No soy una ONG

La gestión de los burdeles se realiza a través de sociedades como Camagran Proyectos e Inversiones S. L. (cuyo fin social es el “servicio de cafés y bares”), o Dance & Music of the World S. L. (dedicada a las “empresas de espectáculos”). Miguel Arufe es administrador de ambas, que acumulan numerosas sanciones administrativas impagadas y expedientes municipales sin resolver. Arufe, aparentemente, quiso darle a su labor un barniz filantrópico. La fachada del burdel de la calle del Gasómetro lució hasta el pasado verano la placa de una ONG: Andando sin Fronteras. Nunca llegó a registrarse como asociación por defectos de forma, pero una portavoz de la Generalitat confirma que se intentó inscribir como tal. La ONG pretendía dedicarse, entre otras cosas, a “impulsar las relaciones internacionales entre miembros y asociaciones afines“. Una nómina falsa de Andando sin Fronteras sirvió de aval a Arufe para alquilar el piso que funciona como prostíbulo en la calle Gobernador González.

Impagable lo de “impulsar las relaciones internacionales”.

2 comentarios en «No soy una ONG»

  1. La noticia de El país es tremenda. Y lo de la ONG ya es la guinda, podian haberle puesto un nombre más acorde, aunque fijo que alguno te dice que hacen un servicio a la comunidad…

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