El modelo de detective que nace con Sherlock Holmes – los antecesores no dejaban de ser experimentos – y continúa con las novelas de Agatha Christie estaba agotado. El paradigma de personaje sabelotodo, imparcial, sin emociones, se continuó en numerosas series de televisión de más o menos éxito. Como todo fenómeno tuvo su momento de auge, seguido de una quema del personaje y de la caída en desgracia.
Hoy en día series como CSI aún tienen mucho éxito. Los detectives son muy buenos y usan de la más moderna tecnología. Aún así, el formato es diferente: el público estaba cansado de los detectives que no sueltan una y de las explicaciones poco visuales. En CSI te lo dan todo explicado como en los Teletubbies, algo que a determinado público le repugna, pero que la mayoría agradece.
El superdetective con una mente preclara no estaba muerto. Ya lo intuyó el gran Jake Kasdan con su personaje de detective en Zero Effect. Ahí dibujó un nuevo prototipo de investigador. El detective era tan ingenioso o más que Sherlock Holmes, pero tenía cierto desapego a tratar con los clientes, lo que provocaba que trabajara a distancia. Este bizarro detalle facilitaba las situaciones cómicas, y forzaba la existencia de un personaje intermedio, el Watson de turno no era un simple papel forzado sino que su puesto en la mediación con los clientes justificaba su existencia.
Zero Effect con el detective Daryl Zero podía haber funcionado, porque las piezas encajaban. Pero el público es impredecible y en este caso fue un sonado fracaso de taquilla. El intento de crear una serie nunca prosperó. Los amantes de las series de detectives de verdad nos quedamos con las ganas.
Años después surge Psych, una serie americana que justo ahora está iniciando su segunda temporada.
En ella el protagonista es una especie de detective por accidente. Shawn Spencer es un perdedor sin trabajo definido que tiene una extraña habilidad: una capacidad de observación fuera de lo normal.
La forma en que Shawn consigue esa habilidad no es menos curiosa: de pequeño, su padre, que era un policía pirado, le obligaba a que se fijara en todos los detalles de los sitios a los que iban. Si no era capaz de responder correctamente a sus preguntas como “¿Cuántas personas tenían sombrero y cómo eran éstos en el autobús que hemos tomado antes?” se quedaba sin postre.
Gracias a esa virtud, es capaz de observar cosas que otros no ven y en menos tiempo que los demás. Con ello consigue descubrir un caso sólo viendo la escena del crimen por la televisión. Va a la policía a cobrar la recompensa pero se encuentra con un problema: sospechan de él por saber tantos detalles sobre el crimen. Viéndose en una situación comprometida, consigue salir al paso inventándose que ha conseguido saberlo porque es una especie de vidente.
A partir de ahí, este extraño personaje se hace detective privado, ayudando siempre que puede a la policía. Sin embargo estos recelan de sus dotes psíquicas, aunque no se explican que obtenga tan buenos resultados. Esta suspicacia es quizás el detalle que convierte a la serie en genial: a diferencia de un tipo que entra en los sitios con aires majestuosos y provocando profundos silencios, es un personaje molesto al que tratan de quitar de enmedio y que no quieren que ande por los escenarios de los crímenes.
Además, como se supone que es un psíquico, se entiende que no necesita ver las pruebas o hablar con los sospechosos, lo que le causa serios problemas para conseguir acceder a la información. Esto provoca numerosos detalles cómicos, avivados por el personaje que es un descarado (con el componente de ligón y aprovechado siempre alerta). Su faceta de psíquico falso le lleva a comportarse aún más histriónicamente.
Para colmo se acompaña de su correspondiente Watson, esta vez un amigo suyo con el que poder hablar mientras está por ahí y sobre todo al que necesita para que le lleve en coche a los sitios. Este amigo suyo siempre trata de zafarse de las situaciones comprometidas a las que el detective le lleva y casi siempre lo único que hace es molestarle en su trabajo. Pero no cabe duda de que este personaje es otro gran acierto de la serie.
Para colmo de bienes, la serie es barata: lejos de los efectos especiales de las superproducciones, aquí apenas si hay actores, los escenarios son muy modestos y no se recurre a las animaciones ni a la multimedia. De todos los episodios que llevo vistos sólo se han repetido siete actores en total. La serie transcurre en una región de tamaño indefinido pero que, por la amplitud de los casos y de las localizaciones que se muestran, bien parecería un pueblo turístico pequeño.
Lo bueno es que ha tenido cierto éxito de público, unido a su ajustado presupuesto esto nos asegura cierta continuidad con nuevos episodios. Además son episodios breves (40 minutos) y atómicos, por lo que se pueden ver desordenados y no causan la tensión de otras series folletinescas.
La serie es un gran descubrimiento al que llegué a través de la página de Spoiler.
La serie de House es en cierto modo una traslación de Holmes al mundo de la medicina, de hecho el nombre del amigo de House es Wilson que recuerda algo a Watson.
No conozco la serie de Psych pero la premisa me ha recordado a Los crímenes de la calle Morgue donde Lupin resuelve un horrible asesinato desde su casa leyendo los periódicos mientras desayuna.
P.S.: No he conseguido poner ningún link. No sé si es que no se puede o es que quizá estoy un poco empanado.
Ah, y una última cosa, el otro día te iba a escribir un comentario en “Heroes es una mierda”, pero no existía tal opción, de todas formas visto en perspectiva lo que quería comentar tampoco era muy interesante ;-)