Anoche estuve viendo la primera hora de la maratón de las Olimpiadas de 2008. La maratón es la prueba más épica de toda la competición y la medalla es una de las más simbólicas de todos los Juegos.
Esta mañana me levanto para ver el resultado. Venció el keniata Sammy Wanjiru, siempre en el grupo de cabeza, hasta el final mismo de la prueba. Un resultado extraordinario para un deportista jovencísimo (sólo tiene 21 años) con una marca de récord olímpico. Un triunfo histórico para Kenia, que extraordinariamente nunca había ganado el Oro en la maratón.
Pero por lo que escribo es por el asco que me ha causado leer la noticia en el periódico. El titular del periódico es claro: Chema Martínez deslumbra y después se apaga.
O sea, ¿Que el español tuvo grandes opciones de victoria? No señores. Estuve viendo la carrera y aunque Chema Martínez se dejó el pellejo, lo que hizo en ese supuesto deslumbrar fue meterse en el grupo de cabeza, a costa de no poder tirar ni con su alma durante el resto de la carrera. El grupo de corredores africanos marcó un ritmo bestial – acabaron con un récord olimpico – del que la mayoría de los corredores se desentendieron. El español estuvo ahí durante la primera mitad de la carrera, pero a mi me recordaba a esos aficionados que se ponen a correr junto a los escaladores de las pruebas de montaña del Tour, que durante unos segundos son capaces de ir al mismo ritmo. Cierto es que Chema Martínez es un grandísimo corredor, pero se le notaba que iba con un sobreesfuerzo. Yo no noté ningún brillo y seguro que cualquier persona mínimamente neutral tampoco. Al final el corredor español acabó descolgándose de ese grupo de cabeza, cada vez más, hasta desaparecer de las clasificaciones.
Las noticias deportivas son exageradas, optimistas, pero están grotescamente centradas en la actuación de los españoles. A veces es absurdo, sobre todo en deportes en los que somos más malos que la quina. Por ejemplo en bádminton, en que parece que cuando eliminan a los españoles se ha producido una hecatombe o se deja de competir porque ya no tiene sentido. No hay españoles, lo sentimos pero no habrá medallas en bádminton este año.
La noticia de la maratón la podemos comparar con la del New York Times.
Porque sí, aunque los americanos no sean los mejores, también compiten. De hecho, si miramos los resultados, el 9º, 10º y 22º clasificados son de Estados Unidos, mientras que Chema Martínez acabó el 16º.
El titular español: Chema Martínez deslumbra y después se apaga.
El americano: Wanjiru Gives da el primero Oro en Maratón a Kenya.
El artículo español menciona a Wanjiru en cuatro ocasiones.
El artículo americano menciona a Wanjiru en trece ocasiones.
El artículo español menciona a Martínez en siete ocasiones.
El artículo americano menciona a su mejor corredor, en tres ocasiones.
A ver, que Chema Martínez no podía ni con las pestañas, que no es Fernando Alonso que acaba octavo en una carrera y escribes un artículo en que se te olvida mencionar al menos cuáles han sido los tres primeros clasificados. Que si España es buena en hockey pues se centra uno en España pero si no hemos hecho nada en un deporte, se puede hablar de los que eran buenos de verdad. Que hay gente a la que le gusta además de España, el propio deporte.
6 comentarios en «Maraton»
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Siempre me ha parecido muy cutre el forofismo hispánico. Citas el caso de la fórmula 1, pero es que estoy seguro que muchos de los que ahora flipan con Alonso seguro que hace 5 años eso de “fórmula 1” les sonaría a marca de dentífrico.
¿Qué españolito sabe algo del campeonato de Rallies de este año ahora que no tenemos al petardo de Sainz?
