El asiento de autobus

1.
El autobús que tomo por las mañanas para ir al trabajo siempre se llena en la primera estación. Se ocupan todos los asientos y luego algunos pasajeros tienen que ir de pie.
Todos los asientos son dobles salvo dos parejas de asientos que tienen otros tantos enfrentados. Digamos que son para que cuatro personas puedan hablar.
Hay veces que soy de los primeros en subirme al autobús. Y un error muy común que creo sólo puede asociarse con la poca previsión es el sentarse en los asientos cuádruples. Ves el autobús entero a tu disposición, puedes sentarte donde quieras, y eliges el asiento cuádruple. En principio no está mal, porque las otras tres plazas están vacías, pero toda la gente que va en ese autobús sabe que se llenará antes de arrancar. Es decir, aunque no hay personas físicas sentadas sobre los asientos, es como si estuvieran ocupados. Y puestos a elegir, mejor tener algo de espacio para las piernas (en los asientos cuádruples hay que hacer dribbling de rodillas) y mejor no tener a alguien sentado enfrente, por guapa o guapo que sea.
Si el autobús estuviera lleno y sólo quedaran dos sitios libres, uno en los asientos cuádruples (digamos en la parte noble, no los pobres que además van de espaldas a la marcha) y cualquier otro asiento normal, el 100% de la gente se sentaría en ese asiento normal. Pero si está vacío, la gente se sienta en el cuádruple – no siempre pero sí en un porcentaje que desafía a la lógica humana.
Incluso aunque esos asientos se quedaran vacíos (en un arranque de optimismo por parte de los sentados, que pensaran que eso puede ocurrir), estas plazas no tienen ninguna ventaja sobre las otras. Ni una sola, salvo que se quieran dejar pertenencias personales en dichos asientos vacíos.
2.
Otra menos clara: la mayoría de los que vamos en el autobús al trabajo lo hacemos solos. Ante una amplia perspectiva se puede elegir ventanilla o pasillo. En este caso es complejo porque si bien el pasillo es muy molesto, al rozarte con todo el que lo cruza mientras se llena el autobús, la ventanilla también te restringe en el espacio y luego la salida se dificulta un poco. Digamos que en un autobús que sabes que estará lleno tanto ventanilla como pasillo tienen sus ventajas.
Pero hay un punto diferente: cuando te sientas en ventanilla es porque eres el primero en ocupar uno de esos asientos dobles. Si lo haces en pasillo es porque ya hay otra persona en la ventanilla. Mención aparte merece la gente que se sienta en el pasillo dejando vacío el de ventanilla: merecen la muerte.
Una cosa en la que a veces no pensamos es que si nos sentamos en la ventanilla nuestro compañero de asiento puede ser cualquiera. Es cuestión de azar la persona que se nos siente allí. Sin embargo si nos sentamos en pasillo, podemos elegir. Y ahí es donde quizás el pasillo tenga alguna ventaja, porque puedes elegir una persona que sea más o menos delgada, que no huela mal, que no vaya con muchos bártulos. Sentándote en ventanilla estás a expensas de la Ley de Murphy.
En fin, que aunque sea raro, y aunque yo no lo haga, si eres el segundo en subir al autobús, y la primera persona es una chica delgada y aparentemente aseada, la decisión óptima sería sentarse junto a ella, salvo que lo haga en uno de los infames asientos cuádruples.
Lo malo es que para la chica será una pesadilla: “todo el autobús para mi y se me ha tenido que sentar un pirado al lado, que tenía casi todo el autobús para elegir”. Y entonces esa chica el próximo día elegirá, indudablemente, uno de esos asientos cuádruples.

