Uno de mis primeros post fue sobre un ingenioso grafitero, Dier. Ayer, recibí un comentario sobre él. La autora del comentario narraba como había llegado exactamente al mismo proceso que yo. Había visto pintadas de Dier en el Metro durante mucho tiempo, al final, se había acordado de buscar quién era Dier delante del ordenador, y lo había hecho con Google, como yo lo hice en su momento.
Lo sorprendente es que ahora, Google devuelve como primera entrada mi blog, no las páginas que yo consulté en su momento. Así, se ha establecido una brillante cadena de referencias. Si yo no escribiera este post, la siguiente persona que buscara a Dier se encontraría el comentario de la anterior visitante. Y si dicha persona quisiera a su vez comentar algo, se apoderaría de nuevo del primer puesto.
Esto me lleva a cuestionar, con modestia, la calidad de Google. Resulta que la referencia que yo consulté en su momento es más adecuada que la mía, por cuanto era una entrevista, en persona, a Dier. La segunda referencia era ya la página personal de autor – un tanto escueta -. Ahora un breve post se ha apoderado de estos dos lugares, que por sentido común, debieran ser los primeros. Tal vez el que mi página sea más reciente o que esté enlazada a la muy visitada www.zonalibre.org hayan mediado en esta incorrecta promoción.