Cuando se habla de un destino turístico y se dice que es un lugar de contrastes, se trata de vender la imagen de un espacio plural, donde hay cabida para impresiones muy diferentes. Un mensaje de riqueza y multiculturalidad.
La realidad es siempre la misma. Un lugar de contrastes es un sitio donde hay mucha miseria pero en el que, gracias a los avances en la ciencia del Turismo, tú no sólo te vas a librar de sufrir penurias, sino que vas a estar un par de clases sociales por encima de esa chusma.
Planeando mis vacaciones me encuentro sin embargo con un verdadero viaje de contrastes: Nueva York y Punta Cana.
Un viaje de contrastes. Por un lado, Nueva York, la ciudad de los sueños, cosmopolita, abierta, divertida, multiracial. Por otro, Punta Cana, la playa de tus sueños, agua turquesa, arena blanca, sol y calor… ¿No es irresistible?
Me ha parecido una combinación increíblemente bizarra, tanto que no admite comparación posible. El turismo en Punta Cana es de bajo standing cultural. Allí te dan un todo incluido, sol y buenas playas. No hay museos, ni conocer a gente de otros países, ni naturaleza de verdad, es ir a un hotel a tostarse bebiendo todo lo que uno quiera y comiendo hasta reventar. No dejan de ser actividades muy saludables y más sanas que ir a todos los museos que tenga una ciudad. Los españoles somos unos viajeros inexpertos y se nota nuestra presencia sobre todo en los museos, en los que a veces somos mayoría étnica.
Nueva York es una ciudad que se identifica con la modernidad, Punta Cana con turismo paleto. Pero la realidad es que cada cual establece su standar de viaje. Porque se puede ir a Nueva York a malgastar dinero en tiendas especializadas en cualquier chorrada, en visitas a la horrorosa Estatua de la Libertad. Y se puede descansar y disfrutar de lo lindo en Punta Cana, sin medrar con tuneadores ni reinas del piercing.
Pero desde luego, ese viaje combinado de ambos destinos asegura una mezcla humana más digna de un casting de Gran Hermano. El viaje es caro ( +1600 € para 9 días y 7 noches ) y la probabilidad de que las cosas salgan mal, elevadísima.
No sé. Por ese precio, y 7 noches, sospecho que volverías con la sensación de no haber visto nada de NY (casi ni lo más supèrficial), ni tampoco de haber disfrutado del sol caribeño.
En españa está de moda aparentar ser más de lo que uno es en realidad. Y viajar de siempre se ha considerado un lujo en españa.
Por eso una gran cantidad de gente quiere viajar cueste lo que cueste. Para después vacilar.