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No deja de sorprenderme la facilidad que tienen las empresas para aumentar el gasto en equipos de informática. No hay problemas para cambiar el ordenador a todos los empleados de un departamento, pero luego se escatima a la hora de cambiar un ventilador, de reparar el frigorífico del comedor.
La mayoría de los gastos en informática son innecesarios. Una empresa cambia de la noche a la mañana todos los monitores de sus directivos, gastando una barbaridad en pantallas planas. Nadie les ha dicho que esas pantallas no mejoran ni un ápice la visión respecto de un monitor antiguo. Consumen menos y ocupan menos espacio, pero eso no compensa económicamente un gasto de 200 euros multiplicado por X.

Algunos ordenadores personales se quedan obsoletos, pero podrían seguir valiendo para su uso con solo que se les incluyera un poco más de memoria, se le incluyera una unidad extraíble, o se borrara un poco de basura del disco duro. Sin embargo no es infrecuente que se realicen cambios de equipos de forma masiva.
La forma en que se realizan estos cambios suele ser también sorprendente. El ordenador nuevo va directo al despacho del Director General, persona que sólo usa el Outlook ( programa de correo ). Sin embargo, el programador gráfico tiene esperar que todos sus superiores jerárquicos hayan renovado su parque para que él disponga del ordenador que realmente necesitaba.
Con el software es aún peor. No te digo que en un lugar muy avanzado tecnológicamente pueda ser necesario estar a la última, pero la verdad es que en la mayoría de las oficinas del mundo podrían apañarse con Windows 95 perfectamente. Cambiar de sistema operativo simplemente porque hay uno más nuevo no tiene, desde el punto de vista económico ninguna ventaja. No aumenta la productividad de los trabajadores. Es más, gran parte del software que se está usando tendrá que ser también reemplazado.
Las empresas que tienen software a medida se sienten tentadas de cambiarlo a nuevas tecnologías. Todo el mundo quiere tener sus programas en Java, sin pensar que el Cobol primitivo que están usando es estéticamente menos bueno pero más eficiente en los tareas que realiza. Y lo que es más importante, ya está hecho.
Los que defienden el necesario avance junto con la tecnología suelen argumentar que es muy posible que te encuentres en un callejón sin salida si no cambias a las tecnologías del momento. Es difícil encontrar un programador en Natural Adabas y muy sencillo encontrar alguien que conozca Java. Sin embargo siguen existiendo muchos programadores en Natural Adabas y si se necesita uno se podrá encontrar pagando un precio justo.
Que una empresa no de soporte de un producto no significa que ese producto ya no sea bueno. Aunque Windows 95 tenga miles de errores conocidos, se puede sobrevivir esquivándolos y asumiéndolos.
Los saltos pueden darse en el momento en que sean realmente necesarios. Por ejemplo, una empresa ha podido sobrevivir con un sistema de papel basado en cajones, memoria y paciencia. Y ahora podría saltar a la tecnología, sin haber pasado por el Windows 3.11, sin conocer qué es BASIC, sin haber sufrido migraciones entre diversos sistemas de base de datos, puede entrar de cabeza en un sofware abierto con LINUX y con entorno web.
Sin embargo, las empresas siguen tirando su dinero en costosísimos cambios de versión de aplicaciones, migrando a diversos sistemas, gastando dinero en las últimas tonterías tecnológicas. No veo ninguna lógica en todo esto, salvo el capricho de sus directivos, su incultura tecnológica y la infinitud de la estupidez humana.