El escándalo Niemann

En la Sinquefield Cup de septiembre de 2022, un torneo de ajedrez que se celebra en Estados Unidos, Hans Niemann ─un chico de 19 años─ le ganó su partida al campeón del mundo, el noruego Magnus Carlsen.

La entrevista posterior ─el ajedrez se ha convertido en un deporte más que se retransmite a través de internet y a veces tiene audiencias de cientos de miles de personas─ nos abrió una ventana a un personaje totalmente surrealista, que parece sacado de la época de la guerra fría. Lejos de ser el típico ajedrecista gris, tímido y con dificultades para comunicar y relacionarse con otros, se nos mostró a una persona interesante, divertida y con capacidad para narrar. Quizás estaba viviendo el momento más feliz de su existencia, y describiendo las sensaciones casi en vivo. Para su desgracia, el peor día de su vida estaba a punto de llegar. Y no tendría que esperar mucho: menos de 24 horas.

El campeón del mundo, Magnus Carlsen, se retiraba del torneo de ajedrez y dejaba un mensaje crítico en su cuenta de Twitter, indicando que no podía contar todo, si no quería meterse en problemas.

Inmediatamente estaba abierta la veda para atacar a Niemann. Y lo haría todo el mundo y por todos los frentes imaginables: en la vida real, en internet y hasta en el plano imaginario. De repente todo el mundo sabía, pensaba o sospechaba que Hans Niemann, el chico de pelo y lengua descontrolados, era un tramposo.

La historia escalaría por derroteros grotescos, una ficción de Reddit acabaría divulgada por Elon Musk ─sin indicar que era algo hipotético o inventado─ y pocas horas después, los medios de comunicación generalistas conseguían que todo el mundo “supiera” cómo se habían hecho esas trampas.

La historia consiguió una repercusión extraordinaria, impropia del aburrido ajedrez, y los que se dedican a divulgar contenido sobre ajedrez pronto aprendieron que la mejor forma de mejorar las audiencias era hablando más y más sobre ella.

Se han grabado cientos de horas de vídeo sobre el tema, todos los periódicos han publicado este drama por entregas. No voy a volver a escribir después de un año para contar más de lo mismo. Detrás de la historia de las trampas en el juego hay algo aún más interesante: el mundo del ajedrez y cómo ha ido evolucionando en los últimos años. La historia de Niemann, en la que él no es más que un personaje secundario, muestra todos los claroscuros de esa transformación.

¿Cómo llegó Hans Niemann a enfrentarse contra Magnus Carlsen?

En una entrevista posterior a su magnífica victoria, Hans Niemann relata una mítica anécdota. Cuando él era pequeño, Magnus Carlsen, el ya entonces campeón del mundo de ajedrez, viajó hasta su ciudad para dar una sesión de partidas simultáneas. Fascinado con la idea de poder participar en ella, Hans le pidió a su madre que le inscribiera para poder jugar una de esas partidas. Su madre se informó al respecto y vio que para ello había que pagar 2,000 dólares. Era mucho dinero, pero ella entendió que sería un sueño cumplido para su hijo, así que le dijo “es mucho, pero sé que tienes muchas ganas así que te lo voy a pagar de todas formas”. Y el hijo, que quería superar el gesto de madraza, se revolvió con una respuesta aún mejor: “No te preocupes mamá, algún día jugaré contra Magnus Carlsen, pero lo haré gratis”.

Y el tiempo nos trae de vuelta a septiembre de 2022, donde efectivamente, Niemann está cumpliendo la promesa que le hizo a su madre. Pero ha decidido mejorarla un poco: le están pagando por jugar contra él, y además, va a ganar la partida.

Esta anécdota, oculta la complejidad de cumplir ese simple sueño. Hans no quería ganar al campeón del mundo, sólo quería poder enfrentarse a él alguna vez en su vida.

Como cualquier disciplina deportiva, los aficionados no tienen opciones reales de luchar contra los profesionales. A veces lo hacen, de forma puntual, contra profesionales de segunda fila. En un torneo Open, cualquiera puede jugar contra un Gran Maestro, si tiene suerte en los emparejamientos iniciales.

Del mismo modo, los Grandes Maestros (un grandilocuente título que tiene demasiada gente, casi 2000 personas) aspiran a enfrentarse a los jugadores de super élite, entre los que se encuentra Magnus Carlsen, el tope de la pirámide. Pero a diferencia de los aficionados, que pueden hacerlo con algo de suerte, los Grandes Maestros tienen que aspirar a coincidencias aún mayores. Por ejemplo, La Olimpiada de Ajedrez, un torneo bianual por equipos nacionales, donde Noruega, el país del Campeón del Mundo, no es ninguna potencia y a veces se arrastra jugando contra países que no tienen a jugadores de élite entre sus filas.

El encuentro entre un jugador de super élite, y uno que simplemente es un profesional es bastante infrecuente en ajedrez. No es como el tenis, donde aún hay que batir a rivales muy inferiores en las primeras rondas del Grand Slam. Es algo más parecido a una Champions League, casi siempre son los mismos equipos de Italia, Inglaterra, España, Alemania o Francia. Y de vez en cuando algún exótico equipo de Rumanía, Holanda o Croacia. Pero siempre los mismos sospechosos habituales.

Como ocurre en el ´fútbol, la diferencia entre jugadores de super élite y profesionales no es tan grande. El igual que el Alcorcón le puede ganar una vez al Real Madrid, un profesional puede hacerlo ante alguien teóricamente muy superior. En general la diferencia entre estos jugadores está en que el de élite es capaz de jugar bien en todas las posiciones y el profesional sólo en aquellas que conoce bien. Ahora, bien, en un campo nevado, ¿Apostarías por el Real Madrid o por un equipo ruso?

Así, en el mundo del ajedrez, se ha creado una especie de élite, que va a los torneos por invitación. Siempre son los mismos nombres: Carlsen, Caruana, Giri, Aronian, Vachier-Lagrave, Firouzja…La lista tiene algunos nombres fijos y otros que van cambiando. Es una especie de club de élite, con muy pocos miembros, donde todos se conocen entre sí. Carlsen y Giri jugaron entre sí al menos 6 veces en 2015, las mismas que Caruana contra Giri y en los mismos super torneos.

La Sinquefield Cup es uno de esos super torneos. Al conseguir su invitación en 2022, Niemann logró acercarse a uno de estos torneos tan exclusivos. Un buen resultado, le podría acercar al sueño de ingresar en dicha élite. ¿Qué mejor que ganarle al campeón del mundo ahí? ¿Un incentivo para hacer trampas?

La acusación contra Niemann no vendría de su victoria contra Carlsen, sino por su camino hasta llegar ahí. ¿Cómo había conseguido subir todos los peldaños necesarios para acercarse al grupo de la élite?

Ajedrez online

El confinamiento global encerró a todo el mundo en casa ─a unos más que a otros─ durante bastante tiempo. Fue un boom para las empresas de reparto de comida, pero también para las plataformas de ajedrez. El juego al ajedrez online se multiplicó y con él la organización de torneos y la retransmisión de las partidas. Una partida de ajedrez es aburrida hasta para el que la está jugando, pero se puede animar mucho con comentarios jocosos, con análisis de opciones y con historietas más o menos relacionadas con la partida y los jugadores que la están luchando.

Servicios que llevaban décadas existiendo, de emisión de competiciones, se fueron profesionalizando y mejorando, hasta el punto de dar una calidad totalmente equiparable a la de las televisiones (y con un contenido totalmente adaptado a su público).

Al mismo tiempo, el boom de Twitch y Youtube creó un nuevo tipo de producto: la emisión de partidas de ajedrez en directo. Podías ver comentarios jocosos de un jugador de élite mientras jugaba su partida contra otros rivales.

Al igual que los blogs, que nacieron hace más de 20 años, nos mostraron que había aficionados que escribían mejor que profesionales (o que si no lo hacían mejor, al menos resultaban más interesantes y de paso, más exitosos) la emisión en vídeo de ajedrez creó nuevas estrellas. Una de las más inesperadas fue Hikaru Nakamura.

Nakamura un jugador americano, estuvo en la élite mundial durante más de una década. En algún momento quedó claro que era bueno, pero no tanto. Como tantos jugadores de tenis que siempre han estado en el circuito, pero nunca han ganado, ni ganarán, un Grand Slam. En algún momento empezó a resultar una broma para Magnus Carlsen, el campeón omnipotente, que casi siempre le ganaba, y nunca perdía contra él. Nakamura tenía un pie fuera de la élite cuando empezó a crear su personaje en Twitch. Ahí explotaba una cualidad de segunda fila: su habilidad en las partidas rápidas.

Aunque Nakamura no tenía opciones reales al campeonato del mundo, en las partidas rápidas si era uno de los indiscutiblemente mejores. Y en las partidas ultra rápidas (en las que apenas tienes un minuto para toda la partida) era─y probablemente todavía es─ el mejor de todos.

Las partidas rápidas siempre son más divertidas que las lentas. Ver jugar al mejor del mundo, mientras dice tonterías y entra al trapo en memes y challenges, todo unido a una forma de narrar que funciona bien en Internet ─pero que hasta entonces sólo le había servido para tener pocos amigos en el mundo real─ originó un cóctel explosivo que simplemente funcionó a la perfección. Nakamura se convirtió en una estrella.

Con millones de seguidores o suscriptores, Nakamura pronto escalaría en popularidad e ingresos, en algún momento superando al mismísimo Campeón del Mundo. Posiblemente sea ahora el ajedrecista mejor pagado, y puede que de largo.

Paradójicamente, su carrera ajedrecista seria vivió una especie de renacimiento. Como era famoso por Twitch, los organizadores lo querían de vuelta en los super torneos. Y como no se lo tomaba tan en serio, además de que sus rivales lo consideraban una presa, tuvo una serie inesperada de éxitos. Hasta el punto de acabar jugando el torneo donde se elije al candidato que desafiará al Campeón del Mundo. Para él era una situación surrealista: no podía dejar pasar la oportunidad, pero cada día que pasaba esforzándose en dicho campeonato, estaba perdiendo dinero de sus retransmisiones.

Con el confinamiento se suspendió toda la actividad de torneos de ajedrez. Pero gracias entre otros a Magnus Carlsen, se consiguió crear una serie de competiciones online con partidas rápidas. Y lo que nació como una especie de sustituto barato del ajedrez de verdad, se acabó convirtiendo en el nuevo centro del juego. Cuando Netflix estrenó su exitosa serie sobre una Campeona del Mundo (en realidad basada muy libremente en la historia de uno de los campeones del mundo más machistas que han existido jamás) todo el mundo se volcó en el ajedrez, descubriendo un mundo floreciente en las redes. Plataformas de juego online, torneos de élite comentados por los mismos medios y emisión de partidas rápidas con bromas por Twitch.

En este mundo en transformación se ha criado Hans Niemann, nuestro anti héroe de pelo encrespado. Un jugador que ve a Kasparov como un tipo viejo y malencarado y a Fischer o Capablanca como personajes en blanco y negro de la historia. Para él, el mundo del ajedrez está lleno de partidas rápidas, ordenadores y emisiones por Twitch.

Los ordenadores

¿Cómo se puede hacer trampas en ajedrez? El simple hecho de hacer la pregunta, muestra un amplio desconocimiento sobre el estado del juego. Desde hace muchos años, los ordenadores son muy superiores a las personas. La superioridad es total: un ordenador, pensando durante un sólo segundo, da una propuesta muy superior a la del campeón del mundo pensando durante una hora.

Los programas de ajedrez están por todas partes, son gratuitos y pueden emplearse de todas formas: con aplicaciones en el móvil, conectados a la nube, desde el PC. Hay formas de la vieja escuela que pueden funcionar, pero son todas ineficientes y arcaicas, comparadas con algo tan simple como conseguir una ayudita del ordenador.

