El dilema del prisionero reloaded

El dilema del prisionero, más que un problema matemático, es un concepto filosófico de consecuencias muy profundas. Traté sobre él en el siguiente post: El dilema del prisionero.
Básicamente, se refiere a la forma de comportarse en una situación en que la cooperación entre dos personas es la mejor opción para el bien común, pero el comportarse egoístamente puede resultar lo más positivo para tus propios intereses. Un ejemplo del dilema del prisionero es cuando compras tu primer libro en Amazon. Si decides rechazar el cargo que hagan en tu tarjeta no pasará nada. Tendrás el libro y el dinero. Pero no podrás comprar en Amazon nunca más.
En aquel post se comentaba el experimento en que se sugirió a ciertos científicos que prepararan un programa informático que jugara bajo los parámetros del dilema del prisionero.
El programa ganador fue el más simple, el que se limitaba a colaborar con el rival siempre, salvo en los casos en que el rival nos hubiera engañado la última vez.
Estratega, blog del Sr. Martínez trata en un post muy ingenioso sobre las consecuencias de las distintas estrategias.
Algunos años después, sin embargo, con motivo del 20º aniversario de tan famosa competición, se volvió a convocar el concurso sobre el dilema del prisionero. Como ocurrió en Big Brother, de la primera edición a la segunda había un mundo. No es lo mismo ir a un concurso en que no sabes nada a irlo sabiendo quiénes participaron antes y qué estrategias usaron.


En el nuevo concurso, según podemos leer en Wikipedia, en uno de los pocos artículos selectos en español ,que el vencedor fue un complejo programa utilizado por la Universidad de Southampton. De los 223 participantes, ellos enviaron 60. Utilizando un ingenioso sistema de comunicación, estos programas detectaban cuando estaban jugando con otro programa de la Universidad. Si era ese el caso, el que fuera peor clasificado se dejaba engañar por su rival tantas veces como jugaran, para que este aumentara su puntuación. Si jugaban con alguien de fuera, usaban la técnica no colaborativa para que nadie sumara puntos y así aumentar las diferencias con los rivales. Con esta técnica consiguieron los 3 primeros puestos en la competición.
Según cuenta el responsable de la Universidad en este artículo(en inglés) con 20 de esos programas habría bastado para ganar, pero todo dependía del total de participantes que se apuntaran a la competición.
La clave de su victoria radica en el hecho de que consiguieron saltar el escalón que distingue al dilema del prisionero: la falta de posibilidad de comunicación entre los dos implicados.
Tratar de dar una lectura ética a este nuevo vencedor resulta más complicado. Podríamos decir que la victoria corresponde a “un grupo de personas que favoreciera siempre a los de su clan que estuvieran socialmente más considerados y que tratasen de aprovecharse de los que no pertenezcan al clan, aún a riesgo de no sacar nada a cambio pero siempre dispuestos a que no se aprovechen de ellos”. ¿Quién puede ser este grupo?