Beta permanente

Los que hablan de Web 2.0 dicen que las nuevas “páginas” de Internet, las modernas, en vez de ofrecer un contenido ofrecen un servicio. Un contenido es que puedes ver las noticias de tu ciudad, un servicio es que te seleccionan automáticamente las noticias que te interesan. Esto en sí puede ser estupendo. Lo que es una enorme tontería es aquello de que el servicio está en Beta permanente. En informática, un programa beta es aquel que está en periodo de pruebas. Cuando terminan las pruebas, se tiene una versión (1, 2, 3…). Por ejemplo, el famoso navegador Firefox está en la versión 1.
Que un programa siga en pruebas, significa que no está del todo bien, o que el desarrollo no está finalizado. Normalmente, un equipo se encarga de probar que todo funciona correctamente y es entonces cuando se saca una versión al público, que usualmente ha de pagar por ella.
En estos casos de Web 2.0 (el término 2.0 se refiere a su vez a un número de versión) se ha tenido todo el descaro de ahorrarse ese problema liberando un producto no terminado al público y esperando que este lo corrija. Es como si Ford creara un nuevo motor, y en vez de probarlo en sus fábricas, lo lanzara al mercado. Si recibe muchas protestas porque consume mucho, trabaja para mejorar eso. Si la gente se queja porque cuesta arrancar en frío, los técnicos arreglan ese aspecto.
Pensando en Ford parece que esa empresa se cavaría su propia tumba de cara a los clientes. En Internet, la actitud tiene sentido cuando no hay competencia. Sin embargo, muchos lo intentan en mercados que están casi saturados. Con el fracaso asegurado. Por ejemplo, un nuevo navegador, que aún no funciona bien, pero que tiene tres o cuatro utilidades nuevas. Carne de quiebra.
Los usuarios que se las dan de modernos están encantados de la beta permanente. Se sienten importantes al poder corregir algo que funciona mal. Se sienten parte de una comunidad y del proceso de corrección. Le están siguiendo el juego a las empresas.
Lo que se esconde realmente bajo la beta permanente son dos aspectos un tanto sinestros.
Por un lado, es colgar un enorme cartel de “Se vende” en Internet. La mayoría son empresas sin intenciones de ir más allá del producto creado, que apenas tiene utilidad comercial o al menos sus autores no saben dársela. Los creadores quieren que Yahoo, Google, Ebay o Microsoft les compren el invento. Están dando duros a cuatro pesetas, esperando que llegue alguien dispuesto a comprarles todos esos duros por diez o doce pesetas.


Un ejemplo claro es el de delicious. Este servicio equivale al de favoritos, pero colgado de Internet. Desde cualquier sitio de la red puedes acceder a tus links favoritos. Tiene algunas funcionalidades extra, como conocer favoritos de otras personas que tal vez puedan resultarnos también interesantes. delicious es un servicio de mucho éxito y que funciona magníficamente. Sin embargo, no genera ingresos a sus creadores. Estos podrían poner publicidad junto a los links, pero es estúpido que si estoy buscando un link concreto de entre mis favoritos vaya a perder el tiempo en pinchar otro de publicidad. Pudiera pasar, pero no lo creo.
Los autores de delicious buscaban tener una base de “clientes” muy amplia, y luego vendieron el producto a una empresa grande, Yahoo en este caso. Fin del infierno empresarial. Se acabó tener que pagar el hosting de varias máquinas dedicadas. Se acabó atender miles de errores puntuales. Se acabó gastar dinero en algo que no lo generaba ni jamás lo generaría.
Para los usuarios modernos, la compra por parte de una gran empresa es una muestra de que el servicio es muy bueno, de que tiene futuro, etcétera. En realidad es un primer paso antes de cambiarlo. Ese servicio tendrá que ser rentable sí o sí. O desaparecerá. Para entonces habrá empresas en la competencia que ofrezcan exactamente lo mismo. Pero si nadie es capaz de encontrarle la rentabilidad, todos desaparecerán. En el mundo de Internet hay quien da duros a cuatro pesetas, pero sólo por un tiempo limitado.
El otro lado oscuro que se esconde tras la beta permanente es la manga ancha. Al estar el programa en Beta, no existe como tal. De ahí, que los autores tengan una libertad que no existe en ninguna otra labor empresarial. Pueden cesar el servicio de la noche a la mañana, sin avisar y es legal. Pueden quedarse con todos tus datos sin dejarte a ti copiarlos (los privados podrían almacenarlos sin “leerlos”) y pueden borrarlos sin decirte nada. Pueden cambiar las condiciones del contrato y pueden decirte que tienes que pagar por él cuando y cuanto les parezca.
Los usuarios creen que eso nunca podrá ocurrir. Si delicious, por ejemplo, decidiera cobrar por su servicio, pues nos pasamos a blinklist. Pero como antes he indicado, no habrá competencia sobre productos virtuales. Ahora todos están tomando posiciones en las sillas. Cuando todos estén sentados, empezará el juego, y empezará de forma casi simultánea. Como he indicado antes, no se puede dar un servicio que cuesta un dinero de forma gratuita durante un tiempo ilimitado.
Otra vía de obtener dinero es la publicidad. Google, con su servicio de correo, está obteniendo muy buenos resultados. Te ofrece un servicio de mail pero a cambio tendrás que leer sus anuncios relacionados. No me imagino a los comerciales de Google yendo a los clientes para contarles que colocarán la publicidad que ellos están pagando en un servicio que está a pruebas. Pero los clientes saben que el sistema funciona y pagan. Sin embargo, no es igual para el usuario final. Si he perdido un importante correo, Google argumentará aquello de “chavalote, que esto es de pruebas”. O “es gratis, no te quejes”.
En resumidas cuentas, la beta permanente ha dado una inmunidad permanente a sus autores. Han podido crear algo sin garantías de funcionamiento, de ahí que lo hayan podido hacer con menos medios de los habituales. Y esperan ofrecer el servicio por un tiempo que no podrá ser indefinido. Y luego patada y fuera. O a pagar, o a ver publicidad como un idiota. Nadie regala por tiempo ilimitado algo que cueste dinero.

