Hackers

Las páginas que hablan de tecnología no paran de insistirnos en que no cometamos el error de llamar hackers a los piratas tecnológicos. Según ellos, es un error muy grave y frecuente de los periodistas.
Su actitud tan academicista choca con la realidad. En el mundo, una palabra acaba significando lo que todo el mundo cree que significa. Puesto que el término hacker aún no aparece en el Diccionario de la Real Academia Española, es justo pensar que cuando lo haga signifique lo que incorrectamente todos creemos. Que en el origen anglosajón significara otra cosa nada tiene que ver con el uso que en España acabemos dando al término.

Lenguaje secundario

Siempre he sentido fascinación por los usos del lenguaje menos lustrosos:
El texto de las etiquetas de los productos del supermercado, los anuncios por palabras. Los folletos publicitarios, los manuales de instrucciones. Las listas de la compra abandonadas, las ofertas de empleo y de contactos con prostitutas. Las invitaciones de boda y comunión, las esquelas mortuorias. Las tarjetas de visita, los resguardos, las facturas. Las notas dejadas en la puerta de los frigoríficos. Los acerca de en páginas web.
En todos esos casos, la necesidad de comunicación es mucho mayor que en el lenguaje literario o verbal. Por lo habitual, el resultado es más preciso que en obras dignas de Premios Nobel. La descripción de cómo debe cocerse la pasta, en un paquete de macarrones Gallo es más exacta que las que realiza Jane Austen de las casas victorianas de sus novelas. El anuncio de una prostituta es más atrayente que la contraportada de Crónica de una muerte anunciada, usando la décima parte de las palabras. De la redacción de una oferta de empleo en Infojobs se obtiene más información de la empresa ofertante que en la primera entrevista de trabajo.
Por lo general, este lenguaje de segunda categoría se trata con desgana y sin precisión. Los beneficios de la redacción de una buena esquela parecen inexistentes. Sin embargo, cualquiera se piensa con cuidado la frase a escribir en una tarjeta de felicitación. Los manuales de usuario son el trabajo sucio del desarrollo del software.
La dificultad de expresar con concreción un hecho trivial, como indicar que el café de Starbucks está extremadamente caliente, o el modo en que debe abrirse una lata con abrefácil, queda manifiesto con el famosísimo relato de Julio Cortázar, Instrucciones para subir una escalera.
Todo el que alguna vez haya tenido que poner un anuncio por palabras – vender un coche, buscar un compañero de piso, ofrecerse como profesor particular – ha tenido una toma de contacto directa con este lenguaje de segunda categoría.
Muchos de los vendedores de pisos, tras un desafortunadamente redactado anuncio, se sorprenden de no recibir apenas llamadas. Para ellos existe una indentificación entre el objeto mismo y el anuncio. Creen que la gente no llama porque el piso es caro, o porque es un poco viejo. Sin embargo, resulta casi imposible expresarse tan correctamente como para establecer una correspondencia biunívoca entre lo que se anuncia y cómo se anuncia. Especialmente cuando el número de palabras es limitado.

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Nombres de bares

El nombre más común del mundo es Mohammed.
En España, en el año 2005 los nombres más populares entre los recién nacidos fueron Alejandro para los chicos (con un 3,5% del total) y Lucía para las chicas (nada menos que el 4,5% de cada recién nacida se llamó así).
Pero, a la hora de dar un nombre a un bar, ¿Cuál es el más popular?
Desde luego que los patrones a la hora de dar nombres de personas también afectan a estos negocios tan típicamente españoles. Sin embargo, entre los nombres de bares existen dos tendencias principales. Por un lado tener un nombre muy llamativo, por otro dar un nombre indiferente, poco original. Será entre estos donde encontremos los más populares de todos.
El ganador individual es el Bar Avenida. Nada menos que 25 de cada 10.000 bares se llaman así. Aunque el vencedor, en mi opinión, es el Bar Plaza. Lo que ocurre es que el tercer nombre más frecuente es Bar La Plaza. Juntos detentan la nada despreciable cifra de 39 sobre cada 10.000 bares.
Sólo en Madrid capital, hay más de ocho bares que se llaman Bar Plaza. Hay bares Plaza en Miraflores de la Sierra, Cobeña, Getafe, Leganés, Alcorcón, Fuenlabrada, Pinto y Humanes. Barcelona, Bilbao y Valencia también tienen sus bares Plaza, como no podía ser menos.