Los torneos de ajedrez nunca han sido lugares glamurosos y las medidas de seguridad se han movido entre lo escaso y lo inexistente. No se puede usar el teléfono móvil, y es obligatorio tenerlo apagado. Pero en las competiciones entre aficionados, es frecuente que los jugadores mantengan su teléfono en el bolsillo. Lo único que les separa de hacer trampas es su propia moral.

Además, no hacen falta trucos muy elaborados. Una única consulta en el momento crítico de la partida puede ser suficiente para dar la vuelta al resultado. Imagina un examen de oposición donde pudieras simplemente revisar online una cosa, pero la que tú quisieras, después de haber revisado las preguntas. Una visita al cuarto de baño mientras el rival piensa, es todo lo que hace falta para tener un conocimiento muy superior de la posición y sus posibilidades.

Pero volvamos a la historia de Hans Niemann. Un joven que se ha criado con el ajedrez por internet. Con dos mundos paralelos pero relacionados: el de los torneos de élite presenciales y el de los torneos por internet. Desde luego en los primeros, hacer trampas es más difícil y arriesgado, pero jugando en pijama desde internet, engañar es demasiado fácil.

Las principales plataformas de ajedrez son tres: lichess.org, chess.com y chess24.com.

La primera es, de momento, una plataforma sin ánimo de lucro, elaborada con código abierto y sin mucho dinero, pero que funciona muy bien. Llena de funcionalidades ingeniosas, es demasiado buena para ser verdad.

Luego vienen chess.com, un sitio web americano muy bien financiado y muy profesional, que ha sabido conectar con el público de una forma seria y lucrativa. Y luego chess24.com, la versión europea, que como en todas las cosas relacionadas con internet, siempre es un poco más libre, pero menos rentable y a la larga, acaba siendo engullido por la versión americana (que está en trámites de comprarla).

Así, chess.com es el centro de todo el ajedrez online, donde está todo el dinero y donde todo el mundo quiere estar. Las partidas que se emiten por Twitch son de allí, los torneos con premios son de chess.com. Nakamura, la estrella online, tiene un contrato con ellos. Quien quiera triunfar en el juego online, tiene que hacerlo desde esa plataforma.

Title Tuesday

Chess.com organiza todo tipo de torneos online. Muchos restringidos a la élite de siempre, pero algunos también abiertos a todo tipo de competidores. A veces se realizan torneos clasificatorios masivos, donde cualquiera puede participar y tener su opción de llegar a enfrentarse contra la élite.

Los incentivos son muy grandes y la gente está en casa con el pijama puesto. Al igual que en los torneos de aficionados, la única limitación es su propia moral. Aunque ahora, el riesgo es casi cero. Nadie puede verte, nadie tiene por qué sospechar.

Y esto me retrotrae a mi época del instituto, donde los laboriosos profesores de inglés nos intentaba convencer de que tuviéramos un penpal una persona del Reino Unido con la que podíamos intercambiar correspondencia (por carta, con sellos) para mejorar nuestro inglés. Pocos lo intentaban siquiera, menos eran los que perduraban. Y algunos de los que más lejos llegaban en la correspondencia eran aquellos que se inventaban una vida mejor. ¿Para qué le voy a contar una vida de mierda a un piojoso de Belfast, cuando la puedo edulcorar y adornar tanto como quiera? Además, es más fácil escribir en inglés “I was working in my startup and in the beach last weekend” que “I was at home most of the weekend, scrubbing toilets for some money”.

Este género tan bizarro, el de la vida inventada escrita en inglés, siempre terminaba de la misma forma: en algún momento, antes o después, nos dábamos cuenta de que la otra persona llevaba el mismo rollo que nosotros. También él se estaba inventando sus barbacoas de los fines de semana, sus novias portada de playboy y la riqueza de sus padres. Y aún a pesar de haber estado fingiendo durante meses en cartas mentirosas, nos sentíamos engañados por el otro. Esto solía terminar de la siguiente forma: exagerábamos nuestras mentiras durante unas cuantas cartas más, para tratar de quedar por encima del otro. Y en algún momento, se interrumpía la comunicación por completo.

¿Y qué tiene esto que ver con el ajedrez? Pues en que en los torneos de ajedrez por internet, todo el mundo tiene la sensación de que el otro se está inventando cosas con ayuda del ordenador. Y entre profesionales, o aspirantes a serlo, va cundiendo la idea de que la única forma de estar a la altura, es igualando la apuesta. Recurriendo a trampas similares.

El principal torneo de chess.com es el Title Tuesday, un torneo que sólo pueden jugar personas con un título (semi-profesionales). En él juega toda la élite mundial y es una gran oportunidad para enfrentarse a los mejores jugadores. Los jugadores titulados tienen algunos privilegios en la plataforma, como la opción de acceder a utilidades que sólo los usuarios de pago tienen. Pero para ello tienen que identificarse. Puedes llamarte bombegranate pero a nivel interno queremos saber que en realidad eres Fabiano Caruana, el ex-subcampeón del mundo.

En estos torneos juegan cientos de jugadores, la élite del ajedrez presencial y por internet. El jugador que más veces ha ganado esta competición ha sido Hikaru Nakamura, antes mencionada estrella de Twitch y las retransmisiones online.

Durante dichas partidas, la sensación de que tu rival “va dopado” es muy común. Alguien como Nakamura o Carlsen sólo espera ser derrotado por rivales de super élite, gente que conocen desde hace años. Cuando el que les gana es un rival a priori inferior, o desconocido, la primera impresión es que ha habido algún tipo de trampas.

El brasileño Luis Paulo Supi, un Gran Maestro alejado de la super élite, ganó a Magnus Carlsen con un remate muy espectacular en una partida rápida por internet. Mientras los aficionados nos alegrábamos por su proeza, la super élite se mesaba los cabellos con la sospecha de siempre: esté habrá tenido una ayudita extra.

¿Cómo se controlan las trampas?

Las trampas en el ajedrez online han sido una constante desde sus inicios. La única forma que existe para tratar de controlarlas es mediante algoritmos. Se compara las jugadas realizadas por el jugador con las sugerencias del ordenador. Demasiadas coincidencias, despiertan una sospecha que puede provocar una inmediata suspensión del jugador. En otros casos, se crea una duda razonable, que puede ser analizada a posteriori con la ayuda de una persona. Hay jugadas muy buenas pero muy fáciles de encontrar, pero otras que son geniales jamás se le ocurrirían a una persona. Algunas veces el tiempo de reflexión puede indicar una pista: una jugada muy compleja encontrada en demasiado poco tiempo.

El método está lleno de claroscuros, porque no deja de ser una heurística con algo de probabilidad pero un mucho de intuición y opinión. No es sólo qué jugada hizo esa persona, sino saber cuál es su nivel (todos los jugadores tienen un rating, más alto cuanto mejor es un jugador) y en función de eso, establecer si se han hecho trampas o no.

Por lo general, no se puede saber si alguien hace trampas de forma puntual. Puede detectarse si se hace de forma frecuente y retirada, a través de una muestra de datos lo suficientemente amplia. Así, no puede precisarse si una persona ha hecho trampas tres o cuatro veces, sino que lo ha hecho en un rango de varias partidas.

El sistema también funciona como las validaciones de Instagram o Youtube sobre qué es contenido aceptable y qué no. El algoritmo puede detectarlo por sí mismo, pero puede recibir un empujoncito por parte de los usuarios, que a veces reportan comportamientos sospechosos. Y al igual que en esas plataformas, a veces una acción conjunta de sospecha es ya una prueba en sí misma. Si todo el mundo denuncia a un canal por homófobo, no hace falta ni revisar el contenido: el pueblo ha hablado, el contenido es censurado.

En ajedrez, el sistema de validación de trampas, siempre ha sido muy laxo. Las sanciones siempre llegan a posteriori (no se analizan rigurosamente todas las partidas de todos los jugadores, pero si ganas el torneo y nadie te conoce, se mirarán una a una y con lupa) y además se hacen en silencio. Aparte de que la gente no se identifica con su propio nombre, los jugadores sancionados no son expuestos públicamente. Todo ocurre por la puerta de atrás. Un día pierdes contra drdrunkenstein y meses después contra manwithavan y nunca imaginaste que eran la misma persona. Tampoco sabrás si algún día el Doctor Drunkestein es alguna vez sancionado.

DrNykterstein

En todo este entramado con millones de jugadores de ajedrez no todo el mundo tiene los mismos privilegios. Encima de la pirámide, a cientos de metros de altura, se encuentra Magnus Carlsen. A veces se hace llamar el DrNykterstein pero todo el mundo sabe que es él. No es solo el Campéon del Mundo. Es el jugador con más rating de todos los tiempos y el jugador con más rating del mundo desde hace más de una década. Tal vez haya sido el mejor jugador de la historia del ajedrez.

Pero con el confinamiento pudimos ver otras facetas suyas, no tan obvias para el gran público: es el principal accionista del portal chess24.com (que recientemente anunciara la intención de ser comprado por chess.com). Es una celebridad de primer nivel en su país, Noruega, donde sus partidas se retransmiten por la televisión. Un super torneo de ajedrez no puede llamarse como tal si no tiene a Carlsen entre sus participantes. Y las audiencias online de los torneos pueden caer a la mitad, dependiendo de si el campeonato tiene a Carlsen o no.

Estamos ante una estrella del nivel de Maradona, pero que al mismo tiempo es el principal accionista de la principal fuente de información sobre el juego. Si Carlsen se diera un fuerte golpe en la cabeza y olvidara cómo se juega por completo, todavía sería la persona más importante del mundo del ajedrez, algo así como el Harvey Weinstein del deporte. Nadie puede jugar ninguna cosa importante si él no está de acuerdo. Una mala palabra suya, basta para arruinar cualquier vida.

El peor día de su vida

Así, toca volver a la historia de Hans Niemann, ahora que están puestas, de verdad, todas las piezas sobre el tablero.

Niemann ganó a Carlsen e inmediatamente se desencadenó una tormenta. No es la primera vez que pierde ante un jovencito. Pero nunca antes lo había hecho contra alguien que le era totalmente desconocido.

Bueno, no del todo. En el mundo del ajedrez, todo el mundo se conoce. Y antes de enfrentarte a un rival, tienes que ver sus partidas, para tratar de encontrar sus puntos débiles. Carlsen ya tenía una impresión de Niemann, de que era un jugador de una categoría inferior. Pero sobre el tablero se encontró a una persona con la autoestima de un narcisista, tan limitado en sus conocimientos que jugó por encima de sus posibilidades sin darse cuenta. Nunca podrá saberse (o sí, más sobre esto abajo) si Niemann hizo trampas en esa partida. Pero en caso de que lo hubiera hecho, el riesgo hubiera sido demencial, casi suicida.

Un jugador que llevaba toda su vida preparándose para llegar a esa partida, para jugar contra Magnus Carlsen sin pagar, ¿Qué incentivo tenía para ganarle haciendo trampas?

En cuanto terminó la fatídica partida, comenzó una preparación hacia atrás, como en una compleja película de Christopher Nolan.

De inmediato se activaron todos los protocolos de alerta. Como cuando algo terrible le pasa a un político español, inmediatamente todos sus hooligans se encargan, sin que nadie les diga nada, de encontrar las explicaciones, los culpables, los fallos en el relato. No hay que pedir nada, simplemente dejar que los demás lo hagan por iniciativa propia.

Pronto se supo que Niemann estaba en las listas de sospechosos de las torneos online, listas que circulan en petit comité entre la gente que tiene acceso a información privilegiada. Y claro está, todo el que quería congraciarse con Magnus Carlsen (básicamente el mundo entero del ajedrez) trató de ayudarle como pudo. Unos acusando, otros difamando, otros bromeando. Y chess.com dando a su futuro accionista el bien más preciado: información confidencial sobre el jugador y su historial dentro de la plataforma.

