Sé que me repito criticando el mundillo de la bolsa, pero es que me parece que aunque aparenta ser muy técnico y científico, es más informal que las noticias del corazón.
Leía un artículo de un tipo que estaba escribiendo sobre las acciones de Google. Va y dice:
Hace dos años y medio, escribí sobre Google (GOOG) y Apple (AAPL) como dos de las acciones a comprar más obvias que existían. En este momento tengo que decir que antes compraría acciones de Google que de Amazon (AMZN), Apple o Baidu (BIDU).
El autor en cuestión recomendó comprar acciones de Google en el momento en que se encontraban en el punto señalado (octubre de 2008). Con las acciones a 340$, su comentario de entonces fue:
[Apple y Google] están ridículamente baratas, tienen una capacidad de recuperación impresionante, que viene del reconocimiento de su marca y del rango de precios de las últimas 52 semanas, que ofrece unas perspectivas de rebote con un potencial extraordinario.
Google ha sido mi buscador favorito desde que puedo recordar. La siguiente parada: en los 500$. Y probablemente antes de final de año. Y eso siendo conservador.
Todos nos podemos equivocar, pero que el autor de esa nota saque pecho ahora con lo que entonces dijo, sin ningún rubor, es extraordinario.
Entonces las acciones estaban a unos 340$. Habían caído en picado y está claro que en algún momento se recuperarían. Pero no, no fue antes de final de año, porque entonces valían menos que cuando el periodista hizo su recomendación. Su predicción se cumpliría un año después, en que Google llegaría a los 500$.
Ahora bien, si un lector de cartas te dice que vas a conocer a la mujer de tu vida antes de dos meses. Y luego resulta que la conoces un año después. ¿Qué credibilidad tiene ese adivino? En bolsa se dice, se deja dicho por escrito. Y luego te vanaglorias de haber acertado algo que no dijiste.
Pero lo que quería recalcar es la coletilla legal que tienen muchos artículos de bolsa escritos en Estados Unidos. Este individuo en particular firma:
Advertencia: No tengo acciones de ninguna de las acciones mencionadas y no tengo planes de comprar ninguna de ellas en los próximos tres días.
Así que tiene un artículo lleno de artículos grandilocuentes con expresiones como “una absoluta ganga”, “está regalada” pero ¿No crees lo que predicas? Porque yo lo tengo claro, si yo veo una ganga, pido un préstamo en el banco para comprar acciones. Porque voy a ganar mucho más que escribiendo artículos.
No me inspira ninguna confianza el que propone que compre una determinada acción que él ni tiene ni piensa comprar.
Poco después de leer este artículo me llega al trabajo un fax de spam. Los faxes de spam son para escribir un artículo bien extenso y entretenido. El fax hablaba de que comprara acciones de una determinada acción, pues tenía un potencial de revaloración del 200%. Los típicos titulares grandilocuentes y grotescos que hacen de estas lecturas un placer prohibido.
Aunque no hay que hacer caso de estos avisos, que normalmente lo que pretenden es que compres acciones de una empresa quebrada, lo cierto es que da que pensar. Al menos el que envía el spam, o el que contrata al emisario, lo suele hacer porque tiene acciones de esa penosa empresa y sí que querría encontrar a un primo como tú que le alivie de la carga. Este caso es totalmente el opuesto a estos periodistas. Ellos te proponen que compres una acción con enormes potenciales, pero aviso: yo estoy hasta las trancas con acciones, me creo (o en estos casos me creí) lo que te estoy contando. Y mi dinero va en ello.
Son dos formas de desinformación, pero es triste que casi inspire más confianza un mensaje de spam que el artículo de una revista de bolsa. Porque no inspira ninguna confianza el que recomienda comprar lo que él no compra.
Advertencia: Tengo acciones de Google e intenciones de comprar algunas. Pero con estas recomendaciones del diablo, menos firmes que antes.
Apostaría a que la firma del autor del artículo tiene más que ver con la SEC que con que se crea o no sus recomendaciones: si no las tiene, ni las va a comprar en tres días, no se le podrá acusar de manipular el mercado. En España ocurre algo parecido con la CNMV.
Por lo demás, estoy de acuerdo contigo; el análisis técnico (el de gráficos) que es el que conozco un poco, y el que creo que está más extendido, tiene de científico lo mismo que la homeopatía.
Está claro, los que pegan pelotazos en la bolsa es porque disponen de información privilegiada, los simples mortales jamás se harán ricos invirtiendo en ella como nos quieren hacer creer.
Esos artículos son mera palabrería, unos mejor adornados que otros pero en el fondo no tienen credibilidad.
cada vez tengo más claro que las finanzas son menos números y más psicología.
Yo que vivo de esto te puedo decir que Google va a llegar a los 570, pero con un mercado tan acojonado podría ser a mediados de julio o mucho mas tarde. También te puedo decir que dudo de la rentabilidad a largo de valores como Google o Apple -si se entra ahora, y advierto de que son valores complicadísimos-
Respecto al análisis técnico, científico no es, pero complicado un rato. El análisis gráfico es solo la parte mas importante de este, y predice bastante bien las tendencias si llevas experiencia con el.
El problema es básicamente que el mercado se ve afectado por el sentimiento de este (pura psicologia) y los indicadores macroeconómicos (muchas veces psicología igual).
Puede parecer una puta locura, y lo es, pero cuando llevas tiempo dedicándote a ello no resulta tan aberrante.
Respecto a hacerse rico, si esperas hacerlo con simples acciones llegas varios años tarde, hoy en día eso es imposible.
Un saludo!
PD: desde luego lo mejor para hacer dinero con esto es información privilegiada, pero…