Hoy hace cien años que nació Olivier Messiaen (1908-1992), uno de los compositores de música clásica más importantes del siglo XX.
Su obra es extraordinaria y me da pena no conocerla mejor o disponer del tiempo suficiente para hacer una digna exposición de sus composiciones. Unas breves notas:
- Messiaen era un enamorado del canto de los pájaros. Esto le llevó a la extrañísima a la vez que fascinante tarea de recorrer el mundo buscando nuevas especies de pájaros y a componer melodías basadas en lo que las aves realmente cantaban. Como dicen bien en la Wikipedia, fue el ornitólogo que más se preocupó de la música de los pájaros o el músico que más se preocupó del canto de las aves.
- Su extraordinaria Sinfonía Turangalila.
- Messiaen estaba impregnado de religiosidad en toda su música. No en vano fue organista durante décadas. Casi toda su obra tiene referencias al Cristianismo, los pájaros, o ambos. No era un fanático religioso sino alguien que admiraba los mitos del Catolicismo: la figura de Jesucristo, el Apocalipsis, la Resurrección, eran figuras trascendentes que alimentaban su creación.
- Una de sus obras cumbres es sin lugar a dudas El Cuarteto para el Fin del los Tiempos: un cuarteto compuesto en 1941 durante la II Guerra Mundial, estando Messiaen prisionero en un campo de concentración.
La obra es de una enorme tristeza. El cuarteto es una combinación inusual: clarinete, violonchelo, violín y piano. Messiaen eligió esa combinación de instrumentos por pura necesidad: de entre sus compañeros de prisión sólo disponía de esos instrumentistas (él tocó el piano).
Quizás el movimiento más bello de todos sea el quinto, Louange à l’éternité de Jésus (Vídeo NSFW), Elogio a la eternidad de Jesús.
La historia del cuarteto, compuesto en una de las épocas más oscuras de la Historia, evocando el Fin del Mundo, con una música sobrecogedora, es tan romántica como poco cierta.
Messiaen fue capturado por los alemanes en la Batalla de París, pero a pesar de que se defiendan ideas más heroicas, Olivier Messiaen no combatía como soldado, era un simple auxiliar médico pues por problemas de vista no era válido para el ejército.
Cierto es que estuvo confinado en una prisión alemana, pero aquello no era un campo de concentración. No era Auschwitz, ni mucho menos. De hecho, podía componer. De hecho, tenía acceso a un piano. De hecho, pudo estrenar la obra en el mismo campo de prisioneros, con público mixto formado tanto por alemanes como por prisioneros del campo.
La inspiración bien pudiera ser la propia Gran Guerra, pero también hay que recordar la permanente inspiración religiosa del compositor. Esta vez en el Apocalipsis: en que el ángel eleva su mano al cielo diciendo: “No existirá más el tiempo”.
Pero indagando un poco más, este quinto movimiento del Cuarteto, quizás el más emotivo, y que comparte melodías con el último tiempo, no es más que una adaptación de una pieza que había compuesto años antes, para órgano: Diptyque, compuesta en 1930, cuando el compositor tenía apenas 22 años. Y once años antes del estreno del cuarteto.
En general las historias de las personas que queremos se tornan tristes cuando se ahonda en ellas. Hay menos altruismo, bondad y romanticismo del que creemos. Aunque al final es lo de menos, porque lo que cuentan son las obras, no los motivos o inspiraciones que las impulsan.
Fuentes:
Messiaen en la Wikipedia.
The story behind Messiaen’s “Quartet for the End of Time.” Artículo de Alex Ross para el New Yorker.
Quatuor pour la fin du temps, en la Wikipedia.
Si, yo he descubierto esta sinfonía hace poco (es posible que gracias a ti?) y me he quedado bastante impresionado. Curiosa la historia de la prisión alemana y el concierto… muy cinematográfica.