Aunque algunos no lo recuerden, el 11 de Marzo quedará grabado en la memoria de muchos como uno de los días más trágicos de la historia española. Junto a él, hubo algunos incidentes, dimes y diretes curiosos, inusuales, raros. Destacaré algunos de ellos.
1. Estupor. Cuando algo extraño pasa dentro de cabeza y decides hacerte terrorista te sientes marginado de la sociedad, fuera de ella, enemigo, perseguido, pero en cierto modo especial. Con la masificación laboral existente, en que para cada puesto de trabajo hay cientos de demandantes, siendo terrorista has de sentirte como un privilegiado, sabedor de que realizas una labor tan bárbara como inusual.
Pero cuando te levantas por la mañana y pones el telediario, mientras planteas qué intentarás hacer antes de que el gobierno te lo desbarajuste o como conseguirás escaparte de las asechanzas que en torno se ciernen, ves que hay alguien que ha hecho lo que tú sueles hacer, y que te echan la culpa a ti. La escasa autoestima que te aporta tu profesión, por lo inusitado, te golpea como a las víctimas, te deja fuera de juego. Te sientes totalmente fuera de lugar. No sabes que hacer.
¿Qué habrá pasado por la cabeza de los miembros de ETA cuando vieron el atentado? ¿Se habrán alegrado de que alguien haga el mal por ellos o se habrán enfadado porque les pisen el terreno y les resten popularidad?