9 comentarios en «El asiento de autobus»

  1. Genial, eso es pensar en todo y lo demás tonterías, creo que es algo que nunca me había planteado tan seriamente. Yo si voy en autobus a la facul (por falta de tiempo) siempre está ya medio lleno, y a veces resulta más fácil coger un buen sitio de pie (apoyado contra la ventanilla) que andar haciendo levantar a esa gente que merece la muerte (que los hay en mi autobus a patadas).
    Y un alegado a favor de los asientos cuádruples, cuando vuelves de hacer deporte en un autobús vacío no hay mejor sitio que uno asiento cuádruple, que se convierte en sillón + reposa pies, mal que me pese poner los pies donde no se debe, pero hay veces que no hay otra.

  2. Pues yo soy de los que si puede, se sienta en pasillo.
    Por varias razones:
    La primera es que para mi, es más importante la libertad de espacio y la facilidad de salir.
    La segunda, en dónde yo vivo, los autobuses se empañan rápido, y me da un poco de asco pensar de dónde viene toda esa transpiración.
    Eso sí, cuando estoy sentado, siempre me pongo en el pasillo para dejar pasar a quien entre o salga del sitio de la ventanilla.

  3. Muy bueno. Se ve que esos viajes en autobús te dan tiempo para pensar en cosas importantes que debes transmitir al resto de la humanidad. ;)

  4. La verdad es que si te subes el segundo, justo detrás de una chica y aprovechas para sentarte con ella, lo normal es que te mire como si fueses un depravado a pesar de que detrás vuestro haya una cola que llenará el autobús.
    Me hace especial gracia la parte de: “merecen la muerte”, tantísimas veces me pasa esa idea por la cabeza cada vez que veo a algún capullo jodiendo la vida a los demás por no tomarse una mínima molestia. Y lo del asiento del autobús no es nada comparado con las cosas que se ven.

  5. Yo particularmente prefiero el asiento cuadruple porque aunque haya que hacer “dribbling de rodillas” al menos no las tengo clavadas en el respaldo del asiento de alante, es lo que tiene tener las piernas largas, no caben.
    Por otro lado con pasillo o ventanilla, elijo ventanilla si voy con alguien y pasillo si voy solo. Ver la cara de mi interlocutor y el paisaje pasando por detras me da sueño de una forma muy tonta.Prefiero pasillo a pesar de todo.

  6. “Si nos sentamos en el pasillo, podemos elegir”. ¿Elegir, cómo? ¿Negándole el asiento de ventanilla a quien no queramos? Joder, eso sí que son ganas de buscarse líos, sobre todo en este país que, a la mínima, la gente llega a las manos.
    ¿Es normal hacer eso? Pregunta de quien no viaja en transporte público urbano desde hace siglos.
    [Comentario zrubavel: Hombre, me refería a que ves al que está sentado en la ventanilla y eliges entre ese u otro.]

  7. Soy de México, y en lo personal prefiero el pasillo por una sola razón: generalmente nunca tomo la ruta completa del autobús, por lo que me resulta mejor el pasillo para poder salir pronto a medio camino sin causar tantas molestias, además que aquí es muy común sobre todo si la otra persona es mujer, que si le pides permiso para entrar o salir del asiento en vez de pararse (como hago yo) sólo se dan vuelta en el asiento, como si fuera sencillo entrar o salir de esa manera.
    A final de cuentas si alguien me pide acceso a la ventanilla se lo doy sin dudar sea quien sea, de la misma forma que si veo a alguien en pasillo y quiero sentarme aunque sea en ventanilla sin dudarlo le pido el acceso que para eso es mi derecho.
    Cosa aparte es esa panda de los que considero verdaderos imbéciles que ponen su mochila en el otro asiento, aunque el autobús esté lleno, por fuerza alguien tendrá que pedirle que retire su bolsa para poder sentarse, cosa que no debería ocurrir.

  8. Por lo pronto yo preferio el asiento junto a la ventana, ya que puedes mirar el paisaje y aislarte del personal a tu antojo.
    Junto al pasillo solo puedes ver hacia delante o acosar con tu mirada a los pasajaros.

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