Me encanta escribir sobre temas totalmente fuera de temporada. La inmensa mayoría de estas curiosidades son del libro How to Watch the Olympics: Scores and laws, heroes and zeros – an instant initiation to every sport. Muchas de ellas nos retrotraen a unos tiempos en que se podían realizar proezas.
La Olimpiada de 1956 en Melbourne fue la única que se celebró en dos países diferentes. Suecia(!) fue el otro país. Allí se desarrollaron, seis meses antes, todas las pruebas de equitación. Dos explicaciones posibles: la primera, que el costo de embarcar los caballos tan lejos resultaba prohibitivo. La otra, la ley australiana de importación de animales imponía unos plazos y costes totalmente inasumibles por los competidores.
El principal objetivo de los Juegos Olímpicos antiguos era la búsqueda de la Inmortalidad. Y esto no fue del todo una ilusión, pues atletas como Leonidas de Rodas, que ganó las tres carreras que se celebraban en la Olimpiada (algo así como los 100 metros, los 400 y los 1.500), durante cuatro juegos consecutivos (de 164 a.c. a 152 a.c.) son recordados hoy en día.
En el 2011 todos los récords del mundo vigentes, para pruebas de carreras que se celebran en las Olimpiadas, los han establecido deportistas de origen africano y afroamericano. Negros.
Un deporte que ya no figura en las Olimpiadas son las carreras de cross. Esto es debido a que la organizada en París 1924 fue un auténtico desastre. Aunque la distancia era de 10.000 metros, el día de la competición coincidió con uno de los más calurosos del año en Francia, con temperaturas de 40ºC. Unido a esto, el extraño detalle de que los corredores tenían que cruzar al lado de una central térmica que emitía gases venenosos, el resultado fue nefasto. Los corredores que llegaron, lo hicieron mareados y desorientados. El ganador, tardó dos minutos en cruzar los últimos 30 metros. Y eso porque el público le insistió para que volviera a la pista, pues parecía no entender lo que estaba sucediendo. Sólo terminaron la carrera 15 de los 38 participantes. La Cruz Roja tardó horas en recoger a todos los corredores tirados por el camino.
Lanzamiento de disco es el único deporte en que las mujeres tienen mejores marcas que los hombres. El récord femenino está en 76.80 m, el masculino en 74.08 m. La causa es que el disco que lanzan los hombres pesa dos kilos, el de las mujeres sólo uno.
El lanzamiento de martillo es una de las competiciones más peligrosas del atletismo. Si el deportista lanza el martillo antes de tiempo, puede chocar con violencia contra la estructura de protección y hasta echarla abajo. Si le da a una persona, puede matarla.
Las mujeres tuvieron prohibido el participar en carreras de más de 200 metros durante 32 años. La razón argumentada era que, al finalizar la carrera, daban un espectáculo lamentable, con muestras de agotamiento físico. Es lo menos que puede esperarse de un deportista que se está esforzando, aunque por aquel entonces no se pensaba así.
Las mujeres no pudieron participar en el maratón hasta 1984. Por aquel entonces, el récord de maratón femenino ya era superior al mejor tiempo masculino de antes de la II Guerra Mundial.
Tras ganar el oro en los 5.000 y 10.000 metros de Helsinki 1952, Emil Zatopek decidió correr en la maratón, una distancia que no había corrido nunca en su vida. Ganó con una ventaja de dos minutos y medio sobre el segundo.
Alfred Adolf “Al” Oerter, Jr es uno de los desconocidos deportistas que deberían ser más recordados que Phelps. Ganó el oro en lanzamiento de disco en Melbourne 1956 y Roma 1960. Llegó a Tokio 1964 en condiciones penosas. Con un brazo desagarrado y vendado, y una lesión de espalda que le obligaba a llevar un collar ortopédico.
Los médicos le recomiendan que no compita, pero él no hace caso. Con el collar ortopédico y el brazo vendado, calma sus dolores metido en una especie de féretro, enterrado en hielo. Ante el asombro general, consigue récord olímpico en la calificación (60,54). En la final manda el checo Ludvik Danek, mientras Oerter, que no se tiene en pie, decide jugarse el todo por el todo en el quinto ensayo, se quita el aparato ortopédico y con dolores inmensos lanza el disco a 61,00, nuevo récord olímpico, y nueva medalla de oro, ganada en unas condiciones en que sólo un superhombre puede hacerlo.
Luego ganó una cuarta medalla de oro consecutiva en México 1968, algo que nadie volvería a conseguir jamás en atletismo, pero eso ya queda en casi una anécdota.
Paavo Nurmi ganó en París 1924 las medalla de oro en los 1.500, marcando un nuevo récord mundial. Descansó durante 26 minutos y participó en los 5.000, donde volvió a ganar.
El juego de la soga fue olímpico de 1900 a 1920. Su retirada fue debida, principalmente, a las enormes polémicas en los enfrentamientos entre ingleses y americanos, por usar zapatos ilegales, con más agarre al suelo.