Las insinuaciones de trampas pronto escalaron a una denuncia clara y abierta por parte del Campeón del Mundo, que anunció que no jugaría jamás en un torneo donde lo hiciera Hans Niemann. Y la plataforma chess.com preparó un dossier explicando todo lo que sabían sobre Niemann y que este nunca había contado.

El informe Niemann

Semanas después de que el escándalo sobre Niemann ocupara todos los medios de comunicación, chess.com lanzó un informe tratando de ser exhaustivo con el alcance de las trampas que Niemann había hecho en el pasado. El informe fue muy duro con el jugador, pero al mismo tiempo, casi sin darse cuenta, expuso todo tipo de vergüenzas internas de la plataforma. Estando todo el mundo obsesionado con Niemann, estas han quedado un poco en segundo plano.

Al parecer, Niemann hizo trampas en numerosas partidas jugadas en la plataforma. Como habíamos mencionado más arriba, las trampas no pueden valorarse sobre un movimiento en concreto o tan siquiera una sola partida. La sospecha siempre irá sobre un volumen de partidas.

Mientras le incriminaban sobre más de 100 partidas jugadas en chess.com, abrían una parte siniestra al mundo de las trampas online. En dicho informe explicaban cómo era su sistema de detección de trampas. Y para hacerlo, tenían que ir exponiendo a más jugadores, no sólo a Niemann. De hecho 4 jugadores del top 100 mundial figuran en sus informes (anónimos, aunque los nombres circulan por todo Internet y uno de ellos, como no, tenía que ser español).

Según su propio informe, cientos de jugadores titulados habían sido descubiertos haciendo trampas en el pasado. Pero su forma de tratar con las trampas, es, cuanto menos, sorprendente.

El jugador es expulsado de la plataforma y recibe un aviso donde se le indica que hay razones de peso para pensar que ha hecho trampas. Se le ofrece, no obstante, un camino de redención: que lo reconozca.

En tal caso, todos sus pecados se le perdonan. Se le permite crear una cuenta nueva, con todos los privilegios de los jugadores titulados. Y aquí no ha pasado nada.

Así, los jugadores tienen dos opciones: ser expulsados para siempre de la prácticamente única plataforma online de ajedrez. O aceptar cualquier tipo de acusación con tal de volver a tener todas las posibilidades del resto de jugadores.

Además, en dichas comunicaciones se menciona la respuesta de alguno de estos jugadores, donde claramente menciona que el motivo por el que hizo trampas fue para subir en el rating de la página y tener más opciones de jugar contra rivales superiores, para así obtener mayores audiencias de Twitch y más ingresos.

Se ha creado un mundo oscuro donde la gente ya no quiere ser mejor jugador, quiere tener más seguidores y para tenerlos, tiene que aparentar ser mejor jugador. Y qué mejor forma de llegar a aparentar eso, que jugando “con ayuda”.

También recuerda un poco al mundo del fitness, donde todo el mundo trata de ganarse la vida recomendando planes de entrenamiento y dieta. Pero la única forma de llamar la atención de los demás es teniendo un cuerpo muy por encima de la media. Y para hacer eso, llega un momento en que la dieta y el entrenamiento no son suficientes: hace falta una ayudita extra en forma de química.

La lista de cientos de jugadores “dopados” con ayuda del ordenador está sólo en manos de chess.com. Se han filtrado algunos nombres, pero mientras no sea algo oficial, la imagen de estos jugadores no se verá del todo dañada. La lista es enorme, y Niemann es simplemente un nombre más.

Desafortunadamente para Niemann, cometió el error de ganar al campeón del mundo. Para entrar en la élite, hay que hacerlo dando pasos pequeños. Inmediatamente toda su carrera, sobre torneos presenciales u online, se ha puesto en entredicho. Vivimos en un mundo tan absurdo, que tanto valora la fama, que hasta un daño tan grande le puede resultar beneficioso. Con la salvedad de que Carlsen no va a querer jugar en un torneo que tenga a Niemann, cualquier organizador puede conseguir un montón de atención simplemente contratando al polémico jugador.

Pero el establishment del ajedrez está en tan pocas manos (fijaos que en ningún momento he mencionado a la Federación Internacional de Ajedrez) que si Niemann quiere jugar con las reglas del juego, tiene que plegarse a los designios de Twitch, chess.com y Magnus Carlsen. Una confesión de que hizo trampas para ganar al Campeón Mundial sería suficiente. Lo sancionarían unos cuantos meses, daría un buen ejemplo y volvería a los torneos, conservando su fama. La verdad es secundaria, aquí todo se mueve por incentivos. Y esos los deciden los que mandan.

Tuberculosis

En la novela que estoy leyendo, me encuentro con estos párrafos que os paso a traducir.

Vacunaciones. De vez en cuando hacían vacunaciones masivas en prisión. Un equipo de sanitarios del Ministerio de Salud ─como el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, excepto que no tan profesionales y casi nunca de forma gratuita─ llegaba y simplemente inyectaba a todo el mundo. No era obligatorio, pero te presionaban mucho para que te pusieras estas inyecciones. Tenía mucha desconfianza hacia estas “vacunas” porque realmente no sabías lo que te estaban inyectando, si funcionaría o si lo necesitabas.

Muchos de los sudamericanos hacían cola porque pensaban que valía la pena tener cualquier cosa gratis, y muchos de ellos nunca habían recibido vacunas o inoculaciones contra nada. Normalmente me negaba a ponerme las inyecciones, lo que a menudo resultaba en discusiones acaloradas con otros reclusos del ala, quienes veían mi negativa como un riesgo para ellos. Creían que si no me ponía la inyección, fuera por lo que fuera, me enfermaría y los contagiaría. Por supuesto que nunca lo hice, hasta la única vez que cedí y acepté ponerme una inyección contra la tuberculosis, bajo la amenaza de ser expulsado del ala. Esto habría significado perder mi teléfono móvil y probablemente todas mis posesiones.

Estaba seguro de que viniendo de un país europeo me habrían vacunado en la infancia contra enfermedades como esta. Traté de explicárselo al cabo ya otros que se quejaban de mi negativa, pero no lo aceptaron.

‘¡O tienes la inyección o te echamos de la celda!’

‘Oh, a la mierda, hazlo entonces’.

Todavía lamento intensamente esas palabras. De hecho, lo haré por el resto de mi vida, que sin duda se ha visto acortada como resultado de tomar esa inyección.

El libro se llama “El Infierno” y narra la experiencia de un inglés, Pieter Tritton, cumpliendo una condena de 12 años por tráfico de drogas en una cárcel de Ecuador.

El escepticismo ante un tratamiento tal vez innecesario, o cuando menos redundante, la superstición con que muchos aceptaban todo tipo de medicamento y la desconfianza que despertaba en los compañeros por no querer vacunarse, muestran el ambiente que uno puede encontrarse en una cárcel así: rodeado de personas sin ningún tipo de formación, violentas y habitualmente drogados a todas horas.

Lo que nadie te cuenta sobre el Bitcoin

Siria es un país precioso y sorprendentemente poco conocido. Albergó la civilización más antigua del mundo, conserva impresionantes tesoros arqueológicos como Palmira (el enclave quizás más emblemático) y Apamea, fortalezas y castillos que evocan la época de los cruzados, y tiene una capital, Damasco, llena de palacios, mansiones y mezquitas con el refinamiento del Islam de los Omeyas.

Por ser un destino aún (sorprendentemente) no demasiado conocido para el turismo español surge a veces una especie de disyuntiva errónea: “¿Siria o Jordania?” porque son dos países muy distintos. A mi me gustaron mucho los dos.

Siria tiene cuantitativamente muchas más cosas que ver (Palmira, Alepo, Apamea, Krak de los Caballeros, Bosra etc..) y arqueológicamente es mucho rica que Jordania.

Desde luego que Siria, en su momento, era un lugar fantástico para visitar. Una persona muy depistada y con un buscador poco afortunado podría haberse topado con esa página, que tan bien describe un paraíso turístico. ¿Por qué visitar los sitios de siempre, cuando existe Siria?

Luego uno podría informarse mejor: se trata de un país barato, no está muy lejos, tiene playa, la gastronomía es propia de la dieta mediterránea. Además, la economía ha crecido vertiginosamente en los últimos años, a pesar del Coronavirus. ¿Por qué no elegirlo entonces como destino de nuestras vacaciones?

Pues por el mismo motivo por el que, tal vez, no sea buena idea invertir en Bitcoins. Preguntando a un español por las ventajas de viajar a su país, quizás te responda que el clima, la comida, las mujeres (y los hombres y personas no binarias), la bebida barata y ubicua, la alegría de su gente, las fiestas. Pero casi con toda seguridad se olvidará de la gran diferencia entre España y Siria (y muchos otros destinos): la seguridad.

Y ese es el problema con Bitcoin. No tienes que entender la arquitectura, no tienes que saber lo que son los nodos, no tienes que leerte 100 páginas antes de saber si Bitcoin es para ti o no. Por encima de cualquier perspectiva de futuro sobre esa moneda, o las otras, el aspecto que menos se menciona, y que para mi resulta más importante es el de la absoluta ausencia de seguridad en todo lo relacionado con las criptomonedas.

Imagina que tienes una modesta cantidad de dinero ahorrado y decides invertirlas en Criptomonedas. Realizas un par de búsquedas en Internet, ves algún que otro vídeo informativo. Incluso antes de que te decidas a comprar Bitcoins, ya has pasado al lado oscuro.

De repente todos los anuncios que ves en la red, en tu teléfono móvil, son sobre chiringuitos financieros que quieren ayudarte a completar tu inversión.

Tratándose de un producto que aún no ofrecen los bancos tradicionales, sólo hay dos tipos de actores que te permitan realizar la conversión: los bienintencionados y los directamente fraudulentos. Desafortunadamente, no es tan obvio distinguir unos de otros.

Hay apenas un puñado de plataformas más o menos fiables (como Binance o CoinBase) y todo el resto son directamente estafadores.

¿Hay algo más aburrido (e igualmente ruinoso) que seguir las propuestas de inversión que te sugiera tu banco? Con un poco de mala suerte puedes recibir llamadas de comerciales de otros bancos, los cuales conoces aunque sólo sea por el nombre. Con el Bitcoin y otras criptomonedas, es como si recibieras llamadas de bancos locales de Sudán del Sur. Bancos y prestamistas para ser más preciso. O peor aún, gente que afirma ser un prestamista, pero que no tiene nada de dinero, hasta que tú se lo des.

Incluso para alguien que escoja una buena plataforma de intercambio de monedas, existe el riesgo no trivial de que dicha plataforma sea hackeada. Los piratas informáticos han asaltado rutinariamente sistemas de bancos y tarjetas de crédito, pero se han podido hacer con modestas sumas de dinero. Atacando una plataforma de criptomonedas pueden llevarse todo el dinero. No estamos hablando de millones, sino de billones de euros.

Y no es algo que haya pasado una vez, sino muchas veces, hasta la fecha.

Mt. Gox was a bitcoin exchange based in Shibuya, Tokyo, Japan. Launched in July 2010, by 2013 and into 2014 it was handling over 70% of all bitcoin (BTC) transactions worldwide, as the largest bitcoin intermediary and the world’s leading bitcoin exchange.
In February 2014, Mt. Gox suspended trading, closed its website and exchange service, and filed for bankruptcy protection from creditors.[6][7] In April 2014, the company began liquidation proceedings.

https://en.wikipedia.org/wiki/Mt._Gox

Tras Mt.Gox, apareció Bitfinex:

Bitfinex was founded in December 2012 as a peer-to-peer Bitcoin exchange, offering digital asset trading services to users around the world. Bitfinex initially started as a P2P margin lending platform for Bitcoin and later added support for more cryptocurrencies.

In May 2015, 1500 bitcoins were stolen during a hack.

