Moonlighting

Una de las películas más fascinantes que jamás he visto es la polaca Moonlighting ( 1982 ), del director Jerzy Skolimowski con Jeremi Irons en el papel protagonista.
El argumento es simple, pero la brillante realización lo convierte en una pesadilla kafkiana que resulta muy vívida:
Un empresario polaco manda a algunos de sus empleados a Londres, a que le hagan una reforma en el piso que tiene allí.
Los empleados no saben inglés, salvo uno de ellos. Como no tienen permiso de trabajo, deben realizar la reforma de forma clandestina. El que conoce inglés hace de capataz y administra el dinero que tienen para completar la obra.
Cuando llevan el trabajo por la mitad, surge una revolución en Polonia. Como sólo el capataz sabe inglés, es el único que se entera, y trata de ocultar a sus compañeros este hecho, hasta que puedan terminar con la reforma. La tensión que esto le genera, junto a la estrechez del presupuesto, los problemas para ocultar a los ojos de los vecinos la más que evidente obra, unida a la presión de saber que en tu país hay una revolución militar, es insoportable.
El trabajo del director es soberbio, y te lleva a sentir una claustrofobia y una sensación de estrés mucho más eficiente que en cualquier título de terror.
Como tantas otras buenas películas, no ha pasado a la historia del cine. Aunque en su momento recibió el aplauso que se merecía, ganando el festival de Cannes de 1983 entre otros premios.
El nombre de la película es bastante traicionero. Coincide con una famosísima serie de televisión (“Luz de Luna”) y numerosos títulos pornográficos y eróticos, así que no es fácil dar con ella a través del P2P, pero la recomiendo encarecidamente.