El efecto 2000

A todos nos suena el famoso “efecto 2000”.
En el diseño de muchos programas informáticos se habían establecido sólo dos cifras para el almacenamiento de las fechas. Así, el número 84 quería decir 1984. El problema era que, la mayoría de los sistemas anómalos, entenderían que para 00 el número significante sería 1900.
La primera persona que alertó sobre el riesgo de este sistema fue Bob Bemer, en 1958. Se pasaría 20 años tratando de que tanto programadores como el gobierno estadounidense o la ISO tomaran medidas de prevención. No tuvo mucho éxito.
La prensa magnificó las posibles consecuencias del problema, que estaba en boca de todos en los últimos días de 1999.
En realidad, el problema de fechas tenía que darse antes de que se llegara al año. Y efectivamente, así ocurrió. El primer problema de importancia fue detectado en 1993. Algunas personas, con deudas que terminarían de pagar en el 2000 recibieron cartas que les decían que llevaban 93 años de mora en el pago de los recibos. El sistema había entendido que había que terminar de pagar en 1900 y habían saltado alarmas de impago al realizar las operaciones correspondientes.

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El jefe dóberman

Complemento ideal de todo jefe cobarde es el mando intermedio, que resulta, a los ojos de los empleados, como un jefe dóberman, el hombre sin familia, implicable, el jefe al estilo antiguo, dictatorial. A los ojos de sus superiores es un jefe sparring que aguanta los golpes y protestas de esa triste necesidad para las empresas que son los empleados.
El jefe dóberman ansía ser, algún día, un jefe cobarde. Lo que él no sabe es que nunca lo será. Está donde está porque tiene dotes de dóberman, no porque la empresa lo valore o porque tenga dotes para la dirección. Es una persona válida para un puesto determinado y, como tal, la empresa lo mantendrá en ese puesto tanto como le resulte posible.
Si el jefe dóberman se pone pesado, las imaginativas soluciones empresariales pasan por las posibles:

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El jefe cobarde

Cuando llegué a mi primer trabajo, lo primero que me enseñaron fue un gráfico con la estructura jerárquica del proyecto. Aún no sabía ni dónde tenía que sentarme, pero aquel jefe entendió que esa retahíla de nombres me sería de gran ayuda. Aquel proyecto, como tantos otros, se caracterizaba porque había más jefes que no jefes. Lo que más me sorprendía era que, con frecuencia existía una relación del tipo:Antonio es jefe de Belén. Y Belén es jefa de Carlos y de David.

Una persona es jefe de otra persona. Y esa otra, como mucho, de dos o tres personas. Esa estructura es completamente ineficiente.

Si Antonio dice a Belén lo que hay que hacer, y Belén se lo dice después a Carlos y David, entonces es claro que, o bien el puesto de Belén, o bien el de Antonio, es totalmente superfluo.

Con el tiempo, me di cuenta de que estos mecanismos se basan en la cobardía. Antonio quiere que Carlos se quede esta noche comprobando unos informes. Pero no se la encarga directamente a Carlos. Le dice a Belén que ella se lo diga a Carlos. Belén no puede quejarse, diciendo que Carlos tiene que ir a casa, a cuidar de sus hijos. Belén sabe que a Carlos le vendrá mal tener que quedarse, pero no puede defenderlo a priori.

Así, ahora Belén se encarga de notificar “la mala noticia” a Carlos, que puede quejarse, pero entonces Belén le dirá que ella no tiene la culpa. Que la orden viene de “más arriba”. Carlos puede quejarse todo lo que quiera, Belén, todo lo más, puede trasladar su queja a Antonio. Pero si lo hace, quedará como una jefa blandengue y maleable. Belén se limita a repartir trabajos sucios y a aguantar lo que le tengan que decir sus empleados.
Por supuesto, la compañía podría ahorrarse unos buenos miles de euros al año despidiendo a Antonio, que es un cobarde o a Belén que es prescindible. Antonio tendría que dar la justificación a Carlos de porqué él tiene que quedarse a comprobar los informes. Quizás no haya un motivo claro. Pero como superior jerárquico tiene que establecer tareas pertinentes para el mejor funcionamiento de la empresa. Y si esa tarea lo es, seguro que sería capaz de justificarlo ante Carlos.

Selección del foro de la vivienda ( X )

Continuamos viendo opiniones diversas sobre la situación insostenible de la vivienda en España. Tomadas del foro de Idealista.
I
jueves 17 noviembre 16:45, scolapius dijo:
El que realmente sostiene todo el tinglado especulativo que se ha montado con la vivienda en este país es el último eslabón de la cadena: El pringado que se compromete a pagar una hipoteca de treinta años, por un piso que no lo vale, pero lo cuesta.Este se compromete a trabajar el resto de sus días, privándose de cosas esenciales (libros, viajes, comida, cultura) para devolver la deuda lo antes posible. Deuda que alimenta los bolsillos del que le ha pasado el piso, de la inmobiliaria, del heredero, del promotor, del banco, de hacienda, todos ellos han podido comprar su 4×4, su otro piso, su otra finca, su otro banco, su superávit gracias al hipotecado. Dios (mercado) le bendiga.

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