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Pluto

Mucho se está hablando ahora sobre Plutón. Y es que este planeta puede dejar de serlo en breve. Más probablemente, provocará que nuevos miembros ingresen en la lista de planetas, llevando a que recordarlos todos resulte más confuso que el mapa de los Balcanes.
La historia del nombre de Plutón es fascinante. Gran parte del mérito de su descubrimiento se debe a Percival Lowell, un astrónomo que se pasó su vida tratando de localizarlo y que marcó las directrices del trabajo a seguir. No en vano sería un miembro del Observatorio Lowell, de Arizona, el que lo descubriría finalmente. Clyde Tombaugh fue su descubridor, el 18 de febrero de 1930. La confirmación a su observación la obtuvo el 13 de Marzo de 1930. El niño había nacido y había que bautizarlo.
A partir de ahora, traduzco literalmente de la Wikipedia:

El privilegio para darle un nombre a Plutón quedaba en manos del Observatorio Lowell y en su director, Vesto Melvin Slipher. En palabras del descubridor, Tombaugh, Slipher se vio forzado a sugerir un nombre para el nuevo planeta, antes de que algún otro lo hiciera. Pronto empezaron a llover propuestas de todas partes del mundo. Constance Lowell, la viuda de Percival Lowell, propuso Zeus, posteriormente Lowell para terminar sugiriendo su propio nombre. Ninguno de los cuales fue acogido con entusiasmo. Una joven pareja escribió solicitando que el planeta tomara el nombre de su hijo recién nacido. Muchos nombres mitológicos se sugirieron: Cronos y Minerva(propuesto por el New York Times, sin saber que ese mismo nombre había sido propuesto para Urano 150 años antes) ocupaban los primeros puestos de la lista. También en ella figuraban Artemisa, Atenas, Atlas, Cosmos, Hera, Hércules, Ícaro, Idana, Odín, Pax, Perséfone, Perseo, Prometeo, Tántalo, Vulcano y muchos otros. Un problema resultaba el que muchos de estos nombres mitológicos ya habían sido asignados a algunos de los numerosos asteroides.

El nombre que perduró para el planeta fue el del dios romano Plutón, que también intentaba evocar las iniciales del astrónomo Pervival Lowell, quien predijera que debía haber un planeta más allá de Neptuno. El nombre fue sugerido por primera vez por Venetia Phair (Burney, de soltera) que entonces contaba con once años de edad y vivía en Oxford, Inglaterra. Desayunando una mañana, con su familia, el abuelo – que trabajaba en una biblioteca universitaria de Oxford, leyó la noticia del descubrimiento del nuevo planeta en el Times. El abuelo le pidió a la nieta que sugiriera un posible nombre para él. Venetia, que por entonces estaba muy interesada en la mitología griega y romana, sugirió el nombre del dios romano de los infiernos. El abuelo se lo contó al profesor Herbert Hall Turner y este mandó un telegrama a sus compañeros en América con la sugerencia, y tras una favorable acogida, de forma casi unánime, el nombre de Plutón fue oficialmente adoptado y anunciado por el director del observatorio, Slipher, el 1 de mayo de 1930.

Nunca una inocente sugerencia llegó tan lejos. En honor a Venetia Burney, la joven estudiante de Oxford, se bautizó al asteroide 6235 Burney. Uno de los instrumentos de la nave New Horizons, que navega rumbo a Plutón para explorarlo junto con sus satélites, recibe también su nombre en honor a ella.
En una de esas vueltas de tuerca del destino, al casarse Venetia perdió su apellido – en Inglaterra no existía la posibilidad de elección – con lo que le resultó más fácil dar su apellido a un asteroide que mantener el suyo propio en el planeta Tierra.

La Metapalabra

1.
De acuerdo con el libro Guinness de los Records, la palabra real más larga del idioma inglés es floccinaucinihilipilification, con 29 letras. Esta palabra supera, con creces, a la más larga del castellano, nuestro pobre
electroencefalografista
, que sólo posee 23 letras.
En defensa del castellano queda decir que el inglés es un idioma que admite cómodamente las construcciones de palabras, cosa que no ocurre con nuestra lengua. En estos ejemplos, electroencefalogramista estaría formado por la unión de las palabras electro, encéfalo y gramista (esta última no sería una palabra real).
Para el término inglés, cómodamente se asocian hasta cinco palabras: flocci (trozo de hilo de lana), nauci (algo insignificante), nihili (algo que no tiene valor), pili (un cabello, algo muy pequeño e insignificante) fication (sufijo para acción de).
El término de récord floccinaucinihilipilification significa el acto o la costumbre de describir algo como inútil.

