El año de la cebolla

Tras el desastroso intento de conquista de Argel, por las tropas españolas de Carlos V en el año 1541:

Perdieron 140 barcos, 15 galeras, 8.000 hombres, 300 aristócratas españoles. El mar había devuelto una humillación total. Era tal la abundancia de esclavos en Argel, tantos llegaron a ser, que 1541 se recordó como el año en que cada cristiano se vendía por una simple cebolla.

Sobre las pérdidas, dice la Wikipedia:

Las pérdidas fueron muchas, pero no se contabilizaron, ni al parecer hubo voluntad de hacerlo.

Desde que leí esto, no veo esas mallas de tres o cuatro cebollas de la misma manera. Y lo que es peor, nunca me atrevo a mirar lo que cuestan.

El libro de la cita, Empires of the Sea, es de los mejores libros de historia que puedes leer. 75 opiniones de 5 estrellas y 22 de 4 estrellas en Amazon. Nadie lo ha valorado en menos de cuatro.

4 comentarios en «El año de la cebolla»

  1. No lo sé seguro, pero te diría que no. En tal caso habría enlazado al libro en español, claro está.

  2. La exclavitud debería estar regulada; se trata de una opción inicial, aunque sea de por vida o incluso con reversión a los descendientes, que conlleva un situación indefinida (como los funcionarios), y que reduciría ampliamente el paro, e incluso mejoraría las condiciones materiales (he dicho materiales), del exclavo.

    En la actualidad, si no eres exclavo, te tienes que preocupar de encontrar trabajo, con salarios y condiciones que te permiten mantener a tu familia precariamente, y estresado por la posible pérdida del mismo.

    Cuando los exclavos, medianamente bien tratados, se manumitían, el dueño de las tierras, ya sin exclavos, les explotaba hasta la extenuación y muerte; los que se mantenían exclavos eran alimentados y vestidos, como se cuida un coche u otro bien material. Incluso no se entraba a valorar sus pensamientos o anhelos.

    Entiendo que es una decisión muy dura, pero si con ella salvaguardas la libertad de tus hijos para poder poseer exclavos como tu lo has sido, pues sería pensable.

    Y siempre puedes cultivar una cebolla y comprar tu libertad.

    Este comentario es una broma.

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