Idiomas flexibles I

Dice la Wikipedia que un Pangrama, o frase holoalfabética es un texto que usa cada una de las letras del alfabeto. Los pangramas apenas si tienen interés puramente desde el punto de vista teórico, aunque también se usan como ejemplo para mostrar tipografías. En los programas de Microsoft Office se emplea como ejemplo para el castellano la absurda frase de:

El veloz murciélago hindú comía feliz cardillo y kiwi. La cigüeña tocaba el saxofón detrás del palenque de paja.

Este ejemplo tiene la ventaja de incluir no sólo las 27 letras del alfabeto sino que también aparecen todos los firuletes (todas las tildes posibles y la diéresis).
El ejemplo que se usa para probar las letras en inglés es la frase:

The quick brown fox jumps over the lazy dog

Para escribir un pangrama en castellano nos encontramos con el problema de que determinadas letras son muy infrecuentes, de ahí que aún buscando el texto más inverosímil que podamos imaginar, son necesarias muchas palabras para incluir todas las letras. Si nos olvidamos de los acentos y diéresis, uno de los pangramas más cortos que existen es:

Queda gazpacho, fibra, látex, jamón, kiwi y viñas.

Aún así, tiene 38 letras, repitiendose por tanto 11 letras.

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Palabras cortas

Una pregunta constante sobre Alemania es porqué un país que ha dado a músicos de la talla de Beethoven, Mahler, Brahms, Wagner, Bach o Hindemith no ha sido capaz de ocupar un lugar preeminente en la música pop y rock.
El idioma alemán tiene entre sus cualidades el que sus palabras tienden a ser excesivamente largas, algo que causa problemas en las letras de las canciones. Sin embargo, el alemán es el idioma perfecto para la filosofía que requiere de palabras con mucho contenido semántico.
De la Crítica de la Razón Pura, de Inmanuel Kant:

Sofern nun die Sinnlichkeit Vorstellungen a priori enthalten sollte, welche die Bedingungen ausmachen, unter der uns Gegenstände gegeben werden, so würde sie zur Transzendental-Philosophie gehören. Die transzendentale Sinnenlehre würde zum ersten Teile der Elementarwissenschaft gehören müssen, weil die Bedingungen, worunter allein die Gegenstände der menschlichen Erkenntnis gegeben werden, denjenigen vorgehen, unter welchen selbige gedacht werden.

Por el contrario, se dice que el inglés es el idioma perfecto para la música ligera. No se suele mencionar lo suficiente la que quizás sea su mayor ventaja sobre otras lenguas: sus palabras son muy cortas.
En la canción de Gary Jules Mad World la palabra más larga que se emplea tiene tan sólo diez letras. Si en el anterior texto de Kant la palabra promedio tenía ocho letras, en esta canción el promedio es de tan solo cuatro letras:

All around me are familiar faces


Worn out places, worn out faces


Bright and early for their daily races


Going nowhere, going nowhere


Their tears are filling up their glasses


No expression, no expression


Hide my head I want to drown my sorrow


No tomorrow, no tomorrow

And I find it kinda funny


I find it kinda sad


The dreams in which I´m dying


Are the best I´ve ever had


I find it hard to tell you


I find it hard to take


When people run in circles


It´s a very, very mad world mad world

Children waiting for the day they feel good


Happy Birthday, Happy Birthday


Made to feel the way that every child should


Sit and listen, sit and listen


Went to school and I was very nervous


No one knew me, no one knew me


Hello teacher tell me what´s my lesson


Look right through me, look right through me

And I find it kinda funny


I find it kinda sad


The dreams in which I´m dying


Are the best I´ve ever had


I find it hard to tell you


I find it hard to take


When people run in circles


It´s a very, very mad world … world


Enlarging your world


Mad world

Aquí viene un video para demostrar por qué esta canción no funcionaría en ningún otro lenguaje del mundo:

Palabras inexistentes

Lo que demuestra que los rumíes son el pueblo más avaro que existe es que la generosidad no tiene en su idioma una palabra que la designe.