In 2015 the exchange’s customers were hacked, losing about $400,000, and in 2016 about $73 million more was stolen from its customers’ accounts. 

https://en.wikipedia.org/wiki/Bitfinex

Esta página tiene una lista de lugares legales que resultaron atacados. Estamos hablando de los sitios legales e importantes, los pequeños simplemente desaparecieron sin hacer ruido y sin ningún tipo de devolución a sus clientes.

En el mundo actual donde hay docenas de discriminaciones y micro agresiones, la mención continua a nuestros derechos nos hace pensar que siempre habrá alguien que velará por nuestros intereses. Se nos cae el móvil al wáter y esperamos que el seguro del hogar nos lo pague. Nos estrellamos contra columnas invisibles en los garajes y es responsabilidad del seguro del coche volver a dejarlo como nuevo. Incluso remotamente nos suena que nuestras cuentas corrientes están garantizadas, al menos hasta 100.000 euros. Y puede que sea así, pero en el momento en que el dinero abandona nuestro banco y aparece en otro lugar donde se pueden comprar criptomonedas ─estas empresas siempre están basadas en paraísos fiscales con vacíos legales que ningún abogado se plantearía desenmascarar─ nuestra economía pasa a estar regida por la legislación de Siria: te expones a riesgos y engaños que ni te imaginas. Estás participando de una actividad no regulada, moviendo tu dinero a paraísos fiscales y empresas opacas. Ya nadie estará de tu lado.

Los propios usuarios habituales de estas plataformas bromean sobre la supuesta seguridad de los fondos.

¿De qué sirve si el Bitcoin multiplica su cotización por 100 o por 1.000, si para cuando quieras materializar tu inversión, es muy probable que otro se haya quedado con lo que era tuyo?

Al mismo tiempo, al tratarse de una inversión “avanzada” es tratada con sospechas a nivel fiscal. Imagina que inviertes 30.000 euros en comprar un flamante Bitcoin. De repente, un afamado emprendedor dice que el Bitcoin es la moneda del futuro y tu Bitcoin pasa a valer 50.000 euros, luego 100.000 euros, luego tal vez 500.000 euros.

Pero desafortunadamente, en una confusión recibiendo un SMS que parecía del banco, acabas perdiendo tu Bitcoin, que acaba en manos de personas que viven en países del Tercer Mundo, donde los pobres tienen que buscarse la vida para prosperar.

¿Has perdido 30.000 euros o 500.000? Según como lo mires, podrás llorar más o menos. Aunque es posible que Hacienda, la encargada de recaudar nuestros impuestos, entienda que han sido 500.000. Y también es posible, aunque pensarás que es una macabra teoría conspiracionista por mi parte, que intente cobrarte los impuestos de esas ganancias. Porque ante los ojos de la autoridad fiscal, ese robo del que tu hablas es indemostrable.

En una economía donde la riqueza se debe redistribuir, tu inversión de 30.000 euros puede acabar desembocando en una deuda de 250.000 euros. ¿O acaso pensabas que la peor inversión posible es aquella en que pierdes el 100% de tu dinero? Las hay peores y el sistema fiscal siempre encuentra una forma de inventarlas.

Tampoco es necesario extenderse mucho más. ¿Compras Bitcoins? Te van a intentar engañar en cada parte del proceso, vas a recibir emails, SMS de engaños a cada momento. Van a intentar hackear la plataforma que tiene tus Bitcoins, y lo van a intentar los mejores piratas informáticos del planeta.

Pero tal vez lo que es peor, el Estado va a ignorarte cuando vengas llorando, o peor aún, va a preguntar “¿Qué hay de lo mío?”. Va a inspeccionarte, va a sospechar de tu dinero desde el mismo momento en que tienes una moneda que no controla. Quizás decida, de un día para otro, prohibir el uso de plataformas, o de la moneda en sí. O contar sólo tus ganancias ignorando tus posibles pérdidas intermedias.

¿De verdad quieres irte de vacaciones a Siria?

Opiniones y reviews

Voy sacando el contenido que he publicado en Twitter, que casi nadie lee y que sin embargo pueda ser intemporal. Aquellas cosas que no son copiadas/retuiteadas. Supongo que tendré que borrar mi cuenta alguna vez, de cara a mi futura candidatura al Ministerio de la Verdad.

1)

Si esta es la mejor opinión jamás escrita a un producto de Amazon se dice y no pasa nada. (Entrar al enlace para leerla entera).

Imagen

2)

Agradece cada día que no vives cerca de este psicópata de los clavos

Imagen

3)

¿Qué es lo contrario a un comentario de un vídeo de Youtube? Las opiniones de discos de música clásica en Amazon. Algunas, como esta, a veces son como pequeños ensayos.

4)

Qué diría Plinio el Viejo sobre las tartas del Mercadona.

Imagen

5)

A veces, cuando lees las opiniones negativas escritas por una misma persona, se te forma una imagen inquietante donde el único producto defectuoso es el comprador.

Imagen

6)

Los cortes más repugnantes de la carne de cerdo. Magro tercera, magro diafragma. Traducido al chino, por si acaso.

Imagen

7)

Ikea lo ha vuelto a hacer: inventar un sofá cama que es peor sofá que cama.

Imagen

8)

La influencer abanderada del veganismo a la que pillaron comiendo pescado aún mantiene millones de seguidores en Youtube Pero sólo para poder criticarla en cada vídeo que publica. Los seguidores, en muchos casos, sólo están ahí esperando a ver tu desgracia.

Esta historia es interesante (y corta para Twitter y las noticias del día que apenas duran unos minutos).

En marzo de 2019, una famosa Youtuber (o influencer, o como se llame en el futuro) que se definía como adalid del veganismo, mostró en uno de sus videos, sin darse cuenta, un plato de pescado, que se estaba comiendo. Como no podía ser de otra forma, sus seguidores, gente ante todo calmada y tolerante, se abalanzaron sobre ella, llenándola de descalificativos y acusaciones.

Un año después, su canal seguía activo, pero los vídeos estaban llenos de gente que simplemente comentaba para criticarla y, como ese enlazado más arriba, tenían más votos negativos que positivos. Su horda de seguidores resultaron no ser fans, sino manifiestos enemigos.

Pero con paciencia, el tiempo lo cura todo, dos años justos después sigue teniendo muchos seguidores, pero ya nadie se acuerda de su polémica.

9)

En la versión actual (2019) de la página de compra online de Mercadona, no sólo aparece el precio en pesetas, es que encima aparece antes que el precio en euros. El euro se introdujo en 2002, o sea, hace casi 20 años.

10)

Vale que sean grupos de rugby, pero no ves a esos equipos delante de los otros todos los días.

Imagen

11)

Reseñas con spin-off (la misma persona deja esas 3 reseñas).

11)

El almizcle es una de las sustancias más complejas y fascinantes descubiertas por el hombre, en el siglo IV. Procedente de una glándula que emite un olor insoportablemente desgradable, tiene que ser secada, luego mezclada con alcohol y finalmente diluida.

Llegar a descubrir semejante proceso, sin educación, sin ciencia, sin laboratorios y pasando hambre, tiene un mérito que no sabemos apreciar.

12)

Consejos para mujeres viajeras de Lonely Planet, London vs Moscow. Rusia es un país oprimido, pero el único riesgo es que te sientas peor vestida de la cuenta. Londres es una ciudad igualitaria, pero ten cuidado de con quién vas ah y seguramente te metan mano en el metro.

Imagen

13)

Si escuchas música clásica en Spotify no importa con qué empieces (ópera, barroco, contemporánea, música de cámara), el algoritmo de sugerencias siempre te acabará incluyendo en la lista la Gymnopédie #1 de Satie.

13)

La baja altura de Napoleón era propaganda inglesa para desprestigiarlo (fake news). En realidad medía 1.70m, posiblemente por encima de la media en la época. El Duque de Wellington medía 1.75m.

Imagen

14)

Coherencia.

Imagen

15)

Estado del piso: para entrar a morir.

Imagen

16)

En EEUU puedes saber si alguien ha estado en la cárcel no sólo por los tatuajes, sino también por las gafas. Cada año cambian el color de la montura, aunque el modelo es así de demigrante siempre.

Imagen

17)

Falta de empatía nivel Dios:

18)

Cuando preguntan a la gente ‘¿Cuál es la cosa de la que más te arrepientes?’ y llega uno que simplemente eclipsa a todos los demás comentarios.

I was 14. My mom was sick in the bathroom, seemed to have a stomach bug because she was throwing up. My dad was busy getting ready to go to work and told me to keep an eye on my mom. I brushed it off, because I had homework and wanted to get on the computer to message my friends. 20 minutes or so later, he was about to head out the door when he asked me if she was doing okay. I said I hadn’t checked yet, sighed and made my way to the bathroom. That’s where we found her dead on the floor from a heart attack.

I know it’s not my fault that she died, but if I had just gone to check on her sooner or sat with her for a while, it’s possible the paramedics could have gotten there in time to save her.

My father ended up going kinda nuts after that, became abusive, and I moved in with a foster family – my life was absolutely forever changed by her death.

19)

Lo cómodo que son los sofás de Ikea que en el catálogo 2018 muestran a una familia y uno de los hijos prefiere ver la película sentado en el suelo.

20)

El consejo más importante de todos a la hora de viajar. La gente suele olvidar que casi todas las habitaciones de un hotel son diferentes (en vistas, en tamaño, en cercanía al ruidoso ascensor). Los que vengan de un portal de reservas o con chollos tipo Groupon tendrán siempre las peores de todas.

Imagen

Vino del dia%

La actual situación geopolítica y la crisis del periodismo mundial, dominado por noticias fáciles de producir que solo buscan las reacciones viscerales, nos han hecho ignorar ciertos eventos realmente importantes, que han quedado relegados a un segundo plano ─muy probablemente influidos por los miembros del Club Bilderberg.

Me refiero, por supuesto, a la creación de una página web para la compra online por parte de nuestro amado y odiado a partes iguales Supermercado Dia% (igual el % del nombre lo abandonó hace muchos años, pero no puedo dejar de incluirlo). Esta página en sí no tendría mayor misterio de no ser porque desde ella se puede opinar sobre los productos.

Cuando combinas un supermercado de precios bajos con clientes que históricamente han pertenecido a los círculos del Infierno de Dante, las opiniones que puedan escribir en internet sólo pueden ser oro puro.

Pero para no ir a lo fácil, me voy a limitar a la sección más delirante de todas: la del vino. En el vino, todos somos unos ignorantes, pero las formas de tratar de ocultarlo sólo acentúan nuestra zafiedad.

La página empieza fuerte, anunciando la sección con un texto controvertido:

¿Eres más de Rioja o de vino de mesa? Encuentra aquí una gran variedad de vinos tintos y disfruta de los pequeños placeres.

¿Para qué calentar el manido debate entre Ribera y Rioja? La verdadera cuestión es: vino de cartón, sí o no.

Sobre un Rioja, Gabriela C. nos da la clave de maridaje, con unas indicaciones un tanto vagas:

Buen vino para disfrutar acompañado de comidas con un sabor suave.

Tal vez de forma poco sorprendente, los vinos más caros, y algunos de los más conocidos, no tienen ninguna opinión. La gente no suele arriesgarse tomando vinos de lujo. Mejor un Rioja de 4,95.

A mí me salió muy bueno. He probado vinos desde 4 euros a 20 y este se acerca más a botellas de 7-8 euros que los de su categoría. Me ha gustado bastante

¿Para qué entrar en descripciones de frutas, maderas y humos, cuando puedes calificar los vinos por su rango de precios?

Pues hasta que no llegamos a los 4,29€, la cosa no empieza a ponerse realmente interesante. Estamos ante un vino de la tierra de Extremadura. En un formato inusual, 3 litros con un pequeño barril. Todo por menos de 5€, ¿Qué puede salir mal? Aquí tenemos hasta 3 opiniones, un tanto contradictorias en los matices.

