El Gobierno estudia la posibilidad de que el transporte urbano sea gratuito para los jóvenes y los ancianos.
Por supuesto, muchos lo consideran una medida maravillosa. Pagar menos o incluso no pagar es deseable. No me extenderé al respecto; es de cajón que el dinero no sale de la nada, usualmente lo hace de los bolsillos de la clase media. Una interesante discusión sobre ello en Meneame – de donde tomé la noticia.
Curioso resulta pensar en cómo la mayoría de las medidas que prometen los políticos, como esta, tan populistas, no suelen poder llevarse a cabo. Entre otras cosas, porque son perjudiciales para la sociedad en general. Un transporte gratuito beneficiará a unos pocos, pero derivará en el descontento de los que siguen teniendo que pagar, o en aquellos que soportaran sobre sus espaldas nuevos impuestos indirectos.
La medida de hacer gratuito el transporte se ofrece como una sugerencia para fomentar el uso del transporte público y así disminuir la contaminación y el tráfico de las ciudades. No deja de ser ridículo que a aquellos que casi sólo pueden usar el transporte público – por no poder acceder a un coche o no tener vista y reflejos para conducirlo – se les ayuda a que lo hagan. Con eso quizás les hagamos la vida más cómoda, pero no estamos ayudando al medio ambiente.
Una medida interesante sería dar la vuelta a la tortilla. Hacer precisamente gratuito el transporte a aquellos que pueden elegir otro medio. Digamos que todo el que tenga un coche – del que esté al tanto de seguros y multas – tiene acceso al transporte público gratuito. Esta persona tendría un refuerzo para dejar su coche en casa y dejar que el que contamine sea el humo de todos.
Así, pensándolo bien, casi cualquier medida populista admite una vuelta que, redundaría en el beneficio de todos, aunque tendría una apariencia horrible.
Un gobierno que prometiera recortes en las pensiones estaría ayudando a aumentar la estabilidad del sistema de Seguridad Social. Disminuiría la presión sobre los trabajadores en activo. Fomentaría el uso de medidas de ahorro privadas. Activaría la economía. Y, al fin y al cabo, es cuestión de tiempo el tener que meter la tijera, y mucho.
La Sanidad 100% gratuita fomenta que los abuelos se pasen el día en el médico para tener con quién hablar. Un político que se atreviera a cobrar un euro por consulta, eliminaría muchas de esas visitas innecesarias y mejoraría el funcionamiento del sistema sanitario.
Antes me enfadaba porque los políticos no cumplían lo que prometían. Ahora, en muchos casos, incluso me alegro.
2 comentarios en «Medidas populistas»
Los comentarios están cerrados.
Estoy de acuerdo en cuanto a lo de limitar las visitas de los ancianos a los medicos. Cuando he ido al medico, afortunadamente pocas veces, el 95% eran personas mayores. Estoy seguro que la mayoría de ellos ya saben que es lo que les pasa.
Se podría incluso dedicar a varios medicos por centro de salud para atender estas personas. Y tener otros medicos para personas menos mayores.
Si a los niños les atienden los pediatras a los ancianos podrian atenderles los…geriatras o viejatras :P
no estoy descuerdo son unos bocudos