Calidad

Cuando se habla de blogs de “primera fila” salen a la palestra los mismos de siempre: los que más visitantes tienen.
Es sorprendente como al concepto de los blogs, forma de expresión a mitad de camino entre el arte, el periodismo y la basura, se le tratan de aplicar criterios específicos.
Del mismo modo que nadie se atrevería a decir que el mejor escritor del mundo es Ken Follet o Dan Brown – alguno lo hará – afirmar que el mejor blog es el que tiene más visitas, es una barbaridad.


Sorprende la ausencia de unos premios a los mejores blogs, basados en la calidad. Los premios que ahora mismo hay son, enmascaradamente, premios que sólo valoran el número de lectores o visitas.
Una votación abierta no es más que una llamada a los lectores de un determinado blog, para que voten en favor de los blogs que suelan leer.
En algunos casos se establece una votación preliminar para, a continuación, permitir a los “expertos” que tomen la decisión. Los expertos suelen ser, en la mayoría de los casos, personas que están detrás de blogs populares y sólo se fijarán en aquellos blogs que, previamente, la masa haya encumbrado.
Leer los típicos artículos sobre “cómo obtener más visitas”, recuerda la patética aspiración de la mayoría de los bloggers, de arrastrarse en busca de una popularidad medida a bulto. Nunca leerás un “cómo escribir mejores post”.
Más visitantes y más lectores significa más posibilidades, a priori, de obtener dinero mediante publicidad, ya sea directa (banner o Addsense), indirecta (hablar sobre un “buen” producto”) o indirectible (salir en televisión, ser jurado en un blog, cobrar de una empresa por hacerles un blog).
Así, el criterio de la supuesta calidad recuerda a la forma de comparar empresas: aquella con mayor capacidad de hacer dinero es la mejor. Lo que es lo mismo: el mejor es el que la tenga más grande.

Un comentario en «Calidad»

  1. Estoy de acuerdo. Y no tengo nada más que añadir. Bueno sí. Que los premios sirven para poco en la blogcindad.
    Aquí yo leo si quiero, si me recomiendan, y no me cuesta nada cambiar, mover, navegar. De cualquier forma, igual que con la literatura, los premios son ridículos (incluso el Nobel). Lo que ocurre es que los blogs no están hechos para la posteridad. Es un medio demasiado nuevo y sobre todo, mediocre (sin desprecio, eh, hablo de idiosincracia).

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