Esta reflexión ha sido tomada del foro de Idealista, escrita por el ilustre forero Luisito, la traigo aquí para resaltar tan interesante lectura y permitir su acceso a más lectores.
1.
“hipoteca = ahorro”
Esto es incorrecto, y más en la eurozona. El crédito no es lo mismo que el ahorro sino, en términos de macroeconomía, justo lo contrario.
El ahorro produce un excedente de dinero mientras que el crédito una falta de dinero. Es algo parecido a los anticiclones o las borrascas en los mapas meteorológicos: El aire fluye desde las zonas de alta presión hacia las de baja presión. Esta era una de las trampas de la unificación monetaria. Para un país tener moneda propia equivale a disponer de una frontera monetaria. Si imaginamos que el dinero fluye de un país a otro a través de una tubería la moneda, y las políticas monetarias propias actúan como un grifo que, según se abra más o menos, permite regular ese flujo de dinero. También los barcos suelen estar divididos en compartimentos que pueden hacerse estancos entre si cerrando una puerta y que permiten evitar la propagación de una inundación. La unificación monetaria del euro equivale a suprimir las paredes de separación entre compartimentos lo que puede ser sumamente peligroso en caso de problemas. Si las economías que separaban esos compartimentos no se uniformizan previamente, el nivel de agua entre compartimentos puede ser muy diferente. Si abrimos alegremente la puerta el agua de un compartimento inundará los otros.
2.
Durante la implantación del euro se eliminaron las barreras monetarias entre Portugal y España, lo cual no es muy importante. También desaparecieron las fronteras entre Alemania y Austria lo que tampoco es importante. Las economías italiana, española o portuguesa estaban basadas en fuertes ICP porque sus monedas y su economía indisciplinada eran fuertemente inflacionistas. Las economías del norte, en cambio, estaban basadas en monedas fuertes, con inflaciones bajas. Suprimir las fronteras monetarias entre las economías del norte (Francia o Alemania) y las del sur (España) suponía el peligro de un flujo descontrolado de dinero de norte a sur o de sur a norte dependiendo de la situación. El que las economías del norte y del sur sean tan diferentes supone el riesgo de que la masa monetaria de euros emigre masivamente de una región a otra porque estas dos economías, tan diferentes, reaccionan de forma diferente a las situaciones.
3.
Veamos como funciona este ciclo migratorio de los euros. Durante la primera fase, la que hemos vivido estos años, los euros emigran hacia el sur desde los países del norte.
Los ciudadanos y empresas alemanes ven con desconfianza el futuro. Como su renta per cápita es mucho más elevada que los del sur (primera diferencia) y tienen muchos gastos superfluos, pueden reducir mucho su consumo “de caprichos” sin reducir su calidad de vida. Esto reduce el consumo interior alemán, reduce la exportaciones españolas (y de los países del sur) porque España depende de que los alemanes le compren cosas. El dinero no empleado en consumo por los alemanes genera ahorro en esos países y excedentes de dinero en sus bancos. Además el bajo consumo interior y pesimismo de la economía alemana deprimen el crecimiento de la economía euro lo que obliga al banco central a reducir los tipos en un intento de animar el crecimiento de los países del norte.
En los países del sur, acostumbrados a la fuerte inflación y a los créditos muy caros (segunda diferencia), esto se ve de una forma muy distinta. Ven en los créditos (aparentemente) baratos la oportunidad de consumir esos caprichos que antes no podían permitirse. Consideran los créditos baratos porque dan por supuesto (equivocadamente) que una fuerte inflación de los salarios futuros erosionará esos créditos. Atribuyen (de nuevo equivocadamente) su nueva capacidad de consumir a una nueva prosperidad que realmente no he sucedido.
Debido a los excedentes de dinero en el norte y a los bajos tipos que provocan una demanda desenfrenada de crédito en el sur, el dinero emigra desde el norte hacia el sur.
4.