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Burbuja

Decía un amigo mío que si repites una palabra muchas veces, acaba perdiendo el sentido, parece como si perdiera el significado. Mi amigo repetía tantas veces esta historia que él mismo acabó difuminándose. Luego he podido leer esta misma historia en periódicos y páginas webs varias veces.
Al utilizar un término con insistencia se nos vuelve cotidiano, le perdemos el miedo. Palabras como atentado, guerra y terrorista no causan el miedo que deberían porque están en los telediarios todos los días. Ni nos imaginamos el terror que debe ser vivir una guerra hoy en día, pero sin embargo, nadie se estremece al oír la palabra.
Si hay un término que en la actualidad ha perdido su significado, ante tan prolongada labor de desgaste, es la palabra burbuja.
Según define la Wikipedia:

Una burbuja económica (algunas veces denominada como “burbuja especulativa”) se refiere a una condición del mercado, donde los precios de los bienes o acciones aumentan hasta valores absurdos (que ya no se refieren a la utilidad del bien o al valor real de lo comprado). Ocurre cuando la especulación en el bien afectado causa que el precio aumente, produciendo una mayor especulación. La burbuja es seguida normalmente de una súbita caída de los precios, conocida como crash, o explosión de la burbuja.

Si consultas las noticias del día, encuentras que prácticamente todos los medios importantes de España hablan sin reparos de la burbuja inmobiliaria. A nadie causa extrañeza el término. Si a un experto constructor le preguntan si cree que explotará la burbuja, responderá que eso es metafísicamente imposible.
Sin embargo, volvamos a la definición anterior, quizás era demasiado larga.

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Once letras

The English language has at least one nine-letter word that remains a word as each of its letters is successively removed, right down to a single letter. That word is “startling”

Citado en Snopes.com y replicado por todo Internet.
El castellano tiene, al menos, tres palabras de once letras que cumplen esta propiedad, cumpliendo la salvedad explicada de no usar plurales ni formas verbales conjugadas.
11. libertadora quitando la a
10. libertador quitando la r final
9. libertado quitando la o
8. libertad quitando la d
7. liberta quitando la t
6. líbera quitando la e
5. libra quitando la b
4. lira quitando la l
3. ira quitando la a
2. ir quitando la r
1. i
11. acuartelado quitando la a inicial (acuartelada también serviría)
10. cuartelado quitando la u
9. cartelado quitando la l
8. carteado quitando la t
7. careado quitando la e (participio del verbo carear)
6. carado quitando la segunda a
5. cardo quitando la r
4. cado quitando la c
3. ado quitando la a
2. do quitando la d
1. o
Curiosamente, ambas palabras tienen connotaciones belicistas. En el segundo caso se ha conseguido que ninguno de los lemas sea acentuado, respetando la grafía del castellano.
[Esta nota se redactó originalmente mal, entendiendo que podían formarse anagramas al quitar una letra, en ese caso se podría formar hasta una palabra de 15 letras, pero no era exactamente el caso de la palabra que se mostraba para el ejemplo inglés.]

Piraha

El estudio de la cultura de tribus perdidas a lo largo y ancho del planeta, además de para alimentar soporíferos documentales, tiene un fin último: descubrir qué es intrínseco al ser humano.
Todas las tribus con que los investigadores se han encontrado tienen ciertas cualidades comunes. Comen casi a diario. Beben agua. Tienen hijos y cuidan de ellos. Los miembros de la tribu se comunican entre sí. Conforme abandona uno lo trivial, se va dando cuenta de que algunas cosas que entendemos como humanas no tienen por qué serlo. Y eso es interesante.
Los distintos lenguajes desarrollados por el hombre, suelen tener ciertas características comunes, que fascinan a los lingüistas y aburren a los que no lo son. Una de ellas, es la recursión gramatical, o sea, el uso de frases relativas. Por ejemplo esta frase que estás leyendo es relativa. La palabra “que” indica que el resto de lo que se dice se refiere a lo antes dicho, y permite una enunciación de la información de forma secuencial.
Algo tan absurdo, sin embargo, es sujeto de estudio y discusiones profundas. ¿Es la recursión gramatical intrínseca al ser humano? Algunos peces gordos de la lingüística, así lo han afirmado, indicando que es una propiedad del lenguaje humano.
Este tipo de teorías no admiten discusión posible, hasta que te encuentras con una raza que tiene un lenguaje que no la cumple. En este caso, estamos ante la tribu Pirahã. La tribu Piraha vive en el Brasil amazónico, en las orillas del río Maici. Dicen que tan sólo quedan unos 200 de ellos.
Es quizás la tribu más extraña del mundo y han pasado especialmente a la fama porque no conocen las matemáticas.

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