La difícil situación de la vivienda en España es ahora tratada por periódicos y televisiones habitualmente y es caballo de batalla de los políticos en sus campañas. Pero siempre es peor de lo que se cree. Porque para todo el que está fuera del mercado, porque tiene su gravosa hipoteca que pagar o porque compró hace muchos años y no tiene ninguna intención de volver a hacerlo es bueno recibir algunos refrescos de memoria. Sean estos dos anuncios una muestra de la situación actual:
BANCO de España, c/ Márques de Cuba, miniestudio unipersonal, sólo para dormir, sin cocina, baño, calefacción, ascensor, portería, soleado.
Precio: 300,00 Eur.
300 euros no son moco de pavo, para un alquiler. Estamos hablando de un piso que no tiene ni cocina ni baño, por lo que no tiene la cédula de habitabilidad, que es un papel que expenden los gobiernos para evitar que la gente viva en condiciones infrahumanas. Pero con toda la cara del mundo una persona pone un anuncio ofreciendo eso. Seguramente se trate de alguien que tiene un piso en esa zona, de las más caras de España, y que se las haya apañado para escindir una habitación y darle el carácter de estudio. Se trata de una persona que tendrá dinero pero que contribuye a la explotación de la gente con problemas con toda la tranquilidad del mundo y que cuando ve noticias sobre la captura de ladrones y carteristas cree que no tiene nada que ver con ellos. Cómico resulta ofrecer un piso soleado para un sitio que sólo sirve para dormir.
Después de dormir me suelo levantar de la cama, y voy al baño y bebo un vaso de agua. Si no puedo hacer ninguna de esas cosas, ¿qué clase de vida tendré?
PUERTA del Angel, metro, piso 4 habitaciones, con reserva de 1 habitación, calefacción, todo nuevo, nóminas.
Precio: 1.000,00 Eur.
A un precio que supera la media real de una familia media- no olvidemos que existiendo sueldos de 500.000 euros al mes la media queda totalmente tergiversada- se nos ofrece un piso, pero con sorpresa. Una habitación es para mí. Lo que significa que tengo derecho a alquilarla a un precio distinto a otra persona, que tal vez no te caiga bien. O puedo irme a vivir una temporada para comprobar que no desgastas el suelo o los pomos de las puertas más de lo necesario. Y es que todo es nuevo. La exigencia de nóminas es la puntilla, muestra de que aún poniendo el anuncio más estrambótico del mundo encontrarás gente que no tenga más remedio que pasar por el aro. Y aún podrás elegir de entre éstos a los que tengan un trabajo.
Indignante.
Puta vida.
Sí que escribes rápido, a post por minuto…
ya echaba en falta tus observaciones.
Saludos