5 comentarios en «Beta permanente»

  1. Hombre, del.icio.us como tal no creo que llegue a tener nunca publicidad, al menos publicidad metida a machete.
    Lo que ha hecho Yahoo! es de lo más inteligente, mientras otras empresas (Google) meten mucha pasta en conseguir sistemas automáticos que ordenen las búsquedas por importancia ellos han metido pasta en comprar una herramienta, y una bolsa gigante de usuarios, que somos los que de forma manual sacamos lo mejor de internet, la creme de la creme.
    En cuanto integren esta “creme” en sus búsquedas normales (que ya tienen publicidad) le empezaran a sacar el rendimiento económico.
    [Comentario mestabanez: No veo cómo sacar dinero con esa forma que dices. El buscador es el buscador, no creo que regalen puntos de pagerank por haber pasado por del.icio.us. La bolsa de clientes tampoco me convence, a mi Yahoo no me ha dado nada ni que lo intente. ¿Podrías explicar más razonadamente la forma de ganar dinero que dices?]

  2. Vamos a ver, Yahoo! cobra a anunciantes por aparecer en forma de enlaces patrocinados en sus búsquedas.
    Pero Yahoo! tiene menos usuarios que Google porque sus búsquedas son sensiblemente peores.
    Por tanto…
    1) Yahoo! + del.icio.us –> Mejores búsquedas
    2) Mejores búsquedas –> Más búsquedas/día
    3) Más búsquedas/día –> Más anunciantes
    4) Más anunciantes –> Más pasta
    Como habrás notado la debilidad pende del punto 2, ¿seremos capaces de abandonar Google a cambio de mejores búsquedas?. Ahí estará la clave.
    [Comentario zrubavel: Sigo sin verlo. ¿Cómo trasladas la información de delicious para mejorar las búsquedas? En mi opinión, el único punto débil es el 1).]

  3. Pues el punto 1 es casi el más fácil de todos, lo bueno de del.icio.us es que está perfectamente categorizado en etiquetas, relacionadas entre si y con comentarios. Vale que no servirá para todo tipo de búsquedas pero si para muchas.
    Por ejemplo, si quieres buscar “tutoriales de photoshop” los resultados de “tutorial” + “photoshop” en el apartado “popular” de del.icio.us son de mucha más calidad que los reultados que te da un buscador al uso como Google.
    Además la filosofía en si misma de este tipo de servicios permite descubrir de un vistazo que es “lo caliente” de internet. Muchas páginas aparecen antes en populicious que en Google. Cuando precisamente estas webs calientes son las más atractivas para diferenciarse de la competencia. El que antes indexa gana.
    Y esto sin tener en cuenta los algoritmos que puedan desarrollarse para encontrar relaciones entre webs, en definitiva, entre gustos comunes, públicos objetivo, etc.
    Ya digo, creo que del.icio.us tiene un potencial muy interesante que de momento no está siendo explotado.
    Yahoo! no es precisamente una empresa nueva en esto y si han invertido ahí es porque tienen bastante clarito el partido que le van a sacar.
    [Comentario zrubavel: Me has acabado convenciendo, pero has tirado por tierra una excelente argumentación con un comentario de “gañán” en la última frase. Los grandes se equivocan, y normalmente más que los pequeños. La historia de Telefónica es un ejemplo claro de ello, no sólo con el batacazo de Lycos, sino con otras muchas inversiones en América Latina que casi le cuestan el cuello.]

  4. Cuando digo que Yahoo! no es nueva en esto no me refiero sólo a antigüedad sino a que tienen experiencia en situaciones moviditas, con nuevos competidores cada semana y un escenario cambiante, tipo “preburbuja”.
    Son de las pocas empresas que pueden decir que superaron el primer pete y en lo que llevamos de “web 2.0” (se que te encanta el termino) son los que han hecho la mejor jugada, que para mi gusto, fue adueñarse de Flickr. Tenía cierto riesgo pero lo manejaron muy bien.
    Y creo que lo de Telefónica es muy diferente porque es una empresa GIGANTE con un negocio “a la antigua” muy bien definido y robusto. Se han podido permitir gastar aquí y allá probando cosas porque no les iba la vida en ello, gracias precisamente al empuje que tienen detrás.
    Si todo el negocio hubiera dependido de Terra Lycos ten por seguro que las cosas habrían sido sensiblemente diferentes.
    Y ya no te doy más la chapa que voy a terminar en nómina.

  5. Quizá sea un fanático de la privacidad con un punto bastante gordo de conspiranoia, pero a mí esto de la web 2.0 no me huele nada bien. Intentaré resistir todo lo que pueda.
    Cosa que hasta ahora me ha sido bastante fácil, puesto que ninguno de sus proyectos me llama la atención. Ni siquiera tengo una cuenta de GMail (en general, el webmail lo uso sólo para registrarme y recibir correo basura).

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