Al-Yahiz, Libro de los avaros.

I

Muchas confusiones se han producido a lo largo de la historia causadas por el insuficiente conocimiento del idioma de otros países. Seguramente el autor de la anterior frase preguntó a un rumí cómo se decía generosidad en su idioma y ante la ineficaz formulación de la pregunta, o el inadecuado conocimiento de su propia lengua, la pregunta quedó sin una contestación correcta.
Es de actualidad el caso de un médico y unas enfermeras que han sido condenados a muerte en Libia por contagiar el SIDA a cientos de niños, según parece, la condena es totalmente injusta.

Montagnier cree que los errores del juicio se basaron, al menos en parte, en la mala traducción del inglés al árabe del término recombinant: en vez de referirse a la recombinación natural de virus salvajes, que era la traducción real, fue interpretado como una manipulación genética intencionada.

II

De entre todas estas confusiones, que habrá muchas de ellas, la más famosa es la de la nieve de los Inuit y los esquimales. Según la leyenda, pues no es más que eso, los esquimales tienen decenas de palabras para designar a la nieve.
El enredo comenzó con la publicación del libro The Handbook of North American Indians, del antropólogo Franz Boas, en que hacía notar que los esquimales tenían cuatro términos distintos para la nieve: aput (nieve sobre el suelo), gana (nieve mientras cae del cielo), piqsirpoq (nieve en movimiento), y qimuqsuq (nieve arrastrada por el viento).
Edward Sapir y Benjamin Whorf defendían la hipótesis de que el lenguaje que hablamos es un reflejo de nuestra forma de ver el mundo. En un artículo bastante popular de 1940 sobre el relativismo del lenguaje, Whorf indicó que el idioma de los esquimales tiene hasta siete palabras diferentes para la nieve. Los escritores posteriores fueron inflando la cifra. Ya en 1978 la cifra que se daba giraba en torno a las 50 palabras para la nieve. The New York Times, el 9 de febrero de 1984 se atrevió a decir que eran 100 palabras en uno de sus editoriales.

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Palabras maravillosas

Ilunga: Según el idioma Tshiluba, significa “Una persona preparada para perdonar un abuso la primera vez, tolerarlo una segunda vez, pero no hacerlo en una tercera ocasión”.
(Cacareada por todas partes como la palabra “más difícil de traducir del mundo“, aunque luego se demostrara que era un gran error y esa palabra en realidad no parece existir).
Con tan ilustre precedente, y con todas las cautelas posibles, he aquí una lista de palabras sorprendentes de todo el mundo. Tienen en común el expresar un concepto complejo que, en la mayoría de los idiomas comunes requiere de una frase completa.
Gran parte de estos términos se han tomado del ingeniosísimo libro de Adam Jacot de Boinod The meaning of Tingo, libro al que llegué a través del mundo real de las librerías. El autor es una de esas personas enfermas que ha leído varios diccionarios de idiomas más o menos extraños, lo que le ha permitido entresacar una amplia lista de palabras sorprendentes.
En las críticas de Amazon los lectores argumentan que las palabras que han encontrado en sus idiomas de origen a veces tienen muchas incorrecciones. Personalmente puedo indicar que el autor dice algo asín como que “en español, es común el término cebolla para referirse a la cabeza”. Luego puede que algunas de estas palabras no sean del todo precisas o tal vez totalmente incorrectas.
Esta es una selección de su libro y de otras fuentes, que iré citando:
nakhur del idioma persa. Un camello que no dará leche salvo que se le cosquillee encima del labio superior.
areodjarekput del Inuit. Intercambiar esposas sólo durante unos pocos días.
cigerci del turco. Vendedor de pulmones e hígados.
seigneur-terrasse del francés. Persona que pasa mucho tiempo en un bar pero gastando poco dinero
Torschlusspanik del alemán. Miedo a perder oportunidades a medida que se va envejeciendo (a menudo se aplica al miedo de las mujeres a que se les pase la edad de poder tener hijos).
pana po’o del hawaiano. Rascarse la cabeza para intentar recordar algo.
Schadenfreude del alemán. El malvado sentimiento de placer al ver a alguien – que no nos gusta – caer en desgracia.
Ohrwurm del alemán. Música que se te mete en la cabeza en contra de tu voluntad y que no te la puedes quitar de encima. (literalmente gusano de la oreja).
Tingo del idioma de la Isla de Pascua. Ir tomando prestadas las cosas de casa de un amigo, una por una, hasta que no queda nada más.
El idioma albanés tiene 27 palabras para diferentes tipos de bigote.
El arcoiris tiene siete colores, pero en el idioma Shona de Zimbabwe sólo tiene cuatro y en el Basa de Liberia sólo existen las palabras “ziza” (para el rojo, naranja y amarillo) y “hui” (para el verde, azul y violeta).
neko-neko de Indonesia. El que tiene una idea creativa que sólo hace que las cosas se pongan peor.
skeinkjari de las Islas Feroe. El hombre que va entre los invitados a una boda, ofreciéndoles bebidas alcohólicas.
koro del japonés. El miedo histérico a que el propio pene se esté hundiendo – y desapareciendo – dentro del cuerpo.

