Casi todos estamos acostumbrados al spam. El correo basura es, hoy por hoy, más del 75% del tráfico de e-mails. Poco a poco comienzan a surgir herramientas eficaces que lo combaten bastante bien.
Sin embargo, una lucha más dramática pero menos conocida, es la del “spam por fax” o faxes basura ( junk fax en inglés ).
Cualquiera que haya puesto alguna vez un fax desde el trabajo se habrá fijado en la cantidad de publicidad que llega a las empresas. Lo que en España es una molestia, en Estados Unidos es algo casi insoportable.
Al no haber una legislación clara al respecto, los usuarios se encuentran con que el spam del fax agota los folios para impresión, y gasta la mayoría de la tinta – la tinta de las impresoras y faxes es bien cara.
Si eres un autónomo y tienes tu empresa en casa, que el fax pueda sonar en mitad de la noche varias veces es una gran molestia. En cualquier caso, el tiempo que se está usando la línea para recibir correo basura es tiempo en que no puede aprovecharse para usar faxes útiles.
Gracias a del.icio.us localicé este interesante link.
En él, un periódico había solicitado a sus usuarios que contaran las estrategias eficaces que habían descubierto para luchar contra los fax basura.
Como siempre, seguir el camino legal, de denuncia a la Federal Communications Commission ( FCC ), que es la encargada de gestionar este tipo de reclamaciones, era una posibilidad que, a algunos usuarios, le había sido de gran ayuda.
En la página http://www.junkfax.org explican los pasos más eficaces a seguir por el camino de la ley.
Otros usuarios sugerían las vías tecnológicas. Por un lado, enviar los faxes, mediante un fax-modem, al ordenador. Así, los faxes recibidos pueden tratarse como e-mails y sólo imprimir aquellos que se deseen. Asimismo, pueden fitrarse remitentes del mismo modo que se hace con el spam.
También existen máquinas específicas para luchar contra los faxes basura. Estas máquinas, o servicios telefónicos, tratan de discriminar si el que envía el fax es una máquina o una persona, ya sea solicitándole introducir un código o exigiéndole una identificación. Estos métodos son muy eficaces.
Personalmente, los métodos que más me han llamado la atención son los manuales. Son los más ingeniosos y por ello los más recomendables.
Una persona grabó al principio del mensaje del contestador del fax el sonido que emite el teléfono cuando llamas a un número que no existe. Cuando los robots le llamaban procesaban ese sonido como un código de error de un ordenador y, no solo no le enviaban el mensaje, sino que le borraban de la lista de direcciones.
La solución más ingeniosa es la empleada por una chica. Cada vez que recibía un mensaje, pulsaba la tecla de “responder”, y les enviaba una hoja que tenía preparada. La hoja era completamente negra y además estaba plegada sobre sí misma, formando un bucle. Así, cuando el fax spammer recibía el mensaje constantemente imprimía folios negros, hasta que una persona al otro lado se diera cuenta y detuviera la comunicación. Este sistema castiga a los spammers con su propia arma: acaban gastando mucho dinero en tinta y en papel. Ni qué decir tiene que la chica nunca volvió a recibir dos faxes de la misma empresa.
En España hay empresas que se dedican al mailing de faxes. Ni que decir tiene que estas empresas están al borde de la legalidad:
Clarimarket
Publidifusion
Busfax
Muchos de estos métodos en España no funcionarán.
Todos los faxes que yo recibo son enviados desde número oculto, por lo que no puedo bloquear los números llamantes, ni devolverles la llamada con una cinta sin fin, etc… además no puedo bloquear los números ocultos, porque recibo muchos fax del extranjero y salen como número oculto.
Aquí creo que lo más efectivo es solicitar la exclusión de tu fax de su base de datos y si no lo hacen acudir a la Agencia de Protección de Datos.
Nosotros les devolvíamos desde el ordenar un archivo ASCII con muchos saltos de líneas, obligándoles a sacar muchas hojas de papel con cunas cuantas líneas de “caracteres raros” en cada una de ellas. El archivo se enviaba en unos segundos, pero a ellos se les quedaba imprimiéndose durante varios minutos. Me gusta mucho la solución del papel contínuo en negro. El problema en España era que cuando el fax era tecnología punta, no existían las tarifas planas. Nuestra solución mandaba la respuesta-spam en menos de un minuto.
Actualmente ya casi no se usa el fax, y lo tenemos desconectado. Si algún cliente necesita enviarnos un fax, nos lo dice y se lo conectamos.