Todo esto: el bajo consumo en el norte, el fuerte consumo en el sur, el ahorro en el norte y la desenfrenada emisión de crédito en el sur combinada con la tradicional indisciplina (tercera diferencia) de las economías sureñas hace que los precios suban mucho en el sur y muy poco en el norte. En los países como España, se reducen las exportaciones, siendo los precios internos cada vez más altos compensa cada vez más consumir productos de importación. El déficit exterior aumenta explosivamente, mientras que el aumento de precios hace la economía cada vez menos competitiva. Todo esto es terrorífico pero queda oculto a la vista porque un enorme consumo interior a crédito compensa en el PIB la debilidad de las exportaciones y la falta de competitividad. Esta situación es, naturalmente un espejismo. La aparente fortaleza de las economías sureñas frente a las del norte se debe únicamente a que los euros, en su proceso migratorio, producen un flujo continuo desde en norte hacia el sur.
5.
Este flujo es insostenible en el tiempo porque supondría una trasferencia de renta norte sur “a cambio de nada”. Los euros que nos llueven desde el norte son “euros prestados” no “euros regalados”
En determinado momento este ciclo migratorio del dinero se invertirá y entonces los euros regresaran desde el sur a los países del norte. Si el consumo interior en Alemania se anima pasarán varias cosas: La economía alemana comenzará a crecer, el ahorro de los alemanes y el excedente de sus bancos disminuirá y, una economía europea que al fin despega junto con un consumo incrementado hará que el banco central aumente los tipos. Los países del sur se encontrarán con que los tiempos del dinero barato venido desde Alemania han terminado. No solo no podrán consumir a crédito sino que durante décadas tendrán que ir retornando a sus legítimos dueños todo ese dinero venido del norte.
6.
En esas circunstancias, un país del sur que hubiese gobernado bien su economía, debería ir sustituyendo el consumo interior por el consumo externo. Según crece el consumo alemán deberían aumentar las exportaciones a Alemania de los países del sur.
Lamentablemente, los países del sur (particularmente España) no han sabido gobernar esta etapa de dinero fácil. La clave, en los países del sur, para superar con éxito esta etapa de euros migrando de norte a sur, se basa, en mi opinión, en dos cosas: Por un lado debe ejercerse una política extremadamente disciplinada que mantenga el incremento de precios tan bajo como en los países del norte. También debe legislarse para reducir paulatinamente en esos países su tradicional “cultura económica inflacionista”. Esto se hace reduciendo privilegios y abriendo los mercados a la libre competencia, lo que hace que, para cualquier empresa, el subir los precios esté fuertemente penalizado por el mercado. Además de este esfuerzo por convertirse en un país disciplinado en precios, debe utilizarse el dinero fácil y barato llovido desde en norte para mejorar la competitividad. Ese dinero debe invertirse en el desarrollo de técnicas, de calidad, investigación y formación.
Los países del sur y sobre todo España han hecho justo lo contrario. Mientras su deuda aumentaba descontroladamente, su déficit se disparaba y su competitividad se hundía.
De esta forma debido al bajo desarrollo técnico, a la escasa formación, a los altos precios y a la baja competitividad resultará imposible que el sector exterior y la exportaciones tomen el relevo cuando el crecimiento no pueda basarse en el consumo interior o el ladrillo debido a la desaparición del flujo de euros desde el norte en forma de crédito.
7.
“¿Cuanto se podría prolongar ese proceso de trasvase euros norte-sur?
¿Y que ocurriría se Alemania profundiza su crisis y siguen metiendo los ahorros en el banco?
¿No hay otras opciones a esta situación?”