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Deus ex machina

Deus ex machina: Dios por medio de la máquina.

I

En el teatro clásico griego – teatro de una calidad muy elevada aún con los estándares actuales – los efectos especiales aún eran muy limitados. Sin embargo nunca faltaba el Deus ex machina; una especie de grúa, más o menos encubierta, que permitía colocar en la escena a un personaje bajado de los cielos, un Dios por medio de la máquina.
El recurso fue copiado y progresivamente mejorado pero permaneció en el teatro durante varios siglos. Sin embargo, el gusto por el concepto que tras de sí encierra ha ido desapareciendo.
Las historias griegas podían ser todo lo barrocas que al autor quisiera. Los personajes podían enfrentarse a situaciones más y más difíciles de resolver, para que, en el último momento, la llegada de un Dios resolviera todo el entuerto. Imaginad al protagonista atado de pies y manos, rodeado de enemigos y después de haber ingerido un veneno mortal. Ya parece que nada puede salvarlo, pero el chirriar de la grúa nos devuelve la esperanza: esta vez es Zeus el que aparece en escena; el héroe podrá respirar tranquilo.
Hoy en día el concepto de Deus ex machina en sí mismo se refiere no tanto a la grúa del teatro griego ni a la aparición de un Dios en una historia, sino a un recurso narrativo un tanto fuera de tono que permite salvar a los personajes del que sería un destino irrevocable según los principios de la lógica. Ese recurso podría ser la presencia de un Dios, pero también el manido efecto de que todo lo que se lleva viendo “no era más que un sueño”. No tan claros pero en la misma línea están los recursos de encerrar al Equipo A en un taller – mientras se piensa en la forma de matarlos – o a MacGyver en una droguería con la misma intención.
Cualquier narrador de tercera categoría sabe que este recurso es una fácil solución a la falta de talento literario. En lugar de plantear una historia como un todo el autor puede plantear interesantes maneras de complicar la trama, que mantienen al lector o al espectador atentos en todo momento en la espera de encontrar el ingenioso método que permitirá salvar al héroe del tremendo barullo en que se encuentra. Y es entonces cuando el autor nos decepciona por completo con un truco de medio pelo; Efectos sobrenaturales, presencia de dioses, ángeles o demonios, existencia de contraseñas, puertas falsas o simplemente coincidencias que nadie podría acabar de creerse.
La serie americana Perdidos – y prácticamente cualquier serie de televisión actual – nos muestra una curiosa forma de Deus ex machina más propia del siglo XXI: ante la necesidad de atraer a la audiencia a toda costa, los autores se permiten la licencia de crear hilos muy complejos que crean una gran tensión en el telespectador. El propio éxito de esas tramas provoca que se vayan alargando y complicando, en la necesidad de prolongar la serie tanto como sea posible. El recurso final deberá ser un Deus ex machina, tan poco artificial como los ingeniosos guionistas consigan hacerlo, pero no dejará de ser un final forzado, algo con lo que no se contaba al principio de la narración.
Los nuevos tiempos han provocado un embrutecimiento en los espectadores. En los tiempos de los griegos, la trama compleja resultaba entretenida y placentera, pero en el momento del descenso de los dioses, cuando éstos ponían orden en la historia, el auditorio se extasiaba de alegría ante la solución mágica y providencial. Hoy en día nos comemos las uñas ante el sufrimiento de los protagonistas, queremos que se les ponga a prueba una y mil veces. Pero para nosotros el final es el triste precio a pagar por conseguir una trama muy emocionante. Los recursos se repiten una y otra vez: el malo que se hizo pasar por bueno, el bueno que se hizo pasar por malo, el malo que se hizo pasar por bueno que se hizo pasar por malo…Los finales de las historias nos suelen repugnar, la mezcolanza entre lo previsible, lo imprevisible-previsible y la necesidad del autor de hacer un final imprevisible – cueste lo que cueste.

