También tendemos a pensar que los mendigos no tienen gustos. Nos sentimos ofendidos cuando un mendigo rechaza comida, sin embargo hay también que entender que es posible que haya comido justo un rato antes, o que lo que le estamos ofreciendo, simplemente, no lo guste.
Creemos que los mendigos necesitan compañía, alguien con quien hablar. También en esto hay grados. A los mendigos se les acercan todo tipo de personas que sí que necesitan de alguien que les de conversación. Y los utilizan como si fueran una especie de comodín. Las abuelas les preguntan por su estado de salud, los locos se les acercan a contarles su paranoia. Otros mendigos se les acercan, algunos con intenciones poco sanas.
Como personas normales que son tienen momentos en que no les apetece hablar, ratos en que les gustaría estar solos. Entiendo como muy normal el que deseen huir de la metaconversación: la mendicidad, su estado de desamparo o qué les ha llevado a esa situación. Un lunes es un buen día para hablar de fútbol con ellos; el alto el fuego de ETA también es actualidad para ellos.
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Un comentario en «Más sobre los mendigos»
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bueno quiero comensar dandoles un gran saludo y q si porfavor me pueden ayudar mandandome mas informacion sobre los mendigos ya q tengo q hacer una monografia sobre ellos y me falta la historia les agardeseria se me pudieran ayudar gracias attjose luis zambrano