Es muy difícil responder a esto a pesar de suponer que algo así podría suceder no es algo descabellado, ni mucho menos. Todos los procesos que forman parte de esta “migración de los euros” son en mayor o menor medida insostenibles en el tiempo. Sobre todo porque en buena medida son ficciones económicas que no crean riqueza sino una simple modificación del valor contable de las cosas. Si el sistema se intenta llevar más allá de los límites cualquiera de estos procesos o varios podrían mostrar su “insostenibilidad”. Por ejemplo: las sociedades y empresas del sur pueden endeudarse solo hasta cierto punto incluso aunque no haya un encarecimiento del dinero. Esto se debe a que los bancos tienen dos ventanillas diferentes. A una acude la gente a obtener dinero prestado y a la otra a pagar las cuotas de créditos anteriores. Según aumenta la deuda viva, el flujo de la primera ventanilla disminuye mientras el flujo de la otra ventanilla aumenta. Llegado un punto el endeudamiento no puede aumentar
8.
Otros sistemas insostenibles son el ahorro continuo de Alemania si su economía permanece deprimida. Los economistas no saben solucionar esto porque toda su ciencia se refiere a sistemas que crecen exponencialmente en el tiempo. No hay una “economía de sistemas estacionarios”, aunque todo indica que, dado que el planeta es finito, la economía del futuro será estacionaria o, algo mucho peor, oscilante (con épocas de crecimiento intercaladas entre guerras o depresiones)
Otro factor que no puede explotarse eternamente es la inflación. La inflación del euro (un 9%) con un PIB del 2% debe hacer subir los precios un 7% . esta subida de precios puede retrasarse un tiempo pero no eternamente. el euro es un 7% menos valioso cada año debido a que hay un 9% más de euros por ahí, pero el valor de esos euros está respaldado por una economía que solo es un 2% mayor. esta pérdida de valor del euro no se filtra a los precios de la calle sino que toda esta marea de dinero permanece secuestrada en la “economía de activos” o “economía casino”, bolsa, pisos, oro y otros activos. al ctitud del bce de mantener unos tipos bajos no puede mantenerse ilimitadamente porque alguien cuya economía en valor un 2% no puede respaldar la impresión de billetes a un ritmo del 9% si no quiere que esos billetes pierdan un 7% de valor. esta táctica de tipos muy bajos no funcionará porque el crédito se crea en los lugares (el sur) dónde no es utilizado para generar riqueza: no se emplea en inversión sino en especular con los precios. Lo que las empresas españolas (y otras) llaman en sus cuentas inversión no suele ser más que especulación con activos.
Escrito por Luisito.
Aunque tengamos el mismo nick, no somos la misma persona. Ya me gustaría ser tan puesto en la materia.
Un saludo y gracias por compartir con nosotros estas ideas.
Por cierto. “Trampa 22” ya ha caido y empezaré a leermelo cuando termine otros libros pendientes.
[Comentario zrubavel:
Espero que te guste el libro, siempre recomiendo que se lean los dos primeros capítulos, y si no gustan devolverlo, porque el resto del libro es en el mismo plan.]
Mi pregunta es la siguiente:
“¿Es que los economistas y estadistas españoles no estudiaron lo suficiente en sus carreras como para no saber todo esto y haber actuado correctamente en la época de dinero fácil?”. Es decir, según cuenta este texto, en España no se ha actuado como se debería actuar. ¿Y eso por qué?. Si un médico opera mal a un paciente por negligencia se le puede acusar. Un ingeniero que diseña mal un puente y se cae matando personas es posible que vaya a la carcel y seguro que pagará una multa bien gorda. Si un economista la caga con la politica económica de un pais que le pasa? Nada?. Me rebienta ir en el bando de los tontos.
PD.- Fuí a la fnac de valencia el viernes a por Trampa 22. Un “sujeto” compró el último ejemplar días antes…
[Comentario zrubavel: La diferencia entre los errores de los economistas y los de los médicos es que los primeros pueden argumentar en todo momento que sucedieron “imprevistos”, como la subida del precio del petróleo.
En política lo normal es echarle la culpa a los de antes o los de después, nunca asumir las consecuencias. Siempre se puede decir que la culpa es del PP por llevar a una situación crítica. El PSOE se ha comportado como un irresponsable, ha dejado que la fiesta continue, esperando que la resaca caiga en manos de otro gobierno, o simplemente echará la culpa al PP por las primeras copas, diciendo que esas fueron las de garrafón.
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