Con mi reciente entrada en el mundo de Gmail pensé que, por una vez, iba a poder acceder a una dirección de correo fácil de recordar. Nada de Maria333@gmail.com o ma-ri_a3@gmail.com. Lo que no había pensado es que eso se podía volver en mi contra. Quien tenga la cuenta maria@gmail.com recibirá miles de correos diarios. Gente que se da de alta en sitios con direcciones imaginarias, spammers que van sobre seguro, degenerados que intentan incluirte entre los contactos de Messenger. La lista de inconvenientes por tener una cuenta de mail fácil de recordar supera, con mucho, a las ventajas.
Una situación parecida ocurre con el aparcamiento en Madrid. Hay gente que llega 40 minutos antes al trabajo con tal de encontrar aparcamiento. Frecuentemente, cuando salen, se encuentran con que hay un coche en doble fila que le cierra el paso y, hay veces, en que tiene que esperar a que ese conductor termine en su trabajo. La bronca no te evita volver a tener que esperar y el pensar si el aparcar correctamente es realmente una ventaja.