Vino muy adecuado para consumir a diario. Combina muy bien con gaseosa.

Buen vino
Vino con cuerpo, bueno para tomar a diario y combinar con gaseosa o en sangría.

Que malo
Pues eso, ni para cocinar…

Parece al menos bastante claro, que ese vino y la gaseosa no se llevan nada mal.

Berny opina sobre el vino Berberana hace pocas semanas.

Un vino equilibrado, calidad y precio
Me encanta, en mi mesa no puede faltar una copa de este afrutado vino para acompañar mis alimentos

Buenos afrutados ha disfrutado este compañero de compras. Cuando se habla de uno vino equilibrado, nunca habría pensado que ese equilibrio lo podría dictar el precio.

Salimos del lujo y llegamos por debajo de los cuatro euros, pero todavía encontramos alguna opinión ambiciosa, con una críptica valoración:

Excelente vino a precio económico

Nos ha encantado. Le doy un 8’5

El cielo no parece muy lejos para Berta.

Pero mejor bajar de 3€, que no está la economía para grandes estipendios.

Vamos a la región de Madrid, que no todo tiene que ser Rioja y Ribera. Un vino controvertido, según los críticos, con tres opiniones muy diferenciadas.

Buen vino con un buen precio.

Malo
Save a vinagre y deja muchos posos no lo recomiendo

buen vino
RELACION PRECIO MUY BUENA

Ya se empieza esto a animar. La segunda es mágica: el vino sabe a vinagre, pero me lo bebo. Aún así, me quejo de que deja posos. Esa persona se bebe no solo el agua de los floreros, sino los posos de los floreros. La tercera justifica un monumento: relación precio-precio buena. Por ese precio, la calidad no entra en la balanza.

José Luis nos habla ahora de un vino de Campo de Borja:

A quienes nos gusta el vino joven éste es muy válido, equilibrado, afrutado y con cuerpo. Nos sorprendió muy gratamente.

Todos los adjetivos estandar sobre un vino, se encuentran en este. El plural de la sorpresa hace pensar que fue degustado por un grupo de sumilleres.

Mientras sigo bajando en precios, voy descartando opiniones de personas que se quejan de que el vino es para tirar.

Un “vino”, incansable. Perder dinero. Lo he vaciado por el fregadero al primer trago. Con un Tempranillo, qué diferencias, por Alá o Dios.

La verdadera fiesta empieza con el Señorío de Ondas, a 2,29€, el primer vino con una nota media bajísima, y más valoraciones que todos los anteriores. ¿Días de vino y rosas? Mejor días de visitas al centro de salud.

No vale nada
Lo compré basándome en las opiniones de otros clientes, cuesta bastante beberlo, muy ácido en el paladar y en el estómago.

¿Que opiniones positivas alentaron a Marina a semejante experiencia gastronómica? Fueron estas:

Una lastima porque el vino para lo que costaba al principio era realmente bueno pero una subida de casi un euro por causas desconocidas para mi me ha obligado a buscar alternativas. Ya no lo compro…por el precio actual hay vinos mejores por ahí…

Muy bueno
Se nota que a la gente le gusta. Hace un mes costaba 1,49 euros y ya va por 2,49.

Se nota que las empresas juegan con los sentimientos de las personas, y suben los precios de forma brutal. Curioso país España donde una botella de vino es más barata que una coca-cola de dos litros.

Ya en el sótano de los precios y las esperanzas, la gente se anima a opinar sobre vino de cartón a 0,95€.

Nada destacable
No me gusta. Insulso. Le falta cuerpo, color, sabor.

No sé si es un troleo o broma, pero el vino más barato (0.99€!) que aún se vende en una botella de cristal, del supermercado más barato, tiene la siguiente opinión:

esta bien pero el precio a subido

En un paseo por la sección de blancos, vemos opiniones alejadas de las habituales por parte de sumilleres aclamados. Me gusta esta, que en lugar de dar adjetivos grandilocuentes, indica como positivo el hecho de que no tenga atributos negativos: el vino que no raspa.

Un gran descubrimiento. Bien fresquito sabe a gloria. No raspa y el sabor es afrutado. Un vino por muy buen precio

O esta otra:

Muy bueno
me ha gustado mucho y no es cabezón

Pero no todo son fiestas en estos vinos: un cava a 1.89€ recibe duras críticas, por no cumplir expectativas.

No me convence
Pese a su bajo precio, la calidad no es la deseada. Le doy dos estrellas por el precio.

Un artículo así no podría venir sin alguna oferta adicional, nos vamos a la bebida que no consumen otros animales adultos: la leche entera.

Ahora con nata
Desde hace un tiempo tiene nata en la mayoría de las cajas. Mis hijos ya no la quieren. Yo tomo desnatada y no tiene. Además es unos céntimos más cara que otras de marca blanca

Sobre la versión semi desnatada, ¿Baby Einstein o futura candidata a La Isla de las tentaciones?:

Leche española
No quiero ofender a la otra cliente que dice que las leches españolas le sientan fatal y compra las francesas… Pero con la leche de Galicia y Asturias que tenemos en España… Es una pena. Quizás le sientan mal porque las leches de España son leches 100% , no rebajadas con agua como las francesas. Yo, desde luego, compraré productos españoles siempre que pueda. Esta leche es muy buena y a mi hija de nueve años le encanta, la toma siempre y es una niña sana, muy alta y saca excelentes notas. Así que muy mal no le estará sentando, jejeje.

Chemtrails

De todas las teorías de la conspiración, la de los chemtrails siempre me han parecido la más fascinante de todas, por lo surrealista de la misma. Según ella, los gobiernos tienen aviones que sueltan productos químicos sobre la población con objetivos tan diversos como buscar la esterilización masiva o simplemente un envenenamiento generalizado.

Las motivaciones, dificultades técnicas, complicaciones por mantener al tanto a los nuevos gobernantes, según se van incorporando, y callados a los antiguos, son del todo oscuras. El único sustento de esa teoría es, aparentemente, la presencia de estelas en el cielo, las cuales tienen una explicación científica perfectamente definida y sencilla.

Detrás de una de las más absurdas teorías del presente ─dejando aparte las que tienen un aspecto lúdico de base, como sustentar que la tierra es plana─ está, sin embargo, la asunción de que se nos miente de forma sistemática y que los gobiernos no velan por el interés general, sino más bien por el suyo particular. Desafortunadamente, esta conjetura precisa de poca explicación y puede ser admitida por un conjunto más amplio de la población.

El mismo tipo de alma cándida que se siente gaseada se ha subido al complejo carro de la teoría del 5G, estrechamente relacionada con Bill Gates, vacunas, microchips y una serie de tecnologías que aún no han sido desarrolladas ni en las novelas de ciencia ficción.

En un punto más próximo a la racionalidad, surge la teoría que relaciona las vacunas con el autismo. Aquí la explicación empieza a ser más complicada y supongo que pasa por la vía negativa: no hay ningún estudio científico que relacione las vacunas con el autismo. Ni uno solo.

La prensa, sin embargo, empaqueta en el mismo saco a las personas que creen en el microchip de control y el riesgo de autismo: los antivacunas. Se trata de una serie de personas que se creen muchos bulos, votan al partido político contrario al que tú y evitan pasar debajo de una escalera.

La misma prensa que nos ha hecho simpatizar con las pírricas motivaciones de los chemtrails─ los medios nos mienten sistemáticamente─ se encarga de ridiculizar, sermonear y dicotomizar a la población. Sólo hay dos tipos de personas: las que creen en las vacunas, y las que no.

Preocupantemente sin embargo, una enorme proporción de la población (de España, pero también del resto de Europa) muestra sus reticencias respecto a la idea de vacunarse contra el coronavirus. En torno a un 45% de la población se define como escéptica a la hora de inmunizarse con alguna vacuna para este virus. Y son precisamente los más jóvenes los que se muestran más sospechosos, en contra de lo que cabría esperar.

Con su ausencia de frescura mental, los medios de comunicación insisten en un discurso simplista: las vacunas son muy seguras y los que no lo creen así están en el mismo grupo que los de los chemtrails. Su rotundidad y polarización les viene bien para su objetivo: vender clicks. Una noticia ridiculizando a los antivacunas es reenviada frenéticamente tanto por los que se sienten ofendidos como por los que se las toman a broma.

Y es precisamente el consenso, la repetición machacona y la existencia de una postura oficial lo que causa más sospechas en la población general. Mucha gente no tiene dudas de las vacunas, sino de un mensaje uniforme por parte de los medios de comunicación. Mientras ellos nos tratan de avisar de las fake news la población general ha desarrollado un instinto ingenioso y que acierta más que periodistas con sueldo de becario: cuando todos los políticos, o todos los medios, envían un mismo anuncio, es que de alguna forma, están mintiendo.

¿Son seguras las vacunas? Creo que es un grave error hablar de vacunas en general. De un lado están vacunas con riesgos mínimos, décadas de experiencia a sus espaldas y que enfrentan a enfermedades terribles y muy contagiosas, como el tétanos o la poliomielitis. Sobre estas no hay discusión posible: el riesgo a contraer la enfermedad debe ser enfrentado al precio que sea. Además estamos ante productos de sobrada eficacia. En esta categoría se encuentra la inmensa mayoría de las vacunas.

Pero a poco que uno empieza a leer sobre las más modernas, empieza a encontrar mensajes alarmantes. De la Wikipedia en español, sobre la vacuna de la varicela:

La vacuna frente al varicela-zóster consiste en virus vivos atenuados, lo que se desarrolló en Japón hacia los años 1970, aunque no fue autorizada hasta la siguiente década.

Entre los años 2014 y 2016, fue bloqueada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, sólo permitiéndose vacunar a los niños de más de 12 años[…]

[…]sólo se permitieron dos vacunas: Varilrix, que no es de venta legal fuera del circuito hospitalario, y Varivax, que sufrió el bloqueo por parte de la AEMPS para su venta en farmacias

Aquí vemos, de golpe y porrazo, tres de los principales motivos de sospecha ante las vacunas: que tardan décadas en estar suficientemente probadas, que a veces hay escándalos y bloqueos de vacunas y que no todas funcionan adecuadamente.

Otro aspecto interesante es que algunas vacunas no están especialmente amparadas por los sistemas de salud. La vacuna contra el virus del papiloma humano, una de las más recientemente desarrolladas, no forma parte del calendario de vacunación español y puede comprarse de forma privada. En la página informativa se indica:

Están contraindicadas en caso de:

Haber sufrido una reacción alérgica grave tras la toma de una dosis de la vacuna.

Al tratarse de una vacuna especial, requiere de varias tomas por parte del paciente, dos o tres dependiendo de la edad. El mensaje de contraindicación es bastante grotesco pero nos da una pista sobre algo que, aunque sea inusual, puede ocurrir: sufrir una reacción alérgica grave a la vacuna.

La vacuna contra el Covid-19 tendría mucha relación con la de la gripe. Este año se ha estado insistiendo en que es importante que tanta gente como sea posible se vacune contra la gripe, para evitar falsos positivos de coronavirus y los posibles colapsos de urgencias. Se recomienda que se vacunen los mayores de 60 años, el personal sanitario y ya en menor medida colectivos que prestan servicios comunitarios como policías o profesores.

Algo que nunca oirás en los monótonos medios de comunicación es que la mayoría del personal sanitario nunca se vacuna contra la gripe, a pesar de estar recomendado por ellos mismos. O de lo contrario no serían necesarias páginas como ésta del Ministerio de Sanidad, tratando de aumentar el número de sanitarios que se vacunen.

Las cifras son desmoralizantes: sólo un 35% del total de sanitarios se vacuna ─posiblemente una cifra inferior a la de sanitarios que tienen cuenta en TikTok─ o lo que es lo mismo, un 65% no se vacuna. Para más inri, las personas mayores de 65 años y mujeres (y hombres) embarazadas tienen porcentajes de vacunación superiores.

