El hecho de que exista una fiesta como el día de los enamorados tiene unas implicaciones interesantísimas. Lo entiendo como un cogotazo que te da la sociedad y que te dice “tienes que querer”. Tu situación personal puede ser bien diversa, y en muchos casos la presencia de este día hace que todo se precipite, en un sentido u otro.
Imaginamos a una pareja que se conoce de poco tiempo, que no está establecida como tal.
Han salido unas cuantas veces y no han llegado a mayores, nadie diría que son novios. De repente, se encuentran de bruces con San Valentín. Una parte de ti se anima a hacer algo grande. La cena en el sitio fino. Las estipuladas flores. La otra, es cobarde, dice que mejor dar pasos chiquitos. Que no estás seguro de querer meterte en eso. O bien, si no te regalan nada es claro que la relación no es especial. Y de ahí a terminar hay un paso. Como vemos, te fuerzan al amor como si te apuntaran con una pistola en la sien.
Las relaciones establecidas también tienen su trozo de pastel. Cuando ya has pasado por todos los regalos típicos, por las locuras de amor adolescente, pasas a querer tratar a Valentín como a un santo de otra religión. Quieres no verlo, tratas de ignorarlo. Pero tal vez para tu pareja sea una fuente de discusión nueva. La confirmación de que la llama se apagó. El paso definitivo.
Creo que esta facilidad para romper parejas no compensa el aspecto bello intrínseco a la idea. Que muchas parejas surjan este día es algo de lo que no tengo la menor duda. El soltero sin flores que comprar se siente peor que un budista en Navidad y la chica harta de oír las historias de sus amigas necesita su dosis de adrenalina.
Así, más que el día de los enamorados, me parece el día del desamor, el día perfecto para crear parejas alimentadas de ilusión o para romper las débiles. En realidad, tener que amar un día más que los otros es el colmo. Por eso los hombres olvidan los aniversarios, porque el día especial fue el que ocurrió, no un año exacto después.
También soy de la opinión de que las muestras de amor estándar son casi ridículas. Más amor demuestra un hombre, a veces, lavando los platos, que comprando un manojo de flores, que a fin de cuentas, sólo suponen dinero.
[Este post fue publicado por primera vez el 16 de febrero de 2004]
hey! gracias por poner este post d nuevo, es lo más de interesante :-).
lo había leído en su momento, y ahroa hervía en ansias d encotnrarlo, asíq me haz hecho un gran favor al repetirlo.
tu ordenas mis ideas. gracias por eso tambien!
tiens mucha razon con respecto a lo dl 14 febrero xq es como un colador y como ya lo dijist sirve para crear relaciones alimentadas d ilusiones y romper d una vez las k ya d x si son debiles a lo cual solo sobrevivn sin cambio las fuerts k son pocas y bueno dond kedamos los demas… gracias x el post “k bueno k en el mundo haiga gente k piense asi y no solo existan cursis personas como ya los habras visto”