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Click fraud

La definición de Click Fraud – click fraudulento – es cuanto menos cuestionable.
Las páginas web se financian o ganan algunos céntimos mediante la inserción de publicidad “contextual” (normalmente no tiene nada que ver, la verdad sea dicha). Estos anuncios los sirven empresas como Google y cuando un usuario – un pringado – pincha en ellos, una parte de dinero va a parar al bolsillo del dueño de la página y otra al de Google. El que paga es el anunciante.
El problema está en que conociendo cómo funciona el sistema, cualquiera puede tratar de aprovecharse. Pinchar en un anuncio sin ánimo de comprar lo que allí se anuncia, eso es hacer click fraud. Lo cual no deja de ser increíble como definición. Es como si, cada vez que entras en una tienda sin ánimo de comprar (porque quieres ver lo que vale un producto, porque la cajera está muy buena, porque quieres robar algo, porque quieres ir al baño, porque quieres saludar a tu cuñada que trabaja allí ), estuvieras haciendo un fraude comercial.
Las empresas se anuncian comprando palabras. Si uno tiene una tienda virtual de productos congelados, puede comprarle a Google alguna de las palabras siguientes: descongelar, calamares, croquetas, cocretas, rebozado, cocina rápida, etc. Mediante una secuencia establecida por Google, cuando detecte una página que tiene textos sobre algunas de esas palabras, si encarta, decidirá publicar un anuncio de dicha empresa de productos congelados.
Pero el click fraud es algo generalizado. Al dueño de la tienda le molesta tener que pagarle un euro a Google cada vez que alguien pincha en sus anuncios si sabe que mucha de la gente – o robots – que han pinchado en su publicidad no lo han hecho con ningún ánimo de comprar. En este caso el empresario puede reclamar una rebaja a Google, que consciente del problema, suele dar su brazo a torcer, aunque en otras no es tan sencillo y las empresas van por las malas, terminando su problema en los tribunales.
El click fraud es una espada de doble filo, a Google, Yahoo y otras muchas compañías que viven de eso le viene estupendamente que la gente pinche en sus anuncios, quiera o no comprar. Pero le perjudica enormemente que la imagen del enlace patrocinado como forma eficaz de hacer publicidad se deteriore. Las empresas que se anuncian se dan cuenta de que en parte a Google le da igual arreglar el problema, o no va a poner todos los medios que debería. Por eso se ha creado un mercado de empresas que se encargan de auditar los clicks que reciben las empresas en sus anuncios para dar cifras independientes a las de Google y el resto de empresas de publicidad. Estas empresas dan informes que pueden resultar muy útiles para reclamar a Google o ante los tribunales.
Lo curioso es que las propias empresas de auditoría de clicks se anuncian mediante el sistema de compra de palabras de Google. Así, si buscas en Google click fraud vas a encontrar un montón de empresas que han pagado por esas palabras para que las empresas puedan contactar con ellas.
Para más inri, en Junio del 2005, Click Defense, una de estas compañías de auditoría de Click Fraud, denunció a Google porque se había producido Click Fraud en los anuncios que ellos habían pagado para las palabras Click Fraud.
Referencias: Wired, Cómo el Click Fraud puede hundir internet.