Aunque este deporte suena a “no es un deporte” o pachanga para dirimir una disputa de un bar, era quizás la competición más luchada de todas las olimpiadas iniciales.
Grotesco el nombre en español de la Federación Internacional de este deporte: Federación Internacional de Tira y Afloja.
Londres organizó los Juegos de 1908, siendo estos juegos los primeros que se organizaron con algo de seriedad. El Estadio Olímpico se construyó desde cero, recogiendo fondos. Por apenas 220.000 libras se construyó un estadio con aforo para 68.000 espectadores. Hoy en día, por ese mismo dinero no se puede comprar un estudio en una zona céntrica de Londres.
El Barón de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos, insistió en que se celebraran, junto a las competiciones deportivas, pruebas artísticas. Esta bizarra inclusión sólo sería retirada en 1952, y por considerar a los artistas como profesionales. El propio Barón de Coubertin ganó una medalla de oro en poesía por un poema suyo – Oda al deporte- que presentó bajo seudónimo.
El polo es uno de los grandes deportes ausentes en las Olimpiadas. En este caso la culpa la tiene Argentina, que apenas si permite competencia. El polo fue deporte olímpico hasta Berlín 1936, donde 75.000 personas vieron la final, Argentina-Gran Bretaña, que acabó con un apabullante 11-0.
La repesca en deportes de lucha tiene uno de los sistemas más justos para obtener el bronce. Se realiza un cuadro de eliminatorias, hasta obtener los dos finalistas, que consiguen oro y plata. El bronce se disputa entre los que han perdido contra los dos finalistas, entendiendo que el que perdió contra el ganador en semifinales no ha demostrado ser mejor que el que lo hizo en octavos de final. Estos luchadores se dividen en dos grupos “los perdedores contra el oro” se van enfrentando en eliminatorias sucesivas (el que lo hizo en 32avos de final se enfrenta al que lo hizo en 16avos, y el ganador lucha contra el eliminado en octavos, hasta llegar al semifinalista. Se reparten dos medallas de bronce.
Lejos de los interminables torneos de fútbol, cada campeonato de lucha de un determinado peso tiene lugar en un solo día. El ganador tiene que competir sin apenas descansos, por lo que se entiende que los encuentros más emocionantes e intensos no tienen por qué reservarse a la final.
En los años 30 y 40, las mayores potencias mundiales de halterofilia eran Egipto y Estados Unidos.
El ganador del primer Ironman (triatlón extremo) fue Gordon Haller, en un tiempo de 11 horas 47 minutos. Tras la prueba de natación fue a un hotel a ducharse, antes de continuar con la prueba de ciclismo.
Las Olimpiadas de Saint Louis, en 1904, fueron quizás las peores de la historia. Y ante todo, las menos internacionales, pocos deportistas europeos se desplazaron para participar. No obstante Alemania fue capaz de presentar un equipo de waterpolo, que se encontró con que las reglas y el material con que participaban los americanos era muy diferente – y peor. Al final decidieron no competir con esas condiciones.
La prueba se celebró en un lago infectado de bacterias. Cuatro de los jugadores del equipo ganador de Estados Unidos murieron en el trascurso de un año de tifus.
El tercer set del dobles mixto de la Olimpiada se decide al tie-break, pero un “super tie-break” de 10 puntos en lugar de los habituales 7.
China es una abusadora potencia en ping-pong mundial, en una de las ascensiones deportivas más sorprendentes que se conocen. En 1953 se inscribió en la Asociación Internacional de ping-pong (ITTF) para conseguir el primer campeonato del mundo ya en 1959, seis años después. Desde entonces han ganado casi todos los mundiales y olimpiadas.
Fred Perry, el mejor jugador de tenis de los años 30, fue Campeón del Mundo de ping-pong en 1929.
Una de las deportistas más versátiles de la historia fue la americana Mildred Ella “Babe” Didrikson Zaharias, ganadora de Medallas Olímpicas en Los Angeles 1932, en lanzamiento de jabalina, salto de altura y 80 metros vallas. Pero lo sorprendente es que pasaría a la historia como la mejor jugadora de golf de todos los tiempos.
Mientras que en las primeras olimpiadas se abrieron debates sobre la distancia más exacta para recordar la hazaña de Maratón, que si es la distancia de Atenas a Maratón, que si un metro más o menos, la que acabaría convirtiéndose en distancia “oficial” acabó siendo la elegida para la Olimpiada de 1908 de Londres: La distancia del castillo de Windsor al estadio olímpico.
La primera olimpiada de los tiempos modernos (Atenas, 1896) tuvo entre sus participantes a muchos turistas. Si hubieran participado los mejores deportistas de la época, Inglaterra habría arrasado, obteniendo tal vez el 90% de las medallas. A muchos de sus mejores deportistas no se les aviso o no se les permitió tomar parte en las competiciones. John P. Boland, un profesor universitario de visita en Atenas fue convencido para que participara en las pruebas de tenis, obteniendo el oro en la prueba individual y la de dobles (siendo su pareja un deportista alemán).
