarme.
Dondequiera que se lea, la gente se queja del nuevo Windows Vista: que si las ventas no son las esperadas, que si es un suplicio para el usuario, que si nada es compatible con él, que si la gente se quiere volver al Windows XP.
Digo yo que no hace falta ser un genio para que los que toman las decisiones importantes dentro de Windows se dieran cuenta de que todo esto podía ocurrir. Imagina que haces un nuevo sistema operativo que fuerza al resto de productores de software a realizar cambios en sus programas si quieren que éstos sigan funcionando. Pensar que estos cambios se realizarían en pocos días sin causar perjuicios es inocente. Pensar que la lentitud en los cambios del resto de empresas de software podría afectar a los resultados de Windows Vista es bastante normal.
Cualquier blogger gurú de barrio era capaz de darse cuenta de el potencial “fracaso” de Windows Vista, pero nadie dentro de Microsoft. ¿Es esto posible?


¿Por qué Window Vista entonces? Creo que hay que pensar con la postura de Windows. Tienen una cuota de mercado de más del 90%, aunque más de la mitad no paga licencias. ¿Por qué arriesgar la posición de superioridad? Pues precisamente por eso, porque sólo ahora que la situación de Windows es tan poderosa puede permitirse dar un cambio total en su sistema operativo. Se acabaron las compatibilidades con versiones de Windows propias del Pleistoceno. Se acabó ofrecer compatibilidades con drivers que sólo usaban cuatro pirados. Se acabó el software de antes de Internet.
No es fácil hacerse una idea de hasta qué punto resulta perjudicial para Windows y su avance el arrastrar estas rémoras de compatibilidad. Imaginad por ejemplo el menú de abrir del programa Excel.
Hasta la fecha tenía que considerar cada uno de los posibles formatos de fichero en Excel, desde las versiones de cerca de 1980. Antes de abrir un fichero Excel hay que hacer una distinción en los posibles formatos:
Con Windows XP:
Abre Excel:
– Si es de 1980 haz todo esto…
– Si es de 1982 haz todo esto…
– Si es de 1985 haz todo esto…
– Si es de 1989 haz todo esto…

– Si es Excel de toda la vida, haz esto…
Un comando tan simple como este está llevando una enorme cantidad de código qué sólo se usará en casos extremos. Ese código es molesto y hace que todo sea mucho más pesado de ejecutar y sobre todo mantener.
Con Windows Vista:
Abre Excel:
– Muestra animaciones raras.
– Cambia el cursor y las pantallas en background.
– Conéctate a Internet para ver si tiene una versión pirata.
– Descárgate programas de publicidad.

– Abre Excel de toda la vida y haz esto…
Con el mismo trabajo de ordenador Windows está realizando muchas tareas, que nos resultarán más o menos útiles, pero que sí que tienen algún sentido.
Las compatiblidades y el modo de hacer las cosas de Windows XP podían dificultar el progreso de Microsoft. Pero no son ni con mucho el mayor problema. Windows falla en su propia concepción inicial en la seguridad y hacer virus, troyanos y todo tipo de maldades es relativamente fácil.
Windows se planteó desde el mismo inicio del desarrollo de Vista acabar con estos problemas, en la medida de lo posible. Conforme iban avanzando, se iban dando cuenta de que si se usaba lo que había, no se podría tener nunca algo mínimamente seguro. Así que empezaron a recular, hasta llegar al punto en que han tenido que hacer un sistema operativo casi desde cero.
Quizás podían haber sacado una versión nueva que funcionara como XP pero mucho mejor y sin causar molestias. Me parece claro que si no lo han hecho es porque han aprovechado su posición dominante para sacar otro producto, mejor que el anterior, que les pueda asegurar un dominio a largo plazo, a riesgo de perder algunas décimas de cuota de mercado ahora que no hay apenas lucha.
Y sobre todo para que los fabricantes de software sigan bailando al son que Microsoft dicte.
Seguramente la arquitectura de Windows Vista sea muy superior a la de cualquiera de sus predecesores. Seguramente Vista permita mejoras extraordinarias que no resulten para nada tan traumáticas como esta.
Durante los próximos años veremos aumentar la cuota de mercado de Linux y Mac, para después dejarla en unos niveles estables que incluso pueden revertir con el tiempo.
Aunque tal vez sea más fácil pensar que los dirigentes de Microsoft son todos estúpidos, por ser la mayor empresa de software del mundo, por tener a algunas de las personas más ricas del mundo, por ser competencia de Google y por no usar software libre.
Mi única experiencia con Vista ha sido la desistalación del flamante ordenador recién comprado de un amigo, seguido de la instalación de Windows XP y el aviso: guarda muy bien este CD que lo necesitarás dentro de algunos meses.
Algo que no se está mencionando mucho es que los problemas con Windows Vista no son problemas de Windows Vista. Si tienes poco hardware no va bien, el software no es compatible, hay incoherencias. Todos estos errores, aunque culpa de Microsoft por su diseño, son ajenos a la compañía. Dentro de 2 años nos reiremos del hardware de hoy en día y el software que no sea compatible con Vista simplemente no merecerá la pena.
No me caso con nadie, de hecho estoy escribiendo esto desde Linux, pero la actitud de Microsoft me parece admirable. Hoy en día sólo se ven movimientos a corto plazo, para dar pelotazos, zarpazos al mercado y el que venga detrás que arree. Se venden consolas con pérdidas porque lo que cuenta es la cuota de mercado, se sacan productos sin los mínimos controles de seguridad para cumplir plazos o para anticiparse al competidor a cualquier precio.
Por eso que alguien se atreva a hacer algo capaz de provocar pérdidas de cuota de mercado, de ingresos y de imagen, sólo pensando en el largo plazo, es una actitud única y que merece su reconocimiento.
No nos engañemos, si “por culpa de Vista” Windows deja de ser el número uno, es porque de haber sacado un producto continuista también lo habría dejado de ser, en una forma agónica de lucha por la supervivencia, al cabo de algún tiempo. Mejor pasar un mal rato ahora que están las cuentas limpias y los clientes contentos, que cuando se tienen deudas y los clientes están empezando a cambiar.