No me gusta hacer comparaciones con otros países porque además seguro que la mayoría pecan de lo mismo, pero estuve una época residiendo en Londres. Recuerdo el interés con el que se seguía el tenis. Había absoluta pasión y la gente lo seguía incluso en los pubs. Lo increíble es que no hay un campeón inglés desde hace décadas (en Wimbledon el último individual masculino fue en 1936). ¿Quién vería tenis en España si no existiera Rafa Nadal?
Y volviendo a nuestro “campeón” Alonso. Lo más patético es celebrar éxitos de “campeones representantes de la patria y furia española” que luego resulta que pagan sus impuestos en paraísos fiscales.
Pues con lo del forofismo español ya se riza el rizo cuando participa la familia real. Fíjate en la prensa cuando la copa del rey de vela: en portada solo lo que ha hecho el barquito del rey o el del príncipe. Si consigues enterarte de las clasificaciones es de pura casualidad.
Como diría Forges: País…
Esto es lo que pasa cuando se crean grandes espectativas sobre todas las medallas que íbamos a conseguir (que si teníamos a los mejores deportistas, que si despuntábamos en todos los deportes actuales…) y al final los cuatro primeros clasificados tienen más medallas de oro que medallas tenemos nosotros en total.
P.D: Aunque no venga al caso, tiene guasa que los artículos de la Wikipedia sean mucho más extensos y completos que los que aparecen en la “Enciclopedia Olímpica” de la página oficial.
Aparte, tenemos una de las aficiones más maleducadas que existen (quizá sea consecuencia de los excesos de la prensa). Esto puede resultar comprensible –que no perdonable– en ese pseudodeporte llamado fútbol profesional. Pero, luego, el salvajismo también se traslada a las gradas de deportes más civilizados como el tenis, donde se ven cosas tan inauditas en otras culturas como pitar al árbitro o al contrario. Habituales son las protestas de los equipos extranjeros que disputan aquí alguna eliminatoria de Copa Davis.
Respecto al primer comentario decir que es totalmente normal que la gente se aficione a un deporte simplemente por seguir a un deportista español, un deportista que destaca. No encuentro lo malo por ningun sitio. Pocos se rasgarán las vestiduras por decir que pasarían de la F1 si no llega a ser por Alonso. Puedes cer la F1 por Alonso y ser un experto en golf. Es compatible.
Respecto al tenis es simplemente cosa de culturas, en Inglaterra cala mas hondo por tradición y punto. En España conozco a mucha gente que seguía el tenis antes de Nadal, Ferrero, Moyá o quien sea. Y, por cierto, estuve en una ocasion en el Open de Madrid y la gente nos comportabamos de maravilla.
Respecto a los aficionados del futbol, que decir, supongo que los hooligan son un ejemplo; o las muertes entre tifossi italianos el panorama ideal. El resto de paises no tiene apenas afición al futbol simple y llanamente porque no destacan y no lo viven como los tres paises (Inglaterra, Italia y España) de los que hablo.
Y no somos españolitos. Somos españoles.
[Comentario zrubavel: Estoy de acuerdo contigo en que ese “chaqueterismo” es comprensible y no tiene por qué ser malo. Parece como si las decisiones en el deporte fueran contratos irrevocables. Me acuerdo que de niño era del Real Madrid y luego me hice del Barcelona y ni los de uno ni los de otro equipo me aceptaban. “Eso es porque nunca fuiste del Madrid”, “Eso es porque realmente no sabes lo que es ser de un equipo”, “Aquí o se es del Barcelona desde siempre o nada, no queremos a chaqueteros”.]
Y respecto a la crítica a la actitud de la prensa española que expresa el post estoy totalmente a favor. Especialmente cuando dijeron que Raul Lopez, cuando ficho por Utah, era el nuevo Stockton. O como venden la Gasolmania en los Angeles cuando estoy convencido que pasa casi desapercibido, quizá no por juego pero si por falta de carisma.
O como trataron de caldear el ambiente en Marca quejandose de que Djokovic se reía de Nadal por imitarle cuando solo estaba bromeando imitando a todos sus colegas tenistas.