Otro de los grandes ausentes de las Olimpiadas es el béisbol. Aunque ha tenido una aparición fugaz, sin la participación de Estados Unidos, la competición sería una pantomima. Pero al mismo tiempo, Estados Unidos no sigue las estrictas normas anti-doping que exige el comité olímpico. Esa desavenencia es el principal obstáculo para este deporte.
El tenis es quizás el deporte olímpico con menos ganadores ilustres. Uno de sus más sorprendentes laureados fue Jay Gould II, nieto del acaudalado empresario ferroviario americano. Es como si la hija de Amancio Ortega consiguiera una medalla de oro.
El casi desconocido jugador chileno Nicolás Massú (nunca pasó de ser el 9º jugador del mundo) venció en la prueba individual de 2004. La medalla de bronce de ese año fue para otro tenista chileno, Fernando González, que junto a Massú ganó el dobles masculino. Dos tenistas desconocidos, que no ganaron nunca ningún otro torneo importante, tienen el mejor palmarés olímpico masculino de los últimos años.
Medallas con mérito: Ivar Johansson, un luchador sueco, venció en la prueba de peso medio de la olimpiada de 1932. Tras terminar la competición se metió en la sauna para perder 5 kilos de peso y poder participar en la prueba de pesos welter al día siguiente, competición que también ganó.
Los combates de lucha olímpica se deciden a los puntos, en un periodo determinado. Pero en la antigüedad estos combates eran hasta el final. Llegando al punto de que la semifinal de los pesos medios de 1932, entre Martin Klein y Alfred Asikainen fue un combate brutal, al aire libre, de más de once horas y media. Maritn Klein, el vencedor, totalmente agotado, se retiró de la competición, permitiendo a su rival ganar una medalla de oro por incomparecencia rival, otro caso único en la historia olímpica.
En las competiciones de lucha hay un protocolo estricto con el pelo de la cara. Sólo está permitido un afeitado perfecto o tener una barba de varios meses. Nada de las malas pintas habituales de los jugadores de baloncesto, con barbas de tres y cuatro días. Otra regla curiosa de ese deporte es que no está permitido nada con la intención de torturar al adversario. Cuando un deporte tiene este tipo de reglas, te das cuenta de que no es una mariconada como el ajedrez.
El pentatlón moderno es un deporte inventado para las olimpiadas y al principio gestionado por el COI. El General Patton hizo un quinto puesto en 1912, y su peor resultado fue, paradójicamente, en la parte de tiro. El general alegó que una de sus balas atravesó justo un agujero de otra bala anterior, por lo que no se contabilizó como acierto. Le echó mucha cara.
Lo rayante de este deporte, entre muchas cosas, está en que la prueba de equitación se hace con un caballo que se sortea entre los participantes. Te toca realizar una prueba con un animal que no conoces, ni te conoce a ti, y que puede ser mejor o peor. Un año a un finlandés le tocó un caballo cojo, se lo sortearon de nuevo y coincidió que le tocó el mejor caballo de doma del país. La parte de equitación es tan azarosa, que se dan enormes vuelcos en la clasificación.
El ganador de Londres 2012, David Svoboda, era ya el favorito en las olimpiadas de 2008, donde sin embargo acabó el 29º, debido a un pésimo resultado en equitación.
Los primeros dopings reconocidos se dieron en pentatlón, la gente tomaba tranquilizantes (valium) para la prueba de tiro. El método antidoping fue auténticamente low cost: colocar la prueba de tiro minutos detrás de la carrera, para que lo bueno contra los nervios fuera negativo para el correr.
Uno de los pocos casos de trampas tecnológicas en la historia del deporte se dieron en la prueba de esgrima del pentatlón por parte de Boris Onishchenko. Este deportista que ya había conseguido varias medallas olímpicas, se las ingenió para crear un dispositivo que “hacía pitar” el aparato que detecta el contacto de la espada con el cuerpo del deportista, consiguiendo puntos inmerecidamente. Fue descubierto en las pruebas de 1976, tras numerosas reclamaciones por parte de sus rivales de que algo no estaba bien con su equipamiento. La manipulación de la espada era tan sutil que toda la delegación rusa quedaba en tela de juicio. El deportista pudo seguir compitiendo con otra espada hasta que se decidió su descalificación. Sus resultados seguían siendo excelentes, no dejaba de ser un tres veces campeón del mundo y triple medallista olímpico.
Su descalificación final le llevó a un acelerado descenso a los infiernos que convierten la reciente historia de Lance Armstrong en un cuento para niños. Tuvo que ser sacado de la villa olímpica porque los miembros del equipo de voleibol ruso amenazaron con matarlo si se lo encontraban. Tuvo que presentarse ante el presidente ruso para dar explicaciones en persona, sufrió una severísima multa, perdió todas sus medallas y reconocimientos, para acabar trabajando de taxista en Kiev. Quizás el taxi no fue el último de sus castigos, aunque sí el último que se conoce.
Fuentes:
How to Watch the Olympics: Scores and laws, heroes and zeros – an instant initiation to every sport
The Little-Known History of How the Modern Olympics Got Their Start
Athletes spill details on dirty secrets in the Olympic Village