Consejos vendo que para mí no tengo. La citada página del Ministerio de Sanidad está llena de peligrosas verdades, sin la simplificación de que las vacunas son lo opuesto a los chemtrails.

¿NO ESTÁS CONVENCIDO AÚN? AL MENOS 3 MOTIVOS:

PRIMUM NON NOCERE: como profesionales sanitarios tenemos el DEBER ÉTICO de vacunarnos si con ello protegemos a nuestros pacientes.

LA VACUNA ES SEGURA Y EFECTIVA para reducir complicaciones, ingresos y mortalidad.

TAMBIÉN ES EFECTIVA PARA TI, si tienes menos síntomas y transmites menos.

La vacuna no vacuna siempre:

La efectividad de las vacunas frente a enfermedad confirmada por laboratorio varía, según diferentes estudios, entre el 69% en población infantil de 6 meses a 8 años, entre 52-70% en personas adultas de 50 a 64 años y 38-46% en las personas mayores de 65 años, siempre y cuando los antígenos contenidos en la vacuna se corresponden con los presentes en la cepa o cepas circulantes.

Y la vacuna es segura, pero tampoco inocua:

Las reacciones como fiebre, malestar o mialgias pueden aparecer tras la vacunación. Estas reacciones se inician en las primeras 6-12 horas y suelen persistir 1-2 días.

Pero el dato más claro es el indicado más arriba: sólo un 35% del total de sanitarios se vacuna.

En un conocido foro que no es de coches, un polarizado defensor de las vacunas ha intentando empatizar con el bando contrario, preguntando a los que no están convencidos de vacunarse contra el coronavirus por qué no lo harían. Una persona que intenta entender al enemigo demuestra más inteligencia de lo habitual.

Como suele ocurrir en los foros, se producen decenas de respuestas de toda índole. Y para sorpresa de muchos, hay respuestas fundamentadas e interesantes. Os recalco algunas de las que me han parecido más ilustrativas. Y con eso no me refiero a más parecidas a mi opinión:

Porque no soy conejillo de indias y lo que tarda 10 años en desarrollarse con más o menos seguridad no se puede hacer en 1 año.

Lo mismo te la pones y a los meses desarrollas un cáncer o cualquier otra enfermedad.

Porque no me fío una mierda de nada oficial, tanto es así, que si dicen que es bueno para mí parto de la base de que probablemente sea malo para mi

Muy sencillo. No soy persona de riesgo y, con la estadística en la mano, lo más probable es que fuese asintomático si me infectase. La vacuna puede ser genial pero se desconocen los efectos secundarios que pueda tener. Necesita rodaje.

– Vacuna hecha con prisas y mirando más a la Bolsa que a los pacientes
– No estoy ni de lejos en el grupo de riesgo
– No se ha probado casi, si buscas información los estudios son muy limitados y opacos.
– El tiempo de prueba ha sido tan corto, que se desconocen totalmente los efectos a medio y largo plazo

– Es una vacuna que toca el ADN … si a eso le agregas lo anterior, canta bingo.
Afirman que: “se basa en una técnica nunca antes probada”
https://www.france24.com/es/minuto-a…-antes-probada
– Los CEO aprovechan los anuncios para subir en bolsa y luego vender las acciones:
https://www.eleconomista.es/sanidad/…l-Covid19.html
¿Por qué venderlas? .. ¿creen que bajarán? .. ¿por qué iban a bajar si es la “salvación” y el gran éxito que nos venden?
– Piden inmunidad legal contra los efectos
– No se da ninguna garantía de que funcione .. se afirma que la supuesta inmunidad podría durar poco.

Pues hombre … hay que entender que uniendo los puntos, muchas ganas no dan, y que el riesgo supera ampliamente a los posibles (y no seguros) beneficios.

Porque lo dicen Símón e Illa, ¿ te parece poco para sospechar ?? Llámame loco si quieres

¿Cuántas vacunas conoces que entre el desarrollo y la distribución para su uso no haya pasado ni un año?

Yo me vacunare, x temas societarios. No infectar a otros, y olvidar esta mierda lo antes posible. No soy una persona de riesgo. No tengo antecedentes…. No obstante, no me gusta, ni a nadie debería hacerlo, tomar una vacuna que no ha pasado unos ensayos clínicos convencionales.

No tengo la mas mínima fe en nada de lo que nos cuentan.
Que se vacunen con las 2 dosis todo el congreso y luego voy yo, por si se ha olvidado nos dijeron que las mascarillas eren contraproducentes entre cientos de mentiras mas

Los puntos están claros. La gente tiene dudas razonables sobre la eficacia de las vacunas desarrolladas de prisa y corriendo. Aparentemente las vacunas de Pfizer, Johnson and Johnson y otras farmacéuticas occidentales son todas seguras, pero la rusa, ni tocarla con un palo.

El mensaje pro vacunas hasta en la sopa tiene muchos riesgos: la gente no es tonta y no comulga con ruedas de molino. Metiendo en el saco a todas las vacunas estamos arriesgando que la gente empiece a dudar hasta de las seguras, eficaces y totalmente necesarias en las que siempre había creído.

La población va a necesitar de un buen Palomares para acudir a las vacunaciones. Nos apetece ver a Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Pablo Casado recibiendo un pinchanzo en prime time.

Otro aspecto importante a tener en cuenta: la eficacia de los servicios de salud. Ahora mismo todo el mundo sabe que si te partes un brazo o tienes apendicitis lo mejor que puedes hacer quedarte en casa haciendo el menor ruido posible. Si la gente no tiene la certidumbre de que unos posibles efectos adversos van a ser tratados por una sanidad de al menos 2ª división, la gente va a seguir actuando como hasta ahora: minimizando riesgos que impliquen interacciones con médicos.

Después de varios cientos de palabras, voy por fin a dar mi opinión al respecto. Creo que la vacunación de la población es a nivel sanitario una discutible decisión personal, pero incuestionable a escala social. Como pagar impuestos por tener un sistema nacional de salud u obligar a tener un seguro por el coche. Es como cuando hay una propuesta de construir un ascensor en tu comunidad de vecinos y tú vives en el primero: económicamente es bueno para el conjunto y malo para ti. Pero si sólo primaran los intereses particulares, no existiría ni un solo edificio con ascensor.

Pienso que el mensaje de los medios es totalmente equivocado. El único motivo para convencer a la gente es decirles claro: no es vuestra elección. Como con las subidas de impuestos, no hace falta dorar la píldora con excusas sostenibles. Necesito tu dinero igual que necesito tu inmunización. Vives en una sociedad y tienes que tragarte sapos cada cierto tiempo. Ese es el precio a pagar por tener calles pavimentadas, colegios y servicio de basuras. En este caso, sin embargo, los beneficios serán claros y aprovechables para todos.

Y si eso no funciona, como decía otro en el foro, simplemente promete a la gente que no tendrá que ponerse mascarillas si se vacuna. Eso garantizará niveles de vacunación superiores al 95%.

Actualización:

The Economist ha publicado un interesante vídeo en respuesta a mi artículo (o no).

El vídeo dura 20 minutos, pero la parte más interesante es en la que habla Heidi Larson (enlace aquí, minuto 5:40). Esta experta en la materia habla claro: la gente tiene dudas y preguntas al respecto, esas preguntas son legítimas y no se están respondiendo con empatía. Esas personas están totalmente dispuestas a vacunarse pero hay que informarlas de una forma adecuada.

El problema es parecido al de aquellas personas con problemas psicológicos o psiquiátricos. Tienen dudas de ir al médico o no, y cuando lo hacen, a veces se encuentran con una persona que no trata con suficientemente respeto su desconocimiento de términos técnicos expresando su enfermedad o la explicación de cómo se sienten. Esas mismas personas acaban a veces, desencantadas del frío trato científico, en manos de magufos, estafadores y todo tipo de vendedores de humo que, durante todo el tiempo que se ahorraron siguiendo unos estudios serios, al menos han desarrollado una cualidad muy útil en la vida: la empatía. Porque todo buen embaucador sabe que hacerse cercano a la víctima es fundamental.

Así, alguien que tenga dudas ─razonables o no─ ante todo debe ser tratada con respeto. Una persona con dudas puede ser convencida. Pero esa falta de conexión inicial es la que no se está trabajando de forma correcta.

Desafortunadamente el vídeo entra en la clásica deriva de las fake news, del algoritmo de Facebook, algo que tiene mucho que ver en cómo se propagan las noticias hoy en día, pero que, en mi opinión, escapa al punto principal del verdadero debate.

El ajedrez ruso durante la guerra fría/

El éxito de la serie de Netflix Queen’s Gambit (Gambito de dama) —que trata sobre la ficticia vida de una ajedrecista americana en los años 60— ha despertado el interés por el ajedrez de la época en que la URSS era la incuestionable dominadora.

Aunque la serie tiene muchos errores, son muchos más los aciertos y se ha respetado la realidad llegando a unos niveles de veracidad jamás logrados en ningún relato sobre el ajedrez. En un momento de la serie la protagonista tiene que marchar a un torneo en Rusia, donde se enfrentará a la élite mundial. Creo que puede ser interesante hablar un poco sobre cómo era ese mundo de verdad y las opciones narrativas que se abren de cara a la segunda temporada de dicha serie.

Paradójicamente, aunque los mejores jugadores del mundo vivían casi en su totalidad en la URSS, los principales torneos se solían celebrar en otros países. Basta revisar los lugares donde se celebraron los Torneos de Candidatos (el previo para la elección del rival que desafía al Campeón del Mundo) o La Olimpiada de Ajedrez (una competición por equipos en que se enfrentan 4 jugadores de cada país contra otros 4 rivales).

Candidatos: 1950: Budapest, 1953: Zürich, 1956: Amsterdam, 1959: Yugoslavia, 1962: Curaçao

Olimpiadas: 1950: Dubrovnik, 1952: Helsinki, 1954: Amsterdam, 1956: Moscú (la excepción), 1958: Munich, 1960: Leipzig, 1962: Varna, 1964: Tel Aviv, 1966: La Habana, 1968: Lugano, 1970: Siegen.

Aunque la URSS tenía todo el derecho del mundo a declarar su supremacía ajedrecista, no podía decir lo mismo de su poderío económico. No disponía de mucho dinero para organizar las competiciones —de las que al mismo tiempo podían ausentarse los participantes extranjeros, dada la dificultad burocrática para viajar a la URSS por aquel entonces— a la vez que muchos de sus mejores jugadores conseguían su principal fuente de ingresos de dichos viajes. Un muy buen jugador era pagado con la opción de viajar al extranjero y ahí ganar dinero que valía muchísimo más de vuelta en su país.

El nivel de pobreza era surrealista: el Campeón del Mundo podía viajar a Estocolmo a competir en una Olimpiada de Ajedrez, ser la mayor celebridad de la competición y, al mismo tiempo, no poder permitirse hacer una llamada de un minuto a casa o tomar una bebida en el bar del hotel—o considerar lo mismo que cualquiera de nosotros pensaría de pedir una botella de champán, sin preguntar el precio antes, en un restaurante de Dubai.

Así, aunque los torneos no se solían celebrar en la URSS, a veces ni siquiera en países del bloque comunista, su supremacía era incuestionable. En el torneo de Candidatos de Curaçao 1962, donde se elegiría al rival del campeón del mundo (que ya era soviético), participaron 8 de los mejores jugadores del mundo. Dos eran estadounidenses, uno checo y los otros cinco, soviéticos. Uno de los americanos había ocupado su puesto porque el jugador clasificado, Leonid Stein, era también soviético y se había impuesto una norma que limitaba el número de jugadores de un mismo país que podían participar.