Internet

internet.

1. amb. Inform. Red informática mundial, descentralizada, formada por la conexión directa entre computadoras u ordenadores mediante un protocolo especial de comunicación.
ORTOGR. Escr. t. con may. inicial.

En un alarde de modernidad, la Real Academia de la Lengua Española (RAE) ha incluido en la que será su 23º edición de diccionario este término que todos conocemos.
En su momento, la RAE recomendaba escribir internet con mayúscula. Está claro que se trata de un nombre pero no lo es tanto si es un nombre propio o común. Desde luego, la red informática mundial que todos conocemos es única y aunque en el futuro se desarrollaran otros proyectos, serían estos los que tendrían que buscarse la vida con un nombre nuevo.
Para el prestigioso diccionario de inglés Oxford, en la única versión disponible online – que puede ser muy antigua y es una versión resumida – internet es, ante todo, una palabra con mayúscula:
Internet

Noun an international information network linking computers, accessible to the public via modem links.

Los franceses también se decantan por la mayúscula:
Internet n. m.
Définition :

Réseau informatique mondial constitué d’un ensemble de réseaux nationaux, régionaux et privés, qui sont reliés par le protocole de communication TCP-IP.

Los italianos siguen el criterio de la minúscula:
internet: internet

ingl., in it. s. m. solo sing., rete informatica diffusa a livello internazionale ed utilizzata per lo scambio di notizie ed informazioni di vario genere.

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Traduccion automatica

Cuando se requiere visitar una página en un idioma extraño, tarde o temprano uno se ve forzado a usar los macabros servicios de traducción automática.
Aunque la gente alabe las virtudes del buscador de buscadores y todos sus servicios sean excelentes, en mi opinión este es uno más que añadir a la lista de funciones que apestan pero que apestan menos que las demás.
En un principio, al igual que el buscador por excelencia, el traductor de páginas por defecto era el que ofrecía Altavista. Si alguien piensa en traducción, la palabra es Babelfish.

Origen de Babelfish

Como cuenta la Wikipedia, el término Babelfish proviene de la saga Guía del autoestopista galáctico, de la que hubo una serie radiofónica, otra de televisión, libros y hasta una película. La historia podría calificarse como de comedia de ciencia ficción.
Es sorprendente cómo empresas que con el tiempo han sido tan importantes – Yahoo, Google – toman su nombre de auténticas trivialidades. Babelfish era un pez del futuro que, acoplado en la oreja, permitía la traducción instantánea de cualquier lenguaje del Universo. Para los amantes de los peces o lo bizarro, la categoría de la Wikipedia “Peces de ficción” no tiene desperdicio.
Al igual que con el buscador, la supremacía de Babelfish era indudable para Altavista. Las traducciones eran bastante acceptables y el mecanismo que permite continuar navegando a través de los links, permitiendo que se continue la traducción de las páginas sucesivas, es todo un lujo.
El software bajo el que funciona Babelfish tiene un origen de todo menos trivial. La empresa que lo fabrica es SYSTRAN, la primera empresa del mundo que consiguió hacer un programa de traducción medio decente. Aunque el objetivo de mejorar la comunicación entre todos los seres humanos es muy bello, la realidad es que si alguien se permitía inyectar fondos ingentes de dinero para alimentar una tarea tan compleja como la programación de traductores automáticos era el Ejército de los Estados Unidos de América.
Muchos proyectos se embarcaron en la idea de conseguir buenos traductores. Por supuesto la primera meta era hacer traducciones decentes del ruso al inglés. Además de por la Guerra Fría, en misiones espaciales conjuntas entre Estados Unidos y la URSS se usó el servicio de traducción de SYSTRAN.
Desde los comienzos de la informática se han formulado muchas previsiones que resultan absurdas. Quizás las dos más comunes fueran que un ordenador sería capaz de ganar al Campeón del Mundo de Ajedrez y que se llegaría a un punto en que todos los idiomas tendrían traducciones recíprocas automáticas.

