Mashup

Algunas páginas de Internet ponen a disposición del público su información, bajo una serie de reglas. A esto se le llama “servicios”, como por ejemplo los mapas de Google. Puedes recuperar información de los mapas no sólo conectándote a la página de maps.google.com sino directamente desde otra página web siempre y cuando accedas a la información siguiendo las normas que Google te imponga.
Cuando accedes a más de un servicio simultáneamente y combinas esta información lo que estás haciendo es crear un llamado Mashup. Por ejemplo, si junto a los mapas de Google muestras las casas que hay en venta, tomadas de la página trulia.com, estás creando un mashup.
Los mashup son la moda del Internet actual y parece como que si no has creado uno no eres nadie. Una página nueva que no incluyera mashups no merece ni ser visitada.
Cuando se populariza un mashup nuevo el comentario generalizado es “esto tiene buena pinta“, que traducido al lenguaje de fuera de Internet significaría “ahora mismo es una castaña pero si trabajan duro puede estar bien dentro de unos meses”.
Lo habitual de los mashups es que tengan poca información. Por ejemplo, si mezclo la información de los mapas de Google con un listado de funerarias puedo dibujar un mapa donde se muestren con flechas las direcciones de dichas funerarias y cuando me acercara a ellas con el ratón podría ver la dirección completa del lugar y el teléfono de contacto. Si alguien creara un servicio asín lo normal sería que al principio sólo incluyera algunas direcciones, de su barrio o ciudad. Entonces pondría el servicio de cara al público. La página de acceso tendría un aspecto muy fresco y si consultamos justo la ciudad de muestra los resultados nos parecerían asombrosos. “Tiene buena pinta”.
Lo que luego pasaría es lo que todos conocemos: nadie se va a preocupar de perder su valioso tiempo en teclear informaciones de funerarias en el ordenador. Ni siquiera las empresas de pompas fúnebres. Tras el éxito inicial e incluir miles de personas la página en su lista de “favoritos” llega el ocaso. Ni se incluyen direcciones ni nadie entra a buscarlas. La página tiene links por todas partes pero ya no interesa a nadie.
Por eso cuando se consultan los directorios de mashups uno tiene la sensación de estar paseando por un cementerio virtual. Todo está lleno de enlaces que ya no existen, de páginas que antes tenían un servicio “que tenía buena pinta” pero que ahora simplemente muestran publicidad por todas partes (para algo inventaron el pagerank) y ningún rastro del fallido mashup.
Los pocos servicios mixtos de información que aún se mantienen en pie dan pena. Si el exitoso servicio inicial que mostraba las funerarias del barrio de Lavapiés “tenía buena pinta”, ahora, dos años después, con los mismos puntos señalados, ni uno más ni uno menos, es un servicio patético.
Además, las reglas para acceder a los servicios de datos suelen cambiar con el tiempo, y los servicios cutres suelen no preocuparse de actualizarlas, con lo que a lo mejor ves un mapa de Google y sobre él escrito un mensaje de error de Yahoo explicando que se ha producido un error. Estos mashups son los más abochornantes de todos, porque a veces llegas a ellos a través de un link que te vaticina una visita al paraíso.
La mayoría de estos servicios son un rotundo fracaso y acaban con un destino como los antes indicados. Si uno avisa de que en lugar de “buena pinta” apunta ser bien inútil, se te tiran al cuello por tu negatividad y falta de espíritu emprendedor. Pero la realidad es que ante un servicio nuevo tienes más probabilidades de acertar si lo tachas de basura que si le auguras un futuro prometedor, o al menos un futuro.
Cuando alguien planea una nueva utilidad suele demostrar una cortedad de luces preocupante. Al amigo que se le ocurriera mezclar las funerarias con los mapas se le podría tachar de haber tenido una idea divertida. Si sacamos esta idea fuera del mundo virtual nos damos cuenta de que es un verdadero pirado. Imaginad que visitáis la casa de un amigo y os encontráis con que en el patio ha colgado un mapa bien grande de la ciudad con las funerarias pinchadas con chinchetas. Lo primero que pensáis es que a ese tipo hay que internarlo.
Sin embargo en Internet esto no ocurre. Como todo es virtual el esfuerzo se oculta y el público final es hipotéticamente infinito; Un mapa con funerarias “lo he hecho en un par de tardes” o la mayor de las mentiras “en un par de horas muertas”. La realidad es que esa persona ha perdido gran parte de su escaso tiempo libre en semejante subnormalidad.
Si lo hubiera hecho en el mundo real no nos tragaríamos el cuento de las dos horas. La visita al Centro Comercial para comprar el mapa grande ya es de pirado. El comprar las chinchetas de mongólico. El consultar las direcciones en cualquier parte e ir clavando las chinchetas, peor que creerse Napoleón.
Por eso cuando veo a uno de esos “cerebros” que pierden (o emplean) su tiempo en tareas inhumanas que, fuera del mundo real serían consideradas como propias de descerebrados, siento una doble pena, porque todo ese talento se está desperdiciando en trabajos peregrinos, de peón caminero. Y porque encima esa persona no se da cuenta de la pérdida de tiempo y de la sensación de ridículo que causa su manera de gastar “dos horas muertas” para cualquier persona que no conozca Internet, o sea, para una persona normal y corriente.

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