Pero es que en el torneo previo, del que se habían extraído seis de esos ocho mejores jugadores, Estocolmo 1962, donde figuraban jugadores españoles, argentinos, colombianos, sólo habían tomado parte cinco jugadores rusos, de los que se habrían clasificado cuatro, quedando fuera el quinto por la limitación antes indicada.

Si los rusos hubieran podido enviar 20 jugadores, habrían acabado entre los 18 primeros lugares. Si fueran 50 jugadores, hubieran copado la mayoría de los 60 primeros puestos, sin el menor atisbo de duda. En el torneo de élite de Curaçao había jugadores peores que jugadores rusos que jamás abandonaron su ciudad natal para jugar una competición.

En dicho torneo de Curaçao uno de los jugadores participantes fue el brillante jugador americano Bobby Fischer, que acabaría logrando la proeza de ser Campeón del Mundo. La serie The Queen’s Gambit está parcialmente basada en aspectos de su vida, su genialidad y capacidad de lucha. Asímismo el hecho de aprender ruso como paso previo a mejorar su capacidad ajedrecística. Afortunadamente la serie es una ficción y usa una protagonista más ejemplar: la vida de Fischer está plagada de aspectos poco edificantes, como su obsesión patológica contra los judíos.

Como aparece en la citada serie, ganar a los rusos, aún cuando fuera puntualmente, era difícil, pero posible. Lo que resultaba totalmente imposible era intentar arrebatarles el título de Campeón del Mundo.

La ruta era simplemente demasiado difícil. Uno debía ganar el campeonato nacional, para después competir en un torneo continental. Los mejores de cada continente se enfrentaban luego en el torneo de Candidatos, donde ya había un par de jugadores clasificados del ciclo mundial anterior (el perdedor del anterior Campeonato del Mundo y el subcampeón del anterior torneo de Candidatos) . Estos dos jugadores, casi con toda seguridad, iban a ser soviéticos.

En el citado torneo de Curaçao de 1962, Fischer criticó la actitud de los jugadores rusos. Según él, al tener tantos jugadores del mismo país, y tener que enfrentarse todos los jugadores entre sí, cuando había un jugador ruso que ya no tenía opciones matemáticas de quedar en los primeros puestos, este se dejaba ganar fácilmente contra los rivales rusos que iban mejor clasificados, mientras ofrecía la máxima oposición posible al resto de rivales.

En un ejemplo futbolístico, imaginad que los equipos de Madrid jugaran pensando en el bien común de la región. Si el Atlético de Madrid hubiera empezado muy bien la liga, ver como Real Madrid o Getafe se limitan a jugar con suplentes contra ellos, mientra que intentan destruir con todas sus fuerzas al Barcelona, Real Sociedad y Sevilla. En una liga con pocos equipos y con muchos más equipos de Madrid, puede verse como esa actitud pondría las cosas muy fáciles para hacer ganador al Atlético de Madrid.

La acusación de Fischer era en gran parte teoría de la conspiración, pero tenía su parte de verdad. Los rusos eran muy superiores a sus rivales, pero al mismo tiempo tenían órdenes expresas de pensar en el bien común de su gran nación, lo que los hacía aún más difíciles de superar.

Cuando un jugador no soviético tenía una partida aplazada, tenía que estudiarla precariamente por sí mismo, a veces restándole horas de sueño a su ya larga jornada. Los soviéticos sin embargo trabajaban en equipo. Mientras el jugador se dedicaba a descansar, el resto trabajaban de forma coordinada en encontrar los mejores planes para la continuación de la partida.

Muchos años después, en Sevilla 1987, Kasparov y Karpov se enfrentarían por el Campeonato del Mundo. Uno de los factores decisivos para la victoria de Kasparov sería, en sus propias palabras, disponer de un mejor equipo de preparadores para las partidas aplazadas, en particular al genial Sergey Dolmatov.

En la época de los años 60, los soviéticos eran los únicos que contaban con ayuda para las partidas aplazadas. Efim Geller, un fortísimo jugador que nunca llegó a Campeón del Mundo, era mucho mejor en esa faceta del juego que durante las partidas. En la Olimpiada de Varna de 1962, el vigente campeón mundial Botvinnik aplazó una partida contra la estrella americana Fischer. La posición de Botvinnik parecía desesperada, pero un desquiciado Geller, trabajando en ella durante toda la noche, fue capaz de encontrar un plan salvador para su compañero.

Todo eran dificultades para conseguir apenas acercarse a desafiar al Campeón Mundial para alguien que no fuera soviético. Incluso Fischer, durante algunos años, descartó la idea, al considerarla imposible. En 1970 ni tan siquiera tomó lugar en el torneo nacional, primer paso para poder llegar a ser un aspirante al campeonato mundial. En un gesto muy cinematográfico, su amigo Paul Benko le cedió su plaza para que Fischer viajara a Palma de Mallorca en el torneo Interzonal, torneo que ganaría el americano.

Aunque la victoria de Fischer en el Campeonato del Mundo pudo explicarse en la URSS como un fallo de Matrix su supremacía se acabaría resquebrajando desde dentro. Era tal su superioridad que muchos jugadores muy buenos veían pasar su vida y sus opciones sin siquiera tener la oportunidad de competir en Torneos Internacionales. El pastel se cocinaba en la URSS, pero sólo podían comer de él unos pocos privilegiados. El resto se fueron marchando lentamente, en la medida de sus posibilidades. Muchos marcharon a los Estados Unidos, cuando les dejaron.

Un ejemplo es el de Boris Gulko, hijo de un soldado ruso destinado en la Alemania del Este. En 1977 ganó el Campeonato de la URSS, una de las competiciones más complicadas que uno pueda imaginar. Tras esta victoria, ante la ausencia de invitaciones para torneos internacionales — la URSS no andaba corta de otros jugadores talentosos que promocionar antes que a él— solicitó abandonar el país, permiso que no le fue concedido hasta 7 años más tarde, en 1986. Durante todo ese tiempo, su carrera quedó en suspenso. Aceptado en Estados Unidos, allí sería uno de sus principales jugadores, también ganando el Campeonato de EEUU. Gulko, Shabalov, Alburt, Yermolinsky, serían los nombres más comunes de los jugadores de Estados Unidos en la Olimpiada de Ajedrez. Rusia B, como se la solía llamar, de forma peyorativa. Una puntera selección nacional hecha con jugadores sobrantes.

Los jugadores que abandonaban la URSS dejaban de existir. Genna Sosonko, uno de ellos que marchó para Holanda, cuenta muchas de esas historias en su interesante libro Russian Silhouettes. En la URSS, cuando daban las noticias sobre un campeonato, no mencionaban a los disidentes. Y cuando digo que no los mencionaban es literal. Si daban la crónica de un torneo que había ganado Sosonko, el recorte de prensa del diario ruso narrando la crónica de la competición, sólo mencionaba al segundo y tercer clasificados, con total normalidad.

De todos los jugadores exiliados de la URSS, el más pintoresco de todos fue Viktor Korchnoi. Con 10 años se vio atrapado en 1941 en el asedio de Leningrado, viviendo con su abuela y la hermana de esta. Fue esta una experiencia parecida a nuestro actual confinamiento, sólo que sin internet, prolongado durante 3 años ininterrumpidos, sin comida ni calefacción y con continuos bombardeos. Korchnoi tuvo que convivir con el cadáver de su abuela parcialmente congelado durante más de una semana, porque intentar salir a enterrarla era una sentencia de muerte. Para Korchnoi la nueva normalidad era no comer y tuvo que ser tratado por su desnutrición de esos años tan duros.

Con una infancia así, Korchnoi no tuvo tiempo de ser un niño prodigio del ajedrez. A todo llegó tarde. Si Kasparov jugó su primer mundial con apenas 21 años y Magnus Carlsen con 22 años, Korchnoi tuvo su primera final por el Campeonato del Mundo con 45 años. Luego llegaría a los 70 años conservando un temible nivel de juego, algo a lo que no se ha acercado ni los campeones del mundo más laureados.

En la época del americano Bobby Fischer, Korchnoi era uno de sus principales rivales. Cuando Fischer ganó el torneo de Palma de Mallorca, pasó al sistema de eliminatorias que dirimiría el aspirante al Campeonato Mundial. Ese sistema se había creado, sustituyendo al antiguo torneo de Candidatos, en gran parte por las peticiones de Fischer, que argumentaba, con motivo, que un torneo con tantos representantes soviéticos era imposible de vencer para un jugador que no lo fuera.

Fischer fue eliminando a todos sus rivales, de forma despiadada, hasta llegar a la final. En la otra parte del cuadro, Korchnoi se enfrentaría a Petrosian, duelo de soviéticos. Las autoridades rusas plantearon la cuestión abiertamente: ¿Cuál de los dos sería un rival más difícil para Fischer? Petrosian fue mejor vendiéndose como un candidato más complicado y las autoridades, muy probablemente, sugerirían que ese era el resultado deseable de su semifinal. En aquella época, la diferencia entre recibir órdenes y sugerencias no era tan clara. Una sugerencia mal entendida podía llevarte a la cárcel.

Así, Korchnnoi perdió ese encuentro (y más tarde, Petrosian perdería contra Fischer) pero empezó a darse cuenta de que estaba malgastando posibilidades profesionales simplemente por estar en el país equivocado. La URSS tenía tantos buenos jugadores, que no podía promocionarlos a todos. Siempre tenía un joven talento y un ex-campeón que había caído en gracia a las autoridades. No había sitio para tanta gente, Korchnoi no era ni joven ni simpático y acabaría exiliándose de forma bastante tormentosa para su familia.

Para pesadilla de las autoridades de la URSS, tras el torbellino Fischer —que se retiró del ajedrez tras ganar el Mundial, quedando para siempre con un aura de leyenda — el siguiente rival externo por el título Mundial acabaría siendo Victor Korchnoi, un exiliado demasiado fuerte para ser ignorado de las crónicas periodísticas. Así, en los artículos detallando su lucha por el Campeonato Mundial contra Karpov (spoiler: ganaron los rusos) en lugar de su nombre se decía ‘El Innombrable’.

En conclusión, la época del ajedrez soviético de los años 60 y 70 fue muy interesante, aunque la mayoría de sus deportistas individuales sólo tuvieron uno o dos momentos apasionantes. La superioridad de este país era tal, que resultaba imposible simplemente intentar plantarles cara. Eran muchos, muy buenos y encima estaban bien organizados. Podían dedicarse al juego profesionalmente y tenían auténtica devoción en su propio país. Tenían tantas ventajas que no consideraron seriamente a los rivales como Fischer, al menos al principio, y no volcaron todos sus recursos políticos. Su apabullante superioridad acabó volviéndose contra ellos, porque muchos de sus jugadores terminarían marchándose y convirtiéndose en sus propios enemigos.

Extra:

Me ha gustado este vídeo similar hablando sobre el tema:

Es un claro ejemplo de la batalla ganada por Youtube a los blogs.

Empresas petrolíferas

Hace unos meses se puso de moda invertir en empresas de transporte de petróleo. Puede que la tendencia sólo se debiera a que todo lo demás “estaba muy caro”.

La apuesta por muchas de estas empresas no está saliendo bien, al menos de momento. Esa es la gráfica de Teekay Tankers.

Antes de meterme en una inversión así hice un poco de introspección. ¿Qué sé del negocio en torno al petróleo? ¿Dónde está el dinero? ¿Es de repente el transporte la parte más rentable de todo el proceso?

Entre mi desconocimiento del sector y el inminente apocalipsis del Peak Oil (se acaba el petróleo y la humanidad se convierte en una película de Mad Max) y los coches eléctricos que tendremos que aceptar como el no va más del progreso, no me dio por otra cosa que intentar leer algún libro interesante sobre la industria del petróleo.