Altavista y Google

Las traducciones de Babelfish siguen siendo bastante deficientes. Aceptables para tener una idea general, lo cual no es poco. Lógicamente uno de los principales enemigos de Babelfish es Google. Google ofrece un servicio de traducción casi tan bueno como el de Babelfish. Quizás el principal defecto sea que su página web no resulta tan accesible.
Altavista desde su página de inicio ofrece, con icono del pescado incluido, un link directo a su traductor. La página de Google, tan austera, no puede permitirse esos lujos. Te obliga a atravesar el incierto camino intermedio de las “herramientas del idioma“.
Si has perdido algo de tiempo en comparar los resultados del motor de traducción de Google y el de Altavista, te habrás dado cuenta de que son muy parecidos. En realidad son prácticamente idénticos. Y es que el servicio de Google funciona con el motor de …SYSTRAN.
Así, la sorpresa está en que no sean exactamente iguales. La gramática es, en mi opinión, totalmente idéntica. Algunos términos tienen traducciones diferentes. Por ejemplo, Google traduce el “Edit” de la Wikipedia como “Corregir”, mientras que Altavista con su pez prefiere “Corrija”. Pero el resto de la traducción de la página de la Wikipedia sobre SYSTRAN es idéntico, palabra por palabra.

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ß

Al igual que el castellano ha salvado la Ñ de la estandarización del lenguaje, convirtiéndola en nuestra letra singular, los alemanes han hecho lo propio con la Eszett ß (no confundir con la beta griega β ).
Al igual que con nuestro singular caracter – la ñ proviene de una abreviatura de la nn – la ß es una abreviatura de otras dos letras. Sin embargo, una de esas letras ya no existe en los lenguajes modernos, la ſ (que podría verse como una f a la que se le ha quitado un trozo). ſs = ß; ſz = ß.
ß es una letra peculiar donde las haya. En primer lugar, sólo existe en el idioma alemán. Pero no se usa en todos los países de lengua alemana, por cuanto los suizos no la emplean. En su lugar utilizan su sustituto natural: la doble s, ss.
La causa de la muerte de la ß en Suiza es curiosa. Dado que este país es plurilingüe, las máquinas de escribir tienen que recoger varias posibles letras especiales, las alemanas: ü, ä, ö y las francesas: ç, à, é, è. Así, con tanta letra rara no había espacio para meter una más.
El sonido y función de la ß y la ss es prácticamente el mismo. De hecho, con la drástica reforma del lenguaje llevada a cabo en Alemania en 1996, muchas palabras que antes se escribían con ß pasaban a serlo con ss, por ejemplo Rusia, que era Rußland, se convertía en Russland.
El hecho de que los suizos no usen esta letra hace que puedan leer perfectamente el alemán de Alemania y Austria, pero que nunca estén del todo seguros sobre cuando hay que usar una ss o una ß, por cuanto aunque la regla dice que la ß se usa para vocales largas y la ss para cortas, es algo que no es del todo claro en su aplicación práctica.
Dos características especialmente llamativas tiene este caracter. En primer lugar, su orden en el diccionario es el que ocuparía una ss. Así, como muestra la Wikipedia, Ruß < Russe < rußen < Russland. Sigue leyendo ß