Perseo encontró a Andrómeda encadenada a una roca, lugar donde había sido dejada por sus padres Cefeo y Casiopea para ser devorada por el monstruo marino Ceto por orden de un oráculo. Perseo se enamoró de ella y decidió liberarla, por lo que tras pedir su mano a Cefeo y Casiopea mató al monstruo con su espada o, según otras versiones, petrificando una parte del monstruo al mostrarle la cabeza de Medusa.
Teseo entró en el laberinto hasta encontrarse con el Minotauro, al que dio muerte a puñetazos. A continuación recogió el hilo y así pudo salir del laberinto e inmediatamente, acompañado por el resto de atenienses y por Ariadna, embarcó de vuelta a Atenas, tras hundir los barcos cretenses para impedir una posible persecución.
La definición de héroe, según el Diccionario, es:
héroe.
(Del lat. heros, -ōis, y este del gr. ἥρως).
1. m. Varón ilustre y famoso por sus hazañas o virtudes.
2. m. Hombre que lleva a cabo una acción heroica.
3. m. Personaje principal de un poema o relato en que se representa una acción, y especialmente del épico.
4. m. Personaje de carácter elevado en la epopeya.
5. m. En la mitología antigua, el nacido de un dios o una diosa y de una persona humana, por lo cual le reputaban más que hombre y menos que dios; como Hércules, Aquiles, Eneas, etc.
Desde luego, aquello de matar seres mitológicos está complicado en los tiempos que corren en que hasta los inofensivos linces corren riesgo de extinción. Pero se puede esperar que un héroe haya realizado alguna hazaña, al menos una.
Sin embargo los tiempos han cambiado mucho. Los héroes modernos los inventan los medios de comunicación. Deciden engrandecer o desacreditar las acciones de una persona, a veces un tanto arbitrariamente, creando los héroes y villanos de los tiempos modernos, que nada tienen que ver con estas definiciones del diccionario.
Un héroe moderno sería el pocero bueno, del que ya hemos hablado. Sin embargo uno de los mayores héroes de la actualidad en España, de forma menos justificada, es Jesús Neira.
Expliquemos esta historia para los lectores de América que seguramente no la conocerán: Una pareja se encuentra en la recepción de un hotel. La mujer habla por teléfono y el hombre la insta de muy malos modos a que deje de hablar por teléfono, hasta le intenta quitar el teléfono. Luego la saca tirando de ella del hotel, hacia la calle. Todo esto sucede ante muchos miembros del personal de hotel, sin que nadie diga nada. El hombre sale a la calle mientras la mujer retrocede, alejándose de él.
Justo en ese momento, recién salidos del hotel, se encuentran con Jesús Neira, quien venía con su hijo. De lo anterior, hay imágenes grabadas por la cámara de seguridad del hotel. Todo ocurre muy rápido, en segundos Neira tuvo que decirle algo al agresor y este responderle de tan mala manera que Jesús Neira entra en la recepción del hotel y a renglón seguido entra el violento agresor que de un empujón lo tira al suelo.
Jesús Neira se da un fuerte golpe en la cabeza mientras que el maltratador le da dos puñetazos, ya estando él en el suelo. Lo deja allí tirado y se marcha.
Poco después Jesús Neira acaba ingresado por las lesiones recibidas y su vida corre peligro durante varias semanas. Tendrá secuelas causadas por la larga hospitalización en cuidados intensivos.
Mientras él se debatía entre la vida y la muerte, los medios de comunicación lo convertían en un héroe. Su defensa de un caso claro de maltrato, violencia de género o violencia machista lo ponen en el punto de mira ante una de las cruzadas de la actualidad.
¿Por qué es Jesús Neira el héroe? En mi opinión, porque se han dado las siguientes circunstancias, por orden de importancia:
- La agresión se grabó en video por las cámaras de seguridad del hotel. Y ese video, se filtró a las televisiones.
- Jesús Neira era profesor universitario. Al estilo alemán, se le menciona en las noticias todo el tiempo como profesor Neira.
- Todos se prestaron al circo: La agredida se puso de parte del agresor, que al fin y al cabo es su novio, y no tuvo reparos en responder (dinero mediante) todo lo que los periodistas quisieron preguntarle. La familia de Jesús Neira y él mismo se prestaron a defender a capa y espada la causa de la lucha contra el maltrato.
Como antes decía, los héroes los crean los medios de comunicación. Y lo hacen porque vende, porque es bonito hablar de gente que se ha comportado mejor de lo que se espera de ellas. No todo son guerras.
Para que los medios hablen, tienen que tener de qué hablar. En este caso todos han colaborado: la mujer maltratada, apoyando a su brutal novio y sacando tajada del suceso, ha representado el papel de villano. En el papel bueno, todos los demás. Hablando para los medios, con declaraciones pomposas. “Lo haría de nuevo”.
¿Qué haría de nuevo?
Si se observa el famoso video, el video que creó la leyenda de este nuevo héroe, todo sucede en pocos segundos. No llegarán a veinte segundos. El héroe tuvo que decir algo, apenas una frase, recibir respuesta del matón de barrio y responder de nuevo. Y fue entonces cuando se produce la agresión.
Todo ocurre tan rápido que si somos fríos, aunque parezca que en estos casos no se debe, podemos resumir la actuación de este heroico contemporáneo en decirle un par de cosas a un hijo de puta. Si le quitamos el circo posterior, no hizo más que eso.
Sucesos más valientes que éste ocurren a diario. Algunos saltan de la dialéctica a la lucha física aún sabiéndose potenciales perdedores. El héroe televisivo no: todo pasó demasiado rápido, no tuvo tiempo ni de enterarse de lo que estaba ocurriendo.
Y no, no repruebo la acción del profesor Neira. Me parece muy bien lo que hizo. Pero de ahí, a héroe, a estar en la misma categoría de la Wikipedia que Teseo o Perseo, hay un salto demasiado grande que no estoy dispuesto a aceptar.
Ante la violencia de género (o machista, como quieran llamarla) me pareció mucho mejor y más heroica la actuación que cuentan en esta noticia.
Los ingredientes son los mismos: un agresor sobre su pareja y un hombre que interviene. Esta vez interrumpe las patadas que éste le daba a su pareja, inmovilizándolo. Luego vienen en su ayuda unos amigos del matón y el defensor se torna en víctima.
Aquí el héroe, quizás demasiada palabra para el gesto pero indudablemente más acertada que en el otro caso, se enfrentó al violento tras mesurar la situación, pasando al ring a las bravas. Luego también fue vapuleado, aunque sin llevarse un golpe en la cabeza.
Lo mejor de todo es cómo se valora su actuación: para tratar de valorarla se la compara a la del profesor Neira: “podía haberme pasado lo que a él” o sea, ayudar sin ayudar, ir a ayudar y acabar necesitando ayuda.
El gesto noble era el ayudar a la mujer golpeada. Hacerlo sabiendo que va a haber una lucha física es un punto a favor. Recibir un golpe mal dado que casi te mata no es ningún punto a favor y no convierte el hecho en más noble, sólo en más desafortunado.
El personaje de este segundo suceso se convierte en anónimo (un simple José María, sin apellidos, noticia secundaria y de un sólo día) mientras que al otro incluso le dan un cargo de presidente en una de esas asociaciones que tienen mucho nombre y dudosa utilidad.
Si lo pensamos, es como si Ariadna hubiera tenido que entrar en el laberinto para recoger a Teseo, herido por el Minotauro. O si se premiara a una de las anónimas víctimas que se sacrificaban anualmente ante el monstruo.
El héroe tiene que vencer, aunque muera. Es la única regla para ser un héroe.