Para mi sorpresa no hay tantos libros sobre el tema. Y los que hay, tienen precios prohibitivos. Así que os paso a sugerir que leáis, los que seáis usuarios de Amazon Kindle, el capítulo de prueba del libro The Global Oil & Gas Industry: Stories from the Field.

El libro cuesta 79 dólares, que no es el típico precio de un café. Pero tiene la interesante cualidad de que la muestra de prueba que se envía al Kindle presenta dos capítulos largos enteros, y son bastante interesantes como lecturas aisladas.

En esos dos capítulos se narra la intra historia de dos macro proyectos relacionados con la creación de grandes infraestructuras energéticas. Por un lado la creación de una central eléctrica en la India (con la energética americana Enron como principal implicada) y por otro sobre un proyecto de transporte de gas para el gobierno de Bolivia.

Son dos historias muy marginales, y bastante antiguas (tienen casi 20 años) pero hoy en día es difícil leer narrativa de no ficción que tenga una compleja historia sin buenos y malos definidos.

La lectura arroja una visión muy interesante del mundo empresarial a alto nivel. Se trataba de dos proyectos costosísimos en que tanto las empresas como los gobiernos tenían mucho en juego. Con miles de millones de euros en cada presupuesto, todos los actores se arriesgaban a tremendas pérdidas o ganancias.

En televisión normalmente se muestra a las grandes empresas como feroces depredadores que entran en proyectos a tiro hecho y con ganancias garantizadas. Esta lectura ayuda a mostrar un mundo complejo donde cada euro se tiene que sudar antes de que llegue al bolsillo.

Los amantes de las lecturas difíciles agradecerán esta recomendación, insisto, sólo sobre el capítulo de prueba.

Rebuscando entre el resto de libros, aparece uno muy famoso: The Prize: The Epic Quest for Oil, Money, and Power, gigantesco libro de Daniel Yergin que ganaría un Premio Pulitzer, al mismo tiempo que sería un superventas y la base para una serie de televisión.

Publicado en 1990, el libro es una extensísima historia de la industria petrolífera, que en cierto modo es una historia reciente de la Humanidad a través de los ojos de las compañías de extracción, transporte y comercialización.

El libro es muy largo ─908 páginas─ y llega un punto en que se vuelve tedioso, por la insistencia en el tema. Así, me he leído una gran parte del mismo (la primera mitad y capítulos sueltos de las partes más interesantes) pero no he sido capaz de leerlo completo. Ese es el mundo en que vivimos ahora, en que la gente se atreve a recomendar un libro que no ha leído completo y el capítulo de prueba de Amazon de otro.

Al margen de una historia muy interesante, el libro muestra un trasfondo de empresarios hechos de otra pasta. Nada de los típicos burócratas perfectamente delineados por la extrema izquierda en su discurso para subir los impuestos. Se trata de personajes valientes, multidisciplinares y que se juegan el cuello en sentido literal en muchas ocasiones.

Veamos algo de la historia de Calouste Gulbenkian, un personaje secundario en esta historia, pero tal vez por eso un muy buen ejemplo de este tipo de empresarios.

Calouste era hijo de una familia acaudalada de origen armenio, aunque vivía en la actual Estambul. Un muy buen estudiante, sin embargo disfrutaba con el mercadeo del Gran Bazar, donde pasaba la mayor parte de su tiempo libre.

Como hijo de una buena familia, fue enviado a estudiar a Marsella, para mejorar su francés, y al King’s College, para aprender ingeniería de minas, donde escribió una tesis sobre el petróleo.

Graduado en 1887, con tan solo 19 años, con la máxima nota, un profesor universitario del King’s College sugirió que el tan talentoso joven armenio fuese a Francia a licenciarse en Física, pero su padre rechazó la idea por completo, idea que calificó de “gilipolleces académicas”. En su lugar, el padre lo mandó a Bakú [capital europea del petróleo en la época], donde se había forjado la mayor parte de la fortuna familiar.

Y esta es la historia de muchos de estos personajes. Gente inteligente, que podía haber tomado el camino fácil e indolente de vivir del cuento, pero que se atrevió a luchar por más. En este caso se convertiría en un negociador fundamental en todos los acuerdos sobre petróleo en Oriente Medio. Y no, no se limitó a quedarse en la comodidad de la casa familiar, viajó incansablemente, viviendo en Estambul, París, Londres y Portugal por largos periodos de su vida.

Considerando que fue por aquel entonces cuando se produjo el genocidio armenio de manos de Turquía, que un armenio, viviendo en Turquía, se mantuviese en su fortuna, no debió resultar tarea sencilla.

Gulbenkian tenía otra característica. Él era total y absolutamente desconfiado. “Nunca he conocido a nadie tan desconfiado”, diría Sir Kenneth Clark, el crítico de arte y director de la National Gallery de Londres, que ayudó a Gulbenkian años después a forjar su colección de arte. “Nunca me he tropezado con nadie que llevara las cosas tan lejos. Siempre tiene a gente espiando para él”. Contrataba a dos o tres expertos diferentes para estimar una obra de arte y decidir si la compraba o no. De hecho, conforme se iba haciendo mayor, Gulbenkian se obsesionó con superar a su abuelo, que había vivido hasta los 106 años, y para ello, contrató dos equipos médicos independientes, de forma que pudiera contrastar las opiniones de un grupo con el otro.

De una persona así, podría pensarse que era un descastado que había renegado por completo de su país de origen, Armenia. Pero en su testamento legó una partida de 400.000 dólares para renovar la Catedral de Etchmiadzin, la más importante de Armenia “cuando la URSS lo permita”.

En una típica surrealista crítica que enfurecería a Nassim Taleb , un crítico literario critica de la biografía sobre Calouste la ausencia de libros entre sus bienes preciados:

Siempre llevaba consigo todo lo que necesitaba en sus viajes: pasaportes, material para escribir y enviar cartas, libros de códigos telegráficos, vinos y champanes, medicamentos, café, miel (un tipo específico), gafas de sol y prismáticos (para practicar ornitología).

Y como digo, no es más que un personaje secundario de esta historia, donde el gran protagonista no es otro que John D. Rockefeller. Se hizo el hombre más rico del mundo comerciando con petróleo en la época en que aún no se había inventado la gasolina: sólo se usaba el queroseno para la iluminación y el resto de subproductos de la gasolina ─los realmente valiosos hoy en día ─ se tiraban.

En este sentido, hay una paradójica relación con el coche eléctrico. El gran negocio del petróleo era el queroseno para iluminación. Cuando irrumpió la electricidad y la bombilla de Edison, los empresarios del petróleo tuvieron que pivotar hacia otro sector. Justo entonces se estaba desarrollando el automóvil. Al tener la gasolina precios mínimos ─por estar el queroseno perdiendo demanda de forma continuada─ resultó la mejor opción como combustible.

Así, puede decirse que los coches no nacieron eléctricos de serie por el simple hecho de que la electricidad estaba matando al negocio del petróleo en la iluminación. Un poco como el caso de Apple, que tuvo que volcarse en los dispositivos móviles, porque tenía perdida la batalla de los ordenadores. Con el tiempo, el nuevo negocio resultó ser infinitamente más lucrativo.

Más sobre el libro

Tras el anuncio, las Navidades y Reyes, el libro ya habrá alcanzado la madurez de ventas. Luego quedarán lectores rezagados, sorprendentes nuevos lectores y personas que me conozcan y tengan curiosidad por ver qué clase de libro he escrito. Pero todos esos serán ya solo unos pocos ejemplares.

Se han vendido 23 ó 23.000 ejemplares en papel (sin contar los que yo he comprado para alimentar la hoguera de mi propio ego) y 9 ebooks. Así que de momento son 32 ventas reales, casi cuadrando el mágico número apuntado por Hugo de ‘dos docenas‘.

Es un número ridículo, pero dentro de mis expectativas. Es un libro imposible de promocionar, de salida no pertenece ni siquiera a un género concreto. El único posible reclamo es ‘de los autores del blog Pons Asinorum’, que tampoco llama mucho la atención. Lo bueno es que permite trasladar la lectura de un blog —que es algo muy moderno— a otro tipo de lectores: vuestros amigos, padres y familiares, como era el caso que contaba Gerardo en comentarios.

Cuando se publica un libro con una editorial, las ventas reales son siempre un misterio. Se obtienen informes con meses de retraso y números aproximados (una librería puede aceptar diez libros tuyos y luego devolver los diez pasadas unas semanas). Tratándose de un libro poco comercial pero con un aparente público fiel, que sirvan estos datos de referencia a los que se planteen editar su obra. A mi personalmente me bastaba con los ejemplares que he comprado yo mismo (y alguno más, para no hacer un ridículo comercial total).

La experiencia ha sido interesante, de recibir comentarios de desconocidos sobre lo que había escrito, a tener a amigos y familiares opinando sobre historias que escribí hace años. En muchos casos con puntualizaciones, especialmente cuando se ven retratados en situaciones de las que son, directa o indirectamente, protagonistas.

Editar el libro también ha servido para calibrar el volumen real de seguidores de la página. Entiendo a los que no han querido comprar el libro, ya sea porque no leen en papel, o porque todo es contenido que ya han leído o simplemente porque les parece caro. Ya he indicado que las ventas me traen sin cuidado por lo económico, pero me ayudan a distinguir qué volumen de gente lee la página porque le gusta (todos, porque hoy en día la atención es una virtud escasa) y los que la leen porque les gusta y además es gratis —la inmensa mayoría.

Gracias a las indicaciones de los lectores he conseguido pulir muchos de los errores de edición y las erratas que quedaban. He eliminado la paginación de las páginas de cortesía y hasta he cambiado la portada por una que ha hecho uno de mis hermanos y que es mucho mejor que la anterior. Ahora que el libro es técnicamente impecable, nadie lo comprará. Además he eliminado una historia, Status quo ante bellum que era de las más peñazo de todas y la he sustituido por páginas en blanco al final del libro, que ya no parece tan apurado, manteniendo el número total de páginas. Este cambio intrascendente tiene sin embargo algo inquietante: si reemplazando en un libro textos por páginas en blanco este mejora, es que algo no funciona bien en el libro.

Y creo que no hay nada más que añadir sobre el libro. Ahora volvemos al mundo del blog, donde no estoy escribiendo tanto como antes porque ya es muy difícil sentarse a contar algo complicado. Porque hoy en día todo es políticamente incorrecto, y casi todo lo que me gusta o en lo que creo, lo es aún más. Y porque la gente luego me manda mensajes por Whatsapp con opiniones en lugar de comentar en la propia página. Pero sobre todo porque gracias a haber estado revisando artículos durante meses he llegado a poner el listón de la calidad mínima tan alto, que ya me cuesta hasta a mí mismo el poder alcanzarlo.

El padre de Smirnov

Chessbase ofrece un breve artículo sobre uno de los talentos de ajedrez más jóvenes del mundo, el australiano Anton Smirnov (ser australiano y tener apellido de vodka, ¿Se puede ser más cool?).

Lo más ejemplar de esa historia, que no se menciona, es el caso del padre del niño, Vladimir Smirnov.

smirnov

Vladimir Smirnov era un buen jugador de ajedrez. Cuando nació su hijo en el 2001, decidió que quería enseñarle a jugar al ajedrez y hacer de él un buen jugador. Conociendo sus limitaciones, lo que hizo Vladimir fue mejorar primero su nivel de ajedrez, llegando a subir 200 puntos de ELO y consiguiendo el título de Maestro Internacional de ajedrez. Una persona que había sido un jugador modesto toda su vida se convirtió en un semi profesional sólo para poder educar mejor a su hijo.

Esa es la idea que casi nadie tiene de la paternidad. La toman como una excusa para comer precocinados, estar todo el día viendo dibujos animados y metidos en casa, perder amigos y promociones laborales. Un padre con mayúsculas es el que utiliza a su hijo como catapulta para el crecimiento personal propio. Ole por tus cojones Vladimir Smirnov.