Cambio de monedas en suelto

Uno de los países donde las monedas resultan más molestas es Estados Unidos. Tienen billetes de 0,60 euros y la moneda más grande de uso común es la de cuarto de dólar, que sólo vale el equivalente a unos 15 céntimos de euro. Así, están constantemente trabajando con monedas de muy escaso valor con las que no se puede pagar casi nada.
Para colmo de males, la mayoría de las tiendas tienen los precios sin indicar los impuestos, por lo que si algo cuesta 5,55 no tienes la opción de deshacerte de 55 céntimos en monedas, ya que tras aplicar los impuestos la cantidad a pagar será impredecible.
Así, no es de extrañar que existan las máquinas de calderilla. Ingenioso invento que se ubica sobre todo en los supermercados: le echas toda la calderilla que tengas en casa (idealmente almacenada en un bote) y te devuelve el dinero en agarrado, a cambio de una pequeña comisión que pagas encantado.
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A menudo uno se encuentra con problemas con el dinero suelto. ¿Cómo quitárselo de encima? Una solución muy buena que no todo el mundo conoce (y no entiendo por qué) es usar las máquinas de refrescos. Yo lo uso constantemente. Vas introduciendo todas las monedas sueltas que tengas y luego le das a devolución. La máquina te devolverá la cantidad que hayas introducido pero no las mismas monedas. Y ante el miedo a quedarse sin cambio siempre lo hará con las monedas más grandes posibles.
Así, si introduces 12 monedas de cinco céntimos de euro y le das a devolver lo normal es que la máquina te de una moneda de 50 céntimos y otra de 10.
Este truco también hay que tenerlo en cuenta cuando sí quieres tomarte un refresco. Siempre hay que echar las monedas pequeñas primero y luego las grandes. Así, cuando pagues, te devolverá de la forma que menos monedas suponga, lo cual agradecerá tu bolsillo. Primero las monedas pequeñas.
Ejemplo: La coca-cola cuesta 60 céntimos. Echas 5 monedas de 10 céntimos y una de cincuenta céntimos. Devolución: cuarenta céntimos, ¡Pero en dos monedas de veinte!
Si echas primero la moneda de cincuenta y luego las de 5: Misma devolución pero en 8 monedas de cinco céntimos.

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Parábola de los talentos

Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.
Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.
Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.
Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.
Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.
Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.
Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.
Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.
Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

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Aladar Gerevich

Aladár Gerevich fue un esgrimista húngaro nacido en 1910.
A lo largo de su carrera deportiva obtuvo siete medallas de oro, una de plata y dos de bronce. Posee el récord de ser el único deportista olímpico que ha sido capaz de ganar seis veces la misma prueba, a pesar de perderse dos olimpiadas debido a la Segunda Guerra Mundial.
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Sin embargo su récord más sorprendente no es ese, sino el de haber ganado una medalla de oro en 1932 y otra en 1960, 28 años después.
En las clasificatorias para los Juegos Olímpicos de 1960 de Roma, el comité de esgrima de Hungría decidió que Gerevich era ya demasiado viejo para participar. No en vano tenía 50 años. Él sin embargo se ganó el puesto de la siguiente manera: desafió a todo el equipo olímpico de su país, a encuentros individuales. Los venció a todos, demostrando que tenía un puesto por derecho en el equipo de Hungría.
Fue en Roma donde obtendría su última medalla de oro, en la competición de esgrima por equipos.
Fuente: Aladar Gerevich, en la Wikipedia inglesa.
Vía: La biblioteca.
Nota: Aunque no he encontrado nada definitivo que confirme el desafío a todo el equipo olímpico de Hungría, todo hace pensar que si este se llegó a producir realmente los rivales no se esforzaron demasiado. Todo esto ha sido ingeniosamente indicado en los comentarios por un descreído lector.

Yemen Oman Qatar

En inglés sólo hay un país cuyo nombre empieza por Y: Yemen.
En inglés sólo hay un país cuyo nombre empieza por O: Oman.
En inglés sólo hay un país cuyo nombre empieza por Q: Qatar.
Son las tres únicas letras para las que sólo existe un país.
Es curioso que esos tres países estén prácticamente en un puño: todos hacen frontera con Arabia Saudi. Yemen Y Oman son vecinos. Mapa tomado de aquí.
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